GUERRA EN EL MEDIO ORIENTE... SIRIA O IRÁN
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Panampost
El burkini, un símbolo de opresión sin cabida en Occidente
ORLANDO AVENDAÑO 26 AGOSTO, 2016 A LAS 16:54La prohibición del burkini es una oportunidad que posiciona a Occidente en una disyuntiva por la defensa de nuestros valores. (Playground)
Estas semanas se ha sometido al escenario del debate el tema de las mujeres musulmanas y su presunto derecho a utilizar, o no, prendas inherentemente islámicas. Ya había ocurrido con el burqa. Hace tres días, en Alemania, el niqab fue tendencia; ahora, es el burkini, un traje de baño que expone solo las manos y los pies, el que está causando una importante controversia, sobretodo en Europa.
La situación estalló cuando el pasado 24 de agosto, en una playa de Niza, Francia, varios policías se acercaron a una mujer que llevaba puesto un burkini, a exigirle que se quitara la prenda, porque en la ciudad —donde hace poco había ocurrido un atentado terrorista—, eso estaba prohibido.
Inmediatamente la izquierda europea y del mundo; la más insolente progresía, y los representantes de la comunidad musulmana (evidentemente, todos hombres) salieron a condenar el acto, bajo la defensa de «la libertad» del uso del burkini —o el niqab, en casos anteriores.
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La verdad es que crear cualquier nexo entre la utilización por parte de la mujer de las prendas islámicas, con la libertad, es una hazaña sumamente absurda. Es realmente preocupante ver cómo se busca, de forma violenta, vincular inmediatamente la utilización del burkini, el niqab o el hiyab, con la libertad de elección de la mujer; cuando se trata de lo contrario.
Pensar que en la mayoría de las sociedades de Oriente Próximo, el Magreb y el Golfo, la mujeres tienen la posibilidad de no ser una noticia lamentable cuando deciden públicamente qué deben llevar sobre su cabeza, y que esto no traería una consecuencia fatal o violenta para ellas, significa una inocencia intolerable y una complicidad peligrosa con la opresión.
La realidad es que cualquiera de estas prendas significa un estandarte, un emisario de sociedades oscurantistas, totalitarias y retrógradas, sobre nuestros valores. Un recordatorio del dominio y el abuso por parte de un pensamiento enemigo de la libertad. Permitir que se erija con tanta facilidad esos peligrosos estandartes, sería como permitir que hombres y mujeres anduviesen libremente luciendo los más peligrosos emblemas de la muerte que a través de los siglos, la historia ha condenado.
Muchos, además, aseguran que esa ropa solo se trata de un símbolo religioso; sin embargo, como bien señala la escritora española Irene Lozano “resulta que solo lo llevan las mujeres, mientras los hombres están libre de ello, incluso los más píos. Si solo fuera religioso, se establecería para todos, como la obligación de rezar mirando a la Meca, lo que no distingue de sexos”.
Por otra parte, se debe destacar la valentía con la que mujeres musulmanas, en la zona de Manbij, en Siria, tras librarse del dominio del Estado Islámico, celebraban quemando sus burqas. Un verdadero símbolo a observar y a emular. “Somos seres humanos, queremos nuestra libertad también”, decían las mujeres.
Además, es importante recalcar que, pensar siquiera, que las musulmanas en ciertos países deciden con libertad, es una afirmación completamente absurda y asimétrica. Por ello tanto el burkini, como el niqab o el burqa, son prendas que se convierten en símbolo de la opresión que padece la mujer en varias partes del mundo. Puede que la mujer musulmana que viste en Occidente no esté obligada; pero el símbolo es el mismo.
No se puede permitir que algunos pretendan, escondidos y refugiados bajo el amparo de la progresía, la izquierda y la totalitaria corrección política, convertir a la mujer en “un animal empaquetado en las calles o en las playas”, como muy bien señala el imprescindible escritor y columnista Hermann Terstch.
Es posible que el burkini y el niqab parezcan trivialidades superfluas por la que algunos prefieran no debatir; sin embargo, podrían significar los indicios de un problema mucho más grave, urgente y peligroso.
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Los musulmanes que esperen convivir en sociedades libres como la europea u occidental, en la que las tradiciones medievales y dantescas son condenadas con férrea aspereza, deben elegir vivir bajo los símbolos de la civilización moderna y erigir sus estilos de vidas en sociedades abiertas.
Si se comienza a permitir que la mujer sea tratada de forma retrógrada, y sea rebajada en nuestra sociedad, en poco tiempo estaremos abrazando otras ideas corrosivas como el asesinato a homosexuales, cortar manos o lenguas, la lapidación de mujeres, y el ahorcamiento en la plaza pública.
Símbolos de la opresión y de las peores ideas religiosas no tienen cabida en nuestras sociedades, que aún, a pesar de los constantes asedios por parte de los fundamentalistas, de los estragos, y los fracasos, goza de una libertad latente.
Puede que, en vez de ser este el indicio de un problema mucho más alarmante, sea una oportunidad crucial que posiciona a Occidente y a Europa en una disyuntiva por la defensa de nuestros valores.
Puede que “la prohibición del niqab y el burkini sea el necesario mensaje de que se acabó la tolerancia con la intolerancia”, escribió hace unos días Hermann Tersch.
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The New York Times
¿Por qué la guerra en Siria parece no tener fin?
Por MAX FISHER 31 de agosto de 2016Un cartel del presidente Asad en un centro comercial destruido en Homs, en 2014. A pesar de numerosas ofensivas, conferencias de paz e intervenciones extranjeras, no hay señales de que la guerra civil en Siria termine pronto. Credit Sergey Ponomarev para The New York Times
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WASHINGTON — Hay algo en la guerra civil en Siria que no parece cambiar nunca: cualquier intento para solucionarla fracasa.
A pesar de los diversos intentos, conferencias de paz e intervenciones desde el exterior, entre las que se incluye la última de las incursiones turcas en el interior de Siria, la única aguja que parece moverse es la que mide el sufrimiento de los sirios, que solo empeora.
Las investigaciones académicas sobre las guerras civiles revelan por qué: la duración media de un conflicto así es de casi una década, el doble de la de Siria hasta la fecha. Sin embargo, hay una serie de factores que pueden alargarlos, volverlos más violentos y dificultar su fin. Prácticamente todos están presentes en Siria.
Cuando se le preguntó qué otros conflictos a lo largo de la historia han tenido una dinámica parecida, Barbara F. Walter, profesora de la Universidad de San Diego y experta en guerras civiles, hizo una pausa, consideró unas cuantas posibilidades, y finalmente se rindió. No hay ninguno.
“Este es un caso verdaderamente difícil”, dijo.
Una explosión en Kobani por un ataque suicida con coche bomba, reivindicado por el Estado Islámico en 2014. Estados Unidos ha respaldado a los kurdos sirios en contra del Estado Islámico, pero conforme los kurdos se han fortalecido, Turquía se ha alarmado. Credit Gokhan Sahin/Getty Images
Un conflicto que no quiere terminar
La mayoría de las guerras civiles terminan cuando un bando pierde, ya sea en combate o porque se queda sin armas o porque pierde el apoyo popular y tiene que rendirse. Casi un cuarto de las guerras civiles terminan con un tratado de paz, a menudo porque ambos bandos están exhaustos.
Esto pudo haber ocurrido en Siria: los combatientes principales (el gobierno y los insurgentes que comenzaron a pelear en 2011) están debilitados y no podrían sostener por sí mismos la lucha durante mucho más tiempo.
Sin embargo, no están solos. A cada bando lo apoyan fuerzas extranjeras (Estados Unidos, Rusia, Irán, Arabia Saudita y ahora Turquía), cuyas intervenciones han convertido a Siria en un ecosistema sin entropía. En otras palabras: las fuerzas que normalmente detendrían la inercia del conflicto están ausentes y permiten que continúe durante mucho más tiempo en comparación a lo que sucedería en otro caso.
Por eso, según James D. Fearon, un profesor de Stanford que investiga las guerras civiles, muchos estudios han encontrado que “si hay intervención externa en ambos bandos, la duración es significativamente mayor”.
Los cadáveres de personas que, se cree, fueron asesinadas por defensores del gobierno sirio en Alepo, en 2013. Credit Thomas Rassloff/European Pressphoto Agency
Nadie puede perder, nadie puede ganar
Los patrocinadores extranjeros de la guerra no solo eliminan los mecanismos para la paz, sino que también introducen mecanismos para reforzarse a sí mismos todo el tiempo e intensifican el estancamiento. Siempre que un bando va mal, sus apoyos externos se involucran más y envían suministros y apoyo aéreo para impedir la derrota del bando que favorecen. Entonces este comienza a ganar, lo que tiende a provocar que los apoyos externos del otro bando también eleven su apuesta. Cada escalada es un poco más fuerte que la anterior y acelera la matanza sin cambiar nunca el equilibrio fundamental de la guerra.
Esta ha sido la historia en Siria casi desde el comienzo. A finales de 2012, cuando el Ejército de Siria comenzaba a encadenar derrotas, Irán intervino a su favor. A principios de 2013, las fuerzas gubernamentales se recuperaron, por lo que los Estados ricos del Golfo inundaron de apoyo a los rebeldes. Después Estados Unidos y Rusia se han unido al combate.
La estructura de la guerra provoca que se cometan atrocidades
Siria ha sido el escenario de matanzas masivas indiscriminadas y repetidas de civiles en todos los bandos. Esto no es resultado solo de la maldad, sino de algo mucho más poderoso: los incentivos estructurales.
En la mayoría de las guerras civiles, las fuerzas combatientes dependen del apoyo popular para tener éxito. Este “terreno humano”, como lo llaman los expertos en contrainsurgencia, proporciona incentivos a todos los bandos para proteger a la población civil y minimizar las atrocidades, y con frecuencia ha resultado ser determinante.
Guerras como la de Siria, en las que tanto el gobierno del presidente Bashar al Asad como la oposición dependen en gran medida del apoyo externo, provocan el comportamiento opuesto, según las investigaciones de Reed M. Wood, Jacob D. Kathman y Stephen E. Gent, politólogos de la Universidad Estatal de Arizona, la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo y la Universidad de Carolina del Norte, respectivamente.
Puesto que los combatientes en Siria dependen de patrocinadores extranjeros, más que de la población local, tienen pocos incentivos para proteger a los civiles. De hecho, esta dinámica convierte a la población local en una amenaza potencial en lugar de constituir un recurso necesario.
Fuerzas gubernamentales sirias en Palmyra, en 2014. Las fuerzas a favor del gobierno han llevado a cabo la mayor cantidad de ataques en contra de la población civil, aunque los combatientes de la oposición lo han hecho también. Credit Sergey Ponomarev paraThe New York Times
El miedo a la derrota afianza un statu quo terrible
El punto muerto también resulta de la incertidumbre. Nadie está seguro de cómo sería la Siria posterior a la guerra ni de cómo llegar a ella, pero todos pueden imaginar una situación peor. Esto crea un statu quo sesgado en el que los combatientes se preocupan más por conservar lo que tienen que por arriesgarlo para perseguir metas mayores.
Como señala Fearon, de Stanford: “Es más importante impedir que el otro bando gane que ganar tú mismo”.
Todos las potencias extranjeras comprenden que no pueden ganar, pero temen que la victoria del otro bando sea insoportable. Por ejemplo, Arabia Saudita e Irán ven a Siria como el campo de batalla de su propia lucha por el poder regional, y creen que perder allí pondría en peligro sus propios regímenes.
Combatientes de los Leones de Tawhid del Ejército Libre Sirio preparan comida. Credit Bryan Denton para The New York Times
Los partidos sirios en conflicto están hechos para pelear, no para ganar
El gobierno sirio y los insurgentes que luchan contra él son débiles, de un modo que prefieren un punto muerto —sin importar lo terrible que resulte— sobre casi cualquier desenlace viable.
La mayor parte de los líderes sirios pertenecen a la minoría religiosa alauí, que constituye una porción pequeña de la población del país pero una desproporcionada de las fuerzas de seguridad. Después de años de guerra alrededor de líneas demográficas, los alauíes temen que podrían enfrentarse al genocidio si Asad no asegura una victoria total.
No obstante, tal victoria parece muy poco probable, en parte porque el estatus de la minoría alauí le da muy poco respaldo para restaurar el orden si no es mediante la violencia. Así que los líderes sirios creen que el punto muerto es la mejor manera de conservar la seguridad alauí en el presente, aun cuando eso incremente los riesgos para su futuro a largo plazo.
La oposición siria es débil desde diversos puntos de vista. Está fracturada en muchos grupos, otro factor que tiende a prolongar las guerras civiles y a hacer menos probable que terminen de manera pacífica.
Un convoy de la Media Luna Roja lleva ayuda a Kafr Batna, un área tomada por los rebeldes en las afueras de la capital, Damasco, en febrero. Credit Amer Almohibany/Agence France-Presse — Getty Images
Los riesgos de la victoria
La única manera certera de romper con ese estancamiento es que un bando vaya mucho más allá de lo que el otro podría alcanzar. Puesto que Siria ha atraído a dos de los mayores poderes militares del mundo, Rusia y Estados Unidos, esa barrera quizá solo podría salvarse con una invasión completa.
En el mejor de los casos, esto requeriría algo similar a la ocupación durante años de Irak o Afganistán; en el peor de los escenarios, invadir una zona de guerra donde hay muchos adversarios extranjeros activos podría encender la chispa de una guerra regional a gran escala.
Otra forma en la que guerras como esta pueden terminar es que alguno de los aliados extranjeros cambie su política exterior y decida retirarse. Esto permite que el bando contrario gane rápidamente.
Sin embargo, como en Siria cada bando es apoyado por varios poderes externos, los patrocinadores de cada bando tendrían que retirar su ayuda al mismo tiempo.
La gran destrucción de Kobani en 2015 después de meses de ataques aéreos por parte de la coalición y batallas entre kurdos y militantes del Estado Islámico. Los expertos temen que los días más oscuros de Siria estén todavía por llegar. Credit Tyler Hicks/The New York Times
Un obstáculo para la paz: no hay quién la resguarde
A menudo los acuerdos de paz tienen éxito o fracasan a partir de quién controlará a las fuerzas militares y de seguridad. En Siria esa puede ser una pregunta sin respuesta.
No es una cuestión de ambición sino de confianza. Después de que una guerra tan brutal como la de Siria, en la que han muerto más de 400.000 personas hasta ahora, los combatientes tienen el temor sensato de que serán masacrados si el otro bando se asegura demasiado poder. Por otro lado, un acuerdo que diera a los bandos el mismo poder militar crea un alto riesgo de que se regrese a la guerra. Lo mismo sucede si se permite a los rebeldes conservar sus armas y su independencia, una lección que el mundo aprendió en Libia.
Al mismo tiempo, debe haber algún tipo de fuerzas armadas que restablezcan la seguridad y se deshagan de cualquier milicia o caudillo que sigan activos.
Con frecuencia la solución ha sido que un país u organismo externo, como las Naciones Unidas, envíen fuerzas para mantener la paz. Vigilan a todos durante la transición del país y proporcionan seguridad básica de manera que no se invite a ningún bando a tomar de nuevo las armas.
Marcha hacia el desastre
Fearon, en una enumeración de las maneras en las que la guerra en Siria no puede terminar, afirmó que en el mejor de los casos un bando se hará lentamente con algún tipo de victoria que solo reducirá la guerra a “un nivel un poco menor de insurgencia, ataques terroristas y demás”.
El peor de los casos es significativamente peor.
De acuerdo con un artículo de 2015 de Walter y Kenneth M. Pollack, experto en el Medio Oriente: “La victoria militar total en una guerra civil a menudo se da a expensas de niveles terribles (incluso de genocidio) de violencia en contra de los derrotados, incluidas sus poblaciones civiles”.
Esto podría derivar en conflictos totalmente nuevos en el Medio Oriente.
“Los vencedores en una guerra civil a veces también intentan emplear la fuerza recién adquirida contra los Estados vecinos, lo cual provoca guerras entre Estados”.
Este no es un camino que nadie quiera, pero es la dirección hacia la que están llevando al país las potencias extranjeras con sus intervenciones.
Los días más oscuros podrían estar aún por llegar.
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Informe Oriente Medio
El origen soviético del terrorismo islámico actual
September 12, 2016Suele ser más conocido en la historia el hecho de que Estados Unidos ha financiado el terrorismo islámico en Afganistán contra los soviéticos. Pero un libro, publicado en 2013, sugiere que también la ex Unión Soviética utilizó el terrorismo musulmán, dirigido contra Estados Unidos e Israel.
El libro, titulado "Desinformación", fue escrito por el ex teniente general rumano Ion Mihai Pacepa, que fue el oficial de inteligencia del bloque soviético de más alto rango que haya desertado a Occidente.
En co-autoría con el profesor de Derecho de la Universidad de Mississippi Ronald Rychlak, el libro revela la estrategia de la KGB de sembrar en los países musulmanes con la propaganda anti-estadounidense, el odio anti-judío durante la década de 1970, preparando el terreno para el terrorismo islámico contra EE.UU. e Israel
Yuri Andropov, el jefe de la KGB durante 15 años antes de que se convirtiera en el primer ministro soviético, envió a cientos de agentes y miles de copias de literatura de propaganda para los países musulmanes.
En 1972, de acuerdo con el libro, "la maquinaria de desinformación de Andropov estaba trabajando día y noche para persuadir al mundo islámico que Israel y Estados Unidos pretenden transformar el resto del mundo en un feudo sionista".
Andropov comenzó su liderazgo de la KGB pocos meses antes de la Guerra de los Seis Días de 1967 entre árabes e israelíes, en la que Israel ha humillado a los aliados soviéticos claves Siria y Egipto. El agente decidió ajustar cuentas mediante la formación de militantes palestinos para secuestrar aviones de El Al y colocar bombas en Jerusalén.
Pero lo más impactante, Andropov encargó la primera traducción al árabe de los Protocolos de los Sabios de Sion, un libro de propaganda ruso de 1905 que alega que los judíos estaban conspirando para apoderarse de Europa - y estaban siendo ayudado por los Estados Unidos.
El libro Protocolos de Sabios de Sion, afirma Pacepa, es el mismo que proveyó "la base de gran parte de la filosofía antisemita de Hitler." Y la KGB, escribe, difundió '' miles de copias en los países musulmanes durante la década de 1970. Andropov popularizó además la idea de que los "Sabios de Sión" son el Congreso de EE.UU.
Antes que el presidente Jimmy Carter aprobara su solicitud de asilo, Pacepa trabajaba para los servicios de inteligencia de Rumania bajo el dictador Nicolae Ceauşescu, que fue ejecutado sumariamente junto con su esposa en 1989 tras un levantamiento popular.
En 1972, Pacepa escribe, su agencia DIE recibió de la KGB una traducción al árabe de los Protocolos de los Sabios de Sion, junto con material "documental", también en árabe, "demostrando" que Estados Unidos era "un país sionista".
Se le ordenó discretamente difundir los "documentos" dentro de los países islámicos destinados.
"Durante mis últimos años en Rumania", recuerda, "todos los meses el DIE difundió miles de copias a lo largo de su esfera de influencia islámica. En las reuniones que tuve con mis colegas de los servicios de Hungría y Bulgaria, con los que he disfrutado relaciones especialmente estrechas en ese momento, supe que también estaban enviando tales agentes en sus propias esferas de influencia islámica."
La KGB tomó protagonismo en una serie de ataques terroristas contra objetivos israelíes en los años anteriores a cuando Pacepa dejó Rumania, según él, enumerando once de tales incidentes. Entre ellos estaba el atentado de 30 de mayo de 1972 contra el aeropuerto Ben Gurión, que dejó 22 muertos y 76 heridos; y la bomba de 4 julio de 1975 en Sion Square, Jerusalén, en el que 15 personas perdieron la vida y otras 62 fueron mutiladas.
Pacepa y Rychlak llegan a la conclusión de que gran parte del sentimiento anti-estadounidense en Oriente Medio y en otras partes se remontan a las operaciones clandestinas soviéticas, en la que él mismo jugó un papel importante.
Fuente: Daily Mail
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The New York Times
Por ANNE BARNARD y HWAIDA SAAD 13 de septiembre de 2016
Un hombre carga en sus brazos a un bebé tras sobrevivir a un bombardeo en Douma, Siria. Credit Bassam Khabieh/Reuters
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BEIRUT, Líbano — El alto el fuego que comenzó el lunes en Siria está cargado de simbolismo.
Coincide con la fiesta musulmana de Eid, que recuerda que Abraham aceptó sacrificar a su hijo por orden de Dios. Ese relato es central para el islam, el judaísmo y el cristianismo, y una metáfora recurrente en muchas culturas sobre el sacrificio de los jóvenes en favor de sus mayores durante las guerras.
Los musulmanes sacrifican un cordero en esta fiesta, normalmente en público, y muchos sirios tenían una sensación ambivalente al ver como corría la sangre por el pescuezo del animal. Durante el fin de semana, los bombardeos sirios con apoyo ruso mataron casi a 100 personas y la artillería rebelde cayó en varias zonas controladas por el gobierno mientras los insurgentes en el sur del país anunciaban una nueva ofensiva.
No está claro en qué medida los combatientes sirios están comprometidos con un plan de alto el fuego que ha sido negociado a sus espaldas.
Estos son los términos del acuerdo, negociados por Estados Unidos y Rusia: se detendrán todos los ataques, excepto aquellos dirigidos contra el Estado Islámico y los grupos vinculados. Pero el público no sabe cual es la definición territorial que Rusia y Estados Unidos han pactado como zonas de control de esos grupos. Y la desconfianza es alta.
Si se logra que una relativa calma se prolongue durante siete días, Estados Unidos comenzará a coordinar con Rusia ataques contra el Estados Islámico y Al Qaeda. A cambio, Rusia se encargará de que los aviones del gobierno sirio no vuelen sobre las zonas controladas por la oposición.
Aleppo, oeste
Esta ciudad, capital de la provincia del mismo nombre, fue una vez la más grande y comercialmente activa del país. Conocida por sus mercados y ciudadela medieval. Está dividida entre distritos controlados por el gobierno y los rebeldes desde 2012. El gobierno controla con dificultades el oeste y los rebeldes el este pero las líneas del frente son muy complejas, una especie de frente en espiral que ha partido la ciudad en un yin y yang.
El oeste, controlado por el gobierno, es la zona más habitada y en ella vive mucha gente desplazada de zonas controladas por la oposición. Buscan seguridad frente a los bombardeos que solo puede lanzar el gobierno. Pero la artillería rebelde también tiene su peligro. El oeste de Aleppo tiene más comida, electricidad y medicamentos que el este, pero también tiene problemas, sobre todo de agua.
En una entrevista, un trabajador humanitario que no puede dar su nombre porque no está autorizado a hablar dijo que es muy difícil que la gente olvide lo pasado. Que nadie piensa en nada más que el día que vive. Que están acostumbrados a no pensar en el futuro. “Vemos el día de hoy. Vamos a trabajar, vamos a un café, nos vemos con amigos o parientes. Pero solo hoy.” Ese es el mensaje.
Aleppo, este
Ha sido bombardeada durante años. Los hospitales han sido bombardeados por el gobierno a menudo. Mueren niños todos los días. La zona ha sido asediada un día sí y otro no este verano, y se ha impedido el acceso al agua, comida, combustible o cuidados médicos.
Omar Abu Mariam, de 30 años, es neurocirujano, el único de la zona controlada por los rebeldes, donde los pacientes mueren porque los médicos no tienen insumos con los que trabajar y la ruta de evacuación a Turquía está cerrada.
El médico, a través de mensajes de texto, explicó que no cree que vaya a cambiar nada. “No confío en los rusos”.
Para la festividad de Eid fue a casa de un amigo. Habían encontrado un cordero para sacrificarlo. De regreso a casa el camino estaba totalmente oscuro, sin electricidad. No hay combustible para los generadores.
El primer día de la tregua pasó sin ninguna emergencia en el quirófano. Cuando llegó a casa escuchó explosiones a la distancia. Misiles tierra-tierra. Los sirios son expertos en diferenciar esos sonidos.
El doctor se pregunta cuando tiempo pasará sin que tenga que acudir al quirófano.
Una niña con heridas, en un hospital improvisado en Douma, Siria Credit Abd Doumany/Agence France-Presse — Getty Images
“El alto al fuego es una gran mentira”
Ibrahim Abo Allith, casado y con un niño, espera poder educarlo en un contexto seguro algún día. Es uno de los voluntarios de los equipos de rescate y habla de un preludio tenso a la entrada en vigor del pacto. No se puede confirmar, pero él afirma que hubo bombardeos el lunes en la ciudad.
“Apoyamos el alto al fuego y que se detenga la matanza. Los niños no juegan, no van a los parques. No celebran ni experimentan ninguna alegría en las fiestas por culpa de los bombardeos”.
Espera que la guerra termine, que se pueda construir una nueva Siria.
Damasco, Moadhamiyeh (zona controlada por los rebeldes)
En este barrio a tres kilómetros del centro de Damasco se ha pasado lo peor de la guerra, asedio y hambre, con treguas temporales con el gobierno de Asad. Fue una de las zonas bombardeadas con armas químicas en agosto de 2013.
Dani Qappani, de 28 años, se licenció en literatura inglesa en la Universidad de Damasco en 2011, cuando comenzó la guerra. Se convirtió en activista contra el gobierno. Escribe poemas y actualiza sus perfiles en redes sociales. Le preocupa la división de la ciudad entre quienes buscan una reconciliación y quienes no la quieren. Él no la quiere. Su barrio no ha sido bombardeado los últimos meses, pero la amenaza siempre está ahí. Así lo describe:
“Nos amenazan cada día y dicen que atacarán si no estamos de acuerdo en lo que nos piden. Todos aquí están ocupados preparando la evacuación. No es seguro para nosotros. Pueden matarnos”.
Damasco, territorio controlado por el gobierno
En la capital la vida es relativamente tranquila, normal. A veces hay bombardeos desde los suburbios a medida que el gobierno logra avances y expulsa grupos de rebeldes. Los bares y los restaurantes están abiertos pero la crisis económica es profunda. La ciudad está llena de puntos de control y muchos hombres han huido para no ser movilizados por el ejército.
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El Nacional
Luz para todos ello, luz, Amèn.
La dramática historia de los desertores de Estado Islámico que se cansaron de luchar en nombre de la religión
Un comandante del campamento rebelde sirio donde están los desertores de Estado Islámico le dijo a la BBC que muchos de ellos no tienen autorización de dejar el lugar | Foto BBC
“Estado Islámico no profesa la religión verdadera, porque mata gente como si no le importara”. “No me gustó su estilo de vida. Siempre hay que estar armado. No son gente buena. Utilizan a la gente como escudos humanos, carne de cañón”, relató a BBC un desertor
15 DE OCTUBRE 2016 - 03:52 PM
Quentin Sommerville
BBC
El rigor de los bombardeos en Siria ha hecho recapacitar a muchos de los combatientes del autodenominado Estado Islámico, quienes han comenzado a desertar de las filas del califato.
“Estado Islámico no profesa la religión verdadera, porque mata gente como si no le importara”. Quien pronunció estas palabras es Abu Sumail, un holandés que en 2014 viajó desde su país natal hasta Siria para unirse al grupo islamista.
Pero las cosas no salieron como pensaba en la organización que en menos de seis meses tomó amplias zonas de Irak y Siria, y que a finales de 2014, se convirtió en una de las organizaciones islamistas con mayor poder en la región.
“No me gustó su estilo de vida. Siempre hay que estar armado. No son gente buena. Utilizan a la gente como escudos humanos, carne de cañón”, relató el ahora desertor.
Abu Sumail está en un campamento en el norte de Siria junto a otros 300 combatientes de Estado Islámico, muchos de ellos europeos. Unos fueron capturados en combate y otros han desertado de las filas de la organización.
El comandante del lugar, Mohammad al Ghabi, del grupo rebelde sirio, le contó a la BBC que en el campamento, polvoriento y con aspecto de pueblo abandonado, se busca rehabilitar a los yihadistas.
“Tratamos de rehabilitarlos y cambiar el estado de ánimo con el que llegan", dijo. "Aquellos que quieran volver a sus países, pueden llamar a las embajadas y coordinar su retorno a través de nosotros”.
Europeas que buscan volver
Entre el grupo de desertores y capturados, hay franceses, holandeses, polacos y también militantes que llegaron desde el norte de África.
Pero no solo hay hombres: niños y mujeres también esperan que se defina su suerte en este poblado sirio.
De acuerdo a Ghabi, el número de desertores crece en la medida que EI colapsa por la ofensiva de los grupos rebeldes sirios que están siendo apoyados por Turquía.
“En los últimos siete meses Estado Islámico se ha derrumbado, de acuerdo con los desertores con los que hemos conversado. La operación 'Escudo del Eufrates' ayudó en esa degradación, debido en gran medida al rápido despliegue de nuestras fuerzas”, señaló.
Aunque la BBC nunca pudo llegar al campamento, sí obtuvo material del lugar: tiene la infraestructura básica, los prisioneros dicen que los tratan bien, pero la mayoría quiere marcharse a sus casas.
Turista fiestero
Entre ellos está Sumail, quien tras dejar Holanda, fue primero a Bélgica y después a Turquía. Y eso ocurrió durante la expansión de Estado Islámico a mediados de 2014, cuando tomaron amplios territorios incluidos la ciudad de Raqa, en Siria, y Mosul, en Irak.
“Me disfracé de joven turista que va de fiesta para evitar que me detectaran los servicios de inteligencia”, relató.
Pero entrar a Siria fue mucho más fácil que irse, como le ocurrió a miles de jóvenes: EE.UU. señaló que al menos 35.000 extranjeros se unieron a las filas del grupo yihadista.
“Nos trataron muy mal cuando llegamos al territorio de Estado Islámico. Especialmente porque éramos extranjeros”, explicó Sumail.
“Fue bastante fuerte. Les entregas tu vida y, efectivamente, ellos toman control de tu existencia para usarla en cosas muy malas”.
Tren subterráneo
Las imágenes del lugar son espectrales: casas vacías, caminos de escombros, un grupo de hombres que conversan en la mitad de la población.
La BBC también confirmó que un tren subterráneo está siendo construido en Siria entre los grupos rebeldes con la idea de encontrar, tomar y retornar con militantes de Estado Islámico.
Y eso es consecuencia de los constantes videos que llegan a las huestes de los grupos rebeldes provenientes de Raqa, declarada la capital del autoproclamado Estado Islámico, en los que muchos militantes expresan su deseo de escapar con sus familias.
Al menos unos seis militantes extranjeros lograron escapar y regresar a sus países de origen, donde se encuentran purgando graves penas.
Ghabi dijo que no todo el mundo tiene permitido marcharse.
“Aquellos que no quieran volver o cometieron delitos graves serán juzgado en un distrito de la sharia, que es regida por la ley islámica y sus castigos están de acuerdo con la gravedad de su crimen”, aclaró.
“Algunos podrían ser ejecutados”, advirtió Ghabi.
Y también dijo que la ventana de oportunidades para los desertores cada día se cierra más, en la medida que Estado Islámico pierde territorio
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The New York Times
Por MONA EL-NAGAAR 6 de noviembre de 2016
Personal médico en Riad, Arabia Saudita. Credit Newsha Tavakolian para The International Herald Tribune
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“No nos permiten siquiera ir al mercado sin permiso o algún acompañante, y eso es solo un pequeño detalle dentro de la larga y horrible lista de reglas que debemos obedecer”.
— DOTOPS, 24 años
“¡La guardia masculina hace que mi vida sea un infierno! Queremos salir con nuestras amigas, salir y almorzar afuera. Me siento desesperanzada”.
— JUJU19, 21 años
“No me importa necesitar la aprobación de mi padre en cosas en las que él debe participar. Ustedes nunca entenderán estos lazos sociales tan fuertes”.
— NOURA
Estos son tres testimonos de las casi 6000 mujeres de Arabia Saudita que le escribieron a The New York Times sobre su vida.
Junto con la publicación de “Ladies First”, un documental del Times que dirigí sobre las primeras elecciones en Arabia Saudita en las que las mujeres pueden votar y postularse para un cargo local, publicamos una convocatoria en el sitio web y en Twitter para que las mujeres enviaran sus aportes.
Arabia Saudita es uno de los países en el mundo en donde más se usa Twitter y nuestras publicaciones se dispararon y nos sentimos abrumados por sus respuestas.
La sociedad saudita es increíblemente hermética y patriarcal; queríamos conocer mejor los miedos, frustraciones y ambiciones de las mujeres.
El país tiene una de las tasas más altas de usuarios de Twitter en el mundo y nuestra convocatoria se encendió. Nos sorprendió la cantidad de respuestas.
La mayoría de las respuestas recibidas se enfocaron en la frustración ante las reglas que obligan a que las mujeres requieran el permiso de un familiar de sexo masculino (esposo, padre, hermano o hasta hijo) para ir a la universidad, viajar al extranjero, escoger a su pareja o buscar atención médica. Algunas mujeres expresaron orgullo por su cultura y una gran desconfianza hacia los fuereños. En contraste, muchas otras compartieron su profundo deseo de cambio, y mostraron una gran desesperanza.
A continuación publicamos fragmentos de las respuestas, muchas de ellas traducidas del árabe. Para permitir que las mujeres se sintieran libres de expresarse, les dimos la opción del anonimato. Cuando fue posible, verificamos la identidad de quien escribía una respuesta, o bien, localizamos su correo electrónico. En algunos casos resultó imposible.
Después del estreno del documental, me encontré con estas jóvenes en Washington Square Park en Nueva York. Credit Mona El-Naggar/The New York Times
Una vida restringida
“Una vez tuve un accidente en un taxi y la ambulancia se negó a llevarme al hospital hasta que llegara mi guardián de sexo masculino. Había perdido mucha sangre. Si no hubiera llegado en el momento en que lo hizo, ahora estaría muerta”.
— RULAA, 19 años
Riad
“Cada vez que quiero viajar tengo que pedirle permiso a mi hijo adolescente”.
— SARAH, 42 años
Doctora en Riad
“Mi hermana fue a una librería sin el permiso de su esposo. Cuando regresó él la golpeó sin cesar.”
— AL QAHTANIYA, 28 años
Riad
Costo emocional
“[Mi guardián] me prohíbe visitar a mis amigas o ir a los centros comerciales sola. Es un aislamiento completo y total de todas las alegrías de la vida.”
— MALAK, 28 años
Abha
“Es como si viviera esposada y la sociedad, las leyes, la gente [estuvieran] en nuestra contra. Por eso la mayoría de las mujeres escoge casarse poco después de cumplir 20 años, como una forma de escapar, pero ¿adivinen qué? El hombre con quien se casan no es distinto de su padre o de su hermano.”
—BASHAYR, 19 años
Al-Hasa
“No me deja trabajar, aunque necesite el dinero. Tampoco satisface todas mis necesidades. No puedo recordar cuándo fue la última vez que le preocupó lo que yo quisiera o necesitase. Está casado con cuatro mujeres y está totalmente concentrado en ellas, y a mí no me deja viajar con mi madre. Sufro mucho, incluso en mi vida social. La controla por completo y no me deja tener amigas o buscarlas. Me obliga a vivir de acuerdo a sus creencias y su religión. No puedo mostrar quién soy en realidad. Vivo una mentira solo para evitar ser asesinada.”
— DINA, 21 años.
Riad
Un guardián solidario
“Soy una de las afortunadas que tienen un padre maravilloso e iluminado, así como estupendos hermanos que no interfieren en mis decisiones y me apoyan en todo.
Pero igual me enfado cada vez que viajo y el encargado de revisar pasaportes me pide mi permiso para viajar. Simplemente se ve mal que siempre se cuestione a una mujer de mediana edad que quiere viajar, mientras que los adolescentes de sexo masculino pueden entrar y salir sin cuestionamiento alguno”.
— ABEER ABDUL HAMID, 50 años
Londres
“La guardia no ha afectado mi vida porque no enfrento problemas al respecto. Mi padre es muy cooperativo y de mente abierta”.
— LATIFAH, 22 años
Riad
“Me gusta tener un guardián que me cuide y se preocupe por mi bienestar, que me defienda y se haga cargo de lo que yo no puedo manejar y, si cometo algún error, él será castigado”.
— OUM ADCULRAHMAN, 36 años
Riad
El cambio es gradual
“Ahora las mujeres son doctoras, ingenieras, científicas, empresarias que trabajan con los hombres y son valoradas, y esto ha sucedido en los últimos siete años más o menos. Estamos avanzando. Estamos yendo hacia adelante. Solo necesitamos paciencia y una oportunidad”.
— L, 18 años
Riad
“Nunca he sentido de ninguna manera que haya algo para lo que no tenga permiso. Cuando creces en una sociedad como la de Arabia Saudita, te acostumbras a las reglas y te las arreglas con ellas.
Bueno, hace unos años, tuve que llevar a mi padre para que me dieran mi tarjeta de identificación nacional. En los últimos años, he tenido que renovarla y ya no he tenido que llevarlo.
Las cosas están cambiando. Es sutil, pero el cambio está aquí y es tangible.”
— REEM SERAJ, 42 años
Riad
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marinawais- Reportero total
The New York Times
Los destructores de Alepo
Por EL COMITÉ EDITORIAL 15 de diciembre de 2016CreditRoman Muradov
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Ver la caída de la antigua ciudad de Alepo ha sido intolerable. Según informes, los civiles que sobrevivieron semanas de intensos bombardeos han sido masacrados por las fuerzas del gobierno de Asad mientras huyen de la zona de batalla; a algunos les han disparado en persecuciones casa por casa. Miles más están atrapados sin comida, agua ni refugio. “Este es un mensaje de alguien que dice adiós y que podría enfrentarse a la muerte o a un arresto en cualquier momento”, escribió un médico en un servicio de mensajería. Las Naciones Unidas catalogaron como un “colapso total de humanidad” a la catástrofe.
Las fuerzas de Asad están cerca de retomar Alepo, la última ciudad importante que no está en manos del gobierno. En 2011, el presidente Bashar al Asad ignoró las demandas de manifestantes pacíficos y desató una guerra aterradora contra su pueblo. Más de 400.000 sirios han sido asesinado mientras millones más han escapado a través de fronteras regionales y hacia Europa.
Sin embargo, Asad jamás pudo haber prevalecido sin el apoyo del presidente ruso Vladimir Putin y, en un menor grado, de Irán. Esa es una verdad que el presidente electo Donald Trump, un defensor de Putin que está rodeándose de colaboradores que también son simpatizantes del Kremlin, no puede ignorar. Durante la campaña presidencial, Trump alabó a Putin por ser “un mejor líder” que el presidente Obama. Este sería un buen momento para que le recomiende a Putin acabar con la masacre.
Las acciones sangrientas de Putin —el bombardeo de vecindarios, la destrucción de hospitales, la negativa a permitir que civiles reciban alimentos, combustible y suministros médicos— violan la ley internacional. El martes, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Samantha Power, la embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, les dijo a Asad, Rusia e Irán que habían puesto una “soga” a los civiles de Alepo y que “debería darles vergüenza. En vez de eso, todo parece indicar que se están envalentonando”.
Al comienzo del conflicto, cuando la diplomacia en el Consejo de Seguridad pudo haber obligado a que Asad se comprometiera a hacer acuerdos políticos y previniera la guerra, Rusia utilizó su veto para protegerlo de las críticas y las sanciones. Para octubre de 2015, cuando parecía que Asad estaba perdiendo, Rusia envió jets y tropas, y se convirtió en combatiente activo en nombre del gobierno contra los rebeldes, incluyendo aquellos que habían sido entrenados y auxiliados por Estados Unidos y los países árabes. Hezbollah, respaldado por Irán con armas y dinero, también ha sido un activo vital para el régimen de Asad ya que, según fue reportado, ha desplegado por lo menos 5000 combatientes en Siria. El caos ha permitido que el Estado Islámico establezca una sede en Siria y se convierta en una grave amenaza terrorista.
Después de pedirle a Asad que se hiciera a un lado en 2011, Obama jamás fue capaz de lograrlo, y puede que eso jamás haya estado en su poder, por lo menos bajo un costo aceptable para el pueblo estadounidense o el Congreso, que se ha rehusado a autorizar una acción militar contra el gobierno de Asad. Obama, reacio a aprobar intervención militar directa, contuvo el apoyo a los rebeldes y tuvo problemas para convertirlos en un frente de batalla efectivo.
Obama trabajó con Rusia para eliminar la mayor parte de las armas químicas de Asad en Siria. Pero otros intentos de cooperación —en especial la búsqueda de un acuerdo político que terminara la guerra civil y permitiera un enfoque unificado para luchar contra EI— han fracasado. Quedan pocas dudas de que Putin utilizó la diplomacia como un amago para permitir la victoria militar de Asad.
El martes, Rusia y Turquía negociaron un cese del fuego que iba a permitir que miles de civiles y combatientes se fueran de Alepo. Pero el miércoles continuó el bombardeo por parte de las fuerzas pro-Asad contra un número cada vez más escaso de personas en la ciudad. ¿Cuándo se detendrá? Eso depende de Asad, Putin e Irán.
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marinawais- Reportero total
Re: GUERRA EN EL MEDIO ORIENTE... SIRIA O IRÁN
herdelval- PIRULAS NIBIRUS
The New York Times
Que en paz descanse ese ser humano y Dios le de aceptación de los hechos a su familia.
Turquía, Rusia y Siria: por qué el asesinato del embajador ruso no desencadenará otra guerra
Por MAX FISHER 20 de diciembre de 2016
El atacante inmediatamente después de que le disparara al embajador ruso en Turquía, el lunes en una galería de AnkaraCreditYavuz Alatan/Agence France-Presse—Getty Images
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Las complicadas relaciones entre Turquía y Rusia, que han ayudado a moldear la guerra siria y las crisis relacionadas con ese enfrentamiento, sintieron una nueva conmoción el lunes después de que un policía turco matara al embajador de Rusia.
El asesinato de Andrei Karlov en Ankara alarmó al mundo y plantea preguntas sobre las consecuencias mayores de ese acto.
En las redes sociales, muchos establecieron paralelismos con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, que desencadenó la Primera Guerra Mundial… comparación que, afortunadamente, es rechazada por muchos analistas.
Ningún grupo se ha hecho responsable del ataque, perpetrado en una galería de arte en la capital turca, donde Karlov estaba ofreciendo un discurso. El atacante, que fue asesinado en el lugar por las fuerzas de seguridad, gritó “Dios es grande” en árabe y más tarde dijo en turco: “No olviden a Alepo. No olviden a Siria”.
Puede que eso ofrezca algunos indicios de su motivación: la fuerza aérea rusa fue parte clave del exitoso ataque del gobierno sirio a los lugares retenidos por los rebeldes en Alepo, acciones que incluyeron ataques generalizados a la población civil.
Lo que sigue es una explicación de lo que significa este episodio para Turquía, Rusia, Siria y Estados Unidos.
¿Este asesinato podría provocar un conflicto entre Turquía y Rusia?
Eso parece muy poco probable. Hasta ahora ambos países trabajan para controlar la situación. Parecen estar alineando sus explicaciones de lo que sucedió y señalan a enemigos mutuos pero no se culpan entre sí.
El motivo es Siria. En los últimos meses, Turquía y Rusia se han esforzado por alinear sus estrategias, que alguna vez estuvieron en conflicto.
Tropas del gobierno sirio tomaron varios pueblos de la provincia central de Hama con ayuda de ataques aéreos rusos. CreditAlexander Kots/Komsomolskaya Pravda, via Associated Press
Aaron Stein, experto en Turquía en el Atlantic Council, lo dijo sin rodeos: “Turquía necesita que Rusia fomente sus intereses bélicos. Rusia necesita que Turquía gane pues eso definirá la victoria en Siria. Todos tienen un incentivo para manejar esto como adultos”.
Una crisis en torno a un embajador asesinado podría poner en peligro los intereses de los dos países en Siria —o, peor aun, resucitar las tensiones del año pasado— por lo que ambos están trabajando para limar asperezas.
¿Por qué se produjo la tensión entre Turquía y Rusia?
Los dos países estaban, y hasta cierto punto aún están, en extremos opuestos de la guerra siria. Turquía se opone al presidente sirio Bashar al Asad y ha respaldado a los grupos rebeldes. Rusia apoya a Asad y entró al conflicto en su nombre en otoño de 2015.
Poco después de que Rusia intervino, sus aviones comenzaron a bombardear a grupos rebeldes respaldados por Turquía y volaron a lo largo —Turquía dice que lo hicieron a través— de la frontera turca. En noviembre de 2015 Turquía derribó un jet ruso, lo cual originó una importante crisis y el temor de una guerra. Eso también pudo haber hecho que Estados Unidos participara pues existe un tratado en el que se compromete a defender a Turquía, un aliado de la OTAN.
Bajo esas circunstancias, el asesinato de un embajador podría provocar un gran conflicto. Pero a lo largo del año pasado, la relación de esos países ha cambiado significativamente.
¿Cómo pasaron de ser enemigos a aliados?
Después de años de buscar la caída de Asad, Turquía recurrió este año a una estrategia más modesta: prevenir que los grupos kurdos en Siria acumularan demasiados territorios a lo largo de la frontera. Ese cambio lo alineó con Rusia.
Turquía teme que el control kurdo de la frontera refuerce el separatismo en Turquía, donde el gobierno está luchando contra esos grupos, algunos de los cuales han realizado ataques terroristas.
La entrada de Rusia a la guerra también cambió los cálculos de Turquía, lo cual hizo que la campaña contra Asad fuera más costosa y tuviera menos probabilidades de triunfar.
Al principio, Rusia tuvo problemas para ganar terreno contra los rebeldes sirios, algunos de los cuales recibieron el respaldo de Turquía. Moscú parece haber concluido que es mejor tener a Turquía como aliado.
John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos, y Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, se reunieron en Ginebra, en septiembre. CreditKevin Lamarque
Los dos países parecieron establecer un acuerdo no oficial: Turquía dejaría de apoyar a algunos rebeldes que amenazaban los intereses de Rusia en Siria, y Rusia dejaría de apoyar a grupos kurdos en Siria. Rusia también permitió que las tropas turcas y los ejércitos aliados invadieran el territorio de la frontera que antes había estado controlado por kurdos y el Estado Islámico.
Stein llama al acuerdo “Alepo a cambio de Al Bab”: Rusia y Asad tomarían Alepo, mientras que los ejércitos aliados de Turquía tomarían la estratégica ciudad de Al Bab.
Puesto que las ciudades son casi adyacentes, las campañas turca y rusa se benefician entre sí. Al mismo tiempo, con sus fuerzas a tan solo kilómetros de distancia, un gran colapso en torno al asesinato de Karlov simplemente sería demasiado peligroso para tolerarlo.
¿El asesinato cambiará algo?
Hasta ahora no hay indicios de que Turquía o Rusia vayan a alterar sus políticas en Siria. Si acaso, el ataque podría afianzar su alianza.
Stein predijo que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan buscará desviar la atención hacia la política que su gobierno mantiene en Siria adjudicándole el ataque al clérigo turco Fethullah Gulen, a quien también culpan del reciente intento de golpe de Estado en Turquía.
Gulen ha negado los cargos y Washington se ha rehusado a extraditarlo argumentando que no hay evidencia suficiente. Eso ha hecho que la relación entre Estados Unidos y Turquía sea tensa, aunque eso favorece a Erdogan pues le ayuda a reunir apoyo en casa, donde Estados Unidos no es popular.
“El perdedor más grande en esta situación será Washington”, dijo Stein. “Esto es completamente ilógico, pero es Washington”.
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marinawais- Reportero total
The New York Times
Por ANNE BARNARD , BEN HUBBARD y IAN FISHER 17 de abril de 2017
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La destrucción en Homs en 2014. Más de 400.000 personas han sido asesinadas en la guerra siria.[size=9]CreditSergey Ponomarev para The New York Times
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ESTAMBUL – La evidencia es abrumadora.
Una sola organización en Europa tiene en sus manos tres toneladas de documentos gubernamentales de Siria, que constituyen un extenso y escalofriante catálogo de los crímenes de guerra del Estado. Un fotógrafo de la policía siria huyó con imágenes de más de 6000 personas muertas a manos del Estado, muchas de ellas torturadas. Los teléfonos inteligentes han roto las barreras de la guerra: hoy en día los registros de los crímenes son extremadamente gráficos, inmediatos, sobrecogedores.
Sin embargo, seis años después del comienzo de la guerra, ha habido muy poca justicia a partir de esta montaña de documentos. Los causantes de la violencia siguen libres y no hay un camino claro para llevar el grueso de la evidencia ante una corte en algún lugar.
Más de 400.000 personas han muerto en la guerra de Siria. La mitad de la población de ese país ha sido desplazada. Los grupos sirios de derechos humanos cuentan a más de 100.000 personas como desaparecidas, ya sea arrestadas o asesinadas. Decenas de miles languidecen bajo la custodia del Estado: la tortura, las privaciones, la suciedad y la sobrepoblación son tan graves que una comisión de las Naciones Unidas considera que constituyen “exterminio”, un crimen en contra de la humanidad.
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En Alepo, los trabajadores de la defensa civil siria rescatan a un joven de los escombros de un edificio derruido por los bombardeos aéreos, en julio.[size=9]CreditThaer Mohammed/Agence France-Presse — Getty Images[/size]
Hasta ahora, no obstante, solo hay un caso de crimen contra la humanidad por parte de funcionarios sirios: la demanda se presentó en España debido a que un hombre que murió bajo arresto gubernamental.
No hay casos ante la Corte Penal Internacional. Siria nunca se unió a ella, por lo que la fiscal principal de la corte no puede comenzar una investigación por sí misma. El Consejo de Seguridad de la ONU podría referir un caso a la Corte, pero Rusia ha estado usando su poder de veto para proteger a Siria de una sentencia internacional. Incluso si el consejo actuara, el presidente Bashar al Asad y sus principales funcionarios están bien resguardados en Damasco, lo que hace su arresto difícil, por decir lo menos.
En los primeros días de este mes, el mundo se sacudió por un ataque con armas químicas que mató a más de 80 personas. El gobierno estadounidense atribuyó el ataque a las fuerzas de Asad con base en datos de vuelos y otra información. En respuesta, el presidente Donald Trump lanzó 59 misiles Tomahawk y llamó “animal” a Asad.
Víctimas del ataque químico en Khan Sheikhoun del 4 de abril. Más de 80 personas murieron y el gobierno de Donald Trump respondió con el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk.CreditAlaa Alyousef, via Associated Press
Mientras este último ha consolidado su control de las ciudades sirias más importantes, algunos países que se oponían a él desde hace tiempo han dado señales de una nueva disposición a aceptar su gobierno como la manera más rápida de acabar con la guerra, animar a los refugiados a regresar a casa y acelerar la lucha en contra de los yihadistas. Algunos sostienen que, por malo que sea Asad, Siria estaría peor sin él.
Los opositores a Asad responden que mantener a un jefe de Estado con tanta sangre en las manos perpetuaría la guerra.
El ataque con armas químicas fue solo su atrocidad más reciente, después de años de torturas, desapariciones forzadas, sitios y bombardeos indiscriminados a vecindarios civiles y hospitales. La violencia continuaría mientras Asad y su aparato de seguridad continúen, dicen sus enemigos.
“No se trata de una cuestión abstracta de derechos humanos”, dijo Laila Alodaat, una abogada siria de derechos humanos de la Liga Internacional de las Mujeres para la Paz y la Libertad. “Esto está en el centro de este conflicto y de cualquier posible solución o reconciliación. Cientos de miles de víctimas y sus familias necesitan que se les haga justicia, se les den compensaciones, y puedan tener la seguridad de que su futuro estará libre de tales violaciones”.
En la guerra de Siria todos los bandos han cometido atrocidades. Los rebeldes han bombardeado vecindarios civiles y los yihadistas de Al Qaeda y el Estado Islámico han usado bombas suicidas, han torturado a sus enemigos y han ejecutado a sus prisioneros, a menudo grabando todo en video.
Sin embargo, la mayor cantidad de violaciones han sido realizadas por el gobierno sirio y sus aliados, señalan los investigadores, porque ellos cuentan con el aparato del Estado, incluyendo un ejército formal con una fuerza aérea, amplios servicios de seguridad y sistemas carcelarios.
El presidente sirio, Bashar al Asad, en el parlamento en Damasco, el año pasado. Asad ha dicho que los prisioneros son tratados de acuerdo con la ley. CreditAgencia Árabe Siria de Noticias
El gobierno de Siria pinta el conflicto como si se tratara de una conspiración internacional para destruir al país y afirma que cualquier oposición es terrorismo respaldado por el extranjero. Niega que sus fuerzas hayan usado armas químicas o hayan cometido atrocidades.
En una entrevista del año pasado, Asad contestó a una pregunta de The New York Times asegurando que a todos los prisioneros se les trata según la ley y negó los relatos de miles de familias que dicen que sus seres queridos han desaparecido sin rastro.
“Esas son acusaciones”, dijo Asad. “¿Cuáles son los hechos?”.
El levantamiento en Siria comenzó con la detención y tortura en marzo de 2011 de una decena de chicos que atraparon después de que uno de sus amigos escribió sobre una pared: “Es tu turno, Doctor”, lo que sugería que Asad, antes oftalmólogo, sería el siguiente líder árabe en caer. Los arrestaron, golpearon, torturaron y forzaron a firmar confesiones, según relató uno de ellos a The New York Times.
Cuando se extendieron las manifestaciones, lo mismo sucedió con los arrestos. Siria ya tenía un sistema carcelario bien documentado donde la tortura y las confesiones forzadas eran comunes. Entonces, sin embargo, se amplió a lo que una Comisión de Investigación de la ONU y grupos de derechos humanos han descrito como un sistema a escala industrial, donde pueden estar presos decenas de miles en cualquier momento. Se ha ejecutado a miles en una sola de estas instalaciones, la prisión Saydanya, según encontró Amnistía Internacional.
A lo largo de los años, decenas de personas le han relatado con detalle a The New York Times sus arrestos y detenciones, así como la desaparición de sus familiares en las fauces del sistema de seguridad, desde principios de 2011 hasta este mes.
Uno de los jóvenes sirios arrestados y torturados en 2011 a causa de un grafiti en contra del gobierno CreditBryan Denton para The New York Times
Muchos de ellos hace tiempo que perdieron la esperanza de que las cosas se arreglen.
Un sirio que ha pasado por cuatro periodos de detención y tortura por llevar ayuda humanitaria a los manifestantes heridos y rebeldes hizo un recuento de sus experiencias, pero luego expresó su desesperanza de que hacerlo pudiera conducir a algún resultado.
“Los países no requieren estas pruebas; ya saben lo que está pasando”, dijo el hombre, Abu Ali al Hamwi, quien usó su nombre de guerra, pues su madre se encuentra dentro de la Siria controlada por el gobierno.
“Solo somos peones sobre un tablero de ajedrez. Tengo amigas a las que han arrestado, violado, embarazado y torturado con ácido”.
Se encogió de hombros.
“No hay justicia”, dijo. “Y debido a que no hay justicia, no hay esperanza”.
Conforme la guerra se ha alargado, los grupos de activistas, abogados y otros en Siria y más allá han ido documentando las atrocidades con la esperanza de algún día hacer rendir cuentas a los perpetradores.
Algunos graban en video las consecuencias de los ataques y hacen listas de los muertos. Otros son expertos fiscales de crímenes de guerra que han comenzado a elaborar los casos en contra de Asad y otros funcionarios gubernamentales.
El esfuerzo más sistemático lo ha realizado la Comisión para la Justicia y la Responsabilidad Internacional, un grupo sin fines de lucro que ha pasado años sacando de Siria documentos gubernamentales que ha conseguido.
El grupo, fundado por gobiernos occidentales, actualmente tiene en su poder más de 750.000 documentos del gobierno sirio que contienen cientos de miles de nombres, incluyendo a los principales agentes del aparato de seguridad de Siria, de acuerdo con William H. Wiley, el director ejecutivo del grupo.
Hasta ahora, el grupo ha elaborado ocho informes detallados de casos en contra de altos funcionarios de seguridad e inteligencia sirios, señaló Wiley. Siete de ellos implican directamente a Asad.
No obstante, incluso aquellos que trabajan en las acusaciones de crímenes de guerra enfrentan barreras sustanciales durante un conflicto.
El camino hacia la Corte Penal Internacional parece bloqueado y las cortes europeas encuentran difícil tener acceso a los acusados.
Kevin Jon Heller, un profesor de Derecho en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, dijo que la evidencia recolectada sobre Siria podría ser tan sólida como la usada en los juicios de Nuremberg después de la Segunda Guerra Mundial.
“Tal como lo veo, el problema no es tanto qué mecanismos puedan usarse para fincar responsabilidades, sino cómo poner las manos realmente encima de la gente a la que quieres acusar”, dijo.
Anne Barnard reportó desde Estambul; Beirut; Damasco, Siria; Ginebra; y Duesseldorf, Alemania; Ben Hubbard desde Beirut y Ian Fisher desde Jerusalén. Colaboraron para el reportaje Hwaida Saad desde Beirut, Karam Shoumali desde Estambul y Somini Sengupta desde Nueva York.
BASHAR AL ASAD, CRÍMENES DE GUERRA, SAYDANYA, SIRIA
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marinawais- Reportero total
Re: GUERRA EN EL MEDIO ORIENTE... SIRIA O IRÁN
Misionera en Siria cuenta la verdad de la "Oposición Siria"
marinawais- Reportero total
La Patilla.
Nov 4, 2017 5:36
REUTERS/Omar Sanadiki/Archivo
Un atentado con carro bomba perpetrado el sábado por el grupo Estado Islámico (EI) mató a decenas de personas desplazadas en la provincia de Deir Ezzor, en el este de Siria, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
AFP
“El EI apuntó el sábado por la noche con un coche bomba contra un grupo de desplazados a orillas del Éufrates, causando decenas de muertos y heridos”, precisó a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Las víctimas del atentado huían de los combates que arrasan esa provincia petrolera, en la que los yihadistas están siendo atacados por dos ofensivas distintas: una, de las fuerzas del régimen sirio y otra, de una alianza kurdoárabe apoyada por Washington.
El jueves, el ejército sirio y sus aliados ruso e iraní expulsaron a los últimos combatientes del Ei de la ciudad de Deir Ezzor, con lo que los yihadistas perdieron la última gran ciudad en la que seguían presentes en Irak y Siria.
Los combates continúan en el resto de la provincia, donde el EI está acorralado en el valle del Éufrates.
Ante el avance de la violencia, numerosos civiles han intentado huir de las últimas zonas de los yihadistas.
“Están perdidos, principalmente en las zonas desérticas, donde las comunicaciones son inexistentes”, había subrayado previamente Rami Abdel Rahman el sábado.
“En las últimas semanas, casi 350.000 personas, de las que 175.000 eran niños, arriesgaron su vida para poder refugiarse y escapar a la escalada [de violencia] en Deir Ezzor”, indicó por su parte la oenegé Save the Children.
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marinawais- Reportero total
U.S. Departmet of State
Declaraciones efectuadas en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Siria y las amenazas unilaterales a la paz y la seguridad internacional
Misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas
Oficina de Prensa y Diplomacia Pública
Para su divulgación inmediata
13 de abril de 2018
Gracias, señor Presidente. Gracias, señor Secretario General. Comencé a escuchar a mi colega ruso y a responderle, pero en cambio estoy asombrada, Vassily, de cómo usted dice lo que dice sin inmutarse. Realmente lo estoy. La sesión de hoy del Consejo de Seguridad se ha convocado en circunstancias verdaderamente extrañas.
La Federación Rusa nos ha pedido que debatamos lo que ella llama «amenazas unilaterales» relacionadas con Siria. Lo que resulta extraño es que Rusia ignore cuál es la verdadera amenaza a la paz y la seguridad que nos trae aquí. Y que se desentienda de su propia responsabilidad unilateral por todo ello.
Lo que deberíamos debatir hoy es el empleo de armas químicas mortíferas para asesinar a civiles sirios inocentes. Se trata de una de las violaciones de la legislación internacional más flagrantes y grotescas del mundo en la actualidad. Es una violación de todas las normas morales. Viola el consenso internacional de larga data sobre el carácter excepcionalmente pernicioso de esas armas.
El cloro, el gas mostaza y otras armas químicas mataron a 90.000 personas e hirieron a más de un millón en la Primera Guerra Mundial.
En el libro Canada in the Great World War (Canadá en la Gran Guerra), el soldado canadiense A.T. Hunter lo describió así: «La nube de gas se replegó sobre sí misma como una ola e inundó pesadamente las trincheras. A continuación, la curiosidad pasiva se convirtió en un tormento activo: una sensación ardiente en la cabeza, agujas al rojo vivo en los pulmones, la garganta estrangulada».
«Muchos cayeron y murieron allí mismo. El resto, respirando con dificultad, tambaleantes, con el rostro contorsionado, las manos gesticulando de forma incontrolada y entre roncos gritos de dolor, huyeron enloquecidos a través de los pueblos, las granjas y la ciudad misma, llevando el pánico a la población civil que quedaba y llenando las carreteras de fugitivos de ambos sexos y de todas las edades».
Las armas químicas no fueron las que produjeron más víctimas en la Primera Guerra Mundial, pero sí las más temidas.
En la Segunda Guerra Mundial se emplearon armas químicas a escala industrial contra la población civil, en lo que constituyó el peor genocidio de la historia humana, que recordamos ayer mismo en el Día del Holocausto.
Eso es lo que nos trae aquí hoy. En eso consisten las armas químicas. Por esa razón, no debemos permanecer en silencio ante el aborrecible uso de armas químicas en nuestra propia época.
La primera respuesta a todas esos muertos y heridos fue el Protocolo de Ginebra de 1925, por el que se prohibió el uso bélico de armas químicas.
Más tarde, en 1993, se suscribió la Convención sobre las Armas Químicas, que compromete a todas las partes a no desarrollar, producir, almacenar, transferir o utilizar armas químicas «nunca, en ninguna circunstancia». Asimismo, prohíbe a las partes ayudar quien lleve a cabo estas actividades.
Los Estados Unidos son parte de la Convención, Rusia es parte de la Convención. Todos los países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas son parte de la Convención. Incluso el régimen de Assad se ha comprometido a cumplir la Convención.
Por tanto, en teoría todos nosotros estamos de acuerdo en el principio básico que hoy está en juego: no debe permitirse a ningún país el uso impune de armas químicas.
Ahora que hemos establecido las cuestiones en las que todos estamos de acuerdo, preguntémonos qué deberíamos condenar hoy.
Deberíamos estar debatiendo las acciones que realmente nos han traído hasta este momento.
No deberíamos condenar al país o al grupo de países que han tenido el valor de levantarse en defensa de nuestro principio común. El principio de la oposición el empleo de armas químicas.
En cambio, debemos condenar al país que, de manera unilateral, ha impedido que el Consejo de Seguridad defendiera este principio.
En este Consejo de Seguridad, ¿quién se caracteriza por su unilateralidad en lo relativo a las armas químicas?
Es Rusia la que no se ha detenido ante nada para defender los múltiples usos de armas químicas por parte del régimen sirio.
Es Rusia la que frustró el Mecanismo de Investigación Conjunta, que garantizaba al mundo la rendición de cuentas por el empleo de armas químicas en Siria.
Es Rusia la que utilizó su veto seis veces para evitar que se condenara el uso de armas químicas por parte de Assad.
Es Rusia la que utilizó su veto 12 veces para proteger el régimen de Assad.
Y, para empeorar las cosas, es Rusia la que había aceptado ser el garante de la eliminación de todas las armas químicas en Siria.
Si Rusia hubiera cumplido su compromiso, no existirían armas químicas en Siria, y hoy no estaríamos aquí.
Ese es el historial de Rusia en materia de unilateralidad. Un historial que ha acabado demoliendo todas las normas internacionales contra el uso de armas químicas.
Esta reunión no debería versar sobre las llamadas «amenazas unilaterales»; debería ocuparse de las múltiples medidas que Rusia ha adoptado para conducirnos hasta a este punto.
Nuestro presidente aún no ha tomado una decisión sobre las posibles acciones en Siria. Pero si los Estados Unidos y nuestros aliados decidiéramos intervenir en Siria, sería en defensa de un principio sobre el cual todos estamos de acuerdo. Sería en defensa de una norma internacional fundamental que beneficia a todas las naciones.
Seamos claros: el reciente uso de gas venenoso contra la población de Duma no constituye la primera vez que Assad utiliza armas químicas, ni la segunda, ni la tercera, ni siquiera la cuadragésima novena vez.
Los Estados Unidos estiman que Assad ha empleado armas químicas en la guerra de Siria al menos 50 veces. Según los cálculos públicos, llegan a 200 veces.
En las semanas posteriores al ataque de Assad con gas sarín en abril que mató a casi 100 personas, entre ellas numerosos niños, el régimen utilizó gas cloro al menos una vez y posiblemente hasta tres veces en la misma zona.
En noviembre pasado, precisamente cuando expiró el mandato del Mecanismo de Investigación Conjunta, el régimen volvió a atacar a su pueblo con sarín en los suburbios de Damasco.
En enero, Assad empleó en Duma al menos cuatro cohetes cargados de cloro. Luego, el fin de semana pasado, volvió a atacar. Y gracias a Rusia, no había ningún organismo de las Naciones Unidas para determinar la responsabilidad del ataque.
Pero sabemos quién ha sido. Nuestros aliados saben quién ha sido. Rusia puede alegar tanto como quiera que se trata de noticias falsas, pero nadie cree sus mentiras y sus encubrimientos.
Se suponía que Rusia garantizaría que Assad no usaría armas químicas, pero hizo todo lo contrario.
El mundo no debe aceptar pasivamente el empleo de armas químicas casi un siglo después de su prohibición. Todos los principios defendidos por las Naciones Unida se desafían de manera flagrante en Siria, con la ayuda de un miembro permanente de este Consejo.
Si permitimos que Assad normalice el uso de armas químicas, todas las naciones y todos los pueblos sufrirán las consecuencias. Quienes merecen nuestra condena son aquellos que violan la prohibición de las armas químicas. Quienes la defienden merecen nuestro apoyo.
Los Estados Unidos y nuestros aliados seguiremos alzándonos en defensa de la verdad, la rendición de cuentas, la justicia y el fin del uso de las armas químicas.
Muchas gracias.
Ver contenido original: https://usun.state.gov/remarks/8385
Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.
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marinawais- Reportero total
La Patilla.
La oscuridad esta utilizando todas las armas que tiene para no terminar de irse, pero repito, gracias a eso que cada quien llama Dios igual la luz esta ganando a pasos agigantados, y a pesar de las apariencias, asi es que, a estar mosca y no caer en sus macabros jueguitos porque van a seguir tratando de inventar o crear nuevas artimañas para mantenerse, y a como de lugar...!!! pero igual ya estan de salida y punto porque asi Es y hecho ya esta, Amèn.
Antes de dividir averiguen si la noticia es cierta porque ya esta bueno de que caigan en las redes de estos nefastos gobiernos que todo lo tergiversan, ya basta y basta ya, Amèn. ¡Crezcan y maduren por su bien, crezcan y maduren....!!!!
La otra ofensiva que lanzó Vladimir Putin contrarreloj en las últimas 24 horas
Abr 14, 2018 6:35 pm
Infobae
El régimen de Vladimir Putin lanzó otra guerra. La misma para la que su ejército oculto está preparada desde hace años: la de la desinformación. Así lo denunció hoy el Pentágono quien señaló que la maquinaria de trolls de Rusia está en marcha desde la noche del viernes cuando se iniciaron los bombardeos aliados sobre Siria.
Infobae
“La campaña de desinformación rusa ya ha comenzado. Los trolls rusos se han incrementado en un 2000 por ciento en las últimas 24 horas”, señaló Dana
White, portavoz del Pentágono quien también indicó que se “invocó” al Kremlin a ayudar a desmantelar el arsenal químico de Bashar Al Assad.
Reuters
Desde hace varios años Rusia ha diseñado un sistema de desinformación basado en un verdadero ejército de cibernautas dedicados a la difusión de noticias falsas.
Con esa misma estrategia, Putin consiguió interferir en las elecciones de Gran Bretaña cuando decidió abandonar la Unión Europea y en la última campaña de los Estados Unidos de 2016, cuando Donald Trump alcanzó la Casa Blanca.
Rusia fue en las últimas semanas, además, una gran protagonista del escándalo Facebook que tuvo a su fundador y CEO, Mark Zuckerberg en el centro de la escena parlamentaria en Washington. Allí debió explicar cómo no hizo nada para contener la enorme cantidad de trolls rusos y noticias falsas que se generaron a partir del affair Cambridge Analytica.
La fábrica rusa de noticias falsas tiene un nombre y una dirección: se llama Internet Research Agency (IRA, por sus siglas en inglés). Estaba ubicada en un moderno edificio de San Petersburgo, en el número 55 de la calle Savushkina.
También se conoce su principal tarea: dividir a los estadounidenses y sembrar desconfianza en la democracia, no sólo norteamericana, sino también global. Pero esa fábrica además intervino durante la discusión sobre el Brexit, los comicios británicos que debían decidir sobre la permanencia o no del Reino Unido en la UE.
Y desde los últimos meses, se conoció que tuvo un nuevo objetivo: Italia. “La colpa è degli immigrati”. Este mensaje, corto, sencillo y devastador, se martilló en las redes sociales italianas en los últimos meses de cara a las últimas elecciones. La culpa es de los inmigrantes.
El discurso xenófobo fue una de las herramientas que tuvo el Kremlin para involucrarse en los comicios de la península. El ejército de trolls con que cuenta el régimen de Putin operaba en las sombras y desde diferentes lugares para influir en parte de la opinión pública italiana.
Ahora, ese ejército sacó sus reservas. En tan solo 24 horas se vio incrementado en un 2000 por ciento para refutar la información oficial dada por los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Principalmente se basan en supuestas noticias dadas a conocer por los medios propagandísticos RT y Sputnik, en manos
del régimen ruso.
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marinawais- Reportero total
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