CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
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luna negra
protstar
TheFinalCountdown
edwingt09
Mundoalerta
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Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
Lo que menciona edwin es correcto, los mayas en ningun momento afirman el fin del mundo ni ningun desastre, tan solo marcan que su calendario termina el 21 de diciembre del 2012, y que de alguna forma las cosas cambiaran. Aunque si habria algun "fin del mundo" quizas se refiera al mundo como lo conocemos(economia, sociedad, )
TheFinalCountdown- PIRULAS NIBIRUS
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
TheFinalCountdown escribió:Lo que menciona edwin es correcto, los mayas en ningun momento afirman el fin del mundo ni ningun desastre, tan solo marcan que su calendario termina el 21 de diciembre del 2012, y que de alguna forma las cosas cambiaran. Aunque si habria algun "fin del mundo" quizas se refiera al mundo como lo conocemos(economia, sociedad, )
Quien profetizó eso sobre el 2012 fué el maya Chilam Balam
Mundoalerta- Admin
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
PUES FROFETIZÓ MUY BIEN POR QUE YA VEMOS QUE DIO DE PLENO, crissis economica y por lo tanto social (ya que nuestro modelo se centra en el dinero) hay alguna profecia que dice "se creeran que podran volver a la economia de antes pero esta se irá destruyendo sin remedio" no recuerdo de quien es ,hay tantas......
os acordais de los brotes verdes? para quien son los brotes verdes ? seran para los bancos por que lo que son los parados no creo .... y que se prepare el capitalismo y sus aseguradoras ,con tanta catastrofe no daran a basto ni los gobiernos ni los seguros para cubrir gastos , otra cosa es la alimentacion, con tanta inundacion ,nevadas, granizo, viento , la comida se podria poner por las nubes y aquí si que COMENZARIAN LOS PROBLEMAS SOCIALES.....
os acordais de los brotes verdes? para quien son los brotes verdes ? seran para los bancos por que lo que son los parados no creo .... y que se prepare el capitalismo y sus aseguradoras ,con tanta catastrofe no daran a basto ni los gobiernos ni los seguros para cubrir gastos , otra cosa es la alimentacion, con tanta inundacion ,nevadas, granizo, viento , la comida se podria poner por las nubes y aquí si que COMENZARIAN LOS PROBLEMAS SOCIALES.....
Invitado- Invitado
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
en España es una pasada. Mas de 4 millones de paradosfonso escribió:PUES FROFETIZÓ MUY BIEN POR QUE YA VEMOS QUE DIO DE PLENO, crissis economica y por lo tanto social (ya que nuestro modelo se centra en el dinero) hay alguna profecia que dice "se creeran que podran volver a la economia de antes pero esta se irá destruyendo sin remedio" no recuerdo de quien es ,hay tantas......
os acordais de los brotes verdes? para quien son los brotes verdes ? seran para los bancos por que lo que son los parados no creo .... y que se prepare el capitalismo y sus aseguradoras ,con tanta catastrofe no daran a basto ni los gobiernos ni los seguros para cubrir gastos , otra cosa es la alimentacion, con tanta inundacion ,nevadas, granizo, viento , la comida se podria poner por las nubes y aquí si que COMENZARIAN LOS PROBLEMAS SOCIALES.....
Invitado- Invitado
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
Pues yo creo ke hay poco ke decir, si el mundo se acaba pues despues no habrá nada simplemente los restos de los cadaveres o ni eso, y otra vez a comenzar la vida, con otras especies en la superficie. Mucho peor de los ke estamos ahora hablando en general no creo ke se pueda llegar.
protstar- Buen usuario
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
yo creo que eso no tiene que ver con el 2012protstar escribió:Pues yo creo ke hay poco ke decir, si el mundo se acaba pues despues no habrá nada simplemente los restos de los cadaveres o ni eso, y otra vez a comenzar la vida, con otras especies en la superficie. Mucho peor de los ke estamos ahora hablando en general no creo ke se pueda llegar.
Invitado- Invitado
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
esteban4 escribió:yo creo que eso no tiene que ver con el 2012protstar escribió:Pues yo creo ke hay poco ke decir, si el mundo se acaba pues despues no habrá nada simplemente los restos de los cadaveres o ni eso, y otra vez a comenzar la vida, con otras especies en la superficie. Mucho peor de los ke estamos ahora hablando en general no creo ke se pueda llegar.
Tal vez con 2012 no? Pero es una idea de lo ke habrá después, si hay gente ke piensa ke sobrevivirá gente y la raza humana volverá a renacer pues yo puedo pensar lo contrario.
protstar- Buen usuario
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
Buenos dias de nuevo.
Hoy en Badajoz llueve con fuerza, ¡curioso! jejejeje.
En fin, a lo que iba. Me parece que, en general la humanidad, somos un poquitin prepotentes.
Hablamos del FIN DEL MUNDO, cundo la realidad es que, salvo un colision cosmica de magnitud sin precedentes, el mundo, nuetra querida Tierra, no se puede acabar.
Cosa que evidentemente no podemos decir ni de nuestra raza ni de nuestra civilizacion.
Hagamos un poco de memoria; extinciones masivas ya han ocurrido, y la Tierra siguio adelante.¿Por que no habria ahora de ser igual?
¿O es que somos tan divinos que sin nosotros esto no puede continuar?
Seamos humildes y empezemos a llamar a cada cosa por su nombre.
Y si lo que nos espera es un reajuste del planeta, pues ¡a jodernos tocan!. No seremos la primera especie que desaparece o evoluciona.
Hoy en Badajoz llueve con fuerza, ¡curioso! jejejeje.
En fin, a lo que iba. Me parece que, en general la humanidad, somos un poquitin prepotentes.
Hablamos del FIN DEL MUNDO, cundo la realidad es que, salvo un colision cosmica de magnitud sin precedentes, el mundo, nuetra querida Tierra, no se puede acabar.
Cosa que evidentemente no podemos decir ni de nuestra raza ni de nuestra civilizacion.
Hagamos un poco de memoria; extinciones masivas ya han ocurrido, y la Tierra siguio adelante.¿Por que no habria ahora de ser igual?
¿O es que somos tan divinos que sin nosotros esto no puede continuar?
Seamos humildes y empezemos a llamar a cada cosa por su nombre.
Y si lo que nos espera es un reajuste del planeta, pues ¡a jodernos tocan!. No seremos la primera especie que desaparece o evoluciona.
luna negra- PIRULAS NIBIRUS
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
luna negra escribió:Buenos dias de nuevo.
Hoy en Badajoz llueve con fuerza, ¡curioso! jejejeje.
En fin, a lo que iba. Me parece que, en general la humanidad, somos un poquitin prepotentes.
Hablamos del FIN DEL MUNDO, cundo la realidad es que, salvo un colision cosmica de magnitud sin precedentes, el mundo, nuetra querida Tierra, no se puede acabar.
Cosa que evidentemente no podemos decir ni de nuestra raza ni de nuestra civilizacion.
Hagamos un poco de memoria; extinciones masivas ya han ocurrido, y la Tierra siguio adelante.¿Por que no habria ahora de ser igual?
¿O es que somos tan divinos que sin nosotros esto no puede continuar?
Seamos humildes y empezemos a llamar a cada cosa por su nombre.
Y si lo que nos espera es un reajuste del planeta, pues ¡a jodernos tocan!. No seremos la primera especie que desaparece o evoluciona.
Creo ke la gente aki está deacuerdo contigo eh, nadie dice ke la tierra vaya a desaparecer, creo? De lo ke la mayoria habla u opina es del fin de la humanidad, todos congelados o kemados y a tomar por culo. ke la tierra vuelva a otra vez a tener otro tipo de animales ke la habiten a ver si sale uno mejor ke el ser humano, pq vaya suerte ke a tenido con nosotros, ke la estamos exprimiendo como una naranja.
protstar- Buen usuario
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
HAY LAS DAO BIEN, JEJEJEJEJE
luna negra- PIRULAS NIBIRUS
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
luna negra escribió:HAY LAS DAO BIEN, JEJEJEJEJE
Gracias tio, a veces me salen unas ke las clavo xD jejeje
protstar- Buen usuario
Gracias
Gracias por vuestros comentarios. es de una gran ayuda. Seguire en contacto, y mas adelante, contribuiré a vuestras exposiones. Soy nuevo en esto, asi que perdonarme...Pero se agradece de corazón.
Rubenawer- PIRULAS NIBIRUS
2012
Alerta 2012 Poderosa erupción solar interrumpe medios de comunicación, además existen otras amenazas
feb 20, 2011 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Una llamarada solar de gran alcance ha introducido la tormenta solar más poderosa en al menos cuatro años y ya ha alterado algunas de las comunicaciones de tierra en la Tierra, dijo el profesor Daniel Baker de la Universidad de Colorado, experto en clima espacial de fama internacional.
Clasificada como una llamarada de clase X, el evento del 15 de febrero también arrojó miles de millones de toneladas de partículas cargadas hacia la Tierra en las llamadas eyecciones de masa coronal y desató una tormenta geomagnética en el campo magnético de la Tierra, dijo Baker, director del Laboratorio CU-Boulder de la Atmósfera y Física del Espacio. Estas eyecciones de gran alcance pueden causar una variedad de efectos socioeconómicos y de seguridad que van desde la perturbación de los sistemas de navegación aérea y las redes de energía, a la seguridad de las tripulaciones de líneas aéreas y astronautas.
"El Sol vuelve a la vida", dijo Baker, quien en el 2008 presidió un comité del Consejo Nacional de Investigación que elaboró un informe titulado "Graves Eventos del Clima Espacial: Entendiendo los Impactos Sociales y Económicos" Durante los últimos años el sol ha estado en su estado más inactivo desde principios del siglo 20, dijo Baker.
"Desde un punto de vista científico, un evento de clase X - el tipo más poderoso de llamarada solar - es emocionante", dijo Baker, también profesor de la Universidad de Colorado en el Departamento de Astrofísica y Ciencias Planetarias. "Pero como sociedad, no podemos darnos el lujo de bajar la guardia cuando se opera una aeronave en el entorno cercano a la Tierra", agregó. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), varias eyecciones de masa coronal pueden llegar a la atmósfera de la Tierra en los próximos días.
"La dependencia humana a la tecnología hace que nuestras sociedades sean más susceptibles a los efectos del clima espacial", dijo Baker. Pero los científicos e ingenieros han logrado grandes avances en las últimas décadas con respecto a este fenómeno. "Nosotros ya entendemos mucho más lo que está pasando y bien pudiéramos construir sistemas más robustos para soportar los efectos", dijo Baker. "Será interesante ver qué tan bien nuestros sistemas tecnológicos soportan los rigores del clima espacial en la medida en que el Sol vuelve a los niveles de actividad más alta". Como todos sabemos, este período de alta actividad solar llegará a su punto más elevado durante el año 2012.
Baker también fue autor principal de un informe del 2006 del National Research Council (NRC) titulado "Riesgos de Radiación Espacial y Visión del Espacio". El informe considera los efectos de los fenómenos meteorológicos espaciales en los exploradores humanos aventurándose más allá de la órbita terrestre baja. El National Research Council es una organización federal creada por la Academia Nacional de Ciencias.
Fuente: University of Colorado at Boulder
feb 20, 2011 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Una llamarada solar de gran alcance ha introducido la tormenta solar más poderosa en al menos cuatro años y ya ha alterado algunas de las comunicaciones de tierra en la Tierra, dijo el profesor Daniel Baker de la Universidad de Colorado, experto en clima espacial de fama internacional.
Clasificada como una llamarada de clase X, el evento del 15 de febrero también arrojó miles de millones de toneladas de partículas cargadas hacia la Tierra en las llamadas eyecciones de masa coronal y desató una tormenta geomagnética en el campo magnético de la Tierra, dijo Baker, director del Laboratorio CU-Boulder de la Atmósfera y Física del Espacio. Estas eyecciones de gran alcance pueden causar una variedad de efectos socioeconómicos y de seguridad que van desde la perturbación de los sistemas de navegación aérea y las redes de energía, a la seguridad de las tripulaciones de líneas aéreas y astronautas.
"El Sol vuelve a la vida", dijo Baker, quien en el 2008 presidió un comité del Consejo Nacional de Investigación que elaboró un informe titulado "Graves Eventos del Clima Espacial: Entendiendo los Impactos Sociales y Económicos" Durante los últimos años el sol ha estado en su estado más inactivo desde principios del siglo 20, dijo Baker.
"Desde un punto de vista científico, un evento de clase X - el tipo más poderoso de llamarada solar - es emocionante", dijo Baker, también profesor de la Universidad de Colorado en el Departamento de Astrofísica y Ciencias Planetarias. "Pero como sociedad, no podemos darnos el lujo de bajar la guardia cuando se opera una aeronave en el entorno cercano a la Tierra", agregó. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), varias eyecciones de masa coronal pueden llegar a la atmósfera de la Tierra en los próximos días.
"La dependencia humana a la tecnología hace que nuestras sociedades sean más susceptibles a los efectos del clima espacial", dijo Baker. Pero los científicos e ingenieros han logrado grandes avances en las últimas décadas con respecto a este fenómeno. "Nosotros ya entendemos mucho más lo que está pasando y bien pudiéramos construir sistemas más robustos para soportar los efectos", dijo Baker. "Será interesante ver qué tan bien nuestros sistemas tecnológicos soportan los rigores del clima espacial en la medida en que el Sol vuelve a los niveles de actividad más alta". Como todos sabemos, este período de alta actividad solar llegará a su punto más elevado durante el año 2012.
Baker también fue autor principal de un informe del 2006 del National Research Council (NRC) titulado "Riesgos de Radiación Espacial y Visión del Espacio". El informe considera los efectos de los fenómenos meteorológicos espaciales en los exploradores humanos aventurándose más allá de la órbita terrestre baja. El National Research Council es una organización federal creada por la Academia Nacional de Ciencias.
Fuente: University of Colorado at Boulder
Juan F- PIRULAS NIBIRUS
Re: CRONOLOGIA DEL DESASTRE DESPUES DEL FIN DEL MUNDO
CAPITULO 5. VERSION DE LA BIBLIA ACERCA DEL FINAL DE LOS TIEMPOS.
Para el Foro 21 de Diciembre: Este es el capitulo 5 de un larguisimo trabajo de recopilacion que emprendi. Le seguira la Version del Coran. Muchas Gracias. Juan F
JUAN 1
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Señales antes del fin
MATEO
(Mr. 13.3-23; Lc. 21.7-24)
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores.
9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
La venida del Hijo del Hombre
(Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Parábola de las diez vírgenes
MATEO 25
1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
MARCOS 8
La demanda de una señal
(Mt. 16.1-4; Lc. 12.54-56)
11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. 12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. 13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.
MARCOS 13
1 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada
Señales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Lc. 21.7-24; 17.22-24)
3 Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: 4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? 5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; 6 porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. 7 Más cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin. 8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.
9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. 10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. 11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
14 Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 15 El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; 16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. 17 Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; 19 porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. 20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. 21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos CrIstos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. 23 Más vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35, 42-44; Lc. 21.25-36)
24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. 26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 30 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.
LUCAS 21
Jesús predice la destrucción del templo
(Mt. 24.1-2; Mr. 13.1-2)
Señales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Mr. 13.3-23)
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? 8 El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Más no vayáis en pos de ellos. 9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; 11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. 13 Y esto os será ocasión para dar testimonio. 14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; 15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan. 16 Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; 17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. 18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. 24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35, 42-44; Mr. 13.24-37)
25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
29 También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. 30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. 32 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos. 38 Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el templo.
La adoración celestial
APOCALIPSIS 4
1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. 2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. 5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. 7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. 8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
APOCALIPSIS 6
12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
APOCALIPSIS 8
Las trompetas
6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.
10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.
12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche.
13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!
APOCALIPSIS 9
1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5 Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8 tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9 tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10 tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11 Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
12 El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayees después de esto.
13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 14 diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. 15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16 Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. 17 Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 18 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.
20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
APOCALIPSIS 13
1 Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. 2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. 3 Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, 4 y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?
5 También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. 6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. 7 Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. 8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. 9 Si alguno tiene oído, oiga. 10 Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.
APOCALIPSIS 21
1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Para el Foro 21 de Diciembre: Este es el capitulo 5 de un larguisimo trabajo de recopilacion que emprendi. Le seguira la Version del Coran. Muchas Gracias. Juan F
JUAN 1
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Señales antes del fin
MATEO
(Mr. 13.3-23; Lc. 21.7-24)
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores.
9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
La venida del Hijo del Hombre
(Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Parábola de las diez vírgenes
MATEO 25
1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
MARCOS 8
La demanda de una señal
(Mt. 16.1-4; Lc. 12.54-56)
11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. 12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. 13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.
MARCOS 13
1 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada
Señales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Lc. 21.7-24; 17.22-24)
3 Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: 4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? 5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; 6 porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. 7 Más cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin. 8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.
9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. 10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. 11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
14 Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 15 El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; 16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. 17 Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; 19 porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. 20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. 21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos CrIstos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. 23 Más vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35, 42-44; Lc. 21.25-36)
24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. 26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 30 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.
LUCAS 21
Jesús predice la destrucción del templo
(Mt. 24.1-2; Mr. 13.1-2)
Señales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Mr. 13.3-23)
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? 8 El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Más no vayáis en pos de ellos. 9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; 11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. 13 Y esto os será ocasión para dar testimonio. 14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; 15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan. 16 Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; 17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. 18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. 24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35, 42-44; Mr. 13.24-37)
25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
29 También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. 30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. 32 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos. 38 Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el templo.
La adoración celestial
APOCALIPSIS 4
1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. 2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. 5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. 7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. 8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
APOCALIPSIS 6
12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
APOCALIPSIS 8
Las trompetas
6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.
10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.
12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche.
13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!
APOCALIPSIS 9
1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5 Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8 tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9 tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10 tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11 Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
12 El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayees después de esto.
13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 14 diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. 15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16 Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. 17 Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 18 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.
20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
APOCALIPSIS 13
1 Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. 2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. 3 Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, 4 y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?
5 También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. 6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. 7 Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. 8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. 9 Si alguno tiene oído, oiga. 10 Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.
APOCALIPSIS 21
1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Juan F- PIRULAS NIBIRUS
2012
He aqui la version del Coran:
CAPITULO 4. VERSION DE EL CORAN ACERCA DEL FINAL DE LOS TIEMPOS.
CAPÍTULO 82: LA HENDIDURA SÛRAT AL-INFITÂR
Revelada en Meca, 19 versículos
bísmil-lâhi r-rahmâni r-rahîmi
Con el Nombre de Allah, el Rahmân, el Rahîm.
1. idzâ s-samâ:u nfátarat
Cuando el cielo se hienda,
2. wa idzâ l-kawâkibu ntázarat
cuando los astros se precipiten,
3. wa idzâ l-bihâru fúÿÿirat
cuando los mares se desborden,
4. wa idzâ l-qubûru bú‘zirat
cuando las tumbas se revuelvan,...
5. ‘álimat náfsun mâ qáddamat wa ájjarat*
sabrá cada ser lo que ha adelantado y lo que ha atrasado.
6. yâ: ayyuhâ l-insânu mâ gárraka bi-rábbika l-karîmi
¡Oh, ser humano! ¿Qué te ha engañado apartándote de tu Señor, el Generoso,
7. l-ladzî jálaqaka fa-sawwâka fa-‘áddalaka
el que te ha creado, te ha nivelado y te ha equilibrado,
8. fî: áyyi sûratin mâ shâ:a rákkabak*
dándote la forma que ha querido?
9. kallâ bal tukadzdzibûna bid-dîni
¡Pero no! Declaráis mentira el Dîn,
10. wa ínna ‘aláikum la-hâfizîna
pero sobre vosotros hay vigilantes,
11. kirâman kâtibîna
nobles escribas,
12. ya‘lamûna mâ taf‘alûn*
que saben lo que hacéis.
13. ínna l-abrâra la-fî na‘îm*
Ciertamente, los rectos están en deleite
14. wa ínna l-fuÿÿâra la-fî ÿahîmin
y los perversos en Yahîm
15. yasláunahâ yáuma d-dîni
en el que se abrasan el Día del Dîn,
16. wa mâ hum ‘anhâ bi-gâ:ibîn*
y de allí no se ausentan.
17. wa mâ: adrâka mâ yáumu d-dîni
¿Qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?
18. zúmma mâ adrâka mâ yáumu d-dîn*
Otra vez, ¿qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?
19. yáuma lâ támliku náfsun li-náfsin shái:a*
El Día en que nadie puede hacer nada por nadie.
wa l-ámru yaumáidzin lillâh*
El imperio pertenece ese Día a Allah.
Este capítulo (sûra) del Corán, dividido en diecinueve versículos (âyât, plural de aya, versículo, signo, prodigio), pertenece, como casi todas las suras de la última parte del Corán, a la época de las primeras revelaciones en la ciudad de Meca (Makka)
Sidnâ Muhammad (s.a.s.), movido por una profunda inquietud espiritual y con una poderosa intuición que le hacía rechazar la grosera idolatría de sus conciudadanos, decidió realizar retiros en la soledad de una inhóspita montaña en las proximidades de Meca y en la que había una pequeña cueva conocida con el nombre de Hirâ. La luz que conducía sus pasos recibe el nombre de Îmân, que es la que se enciende en los corazones cuya sensibilidad primordial no ha muerto y los arrastra hacia Allah. Su absoluta sinceridad fue recompensada con la Revelación (Wahy). A partir de entonces, y a lo largo de veintitrés años, el Corán le fue siendo dictado para guiar sus pasos y los de los mûminîn, los que presienten a Allah, los dotados de Îmân, a los que Sidnâ Muhammad (s.a.s.) hermanaría dentro de una Nación (Umma), el Islam.
Pero lo expresado en el párrafo anterior no es completo. Cuando se profundiza en las enseñanzas del Islam se descubre y se comprende que la sinceridad de Sidnâ Muhammad (s.a.s.) no fue lo que desencadenó la Revelación. Hay en ello algo infinitamente más radical: la elección de Allah. La nobleza de Sidnâ Muhammad (s.a.s.) había sido querida por Allah, y sus méritos no eran más que el fruto de la Voluntad que en realidad rige cada acontecimiento en la existencia. Por ello, la Revelación del Corán trasciende toda justificación. Es un estallido de lo eterno que fecunda el mundo y lo resquebraja para dejar paso a la Verdad.
Por eso, el tema recurrente en los primeros textos del Corán es el del Yáum ad-Dîn, el Día de la Resurrección (también Yáum al-Qiyâma, entre otras muchas denominaciones, cada una con un matiz propio) Sidnâ Muhammad (s.a.s.) fue el anunciador de que en la existencia de cada ser humano, y en la de la humanidad entera, tendría lugar lo que él había vivido en la Cueva de Hirâ. Su propia experiencia fue el correlato de la Inevitable, la Estremecedora, la Destructora, es decir, de la Hora (Sâ‘a) en la que todo se desvanecerá en la emergencia de Allah. Nuestra realidad actual es un velo tendido sobre esa Esencia.
Cuando Allah se muestra, todo desaparece, porque Él no es algo que se añada a la existencia, sino que Él es el Real, el Uno-Único, el Señor de los Mundos, ante quien todo se reduce a su nada. El Yáum ad-Dîn es el Día de la Verdad, y es tremendo y violento porque se esfuma todo aquello en lo que el hombre confiaba, hasta entonces, seducido por su aparente contundencia, pero ese Día ‘el imperio es de Allah’. Esto es lo que vivió Sidnâ Muhammad (s.a.s.) en la Cueva de Hirâ, en la montaña de la luz (ÿábal an-nûr), en la cumbre de su aspiración, en la cima de su viaje.
La idea del Yáum ad-Dîn es central en el Islam, y no podía ser de otro de modo. Está en su origen y es su clave. Es el paso del duniâ, el munfo formal, a al-Âjira, el universo de Allah. Es la inflexión del espíritu. Ese Puente tiene infinitas manifestaciones: en la vida personal del que aspira a Allah y peregrina hacia Él, en todo lo terrible y grave, en la muerte real de cada individuo, en la destrucción final del cosmos,... donde cada uno y todos pasan a vivir en la inmensidad del Único Real, una vez retirado el velo de las circunstancias en las que cada ser humano se expresa justificando y concretando su Destino en al-Âjira. Todo repite ese centro en el que Allah se reencuentra con cada criatura en el seno de la Verdad.
La Otra Vida, el Más Allá (al-Âjira), no es para el musulmán una esperanza. No se trata de un dogma en el que tener fe. Es el núcleo de una sensibilidad enraizada en una complicidad con la existencia. Es a lo que se llama Tawhîd, Unidad y Unicidad. A una percepción de la realidad en la que cada objeto y cada acontecimiento es un fragmento aislado y aislable, el musulmán opone su sensibilidad integradora que avanza hasta descubrir el corazón de la existencia, la Verdad reunificadora, Allah. Ese instante supone una conmoción en la que se diluye toda diferencia para manifestarse el Uno, pero en Él cada cosa pasa a recuperar su identidad en la vastedad de lo infinito, cerrándose el círculo en el que quedan completadas e integradas todas las dimensiones, y eso es a lo que se llama Juicio de Allah, el Hisâb.
Occidente, que ha recibido las enseñanzas de Jesús (Sidnâ ‘Isà -a.s.-) las ha tergiversado y acomodado a su modo de sentir la existencia, convirtiendo el tema del Yáum ad-Dîn en un ‘añadido’ a la realidad en lugar de presentir en él el punto en que la conciencia es reconducida hacia su misterio más insondable. La religión, dios, la salvación,... son términos devaluados en esa confusión nacida de una historia compleja y tensa. Es más, son contrarios al espíritu que está en sus orígenes, y no sirven para aprehender el fondo de la cuestión. Los descartamos de nuestras traducciones para posibilitar un entendimiento que nos acerque al corazón de la sensibilidad de los unitarios (los muwahhidîn, los musulmanes). Pero es inevitable hacer concesiones, y así emplearemos términos que no nos satisfacen, como Resurrección, Revelación, y otros muchos, en aras de una progresión que los vaya superando.
Para cualquier musulmán, el Yáum ad-Dîn y al-Âjira significan muchas cosas a la vez. En realidad, los vive y prefigura en cada uno de los gestos con que da forma a su anhelo espiritual. Las ‘Ibâdas, las prácticas islámicas, son expresiones de una ‘peregrinación’ hacia Allah Absorbente que magnifica en su Ser a cada musulmán. El sincero se rinde en Allah y es agigantado por su Señor.
Nos dice Allah en esta sûra:
“Cuando el cielo se hienda, cuando los astros se precipiten, cuando los mares se desborden, cuando las tumbas se revuelvan,... sabrá cada ser lo que ha adelantado y lo que ha atrasado”.
Antes de analizar, uno a uno, estos cinco primeros versículos de la sûra, es conveniente una aclaración. Es muy difícil, por no decir imposible, verter al castellano las posibilidades del texto. Las muchas connotaciones de cada término árabe no tienen equivalente en castellano. Además, ni tan siquiera los verbos pueden ser traducidos en un tiempo definitivo: en árabe están en pasado en frases con valor condicional. Cada enunciado sirve para describir la experiencia del Profeta, o bien se puede analizar como exposición de una vía hacia Allah, o ser puesto en futuro como anuncio de algo por suceder. Una cosa importante, ninguna de las opciones excluye a la otra, pues en el Tawhîd no hay tiempo y todo es correlato e imagen de todo. Sería empobrecedor y falta de criterio la preferencia por un sólo sentido.
Tenemos que empezar por donde comienzan los musulmanes: se trata de una imagen impactante, sobrecogedora, que nos sitúa en un extremo límite en el que acaba cuanto conocemos y comienza lo desconocido, mostrándose desnudo el Poder del dador de vida y de muerte. Nuestro mundo, aparentemente compacto, se derrumba ante Allah: idzâ s-samâ:u nfátarat, cuando el cielo se hienda,... El cielo (samâ), que en el Corán sugiere siempre cobijo que da refugio al ser humano, techo de su gran casa, sólido y sin grietas, se resquebrajará (infátara-yanfátir, hendirse). De este verbo, que es especialmente sugerente, deriva el nombre de la sûra: al-Infitâr, la Hendidura, el resquebrajamiento. La fragilidad de la creación es símbolo de la inconsistencia de las seguridades y expectativas del hombre. Salvo Allah, todo es precario.
En ese cielo que ha perdido su equilibrio para desmoronarse, las estrellas errarán sin dirección, deshaciéndose: wa idzâ l-kawâkibu ntázarat, cuando los astros se precipiten,... Los astros (kawâkib, plural de káwkab), que hasta entonces orientaban a los viajeros en la noche, dejarán de servir de guías para precipitarse (intázara-yántazir) esparciéndose en todas las direcciones. El caos se impondrá ahí donde había orden y precisión. Sólo Allah es inmutable.
Sobre la faz de la tierra reinará también la destrucción que lo altera todo: wa idzâ l-bihâru fúÿÿirat, cuando los mares se desborden,... Los mares (bihâr, plural de bahr) se desbordarán (fúÿÿira-yufáÿÿar, desbordarse, salir de sí, estallar) trasgrediendo sus límites y anegándolo todo. El mismo verbo podría traducirse como explotarán: los mares se desintegrarán a la vez que inundan la tierra.
Por último, la tierra, perdiendo su estabilidad, escupirá lo que tiene dentro, culminándose la inversión: wa idzâ l-qubûru bú‘zirat, cuando las tumbas se revuelvan,... Ese Día terrible, las tumbas (qubûr, plural de qabr) se revolverán diseminando lo que contenían (bú‘zira-yubá‘zar, volcarse hacia fuera)
Se trata del trastrocamiento que acompaña a la emergencia de la Verdad, hasta entonces disimulada por los pliegues de nuestra existencia. Todo lo guardado, lo que pasaba desapercibido, aparecerá a la luz del día en la muerte de las apariencias. Allah nos hace ser y se nos muestra aniquilándonos, y lo formal se desvanece dejando paso a lo esencial: ‘álimat náfsun mâ qáddamat wa ájjarat, sabrá cada ser lo que ha adelantado y lo que ha atrasado... Cada ser, cada vida, cada individuo, cada yo (nafs) sabrá (‘álima-yá‘lam) entonces la trascendencia de cada uno de sus actos anteriores porque resonarán en el infinito universo de Allah (al-Âjira). Sabrá lo que haya adelantado (qáddama-yuqáddim) para ese momento, su ÿihâd, lo que haya hecho con el objeto de que le sea de provecho en las inmensidades de lo eterno; y sabrá también lo que dejó atrás (ájjara-yuwájjir), sabrá de sus esfuerzos inútiles, los que dedicó a un mundo destinado a esfumarse y que se habrán esfumado con él: todas sus ambiciones, todas sus esperanzas y miedos, todos sus esmeros y maldades por alcanzar bienes y glorias, todo ello quedará sumido en la muerte de lo ficticio.
El universo entero tiene un plazo (áÿal). Cada ser humano tiene fijado su áÿal.
Cuando se cumple su tiempo, cada realidad regresa a Allah y en Él encuentra su sentido. Hacia eso nos conduce nuestra existencia, irremisiblemente. Nada es duradero aquí, tal como nos enseña la experiencia, pero fuera del tiempo, en la Verdad, no hay condiciones más que la Voluntad de Allah. Ese paso dramático a lo insondable es lo que está en la raíz de las imágenes anteriores, expresadas con una contundencia sugerente.
En quien ahonda en esos presentimientos despierta una luz a la que se llama jáshia, temor a Allah. Ese temor es una bendición porque engendra una reflexión urgente. Si el cosmos que la mente no puede abarcar se rendirá de ese modo a Allah y volverá a Él, ¿cómo alguien insignificante podría escapar? Es entonces cuando el corazón se rinde, se vuelve hacia Allah e inicia hacia Él el viaje inevitable, siguiendo el proceso de la vida misma.
Ese temor (jáshia) es la clave del amor a Allah. Allah sacude al que lee el Corán con una descripción como la anterior, genera en él un pánico que centra su atención en el que lo ha creado, y descubre entonces toda su Belleza. El enamoramiento viene tras el impacto que produce la Presencia reductora del Amado. La violencia de Allah es vivificante, y por ello tras la muerte viene la vida verdadera, o el dolor eterno si Allah te rechaza.
Tras llamar poderosamente la atención del que tenía el corazón dormido, tras el estallido que saca al negligente de su desidia y olvido y lo enfrenta a la inmensidad del Poder que le aguarda tras la muerte, Allah dice: “¡Oh, ser humano! ¿Qué te ha engañado apartándote de tu Señor, el Generoso, el que te ha creado, te ha nivelado y te ha equilibrado, dándote la forma que ha querido?”. El Corán se propone despertar la gratitud y el amor del ser humano hacia Allah recordándole los favores con los que lo ha beneficiado. Lo que es capaz de enamorar al ser humano es intuir la Fuerza, la Bondad y la Belleza que se esconden tras lo que lo ha hecho ser, lo que le ha dado vida.
Allah no es accesible en Sí: escapa a los sentidos, no se deja atrapar por los pensamientos. Es más, cuando la reflexión hace a Allah objeto de sus aspiraciones, lo corrompe. Sidnâ Muhammad (s.a.s.) dijo: “No penséis en Allah, pensad en los dones de Allah”. Los dones de Allah nos dejan adivinar su grandeza, y en ellos se le reconoce y la pasión que se apodera del que es arrebatado por esa Belleza velada lo conduce hasta sus aledaños.
El ser humano (insân), llamado así para subrayar la dignidad y centralidad de las que disfruta, se ha apartado de Allah dejándose seducir por sus favores: yâ: ayyuhâ l-insânu mâ gárraka bi-rábbika l-karîm, ¡oh, ser humano! ¿Qué te ha engañado apartándote de tu Señor, el Generoso,... El Corán, tras llamar la atención adelantando la escena de la destrucción del mundo y el despertar de la vida ante Allah, dirige al ser humano un pregunta: ¿qué es lo que te ha seducido (garra-yagurr) alejándote de tu Fuente, tu Señor (Rabb), que es Generoso (Karîm)? Todo lo que tienes te viene de Él, y te aparta de Él, porque engendra en tí gurûr, que es una falsa seguridad.
Para que recuperemos la cordura, el Corán quiere que nos retrotraigamos al momento en que aparecimos en la existencia, y nos dice de Allah que Él es al-ladzî jálaqaka fa-sawwâka fa-‘áddalak, el que te ha creado, te ha nivelado y te ha equilibrado,... Allah, que habrá de juzgarte en al-Âjira, cuyo poder infinito adivinas en todo lo que te destruye, te ha creado (jálaqa-yájluq), pero no solo eso, también te ha nivelado (sawwà-yusawwî) depositando en ti todo lo que necesitas, y lo ha equilibrado (‘áddala-yu‘áddil) para hacer de ti lo que eres, fî: áyyi sûratin mâ shâ:a rákkabak, dándote la forma que ha querido,... y de este modo, eres lo que Él quiere. Él te ha construido (rákkaba-yurákkib) con la forma (sûra) que ha deseado: eres lo que Él quiere. ¿Por qué te apartas de Él hacia dioses y fantasmas? ¿Por qué te sometes a aquello de lo que no dependes?
Al igual que el cielo, las estrellas, los mares y la tierra, el ser humano es un prodigio portentoso, pero al igual que ellos es frágil y quebradizo. Su realidad es signo del Poder impensable de Allah, su precisión es señal inequívoca de la Sabiduría de lo que lo ha creado, sus habilidades insólitas y su fuerza, su creatividad, su imaginación, todos son indicios de las capacidades de la Verdad que lo configura y estructura, y su muerte y extinción, finalmente, son testimonios de la preeminencia de Allah.
Cuando a la gente se le anuncia todo lo anterior, lo declara mentira, negando lo que está en sus orígenes, volviendo la espalda a la Verdad que los reclama: kallâ bal tukadzdzibûna bid-dîn, ¡pero no! declaráis mentira el Dîn,... Con la contundencia de la partícula kallâ, ¡pero no!, típica de los textos coránicos revelados en Meca, Allah reprocha a los hombres que desmientan (kádzdzaba-yukádzdzib) el Dîn, palabra tremenda que designa al Islam, y también da nombre a la destrucción del mundo y a la Resurrección, y todo ello está estrechamente relacionado. El término Dîn viene de dáin, deuda. Es lo que el ser humano debe a Allah: le adeuda el ser, y el ser acaba volviendo a Él. El Islâm, la claudicación ante Allah, es el reconocimiento de esa deuda y la peregrinación hacia Allah.
El desmentido (takdzîb) del ser humano con el que vuelve la espalda al Profeta, al Corán y a Allah, es una agresión contra la Verdad, una huida de ella que lo conduce a su opuesto, a la vivencia de la frustración. El Takdzîb es la gran mentira del ser humano: al declarar falsa la Revelación, se condena a su propia mentira, a su existencia al margen de Allah, arraigándose en lo destinado a ser destruido. Lo contrario al Takdzîb es el Tasdîq, que consiste en declarar la autenticidad de la Verdad, la sinceridad del Profeta y la del Corán, con lo que el ser humano se orienta hacia la Esencia.
El ser humano, seducido y engañado (magrûr) por la aparente consistencia de su mundo, se afirma en lo precario, se enorgullece en su supuesta autonomía y pierde la noción de la Verdad que lo reunifica todo: wa ínna ‘aláikum la-hâfizîn, pero sobre vosotros hay vigilantes,... sobre vosotros, es decir, abarcándoos, hay vigilantes (hâfizîn, plural de hâfiz), y se trata de los ángeles guardianes, que son kirâman kâtibîn, nobles escribas,... son seres nobles (kirâm, plural de karîm, noble, generoso) ya‘lamûna mâ taf‘alûn, que saben lo que hacéis..., ellos saben (‘álima-yá‘lam) y registran lo que hacéis (fá‘ala-yáf‘al) y vuestras acciones ni se pierden ni son olvidadas, sino que resuenan en el mundo del espíritu, a la espera del juicio de Allah.
Los hâfizîn son custodios y albaceas del ser humano, sus testigos en la dimensión interior. Ellos son los que preservan al hombre, y también los que proporcionan a cada instante en esta existencia un eco que sólo podemos calibrar cuando presentimos, imbuidos por el Tawhîd, que todo tiene una trascendencia que necesariamente se nos escapa ahora, que todo tiene raíces y consecuencias infinitas. Esto es lo que hace de ellos seres generosos (kirâm): son obsequio de Allah que tiene como objeto sobredimensionar al hombre arrancándolo de la precariedad. Nuestro origen está en lo eterno y la muerte nos devuelve a esa magnitud impensable, y cada uno de nuestros movimientos y cada una de nuestras calmas son, como nosotros, realidades profundas que emergen del Océano del Uno y en Él se hunden. Quien afila su sensibilidad, quien pule su Îmân, entra en contacto con esa Realidad y fluye con ella, conversa en la intimidad con lo verdadero...
Saber todo lo anterior es urgente porque inquieta los corazones de los dotados de esponjosidad ante Allah y los estimula, despertándolos de la hipnosis que produce el mundo y los conduce hacia la Rahma de Allah, hacia su Misericordia que los aguarda para hacerse plena en ellos: ínna l-abrâra la-fî na‘îm, ciertamente, los rectos están en deleite... El Na‘îm, el deleite, es disfrutar de Allah. Los abrâr, los rectos (plural de barr, que es la persona recta, de visión penetrante, que va más allá de las apariencias para descubrir el corazón de las realidades) son aquéllos que saben de la verdadera medida de las cosas: el favor (ni‘ma) de Allah, del que disfrutan, no les vela a Allah, y por ello, porque avanzan en Allah, su deleite va en aumento hasta alcanzar la eternidad del Secreto que sustenta todas las cosas. Todo aquello de lo que disfrutamos (la existencia, la vida, los sentidos, el espíritu, y todo lo que los alimenta y hace crecer) es Ni‘ma de Allah, es su Favor con el que nos da placer. Na‘îm es el Paraíso, es la sensación de gozo, la expansión del ánimo, que crece en lo infinito de Allah.
Pero hay quienes se estrechan, aquéllos cuya codicia convierte el Favor de Allah en un infierno: wa ínna l-fuÿÿâra la-fî ÿahîm, los perversos (están) en Yahîm... Los fuÿÿâr (plural de fâÿir) son los perversos, los trasgresores, los que corrompen el Favor de Allah para convertirlo en maldad, vivirán en ÿahîm, en el sufrimiento, en un Fuego yasláunahâ yáuma d-dîn, en el que se abrasarán el Día del Dîn,... un infierno (ÿahîm) en el que se quemarán (salia-yaslà) el Día de la resurrección, wa mâ hum ‘anhâ bi-gâ:ibîn, y de allí no se ausentarán... de ahí no tendrán escapatoria, no estarán ausentes (gâibîn), sino realmente presentes, sintiendo las consecuencias de su desviación (fuÿûr).
En el párrafo anterior ha vuelto a ser mencionado el terrible Yáum ad-Dîn, el Día del Dîn, el momento de la justicia: wa mâ: adrâka mâ yáumu d-dîn, ¿qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?... Se trata de algo tremendo que escapa a la imaginación y a la capacidad de entendimiento del ser humano, ¿qué puede hacerte comprender (adrà-yudrî, hacer saber) qué es eso? zúmma mâ adrâka mâ yáumu d-dîn, otra vez, ¿qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?... la insistencia es para llamar la atención sobre la relevancia del tema. No es algo sobre lo que se pueda pasar sin más. El Yáum ad-Dîn es yáuma lâ támliku náfsun li-náfsin shái:a, el Día en que nadie puede hacer nada por nadie... Es el Día (Yáum) de Allah sólo, de la Verdad Absoluta, cuando ningún ser (nafs) posea (málaka-yámlik) nada de utilidad para otro ser, cuando nadie pueda hacer nada por nadie, wa l-ámru yaumáidzin lillâh, el imperio pertenece ese Día a Allah,... es el seno de la muerte en la que se producirá la Resurrección y cada criatura se enfrente a su Señor, que tendrá entonces el imperio (amr). Con la destrucción del mundo, con el abatimiento del cuerpo, con la disolución de todas las ficciones, cuando se esfumen todas las mentiras, entonces se mostrará el Poder Verdadero, ante el que no habrá recursos.
Ese Día (yaumáidzin) es la Hora de Allah...
CAPITULO 4. VERSION DE EL CORAN ACERCA DEL FINAL DE LOS TIEMPOS.
CAPÍTULO 82: LA HENDIDURA SÛRAT AL-INFITÂR
Revelada en Meca, 19 versículos
bísmil-lâhi r-rahmâni r-rahîmi
Con el Nombre de Allah, el Rahmân, el Rahîm.
1. idzâ s-samâ:u nfátarat
Cuando el cielo se hienda,
2. wa idzâ l-kawâkibu ntázarat
cuando los astros se precipiten,
3. wa idzâ l-bihâru fúÿÿirat
cuando los mares se desborden,
4. wa idzâ l-qubûru bú‘zirat
cuando las tumbas se revuelvan,...
5. ‘álimat náfsun mâ qáddamat wa ájjarat*
sabrá cada ser lo que ha adelantado y lo que ha atrasado.
6. yâ: ayyuhâ l-insânu mâ gárraka bi-rábbika l-karîmi
¡Oh, ser humano! ¿Qué te ha engañado apartándote de tu Señor, el Generoso,
7. l-ladzî jálaqaka fa-sawwâka fa-‘áddalaka
el que te ha creado, te ha nivelado y te ha equilibrado,
8. fî: áyyi sûratin mâ shâ:a rákkabak*
dándote la forma que ha querido?
9. kallâ bal tukadzdzibûna bid-dîni
¡Pero no! Declaráis mentira el Dîn,
10. wa ínna ‘aláikum la-hâfizîna
pero sobre vosotros hay vigilantes,
11. kirâman kâtibîna
nobles escribas,
12. ya‘lamûna mâ taf‘alûn*
que saben lo que hacéis.
13. ínna l-abrâra la-fî na‘îm*
Ciertamente, los rectos están en deleite
14. wa ínna l-fuÿÿâra la-fî ÿahîmin
y los perversos en Yahîm
15. yasláunahâ yáuma d-dîni
en el que se abrasan el Día del Dîn,
16. wa mâ hum ‘anhâ bi-gâ:ibîn*
y de allí no se ausentan.
17. wa mâ: adrâka mâ yáumu d-dîni
¿Qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?
18. zúmma mâ adrâka mâ yáumu d-dîn*
Otra vez, ¿qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?
19. yáuma lâ támliku náfsun li-náfsin shái:a*
El Día en que nadie puede hacer nada por nadie.
wa l-ámru yaumáidzin lillâh*
El imperio pertenece ese Día a Allah.
Este capítulo (sûra) del Corán, dividido en diecinueve versículos (âyât, plural de aya, versículo, signo, prodigio), pertenece, como casi todas las suras de la última parte del Corán, a la época de las primeras revelaciones en la ciudad de Meca (Makka)
Sidnâ Muhammad (s.a.s.), movido por una profunda inquietud espiritual y con una poderosa intuición que le hacía rechazar la grosera idolatría de sus conciudadanos, decidió realizar retiros en la soledad de una inhóspita montaña en las proximidades de Meca y en la que había una pequeña cueva conocida con el nombre de Hirâ. La luz que conducía sus pasos recibe el nombre de Îmân, que es la que se enciende en los corazones cuya sensibilidad primordial no ha muerto y los arrastra hacia Allah. Su absoluta sinceridad fue recompensada con la Revelación (Wahy). A partir de entonces, y a lo largo de veintitrés años, el Corán le fue siendo dictado para guiar sus pasos y los de los mûminîn, los que presienten a Allah, los dotados de Îmân, a los que Sidnâ Muhammad (s.a.s.) hermanaría dentro de una Nación (Umma), el Islam.
Pero lo expresado en el párrafo anterior no es completo. Cuando se profundiza en las enseñanzas del Islam se descubre y se comprende que la sinceridad de Sidnâ Muhammad (s.a.s.) no fue lo que desencadenó la Revelación. Hay en ello algo infinitamente más radical: la elección de Allah. La nobleza de Sidnâ Muhammad (s.a.s.) había sido querida por Allah, y sus méritos no eran más que el fruto de la Voluntad que en realidad rige cada acontecimiento en la existencia. Por ello, la Revelación del Corán trasciende toda justificación. Es un estallido de lo eterno que fecunda el mundo y lo resquebraja para dejar paso a la Verdad.
Por eso, el tema recurrente en los primeros textos del Corán es el del Yáum ad-Dîn, el Día de la Resurrección (también Yáum al-Qiyâma, entre otras muchas denominaciones, cada una con un matiz propio) Sidnâ Muhammad (s.a.s.) fue el anunciador de que en la existencia de cada ser humano, y en la de la humanidad entera, tendría lugar lo que él había vivido en la Cueva de Hirâ. Su propia experiencia fue el correlato de la Inevitable, la Estremecedora, la Destructora, es decir, de la Hora (Sâ‘a) en la que todo se desvanecerá en la emergencia de Allah. Nuestra realidad actual es un velo tendido sobre esa Esencia.
Cuando Allah se muestra, todo desaparece, porque Él no es algo que se añada a la existencia, sino que Él es el Real, el Uno-Único, el Señor de los Mundos, ante quien todo se reduce a su nada. El Yáum ad-Dîn es el Día de la Verdad, y es tremendo y violento porque se esfuma todo aquello en lo que el hombre confiaba, hasta entonces, seducido por su aparente contundencia, pero ese Día ‘el imperio es de Allah’. Esto es lo que vivió Sidnâ Muhammad (s.a.s.) en la Cueva de Hirâ, en la montaña de la luz (ÿábal an-nûr), en la cumbre de su aspiración, en la cima de su viaje.
La idea del Yáum ad-Dîn es central en el Islam, y no podía ser de otro de modo. Está en su origen y es su clave. Es el paso del duniâ, el munfo formal, a al-Âjira, el universo de Allah. Es la inflexión del espíritu. Ese Puente tiene infinitas manifestaciones: en la vida personal del que aspira a Allah y peregrina hacia Él, en todo lo terrible y grave, en la muerte real de cada individuo, en la destrucción final del cosmos,... donde cada uno y todos pasan a vivir en la inmensidad del Único Real, una vez retirado el velo de las circunstancias en las que cada ser humano se expresa justificando y concretando su Destino en al-Âjira. Todo repite ese centro en el que Allah se reencuentra con cada criatura en el seno de la Verdad.
La Otra Vida, el Más Allá (al-Âjira), no es para el musulmán una esperanza. No se trata de un dogma en el que tener fe. Es el núcleo de una sensibilidad enraizada en una complicidad con la existencia. Es a lo que se llama Tawhîd, Unidad y Unicidad. A una percepción de la realidad en la que cada objeto y cada acontecimiento es un fragmento aislado y aislable, el musulmán opone su sensibilidad integradora que avanza hasta descubrir el corazón de la existencia, la Verdad reunificadora, Allah. Ese instante supone una conmoción en la que se diluye toda diferencia para manifestarse el Uno, pero en Él cada cosa pasa a recuperar su identidad en la vastedad de lo infinito, cerrándose el círculo en el que quedan completadas e integradas todas las dimensiones, y eso es a lo que se llama Juicio de Allah, el Hisâb.
Occidente, que ha recibido las enseñanzas de Jesús (Sidnâ ‘Isà -a.s.-) las ha tergiversado y acomodado a su modo de sentir la existencia, convirtiendo el tema del Yáum ad-Dîn en un ‘añadido’ a la realidad en lugar de presentir en él el punto en que la conciencia es reconducida hacia su misterio más insondable. La religión, dios, la salvación,... son términos devaluados en esa confusión nacida de una historia compleja y tensa. Es más, son contrarios al espíritu que está en sus orígenes, y no sirven para aprehender el fondo de la cuestión. Los descartamos de nuestras traducciones para posibilitar un entendimiento que nos acerque al corazón de la sensibilidad de los unitarios (los muwahhidîn, los musulmanes). Pero es inevitable hacer concesiones, y así emplearemos términos que no nos satisfacen, como Resurrección, Revelación, y otros muchos, en aras de una progresión que los vaya superando.
Para cualquier musulmán, el Yáum ad-Dîn y al-Âjira significan muchas cosas a la vez. En realidad, los vive y prefigura en cada uno de los gestos con que da forma a su anhelo espiritual. Las ‘Ibâdas, las prácticas islámicas, son expresiones de una ‘peregrinación’ hacia Allah Absorbente que magnifica en su Ser a cada musulmán. El sincero se rinde en Allah y es agigantado por su Señor.
Nos dice Allah en esta sûra:
“Cuando el cielo se hienda, cuando los astros se precipiten, cuando los mares se desborden, cuando las tumbas se revuelvan,... sabrá cada ser lo que ha adelantado y lo que ha atrasado”.
Antes de analizar, uno a uno, estos cinco primeros versículos de la sûra, es conveniente una aclaración. Es muy difícil, por no decir imposible, verter al castellano las posibilidades del texto. Las muchas connotaciones de cada término árabe no tienen equivalente en castellano. Además, ni tan siquiera los verbos pueden ser traducidos en un tiempo definitivo: en árabe están en pasado en frases con valor condicional. Cada enunciado sirve para describir la experiencia del Profeta, o bien se puede analizar como exposición de una vía hacia Allah, o ser puesto en futuro como anuncio de algo por suceder. Una cosa importante, ninguna de las opciones excluye a la otra, pues en el Tawhîd no hay tiempo y todo es correlato e imagen de todo. Sería empobrecedor y falta de criterio la preferencia por un sólo sentido.
Tenemos que empezar por donde comienzan los musulmanes: se trata de una imagen impactante, sobrecogedora, que nos sitúa en un extremo límite en el que acaba cuanto conocemos y comienza lo desconocido, mostrándose desnudo el Poder del dador de vida y de muerte. Nuestro mundo, aparentemente compacto, se derrumba ante Allah: idzâ s-samâ:u nfátarat, cuando el cielo se hienda,... El cielo (samâ), que en el Corán sugiere siempre cobijo que da refugio al ser humano, techo de su gran casa, sólido y sin grietas, se resquebrajará (infátara-yanfátir, hendirse). De este verbo, que es especialmente sugerente, deriva el nombre de la sûra: al-Infitâr, la Hendidura, el resquebrajamiento. La fragilidad de la creación es símbolo de la inconsistencia de las seguridades y expectativas del hombre. Salvo Allah, todo es precario.
En ese cielo que ha perdido su equilibrio para desmoronarse, las estrellas errarán sin dirección, deshaciéndose: wa idzâ l-kawâkibu ntázarat, cuando los astros se precipiten,... Los astros (kawâkib, plural de káwkab), que hasta entonces orientaban a los viajeros en la noche, dejarán de servir de guías para precipitarse (intázara-yántazir) esparciéndose en todas las direcciones. El caos se impondrá ahí donde había orden y precisión. Sólo Allah es inmutable.
Sobre la faz de la tierra reinará también la destrucción que lo altera todo: wa idzâ l-bihâru fúÿÿirat, cuando los mares se desborden,... Los mares (bihâr, plural de bahr) se desbordarán (fúÿÿira-yufáÿÿar, desbordarse, salir de sí, estallar) trasgrediendo sus límites y anegándolo todo. El mismo verbo podría traducirse como explotarán: los mares se desintegrarán a la vez que inundan la tierra.
Por último, la tierra, perdiendo su estabilidad, escupirá lo que tiene dentro, culminándose la inversión: wa idzâ l-qubûru bú‘zirat, cuando las tumbas se revuelvan,... Ese Día terrible, las tumbas (qubûr, plural de qabr) se revolverán diseminando lo que contenían (bú‘zira-yubá‘zar, volcarse hacia fuera)
Se trata del trastrocamiento que acompaña a la emergencia de la Verdad, hasta entonces disimulada por los pliegues de nuestra existencia. Todo lo guardado, lo que pasaba desapercibido, aparecerá a la luz del día en la muerte de las apariencias. Allah nos hace ser y se nos muestra aniquilándonos, y lo formal se desvanece dejando paso a lo esencial: ‘álimat náfsun mâ qáddamat wa ájjarat, sabrá cada ser lo que ha adelantado y lo que ha atrasado... Cada ser, cada vida, cada individuo, cada yo (nafs) sabrá (‘álima-yá‘lam) entonces la trascendencia de cada uno de sus actos anteriores porque resonarán en el infinito universo de Allah (al-Âjira). Sabrá lo que haya adelantado (qáddama-yuqáddim) para ese momento, su ÿihâd, lo que haya hecho con el objeto de que le sea de provecho en las inmensidades de lo eterno; y sabrá también lo que dejó atrás (ájjara-yuwájjir), sabrá de sus esfuerzos inútiles, los que dedicó a un mundo destinado a esfumarse y que se habrán esfumado con él: todas sus ambiciones, todas sus esperanzas y miedos, todos sus esmeros y maldades por alcanzar bienes y glorias, todo ello quedará sumido en la muerte de lo ficticio.
El universo entero tiene un plazo (áÿal). Cada ser humano tiene fijado su áÿal.
Cuando se cumple su tiempo, cada realidad regresa a Allah y en Él encuentra su sentido. Hacia eso nos conduce nuestra existencia, irremisiblemente. Nada es duradero aquí, tal como nos enseña la experiencia, pero fuera del tiempo, en la Verdad, no hay condiciones más que la Voluntad de Allah. Ese paso dramático a lo insondable es lo que está en la raíz de las imágenes anteriores, expresadas con una contundencia sugerente.
En quien ahonda en esos presentimientos despierta una luz a la que se llama jáshia, temor a Allah. Ese temor es una bendición porque engendra una reflexión urgente. Si el cosmos que la mente no puede abarcar se rendirá de ese modo a Allah y volverá a Él, ¿cómo alguien insignificante podría escapar? Es entonces cuando el corazón se rinde, se vuelve hacia Allah e inicia hacia Él el viaje inevitable, siguiendo el proceso de la vida misma.
Ese temor (jáshia) es la clave del amor a Allah. Allah sacude al que lee el Corán con una descripción como la anterior, genera en él un pánico que centra su atención en el que lo ha creado, y descubre entonces toda su Belleza. El enamoramiento viene tras el impacto que produce la Presencia reductora del Amado. La violencia de Allah es vivificante, y por ello tras la muerte viene la vida verdadera, o el dolor eterno si Allah te rechaza.
Tras llamar poderosamente la atención del que tenía el corazón dormido, tras el estallido que saca al negligente de su desidia y olvido y lo enfrenta a la inmensidad del Poder que le aguarda tras la muerte, Allah dice: “¡Oh, ser humano! ¿Qué te ha engañado apartándote de tu Señor, el Generoso, el que te ha creado, te ha nivelado y te ha equilibrado, dándote la forma que ha querido?”. El Corán se propone despertar la gratitud y el amor del ser humano hacia Allah recordándole los favores con los que lo ha beneficiado. Lo que es capaz de enamorar al ser humano es intuir la Fuerza, la Bondad y la Belleza que se esconden tras lo que lo ha hecho ser, lo que le ha dado vida.
Allah no es accesible en Sí: escapa a los sentidos, no se deja atrapar por los pensamientos. Es más, cuando la reflexión hace a Allah objeto de sus aspiraciones, lo corrompe. Sidnâ Muhammad (s.a.s.) dijo: “No penséis en Allah, pensad en los dones de Allah”. Los dones de Allah nos dejan adivinar su grandeza, y en ellos se le reconoce y la pasión que se apodera del que es arrebatado por esa Belleza velada lo conduce hasta sus aledaños.
El ser humano (insân), llamado así para subrayar la dignidad y centralidad de las que disfruta, se ha apartado de Allah dejándose seducir por sus favores: yâ: ayyuhâ l-insânu mâ gárraka bi-rábbika l-karîm, ¡oh, ser humano! ¿Qué te ha engañado apartándote de tu Señor, el Generoso,... El Corán, tras llamar la atención adelantando la escena de la destrucción del mundo y el despertar de la vida ante Allah, dirige al ser humano un pregunta: ¿qué es lo que te ha seducido (garra-yagurr) alejándote de tu Fuente, tu Señor (Rabb), que es Generoso (Karîm)? Todo lo que tienes te viene de Él, y te aparta de Él, porque engendra en tí gurûr, que es una falsa seguridad.
Para que recuperemos la cordura, el Corán quiere que nos retrotraigamos al momento en que aparecimos en la existencia, y nos dice de Allah que Él es al-ladzî jálaqaka fa-sawwâka fa-‘áddalak, el que te ha creado, te ha nivelado y te ha equilibrado,... Allah, que habrá de juzgarte en al-Âjira, cuyo poder infinito adivinas en todo lo que te destruye, te ha creado (jálaqa-yájluq), pero no solo eso, también te ha nivelado (sawwà-yusawwî) depositando en ti todo lo que necesitas, y lo ha equilibrado (‘áddala-yu‘áddil) para hacer de ti lo que eres, fî: áyyi sûratin mâ shâ:a rákkabak, dándote la forma que ha querido,... y de este modo, eres lo que Él quiere. Él te ha construido (rákkaba-yurákkib) con la forma (sûra) que ha deseado: eres lo que Él quiere. ¿Por qué te apartas de Él hacia dioses y fantasmas? ¿Por qué te sometes a aquello de lo que no dependes?
Al igual que el cielo, las estrellas, los mares y la tierra, el ser humano es un prodigio portentoso, pero al igual que ellos es frágil y quebradizo. Su realidad es signo del Poder impensable de Allah, su precisión es señal inequívoca de la Sabiduría de lo que lo ha creado, sus habilidades insólitas y su fuerza, su creatividad, su imaginación, todos son indicios de las capacidades de la Verdad que lo configura y estructura, y su muerte y extinción, finalmente, son testimonios de la preeminencia de Allah.
Cuando a la gente se le anuncia todo lo anterior, lo declara mentira, negando lo que está en sus orígenes, volviendo la espalda a la Verdad que los reclama: kallâ bal tukadzdzibûna bid-dîn, ¡pero no! declaráis mentira el Dîn,... Con la contundencia de la partícula kallâ, ¡pero no!, típica de los textos coránicos revelados en Meca, Allah reprocha a los hombres que desmientan (kádzdzaba-yukádzdzib) el Dîn, palabra tremenda que designa al Islam, y también da nombre a la destrucción del mundo y a la Resurrección, y todo ello está estrechamente relacionado. El término Dîn viene de dáin, deuda. Es lo que el ser humano debe a Allah: le adeuda el ser, y el ser acaba volviendo a Él. El Islâm, la claudicación ante Allah, es el reconocimiento de esa deuda y la peregrinación hacia Allah.
El desmentido (takdzîb) del ser humano con el que vuelve la espalda al Profeta, al Corán y a Allah, es una agresión contra la Verdad, una huida de ella que lo conduce a su opuesto, a la vivencia de la frustración. El Takdzîb es la gran mentira del ser humano: al declarar falsa la Revelación, se condena a su propia mentira, a su existencia al margen de Allah, arraigándose en lo destinado a ser destruido. Lo contrario al Takdzîb es el Tasdîq, que consiste en declarar la autenticidad de la Verdad, la sinceridad del Profeta y la del Corán, con lo que el ser humano se orienta hacia la Esencia.
El ser humano, seducido y engañado (magrûr) por la aparente consistencia de su mundo, se afirma en lo precario, se enorgullece en su supuesta autonomía y pierde la noción de la Verdad que lo reunifica todo: wa ínna ‘aláikum la-hâfizîn, pero sobre vosotros hay vigilantes,... sobre vosotros, es decir, abarcándoos, hay vigilantes (hâfizîn, plural de hâfiz), y se trata de los ángeles guardianes, que son kirâman kâtibîn, nobles escribas,... son seres nobles (kirâm, plural de karîm, noble, generoso) ya‘lamûna mâ taf‘alûn, que saben lo que hacéis..., ellos saben (‘álima-yá‘lam) y registran lo que hacéis (fá‘ala-yáf‘al) y vuestras acciones ni se pierden ni son olvidadas, sino que resuenan en el mundo del espíritu, a la espera del juicio de Allah.
Los hâfizîn son custodios y albaceas del ser humano, sus testigos en la dimensión interior. Ellos son los que preservan al hombre, y también los que proporcionan a cada instante en esta existencia un eco que sólo podemos calibrar cuando presentimos, imbuidos por el Tawhîd, que todo tiene una trascendencia que necesariamente se nos escapa ahora, que todo tiene raíces y consecuencias infinitas. Esto es lo que hace de ellos seres generosos (kirâm): son obsequio de Allah que tiene como objeto sobredimensionar al hombre arrancándolo de la precariedad. Nuestro origen está en lo eterno y la muerte nos devuelve a esa magnitud impensable, y cada uno de nuestros movimientos y cada una de nuestras calmas son, como nosotros, realidades profundas que emergen del Océano del Uno y en Él se hunden. Quien afila su sensibilidad, quien pule su Îmân, entra en contacto con esa Realidad y fluye con ella, conversa en la intimidad con lo verdadero...
Saber todo lo anterior es urgente porque inquieta los corazones de los dotados de esponjosidad ante Allah y los estimula, despertándolos de la hipnosis que produce el mundo y los conduce hacia la Rahma de Allah, hacia su Misericordia que los aguarda para hacerse plena en ellos: ínna l-abrâra la-fî na‘îm, ciertamente, los rectos están en deleite... El Na‘îm, el deleite, es disfrutar de Allah. Los abrâr, los rectos (plural de barr, que es la persona recta, de visión penetrante, que va más allá de las apariencias para descubrir el corazón de las realidades) son aquéllos que saben de la verdadera medida de las cosas: el favor (ni‘ma) de Allah, del que disfrutan, no les vela a Allah, y por ello, porque avanzan en Allah, su deleite va en aumento hasta alcanzar la eternidad del Secreto que sustenta todas las cosas. Todo aquello de lo que disfrutamos (la existencia, la vida, los sentidos, el espíritu, y todo lo que los alimenta y hace crecer) es Ni‘ma de Allah, es su Favor con el que nos da placer. Na‘îm es el Paraíso, es la sensación de gozo, la expansión del ánimo, que crece en lo infinito de Allah.
Pero hay quienes se estrechan, aquéllos cuya codicia convierte el Favor de Allah en un infierno: wa ínna l-fuÿÿâra la-fî ÿahîm, los perversos (están) en Yahîm... Los fuÿÿâr (plural de fâÿir) son los perversos, los trasgresores, los que corrompen el Favor de Allah para convertirlo en maldad, vivirán en ÿahîm, en el sufrimiento, en un Fuego yasláunahâ yáuma d-dîn, en el que se abrasarán el Día del Dîn,... un infierno (ÿahîm) en el que se quemarán (salia-yaslà) el Día de la resurrección, wa mâ hum ‘anhâ bi-gâ:ibîn, y de allí no se ausentarán... de ahí no tendrán escapatoria, no estarán ausentes (gâibîn), sino realmente presentes, sintiendo las consecuencias de su desviación (fuÿûr).
En el párrafo anterior ha vuelto a ser mencionado el terrible Yáum ad-Dîn, el Día del Dîn, el momento de la justicia: wa mâ: adrâka mâ yáumu d-dîn, ¿qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?... Se trata de algo tremendo que escapa a la imaginación y a la capacidad de entendimiento del ser humano, ¿qué puede hacerte comprender (adrà-yudrî, hacer saber) qué es eso? zúmma mâ adrâka mâ yáumu d-dîn, otra vez, ¿qué te hará saber lo que es el Día del Dîn?... la insistencia es para llamar la atención sobre la relevancia del tema. No es algo sobre lo que se pueda pasar sin más. El Yáum ad-Dîn es yáuma lâ támliku náfsun li-náfsin shái:a, el Día en que nadie puede hacer nada por nadie... Es el Día (Yáum) de Allah sólo, de la Verdad Absoluta, cuando ningún ser (nafs) posea (málaka-yámlik) nada de utilidad para otro ser, cuando nadie pueda hacer nada por nadie, wa l-ámru yaumáidzin lillâh, el imperio pertenece ese Día a Allah,... es el seno de la muerte en la que se producirá la Resurrección y cada criatura se enfrente a su Señor, que tendrá entonces el imperio (amr). Con la destrucción del mundo, con el abatimiento del cuerpo, con la disolución de todas las ficciones, cuando se esfumen todas las mentiras, entonces se mostrará el Poder Verdadero, ante el que no habrá recursos.
Ese Día (yaumáidzin) es la Hora de Allah...
Juan F- PIRULAS NIBIRUS
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