Las siete razones por las que la astrobiología mas escéptica avala la inteligencia extraterrestre.

Las siete razones por las que la astrobiología mas escéptica avala la inteligencia extraterrestre.








El siguiente artículo muestra la opinión de los
científicos que investigan la vida extraterrestre, aunque esta vez desde
una perspectiva absolutamente escéptica, y pese a tal
perspectiva señalan que aunque ellos creen que aún no tienen evidencias
concretas de la existencia de vida extraterrestre en otros planetas,
lunas o entornos diferentes de la Tierra, sí existen razones de peso
para pensar que muy pronto descubriremos vida extraterrestre incluso en
nuestro propio Sistema Solar.

Aquí expondremos las siete razones por las que
incluso los científicos más escépticos del planeta creen que existe vida
ahí fuera, esperando a que la detectemos. En su opinión, se trataría de
vida biológica primitiva aunque en efecto, se trataría de vida
extraterrestre al fin y al cabo. Para ello hemos recabado el testimonio
de varios expertos en astrobiología que de forma sintetizada
reproducimos seguidamente:

1. Extremófilas en la Tierra y su estudio.

Uno de los mayores descubrimientos en lo que a los temas de
astrobiología concierne es la existencia de bacterias extremófilas,
aquellas que soportan temperaturas incluso incompatibles con la
presencia de temperaturas consideradas lógicas en la Tierra. Actualmente
ya se ha demostrado que existen organismos capaces de sobrevivir a
temperaturas extremas, condiciones de presión atmosférica, calor
extremo, frío, inexistencia de oxígeno, e incluso compuestos quimicos
venenosos para la química del Carbono. Todo ello demuestra que los
recientes descubrimientos en los Andes, en los Polos, en el Ártico o
incluso en la gélidas regiones del antártico, y en el vacío, hacen
pensar que la vida es mucho más habitual de lo que inicialmente se
pensaba. Incluso en atmósferas hostiles como la de Titán la vida podría
hacerse realidad basada en la química de hidrocarburos que sustituyen al
agua. Estas y otras cuestiones ya no constituyen ciencia ficción, con
independencia de su reconocimiento oficial.

2. Evidencia de precursores de la vida en Planetas y Lunas.

La vida en la Tierra tal y como la conocemos provino probablemente de
reacciones químicas y electromagnéticas que aún estamos lejos de conocer
y que dieron lugar a la formación de procesos químicos, membranas y
protomembranas Celulares así como ADN. Pero todas esas reacciones
químicas, partieron de impulsos electromagnéticos y componentes
aminoácidos que dieron lugar a una sopa vital, tal como los ácidos
nucleótidos, las proteinas, los carbohidratos y las grasas, tanto en la
atmósfera terrestre como en sus océanos, al igual que podría haber
sucedido en otros planetas, lunas análogos al nuestro. La Nebulosa de
Orión es un ejemplo continuo de la formación de estos componentes
fundamentales para la vida. Aunque no se haya reconocido aún la
existencia de vida, si se han descubierto los componentes fundamentales
que dan origen a esta. Prueba de ello es la vida en la Tierra. Dado que
tales componentes están presentes de forma abundante en el Universo,
cabe afirmar que sería absurdo sostener que sólo la Tierra ha conseguido
generar o materializar lo que denominamos vida. Adicionalmente la
clave de la configuración de la energía primigenia que “ordena” la sopa
responde a algún tipo de inteligencia y no a una mera casualidad.

3. La Rápida expansión y descubrimiento de planetas como la Tierra fuera de nuestro sistema solar.

En los últimos diez años, los buscadores de exoplanetas han
localizado decenas de cientos de planetas con características similares
a Júpiter, tanto en tamaño, masas, pero las nuevas técnicas depuradas
de detección de planetas, han permitido detectar también planetas
rocosos más pequeños, e incluso lunas orbitantes de planetas jovianos a
distancias idóneas para el desenvolvimiento de la vida. Es lo que se
conoce como la Zona “Goldilocks” o zona al rededor de la estrella en la
que podrían desenvolverse las condiciones idóneas para la vida. A medida
que las capacidades de los hallazgos en la tierra muestran la mayor
resistencia de las bacterias extremófilas, mayor es la amplitud de las
posibilidades de aparición de formas de vida extraterrestre.
4. Variabilidad y tenacidad de las diversas formas de vida en la tierra a pesar de las condiciones hostiles.


La vida en la tierra se ha desenvuelto en etapas presentes desde
hace más de 4.500 millones de años en diversas extinciones, y pese a
ello ha seguido avanzando, generando y perseverando, lo que induce a
pensar que la vida es mucho más fuerte y abundante en el Universo de lo
que inicialmente se pensaba. Geológicamente hablando, las tensiones
geológicas, periodos climáticos cíclicos, eras glaciales,
calentamientos, etc…han contribuido a una consolidación y desarrollo de
la complejidad y no a una extinción con el paso de las eras. Este evento
hace pensar que existen condiciones básicas que podrían darse en las
lunas de Saturno, o de Júpiter. Pero también en otras lunas de planetas
extrasolares ubicados en zonas donde las condiciones atmosféricas son
favorables o incluso en lugares donde las condiciones aparentes son
desfavorables.

5. Misterios relativos a cómo la vida surgió en la Tierra.

A pesar de las especulaciones que realicemos en la comunidad
científica sobre el origen de la vida en la Tierra, sigue siendo un
misterio, cómo de las complejas moléculas preexistentes a la química del
carbono se formó la sopa básica y posteriormente la vida mediante
determinados estímulos electromagnéticos. Lo cierto es que poco a poco
podríamos hipotetizar con modelos, pero necesitamos explicar la fase del
paso de membranas a células. Sabemos que desde ambientes muy hostiles
en el pasado de la Tierra se generó la vida, algo que igualmente pudiera
suceder en otros planetas extrasolares diferentes al nuestro. Pero
incluso tendríamos que asumir que la vida se puede contagiar de un
planeta a otro mediante los meteoritos, como podría haber sucedido desde
Marte hasta la Tierra, e incluso más allá. Esta teoría denominada
panspermia sugiere que la vida es originada por los componentes
presentes en los meteoritos al caer en los planetas. No resulta
descabellado pensar a la luz de los datos que los planetas funcionan
como receptores de una semilla que proviene del espacio.
6. La evidencia creciente de que los océanos y los lagos y ríos son habituales en nuestro sistema solar.


Afirmamos sin duda que la vida se originó en los océanos de la
Tierra y consideramos que este podría ser igualmente el caso de otros
mundos diferentes al nuestro. Actualmente existe evidencia fuerte de la
existencia de flujos de agua en Marte así como de la existencia
confirmada de ríos, lagos y mares en Titán compuestos de metano líquido
en su superficie. Existen indicios suficientes para afirmar que la luna
Europa contiene bajo su superficie el mayor Océano de agua salada del
sistema Solar que está cubierto por una espesa capa de hielo, como si
toda la luna fuese un continente helado bajo el cual fluyera un Océano a
temperaturas variables entre los -10Cº y los 20Cº con un extraño
fenómeno de inversión térmica en el que las temperaturas ascienden a
medida que nos alejamos de la superficie por el efecto del núcleo de
Europa y su interacción con las fuerzas gravitacionales con Júpiter. Así
podríamos encontrar en un futuro formas biológicas complejas en Europa.

7.-La paradoja de Fermi para justificar que nunca encontraremos vida inteligente.

Mucha gente argumenta la paradoja de Fermi para tratar de explicar
por qué nunca encontraríamos vida inteligente en el Universo. Y
ciertamente hasta hace poco era lógico. Pero ahora sabemos muchas cosas
que Fermi desconocía: Los seres vivos son capaces de adaptarse a los
entornos más complejos y hostiles y sobrevivir a ellos. Por tanto, si
en otros planetas hubieran seguido nuestra misma historia, podría darse
el caso de cambios más bruscos o menos bruscos, e incluso especies
diferentes en las que de forma no ortodoxa se llegara a materializar la
inteligencia de forma diferente a la que ahora conocemos. Incluso,
cabría la posibilidad de formas biológicas absolutamente diferentes a la
química del Carbono, y si seguimos estrictamente los planteamientos de
la teoría de la evolución y el estadio temporal de muchos sistemas mucho
más viejos que la Tierra, incluso podría afirmarse que la vida podría
adaptarse a vivir en el espacio exterior y no sólo en los planetas, lo
que podría implicar formas no ortodoxas de vida que seríamos incapaces
de imaginar.

Por todas las razones apuntadas anteriormente, estamos en una etapa
fascinante de descubrimientos muy próximos. El escepticismo ya no puede
basarse en la idea de la paradoja de Fermi, sino en la evaluación de
las pruebas determinadas a la luz de las evidencias. el escepticismo
puede materializarse en la evidencia concreta o no, la prueba concreta o
no, pero no debe constreñirse a la hipótesis, ya que de lo contrario
correríamos el riesgo de negar las evidencias.

Bibliografía extensa sobre el tema:
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