Mexico esta clamando por justicia!!!!!
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Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
2015-02-06
Mexico
Ayotzinapa: oligarquía, narcotráfico y el Estado mexicano
Arturo Guillén
La matanza de seis personas y la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 y 27 de septiembre de 2014, puso de relieve el alto grado descomposición de la sociedad y el Estado mexicanos. Sacó a la superficie el alto grado de interpenetración entre el crimen organizado y el estado mexicano: entre los cárteles del narcotráfico, los gobiernos, los cuerpos policiacos, el ejército y los partidos políticos.
Como dice el padre Solalinde, defensor de migrantes, “lo que vivimos en México es muyserio (...) Ayotzinapa fue la foto que pudimos tomarle al Estado acerca de su actuar (Sin Embargo, 2015)”.
Esa foto de los hechos de Ayotzinapa, así como de Michoacán, entre muchos otros que han aflorado en varios de estados de la República, obliga a reflexionar sobre la naturaleza del estado mexicano actual. En particular, pone en el centro del debate la cuestión de hasta qué punto el estado mexicano es, o está en vías de convertirse, en un “narcoestado”. Se trata de asunto de un asunto de fondo muy complejo, que por supuesto no pretendo dilucidar en esta breve nota. Tan sólo se exponen algunos elementos queayuden a ilustrar tal hipótesis.
Para entender los cambios ocurridos en el estado mexicano durante las últimas tres décadas habría que empezar recordar que en este periodo ha regido un modelo de desarrollo neoliberal, que sustituyó el anterior modelo de sustitución de importaciones. Con el ascenso y consolidación del neoliberalismo se modificó radicalmente no sólo la estrategia económica, sino que se cerró el ciclo de los regímenes de la revolución. Recuérdese que el mismo expresidente de la República, José López Portillo, calificó su sexenio como el último de la Revolución Mexicana.
El modelo neoliberal es un régimen de acumulación fundamentalista de mercado, orientado hacia fuera basado en la exportación de manufacturas y de productos primarios, principalmente petróleo y minerales. En cuanto a su financiamiento, se trata de un régimen sustentado en el ahorro externo, y en la cual las políticas macroeconómicas se orientan, fundamentalmente, a favorecer los intereses del capital monopolista-financiero.
Al instaurarse el modelo neoliberal, sus promotores plantearon que al abrirse la economía al exterior, al desregularse y privatizar los activos públicos, la economía recobraría su capacidad de crecimiento, crearía empleos suficientes y de mayor calidad, se elevarían los salarios reales y se eliminaría la pobreza. La realidad de los últimos treinta años nos muestra un escenario totalmente opuesto. El modelo no ha generado crecimiento, sino estancamiento crónico (2.4% de crecimiento promedio anual del PIB); no crea casi empleos formales, sino que alimenta el desempleo, la informalidad y la migración hacia Estados Unidos; los salarios reales han decrecido 70% desde 1982; y la pobreza, que se ha tratado de paliar con programas de subsidios focalizados, afecta casi el 70% de la población mexicana, y una parte de ese franja pobre vive en condiciones de hambre. Mientras tanto, los más ricos se han enriquecido como nunca bajo el neoliberalismo. Los más acaudalados destacan en la listas de los mayores millonarios del planeta.
El neoliberalismo en vez de crear un sistema productivo más homogéneo e integrado, acentuó la heterogeneidad estructural; destruyó cadenas productivas, provocó desindustrialización y aniquiló la agricultura tradicional. El modelo neoliberal es un modelo concentrador del ingreso y excluyente que rompe el tejido social. La exclusión social es el caldo de cultivo de las actividades delincuenciales y la base de reclutamiento del crimen organizado.
La instauración del modelo no significó solamente una modificación de la estructura económica del país, sino que implicó una recomposición de las clases sociales, tanto dominantes como subordinadas. En particular, significó una restructuración del bloque en el poder y de su fracción hegemónica. Desde antes del neoliberalismo, por lo menos desde finales de la década de los sesenta, una reducida oligarquía financiera dominaba la economía y era la fracción hegemónica del bloque en el poder. Su conformación era consecuencia del intenso proceso de concentración y centralización de capital y detransnacionalización que experimentó la economía mexicana al final de la etapa de la industrialización sustitutiva. Alonso Aguilar llegaba a la conclusión de que el núcleo del poder económico se concentraba en no más de un millar de familias. Su inmenso poder económico aseguraba su hegemonía en la definición de la política en el seno del Estado (Aguilar y Carrión, 1975).
El modelo neoliberal introdujo modificaciones importantes en la composición de la clase dominante y de la propia oligarquía. El Consenso de Washington implicó en elterreno político, una alianza estrecha entre el capital monopolista-financiero de los centros y las elites internas de la periferia, con el objeto de desplegar la globalización. En la década de los ochenta, varios de los grandes grupos económicos mexicanos, así como las empresas transnacionales que operaban en el país fundamentalmente para el mercado interno,lograron reconvertir sus empresas y orientarlas hacia el mercado externo. Nuevos segmentos se integraron a la oligarquía y se instalaron en la cúspide del poder. El procesode privatización de empresas estatales y paraestatales [acumulación por desposesión como le llama D. Harvey (2003)], impulsado grandemente durante la administración de Salinasde Gortari, favoreció el proceso de recomposición de la oligarquía mexicana. La “nuevaoligarquía” se insertó, principalmente, en la banca, en las telecomunicaciones y en losmedios masivos de comunicación. Nuevos jerarcas (Carlos Slim, Roberto Hernández,Alfredo Harp Helú, Ricardo Salinas Pliego, Larrea, González Barrera, etc.) se incorporarona la lista de los superpoderosos.
La fracción hegemónica del poder en México está integrada por los dueños de los grandes grupos monopolistas nativos con intereses entrelazados en la industria, el comercio, las finanzas y los servicios; por los propietarios de los medios masivos de comunicación en la televisión, la radio y los grandes diarios nacionales y regionales; y por los altos jerarcas de las Iglesias y el Ejército, y también, por qué no decirlo por los grandes capos del narcotráfico.
Con el neoliberalismo se registró un ascenso vertiginoso de las actividades del narcotráfico, el cual aparece ahora implicado en el crimen de estado de Ayotzinapa. La desregulación y la apertura externa facilitaron sus tareas tanto nacionales como internacionales. No es que el narco no existiera antes, pero no tenía los alcances de ahora.
Bajo el neoliberalismo, el narcotráfico creció y se convirtió en un negocio trasnacional. México se convirtió en uno de los centros mundiales del narcotráfico. De intermediarios de los cárteles colombianos, los narcos mexicano desplazaron a estos como los principales productores e introductores de droga al mercado estadounidense y europeo. No es un accidente que por varios años el Chapo Guzmán apareciera en las listas de Forbes como uno de los principales millonarios de México, al lado de Slim y demás oligarcas que aparecen en ellas.
En contra de los que se postula en los medios oficiales, el crimen organizado no es un poder externo que acecha desde fuera al poder político y que lo infiltra. En mi opinión, los lazos entre crimen organizado, empresariado y estado son, desde hace varios años, una estructura orgánica, como lo revelan con todo su dramatismo los acontecimientos de Ayotzinapa, de Michoacán o de Tamaulipas. Hay una ensambladura entre los intereses del narco, de los capitalistas privados y los distintos segmentos del aparato de estado. En otras palabras, el crimen organizado opera tanto en la sociedad civil, como en la sociedad política. Como ya se dijo, los capos son grandes empresarios trasnacionales que operan con una lógica capitalista y que necesitan del sistema financiero –un baluarte central del poder oligárquico – parar lavar sus ingresos. No se quiere decir con esto que todos los empresarios son narcos, o que todos los políticos o todos los miembros de los partidos políticos pertenecen al crimen organizado, sino que la imbricación de intereses entre los distintos segmentos del poder económico y político (incluyendo los de narco) tiene un carácter estructural, razón por la cual el concepto “narcoestado”, si bien a veces se sobredimensiona o se caricaturiza, apunta a un elemento inescapable de la realidad mexicana y explica la magnitud del desastre nacional, con todos sus lacras: corrupción desmedida, impunidad, descomposición del tejido social y represión crónica
La oligarquía mexicana y el Estado mexicano son cada vez más dependientes de los Estados Unidos. La primera es crecientemente una oligarquía rentista, con una base de acumulación de capital cada vez más débil, que actúa, en gran medida, como gestora de los intereses trasnacionales. Y el Estado que había mantenido cierta autonomía hasta el ascenso del neoliberalismo, selló la sumisión al vecino del Norte desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El proceso de subordinación hacia el poder hegemónico estadounidense continúo con la firma del Acuerdo de Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN). El ASPAN no fue solamente un mecanismo para impulsar la integración económica de América del Norte, sino también un espacio para definir políticas en materia de seguridad regional en función de los intereses globales de Estados Unidos. Dos objetivos destacan en el ASPAN: la lucha contra los enemigos externos, llámense terroristas o narcotraficantes; y la contención de la migración hacia Estados Unidos proveniente de México, Centroamérica u otros países, tarea en la cual, México, como ruta de paso de los migrantes, asume la responsabilidad de atajarla en su territorio.
Con la llegada de Felipe Calderón al gobierno, después de unas elecciones cuestionadas por fraudulentas y falto aquél de legitimación interna, declaró la guerra frontal contra el narcotráfico y sacó al ejército de sus cuarteles para encabezar esa guerra y subordinó ésta a la estrategia global estadounidense contra el terrorismo internacional. Con ello se asumió que la lucha contra el narcotráfico es equivalente a la lucha contra el terrorismo, lo que permite a las policías y agencias de seguridad de Estados Unidos operar en territorio mexicano.
Desde los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos estableció como uno de sus objetivos en la lucha contra el “terrorismo” en la región, el crear un “perímetro de seguridad de América del Norte”, con lo cual los territorios de Canadá y de México se consideran como espacios integrantes de su seguridad nacional. Para este fin se creó en 2002 el Comando de del Norte, cuya misión es vigilar las vías de acceso aéreo, terrestre y marítimas de Estados Unidos, Canadá y México y se reorganizó el Mando Norteamericano de Defensa (NORAD, por sus acrónimos en inglés). Con la nueva doctrina de seguridad y basado en la experiencia contrainsurgente adquirida en Afganistán e Irak, el Comando del Norte reconoce su trabajo conjunto con el ejército mexicano:
“Trabajamos con las fuerzas armadas de México enfrentándolos con la idea de que el enemigo vive entre civiles y no es un enemigo externo al país, como tradicionalmente se ha formado al ejército y armada”.
Por ende, la tarea central del Comando consiste en “adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias [...] para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional, diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles (citado en Jóvenes en Emergencia, 2014:9)”.
Este es el contexto estructural, descrito brevemente en esta nota, en el que se produce la desaparición forzada de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa y de los más de 20,000 desaparecidos reconocidos por el gobierno: una economía estancada y excluyente; una oligarquía rentista y dependiente del exterior, que constituye el centro del poder económico y político; un crimen organizado estructuralmente entrelazado con tal poder; y un estado débil, disminuido en 30 años de neoliberalismo, militarizado, corrupto y subordinado a los intereses y estrategias del imperialismo estadounidense.
Ayotzinapa es no solamente la foto del Estado mexicano como dice Solalinde, sino que es – agregaría- un espejo fiel del complejo de intereses en que se asienta el poder económico y político en México. El gobierno federal intenta cerrar el caso Ayotzinapa y frenar la amplísima movilización popular y solidaridad internacional que se tejió a su alrededor. La supuesta “verdad histórica” presentada por el Procurador Murillo Karam en su última comparecencia pública sobre el tema, pretende presentar el caso como uno de secuestro, en vez de desaparición forzada. Pretende, asimismo negar que se trate de un crimen de Estado. En su versión, Abarca, un funcionario menor, municipal, ordenó la represión de los estudiantes y los entregó a un grupo del crimen organizado (Guerreros Unidos), el cual, presumiendo que los estudiantes estaban infiltrados por un grupo delincuencial rival (Los Rojos), decidieron su muerte e incineración.
La desaparición forzada de los normalistas contiene todos los elementos de un crimen de estado. Aunque Abarca y su esposa, se les califique de funcionarios menores, eran parte innegable del aparato estatal. Su vinculación con el crimen organizado era conocida desde tiempo atrás y, sin embargo, las autoridades federales nunca actuaron en consecuencia. La región de Iguala no es un espacio menor de las actividades del narcotráfico, pues allí se produce el 98% de la amapola mexicana, la cual se introduce como heroína a Estados Unidos y otros mercados (Ibíd: 4). Las autoridades estatales de Guerrero, comenzando por el exgobernador Aguirre, no han sido investigadas ni citadas a declarar. Al ejército mexicano se le exculpa de su participación en los hechos, no obstante que diversas evidencias señalan su presencia en los acontecimientos.
Difícilmente puede aceptarse la tesis de que el crimen de Iguala fue el resultado de una confusión. La persecución y hostigamiento de los estudiantes normalistas es de larga data. El proyecto gubernamental de cierre de las normales rurales, también. La desaparición y eventual asesinato de los jóvenes normalistas testimonia un alto grado de clasismo y racismo de parte de quienes decidieron la represión. Quizá se pensó que los normalistas podían ser eliminados sin un costo político alto, porque eran hijos de campesinos pobres, eran indígenas y, por añadidura, eran radicales de izquierda. Vamos, eran excluibles y desechables. La decisión ́de desaparecerlos, constituyó un grave error, pues levantó una amplia movilización ciudadana, la que puso en cuestionamiento no sólo al gobierno de Peña Nieto, sino al mismo sistema político mexicano.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Aguilar Alonso. y Jorge Carrión (1975). La burguesía, la oligarquía y el estado. México, Editorial Nuestro Tiempo, 3a. Edición.
Harvey, D. (2003). The New Imperialism. Oxford, Oxford University Press. Sin Embargo (2015). “Debemos ser abiertamente subversivos y decirle al sistema ‘no te queremos”: 22 de enero. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Jóvenes en Emergencia (2014) “Ayotzinapa y Tlatlaya. Geopolítica, ocupación del país y terrorismo de Estado”
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Arturo Guillén
Profesor – Investigador del Departamento de Economía la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.
Profesor del “Posgrado en Estudios Sociales, Línea Economía Social” de la misma Universidad. Coordinador General de la Red de Estudios sobre el Desarrollo Celso Furtado ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. E-mail: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Mexico
Ayotzinapa: oligarquía, narcotráfico y el Estado mexicano
Arturo Guillén
La matanza de seis personas y la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 y 27 de septiembre de 2014, puso de relieve el alto grado descomposición de la sociedad y el Estado mexicanos. Sacó a la superficie el alto grado de interpenetración entre el crimen organizado y el estado mexicano: entre los cárteles del narcotráfico, los gobiernos, los cuerpos policiacos, el ejército y los partidos políticos.
Como dice el padre Solalinde, defensor de migrantes, “lo que vivimos en México es muyserio (...) Ayotzinapa fue la foto que pudimos tomarle al Estado acerca de su actuar (Sin Embargo, 2015)”.
Esa foto de los hechos de Ayotzinapa, así como de Michoacán, entre muchos otros que han aflorado en varios de estados de la República, obliga a reflexionar sobre la naturaleza del estado mexicano actual. En particular, pone en el centro del debate la cuestión de hasta qué punto el estado mexicano es, o está en vías de convertirse, en un “narcoestado”. Se trata de asunto de un asunto de fondo muy complejo, que por supuesto no pretendo dilucidar en esta breve nota. Tan sólo se exponen algunos elementos queayuden a ilustrar tal hipótesis.
Para entender los cambios ocurridos en el estado mexicano durante las últimas tres décadas habría que empezar recordar que en este periodo ha regido un modelo de desarrollo neoliberal, que sustituyó el anterior modelo de sustitución de importaciones. Con el ascenso y consolidación del neoliberalismo se modificó radicalmente no sólo la estrategia económica, sino que se cerró el ciclo de los regímenes de la revolución. Recuérdese que el mismo expresidente de la República, José López Portillo, calificó su sexenio como el último de la Revolución Mexicana.
El modelo neoliberal es un régimen de acumulación fundamentalista de mercado, orientado hacia fuera basado en la exportación de manufacturas y de productos primarios, principalmente petróleo y minerales. En cuanto a su financiamiento, se trata de un régimen sustentado en el ahorro externo, y en la cual las políticas macroeconómicas se orientan, fundamentalmente, a favorecer los intereses del capital monopolista-financiero.
Al instaurarse el modelo neoliberal, sus promotores plantearon que al abrirse la economía al exterior, al desregularse y privatizar los activos públicos, la economía recobraría su capacidad de crecimiento, crearía empleos suficientes y de mayor calidad, se elevarían los salarios reales y se eliminaría la pobreza. La realidad de los últimos treinta años nos muestra un escenario totalmente opuesto. El modelo no ha generado crecimiento, sino estancamiento crónico (2.4% de crecimiento promedio anual del PIB); no crea casi empleos formales, sino que alimenta el desempleo, la informalidad y la migración hacia Estados Unidos; los salarios reales han decrecido 70% desde 1982; y la pobreza, que se ha tratado de paliar con programas de subsidios focalizados, afecta casi el 70% de la población mexicana, y una parte de ese franja pobre vive en condiciones de hambre. Mientras tanto, los más ricos se han enriquecido como nunca bajo el neoliberalismo. Los más acaudalados destacan en la listas de los mayores millonarios del planeta.
El neoliberalismo en vez de crear un sistema productivo más homogéneo e integrado, acentuó la heterogeneidad estructural; destruyó cadenas productivas, provocó desindustrialización y aniquiló la agricultura tradicional. El modelo neoliberal es un modelo concentrador del ingreso y excluyente que rompe el tejido social. La exclusión social es el caldo de cultivo de las actividades delincuenciales y la base de reclutamiento del crimen organizado.
La instauración del modelo no significó solamente una modificación de la estructura económica del país, sino que implicó una recomposición de las clases sociales, tanto dominantes como subordinadas. En particular, significó una restructuración del bloque en el poder y de su fracción hegemónica. Desde antes del neoliberalismo, por lo menos desde finales de la década de los sesenta, una reducida oligarquía financiera dominaba la economía y era la fracción hegemónica del bloque en el poder. Su conformación era consecuencia del intenso proceso de concentración y centralización de capital y detransnacionalización que experimentó la economía mexicana al final de la etapa de la industrialización sustitutiva. Alonso Aguilar llegaba a la conclusión de que el núcleo del poder económico se concentraba en no más de un millar de familias. Su inmenso poder económico aseguraba su hegemonía en la definición de la política en el seno del Estado (Aguilar y Carrión, 1975).
El modelo neoliberal introdujo modificaciones importantes en la composición de la clase dominante y de la propia oligarquía. El Consenso de Washington implicó en elterreno político, una alianza estrecha entre el capital monopolista-financiero de los centros y las elites internas de la periferia, con el objeto de desplegar la globalización. En la década de los ochenta, varios de los grandes grupos económicos mexicanos, así como las empresas transnacionales que operaban en el país fundamentalmente para el mercado interno,lograron reconvertir sus empresas y orientarlas hacia el mercado externo. Nuevos segmentos se integraron a la oligarquía y se instalaron en la cúspide del poder. El procesode privatización de empresas estatales y paraestatales [acumulación por desposesión como le llama D. Harvey (2003)], impulsado grandemente durante la administración de Salinasde Gortari, favoreció el proceso de recomposición de la oligarquía mexicana. La “nuevaoligarquía” se insertó, principalmente, en la banca, en las telecomunicaciones y en losmedios masivos de comunicación. Nuevos jerarcas (Carlos Slim, Roberto Hernández,Alfredo Harp Helú, Ricardo Salinas Pliego, Larrea, González Barrera, etc.) se incorporarona la lista de los superpoderosos.
La fracción hegemónica del poder en México está integrada por los dueños de los grandes grupos monopolistas nativos con intereses entrelazados en la industria, el comercio, las finanzas y los servicios; por los propietarios de los medios masivos de comunicación en la televisión, la radio y los grandes diarios nacionales y regionales; y por los altos jerarcas de las Iglesias y el Ejército, y también, por qué no decirlo por los grandes capos del narcotráfico.
Con el neoliberalismo se registró un ascenso vertiginoso de las actividades del narcotráfico, el cual aparece ahora implicado en el crimen de estado de Ayotzinapa. La desregulación y la apertura externa facilitaron sus tareas tanto nacionales como internacionales. No es que el narco no existiera antes, pero no tenía los alcances de ahora.
Bajo el neoliberalismo, el narcotráfico creció y se convirtió en un negocio trasnacional. México se convirtió en uno de los centros mundiales del narcotráfico. De intermediarios de los cárteles colombianos, los narcos mexicano desplazaron a estos como los principales productores e introductores de droga al mercado estadounidense y europeo. No es un accidente que por varios años el Chapo Guzmán apareciera en las listas de Forbes como uno de los principales millonarios de México, al lado de Slim y demás oligarcas que aparecen en ellas.
En contra de los que se postula en los medios oficiales, el crimen organizado no es un poder externo que acecha desde fuera al poder político y que lo infiltra. En mi opinión, los lazos entre crimen organizado, empresariado y estado son, desde hace varios años, una estructura orgánica, como lo revelan con todo su dramatismo los acontecimientos de Ayotzinapa, de Michoacán o de Tamaulipas. Hay una ensambladura entre los intereses del narco, de los capitalistas privados y los distintos segmentos del aparato de estado. En otras palabras, el crimen organizado opera tanto en la sociedad civil, como en la sociedad política. Como ya se dijo, los capos son grandes empresarios trasnacionales que operan con una lógica capitalista y que necesitan del sistema financiero –un baluarte central del poder oligárquico – parar lavar sus ingresos. No se quiere decir con esto que todos los empresarios son narcos, o que todos los políticos o todos los miembros de los partidos políticos pertenecen al crimen organizado, sino que la imbricación de intereses entre los distintos segmentos del poder económico y político (incluyendo los de narco) tiene un carácter estructural, razón por la cual el concepto “narcoestado”, si bien a veces se sobredimensiona o se caricaturiza, apunta a un elemento inescapable de la realidad mexicana y explica la magnitud del desastre nacional, con todos sus lacras: corrupción desmedida, impunidad, descomposición del tejido social y represión crónica
La oligarquía mexicana y el Estado mexicano son cada vez más dependientes de los Estados Unidos. La primera es crecientemente una oligarquía rentista, con una base de acumulación de capital cada vez más débil, que actúa, en gran medida, como gestora de los intereses trasnacionales. Y el Estado que había mantenido cierta autonomía hasta el ascenso del neoliberalismo, selló la sumisión al vecino del Norte desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El proceso de subordinación hacia el poder hegemónico estadounidense continúo con la firma del Acuerdo de Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN). El ASPAN no fue solamente un mecanismo para impulsar la integración económica de América del Norte, sino también un espacio para definir políticas en materia de seguridad regional en función de los intereses globales de Estados Unidos. Dos objetivos destacan en el ASPAN: la lucha contra los enemigos externos, llámense terroristas o narcotraficantes; y la contención de la migración hacia Estados Unidos proveniente de México, Centroamérica u otros países, tarea en la cual, México, como ruta de paso de los migrantes, asume la responsabilidad de atajarla en su territorio.
Con la llegada de Felipe Calderón al gobierno, después de unas elecciones cuestionadas por fraudulentas y falto aquél de legitimación interna, declaró la guerra frontal contra el narcotráfico y sacó al ejército de sus cuarteles para encabezar esa guerra y subordinó ésta a la estrategia global estadounidense contra el terrorismo internacional. Con ello se asumió que la lucha contra el narcotráfico es equivalente a la lucha contra el terrorismo, lo que permite a las policías y agencias de seguridad de Estados Unidos operar en territorio mexicano.
Desde los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos estableció como uno de sus objetivos en la lucha contra el “terrorismo” en la región, el crear un “perímetro de seguridad de América del Norte”, con lo cual los territorios de Canadá y de México se consideran como espacios integrantes de su seguridad nacional. Para este fin se creó en 2002 el Comando de del Norte, cuya misión es vigilar las vías de acceso aéreo, terrestre y marítimas de Estados Unidos, Canadá y México y se reorganizó el Mando Norteamericano de Defensa (NORAD, por sus acrónimos en inglés). Con la nueva doctrina de seguridad y basado en la experiencia contrainsurgente adquirida en Afganistán e Irak, el Comando del Norte reconoce su trabajo conjunto con el ejército mexicano:
“Trabajamos con las fuerzas armadas de México enfrentándolos con la idea de que el enemigo vive entre civiles y no es un enemigo externo al país, como tradicionalmente se ha formado al ejército y armada”.
Por ende, la tarea central del Comando consiste en “adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias [...] para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional, diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles (citado en Jóvenes en Emergencia, 2014:9)”.
Este es el contexto estructural, descrito brevemente en esta nota, en el que se produce la desaparición forzada de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa y de los más de 20,000 desaparecidos reconocidos por el gobierno: una economía estancada y excluyente; una oligarquía rentista y dependiente del exterior, que constituye el centro del poder económico y político; un crimen organizado estructuralmente entrelazado con tal poder; y un estado débil, disminuido en 30 años de neoliberalismo, militarizado, corrupto y subordinado a los intereses y estrategias del imperialismo estadounidense.
Ayotzinapa es no solamente la foto del Estado mexicano como dice Solalinde, sino que es – agregaría- un espejo fiel del complejo de intereses en que se asienta el poder económico y político en México. El gobierno federal intenta cerrar el caso Ayotzinapa y frenar la amplísima movilización popular y solidaridad internacional que se tejió a su alrededor. La supuesta “verdad histórica” presentada por el Procurador Murillo Karam en su última comparecencia pública sobre el tema, pretende presentar el caso como uno de secuestro, en vez de desaparición forzada. Pretende, asimismo negar que se trate de un crimen de Estado. En su versión, Abarca, un funcionario menor, municipal, ordenó la represión de los estudiantes y los entregó a un grupo del crimen organizado (Guerreros Unidos), el cual, presumiendo que los estudiantes estaban infiltrados por un grupo delincuencial rival (Los Rojos), decidieron su muerte e incineración.
La desaparición forzada de los normalistas contiene todos los elementos de un crimen de estado. Aunque Abarca y su esposa, se les califique de funcionarios menores, eran parte innegable del aparato estatal. Su vinculación con el crimen organizado era conocida desde tiempo atrás y, sin embargo, las autoridades federales nunca actuaron en consecuencia. La región de Iguala no es un espacio menor de las actividades del narcotráfico, pues allí se produce el 98% de la amapola mexicana, la cual se introduce como heroína a Estados Unidos y otros mercados (Ibíd: 4). Las autoridades estatales de Guerrero, comenzando por el exgobernador Aguirre, no han sido investigadas ni citadas a declarar. Al ejército mexicano se le exculpa de su participación en los hechos, no obstante que diversas evidencias señalan su presencia en los acontecimientos.
Difícilmente puede aceptarse la tesis de que el crimen de Iguala fue el resultado de una confusión. La persecución y hostigamiento de los estudiantes normalistas es de larga data. El proyecto gubernamental de cierre de las normales rurales, también. La desaparición y eventual asesinato de los jóvenes normalistas testimonia un alto grado de clasismo y racismo de parte de quienes decidieron la represión. Quizá se pensó que los normalistas podían ser eliminados sin un costo político alto, porque eran hijos de campesinos pobres, eran indígenas y, por añadidura, eran radicales de izquierda. Vamos, eran excluibles y desechables. La decisión ́de desaparecerlos, constituyó un grave error, pues levantó una amplia movilización ciudadana, la que puso en cuestionamiento no sólo al gobierno de Peña Nieto, sino al mismo sistema político mexicano.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Aguilar Alonso. y Jorge Carrión (1975). La burguesía, la oligarquía y el estado. México, Editorial Nuestro Tiempo, 3a. Edición.
Harvey, D. (2003). The New Imperialism. Oxford, Oxford University Press. Sin Embargo (2015). “Debemos ser abiertamente subversivos y decirle al sistema ‘no te queremos”: 22 de enero. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Jóvenes en Emergencia (2014) “Ayotzinapa y Tlatlaya. Geopolítica, ocupación del país y terrorismo de Estado”
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Arturo Guillén
Profesor – Investigador del Departamento de Economía la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.
Profesor del “Posgrado en Estudios Sociales, Línea Economía Social” de la misma Universidad. Coordinador General de la Red de Estudios sobre el Desarrollo Celso Furtado ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. E-mail: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
lilian- Moderador Global
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
México: Hombres armados secuestran a 12 personas en el estado de Guerrero
Publicado: 8 feb 2015 04:01 GMT | Última actualización: 8 feb 2015 04:13 GMT
. REUTERS/Henry Romero
Al menos 12 personas han sido secuestradas por hombres armados cerca de una mina de oro en el estado mexicano de Guerrero, el mismo donde el año pasado desaparecieron 43 estudiantes.
Las víctimas, en su mayoría trabajadores de la mina Media Luna, fueron secuestradas cuando iban en una camioneta por la carretera que une Alto Balsas con Cocula, dijo un representante de los empleados, Juan Zúñiga.
La población local acusa de esta acción criminal a Uriel Wences Delgado La Burra, miembro de la organización criminal La Familia, que fue expulsado por la guardia comunitaria en diciembre de 2013, cuando los habitantes de este lugar decidieron tomar las armas para enfrentarse directamente a la delincuencia, informa 'Proceso'.
"La Burra dejó libre a una persona para que nos diera su mensaje: 'vengo por mi dinero, el de la mina y de los pobladores'", indicó un habitante que pidió el anonimato.
Sin embargo, informas policiales indican que en el municipio de Cocula opera el grupo criminal de los Guerreros Unidos.
Más información en breve.
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lilian- Moderador Global
La "neutralidad de la prensa libre",(de los dueños de los medios) es espectacular en todas partes del mundo jeje...
México: Despiden a la periodista que reveló el escándalo de Peña Nieto
Publicado: 16 mar 2015 15:45 GMT | Última actualización: 16 mar 2015 15:52 GMT
Carmen Aristegui flickr.com / Eneas De Troya / CC by 2.0
La emisora mexicana MVS Radio anunció este domingo en un comunicado que "da por terminada la relación de trabajo" con Carmen Aristegui, la periodista que reveló en noviembre la existencia de una millonaria propiedad de la esposa de Enrique Peña Nieto.
MVS Radio dio por terminada este domingo la relación laboral con la presentadora del programa matinal de máxima audiencia, Carmen Aristegui, que había puesto como condición para seguir en la cadena el regreso de dos reporteros despedidos el pasado jueves, informa la revista 'Proceso'.
Sepa más: La 'Casa Blanca' de Peña Nieto: ¿De donde salió esta mansión de 7 millones de dólares?
Según un comunicado del Grupo MVS, Daniel Lizarraga e Irving Huerta fueron despedidos por haber comprometido el nombre de la empresa para promover Mexicoleaks, un sitio para recibir filtraciones que pudieran destapar casos de corrupción en México.
Lea más: Anonymous ataca al medio que despidió a periodistas que investigaron a Peña Nieto
Lizarraga y Huerta fueron responsables de la investigación de la lujosa 'Casa Blanca' del presidente Peña Nieto, la millonaria casa del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, o la red de prostitución en la que estuvo implicado el presidente del partido gobernante PRI en la capital de México.
El despido de estos dos colaboradores de Aristegui por parte de MVS y el posible despido de la propia investigadora desató una ola de críticas en las redes sociales. Una petición en Internet en defensa de la periodista había recogido 170.000 firmas la noche de este domingo.
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Publicado: 16 mar 2015 15:45 GMT | Última actualización: 16 mar 2015 15:52 GMT
Carmen Aristegui flickr.com / Eneas De Troya / CC by 2.0
La emisora mexicana MVS Radio anunció este domingo en un comunicado que "da por terminada la relación de trabajo" con Carmen Aristegui, la periodista que reveló en noviembre la existencia de una millonaria propiedad de la esposa de Enrique Peña Nieto.
MVS Radio dio por terminada este domingo la relación laboral con la presentadora del programa matinal de máxima audiencia, Carmen Aristegui, que había puesto como condición para seguir en la cadena el regreso de dos reporteros despedidos el pasado jueves, informa la revista 'Proceso'.
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Según un comunicado del Grupo MVS, Daniel Lizarraga e Irving Huerta fueron despedidos por haber comprometido el nombre de la empresa para promover Mexicoleaks, un sitio para recibir filtraciones que pudieran destapar casos de corrupción en México.
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Lizarraga y Huerta fueron responsables de la investigación de la lujosa 'Casa Blanca' del presidente Peña Nieto, la millonaria casa del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, o la red de prostitución en la que estuvo implicado el presidente del partido gobernante PRI en la capital de México.
El despido de estos dos colaboradores de Aristegui por parte de MVS y el posible despido de la propia investigadora desató una ola de críticas en las redes sociales. Una petición en Internet en defensa de la periodista había recogido 170.000 firmas la noche de este domingo.
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lilian- Moderador Global
NTN24
“No podemos permitir que haya elecciones”: padres de los 43 jóvenes de Iguala sobre comicios en Guerrero
NOTICIAS | AMÉRICA LATINA
Reuters
Jueves, Marzo 26, 2015
Una veintena de padres de los 43 estudiantes que desaparecieron hace seis meses en el suroeste de México se reunieron con las autoridades electorales para decirles que no hay condiciones para celebrar los comicios del 7 de junio en el estado de Guerrero.
"Haremos conocer a esa autoridad y al Gobierno de México que no podemos permitir que haya elecciones", dijo Melitón Ortega, portavoz de los padres, ante un centenar de manifestantes reunidos frente a las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE).
Tras ingresar a la sede del INE, ubicada en el sur de la capital mexicana, el grupo de familiares se pudo reunir con nueve de los once consejeros electorales, incluido el titular del órgano, Lorenzo Córdova.
En el encuentro, los padres de los alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa entregaron un documento en el que plantean una serie de "peticiones que no solamente se resumen en no (celebración de) elecciones en Guerrero", dijo a Efe un portavoz del INE.
Los familiares presentaron propuestas como elecciones por usos y costumbres, una figura incluida en la legislación mexicana para las regiones indígenas y que prevé la votación por mano alzada o a través de marcar el respaldo a un aspirante en un pizarrón.
Además de elecciones comunitarias, plantearon "gobiernos populares", señaló la fuente, que dijo que los consejeros "reconocieron la voluntad de diálogo de los padres y del movimiento", así como su demanda de justicia y castigo para los responsables de la desaparición.
Los consejeros dijeron "que iban a analizar las peticiones" para "dar una respuesta por escrito más adelante", añadió sin precisar la fecha.
El abogado del centro de derechos humanos Tlachinollan, Isidoro Vicario, que apoya a los padres, recordó que las autoridades del municipio de Iguala (Guerrero) estuvieron involucradas en la desaparición de los 43 jóvenes el 26 de septiembre pasado.
El próximo 7 de junio más de 83 millones de mexicanos están convocados a la urnas para elegir 1.996 cargos, incluidos 500 diputados federales y los gobernadores de nueve estados, entre ellos Guerrero.
Colaboración: EFE
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NOTICIAS | AMÉRICA LATINA
Reuters
Jueves, Marzo 26, 2015
Una veintena de padres de los 43 estudiantes que desaparecieron hace seis meses en el suroeste de México se reunieron con las autoridades electorales para decirles que no hay condiciones para celebrar los comicios del 7 de junio en el estado de Guerrero.
"Haremos conocer a esa autoridad y al Gobierno de México que no podemos permitir que haya elecciones", dijo Melitón Ortega, portavoz de los padres, ante un centenar de manifestantes reunidos frente a las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE).
Tras ingresar a la sede del INE, ubicada en el sur de la capital mexicana, el grupo de familiares se pudo reunir con nueve de los once consejeros electorales, incluido el titular del órgano, Lorenzo Córdova.
En el encuentro, los padres de los alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa entregaron un documento en el que plantean una serie de "peticiones que no solamente se resumen en no (celebración de) elecciones en Guerrero", dijo a Efe un portavoz del INE.
Los familiares presentaron propuestas como elecciones por usos y costumbres, una figura incluida en la legislación mexicana para las regiones indígenas y que prevé la votación por mano alzada o a través de marcar el respaldo a un aspirante en un pizarrón.
Además de elecciones comunitarias, plantearon "gobiernos populares", señaló la fuente, que dijo que los consejeros "reconocieron la voluntad de diálogo de los padres y del movimiento", así como su demanda de justicia y castigo para los responsables de la desaparición.
Los consejeros dijeron "que iban a analizar las peticiones" para "dar una respuesta por escrito más adelante", añadió sin precisar la fecha.
El abogado del centro de derechos humanos Tlachinollan, Isidoro Vicario, que apoya a los padres, recordó que las autoridades del municipio de Iguala (Guerrero) estuvieron involucradas en la desaparición de los 43 jóvenes el 26 de septiembre pasado.
El próximo 7 de junio más de 83 millones de mexicanos están convocados a la urnas para elegir 1.996 cargos, incluidos 500 diputados federales y los gobernadores de nueve estados, entre ellos Guerrero.
Colaboración: EFE
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marinawais- Reportero total
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
“Tragedia nacional”: 25 mil 821 personas desaparecidas en México
Hasta marzo de 2015, en el país se enlistaron oficialmente 25 mil 821 personas “no localizadas” en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, del Sistema Nacional de Seguridad Pública. De éstas, 10 mil 836 desaparecieron en lo que va del actual gobierno. El resto, es decir la mayoría, data de la administración de Felipe Calderón. Por su metodología, la base de datos gubernamental podría ocultar centenas de desapariciones, señalan organizaciones civiles. Esta realidad constituye “una verdadera tragedia nacional”, considera Santiago Corcuera, integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU
27 de abril de 2015
26. abril, 2015 Autor: Flor Goche / @flor_contra Portada
En agosto de 2014, el gobierno mexicano reconoció la existencia de 22 mil 611 personas “no localizadas”. Siete meses después, a marzo del año en curso, ya son 25 mil 821.
Más del 40 por ciento de las personas que a la fecha se encuentran en calidad de “no localizadas” (10 mil 836) desapareció en lo que va del actual gobierno: de enero de 2013 a marzo de 2015. Mientras que el 54 por ciento (13 mil 996) fue durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Se trata de personas que hasta el momento permanecen en calidad de desaparecidas, es decir, que no han sido encontradas vivas o muertas.
Estas cifras constan en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (Rnped), que se alimenta de las denuncias presentadas ante las agencias del Ministerio Público, tanto del fuero federal como del común. El instrumento de información del Sistema Nacional de Seguridad Pública contabiliza únicamente a las personas que aún no han sido localizadas.
El 72 por ciento de las personas que actualmente se encuentran desaparecidas (18 mil 536) son varones. En tanto, el 59 por ciento (15 mil 294) están en edad productiva, y el 25 por ciento (6 mil 467) son menores de 19 años. Estos indicativos sobre el perfil de las 25 mil 821 “no localizadas” se desprenden de la estadística oficial.
El Rnped permite, asimismo, ubicar las entidades con los más altos índices de desaparición. Se trata, en primer lugar, de Tamaulipas, con 5 mil 479 casos. Le siguen Jalisco, con 2 mil 248; Estado de México, con 2 mil 74; y Nuevo León, con 2 mil 21.
En febrero pasado, México fue examinado por el Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Como parte de sus observaciones finales, éste advirtió un contexto de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio mexicano, muchas de las cuales podrían calificarse como desapariciones forzadas.
“Una verdadera tragedia nacional”, así se refiere Santiago Corcuera Cabezut, integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, a la dimensión que ha alcanzado el fenómeno de la desaparición de personas en México.
En entrevista con Contralínea, y bajo la aclaración de que los comentarios que emite son a título personal, el maestro en derecho por la Universidad de Cambridge dice que, en aras de desarrollar las medidas adecuadas y efectivas para la erradicación de las desapariciones, el Estado mexicano debe reconocer la dimensión del problema, tal como se lo recomendó, en 2011, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU.
Sin embargo, a la fecha, el gobierno mexicano sigue sin reconocer la magnitud de la problemática en cuestión, además de que le ha faltado voluntad para resolverla, señala Corcuera Cabezut.
A decir del exintegrante del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, el origen de la tragedia de las desapariciones en territorio mexicano data de 2006, luego del “espiral de violencia” que desató la “guerra contra el narcotráfico”, política de seguridad ejercida por Felipe Calderón a través del empleo de las Fuerzas Armadas.
Registro oficial podría ocultar cientos de desapariciones
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas no reflejaría la totalidad de las desapariciones que ocurren en el país. Las razones son diversas: no incluye a las personas que ya fueron localizadas; no da cuenta de los casos que carecen de denuncia ante la autoridad; respecto de los hechos que constan en el fuero federal, sólo contempla las averiguaciones previas iniciadas por la Procuraduría General de la República (PGR) entre 2014 y 2015.
Un ejercicio realizado por Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila permite entrever la ºde las desapariciones en México. De un total de 147 casos que tienen averiguación previa en la PGR, la organización civil encontró que tan sólo 23 constan en el Rnped. De acuerdo con este parámetro, en ese caso la base de datos oficial ocultó el 84 por ciento de los casos de desaparición.
A este subregistro habría que adherir los casos que no constan en los expedientes judiciales porque, como explica Corcuera Cabezut, los familiares o seres queridos de la persona desaparecida no siempre denuncian. Esto ocurre, precisa el experto, principalmente por temor o por el trato de “hostigamiento terrible” que reciben en su intento de exponer los hechos ante la autoridad ministerial.
Perseo Quiroz Rendón, director ejecutivo de Amnistía Internacional México, comenta que la base de datos gubernamental no es “muy confiable”, dada su falta de rigor técnico y su “rudimentaria metodología” de recopilación de información. Es así, asegura, que dicho registro no refleja el número real de desaparecidos a nivel nacional.
Derivado de un acuerdo de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, en 2011 el gobierno mexicano empezó a construir una base de datos de personas no localizadas basada en información de las procuradurías y fiscalías locales. Al 30 de noviembre de 2012, es decir, en vísperas del fin del sexenio de Felipe Calderón, ésta llegó a acumular un total de 26 mil 121 registros.
De acuerdo con información difundida por la PGR, la base de datos oficial sería depurada y actualizada por la administración de Enrique Peña Nieto a partir de la eliminación de los nombres de las personas ya localizadas y de la identificación de homonimias o registros duplicados. Es así que, a marzo del año en curso, constan en el registro gubernamental 25 mil 821 casos de personas no localizadas.
A principios de 2012 se expidió la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, la cual regula la operación, funcionamiento y administración del Rnped. La aplicación de la misma corresponde al Ejecutivo federal, a través del Secretariado Ejecutivo, quien tiene la obligación de publicar el registro actualizado en su página electrónica.
En febrero pasado, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU externó su preocupación por la falta de reglamentación de la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, y por el hecho de que el Rnped no diferencia entre las desapariciones perpetradas por particulares y las forzadas, es decir, aquellas que son obra de agentes del Estado o de personas o grupos que actúan con su autorización, apoyo o aquiescencia.
“Mientras toma nota de la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, al Comité le preocupa su falta de reglamentación, así como el hecho de que el registro no incluye información que permita determinar si la persona pudo haber sido sometida a desaparición forzada.”
Los expertos de la ONU recomiendan al Estado mexicano contar con un registro único de personas desaparecidas a nivel nacional que, como mínimo, refleje de forma exhaustiva y adecuada todos los casos de personas desaparecidas, al contemplar datos como sexo, edad, nacionalidad, así como lugar y fecha de desaparición; incorpore información que permita determinar si se trata de una desaparición forzada o de un hecho sin participación alguna de agentes estatales; permita generar datos estadísticos respecto de los casos de desaparición forzada aun cuando hayan sido esclarecidos; sea completado con base en criterios claros y homogéneos, y actualizado permanentemente.
Flor Goche, @flor_contra
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Hasta marzo de 2015, en el país se enlistaron oficialmente 25 mil 821 personas “no localizadas” en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, del Sistema Nacional de Seguridad Pública. De éstas, 10 mil 836 desaparecieron en lo que va del actual gobierno. El resto, es decir la mayoría, data de la administración de Felipe Calderón. Por su metodología, la base de datos gubernamental podría ocultar centenas de desapariciones, señalan organizaciones civiles. Esta realidad constituye “una verdadera tragedia nacional”, considera Santiago Corcuera, integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU
27 de abril de 2015
26. abril, 2015 Autor: Flor Goche / @flor_contra Portada
En agosto de 2014, el gobierno mexicano reconoció la existencia de 22 mil 611 personas “no localizadas”. Siete meses después, a marzo del año en curso, ya son 25 mil 821.
Más del 40 por ciento de las personas que a la fecha se encuentran en calidad de “no localizadas” (10 mil 836) desapareció en lo que va del actual gobierno: de enero de 2013 a marzo de 2015. Mientras que el 54 por ciento (13 mil 996) fue durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Se trata de personas que hasta el momento permanecen en calidad de desaparecidas, es decir, que no han sido encontradas vivas o muertas.
Estas cifras constan en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (Rnped), que se alimenta de las denuncias presentadas ante las agencias del Ministerio Público, tanto del fuero federal como del común. El instrumento de información del Sistema Nacional de Seguridad Pública contabiliza únicamente a las personas que aún no han sido localizadas.
El 72 por ciento de las personas que actualmente se encuentran desaparecidas (18 mil 536) son varones. En tanto, el 59 por ciento (15 mil 294) están en edad productiva, y el 25 por ciento (6 mil 467) son menores de 19 años. Estos indicativos sobre el perfil de las 25 mil 821 “no localizadas” se desprenden de la estadística oficial.
El Rnped permite, asimismo, ubicar las entidades con los más altos índices de desaparición. Se trata, en primer lugar, de Tamaulipas, con 5 mil 479 casos. Le siguen Jalisco, con 2 mil 248; Estado de México, con 2 mil 74; y Nuevo León, con 2 mil 21.
En febrero pasado, México fue examinado por el Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Como parte de sus observaciones finales, éste advirtió un contexto de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio mexicano, muchas de las cuales podrían calificarse como desapariciones forzadas.
“Una verdadera tragedia nacional”, así se refiere Santiago Corcuera Cabezut, integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, a la dimensión que ha alcanzado el fenómeno de la desaparición de personas en México.
En entrevista con Contralínea, y bajo la aclaración de que los comentarios que emite son a título personal, el maestro en derecho por la Universidad de Cambridge dice que, en aras de desarrollar las medidas adecuadas y efectivas para la erradicación de las desapariciones, el Estado mexicano debe reconocer la dimensión del problema, tal como se lo recomendó, en 2011, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU.
Sin embargo, a la fecha, el gobierno mexicano sigue sin reconocer la magnitud de la problemática en cuestión, además de que le ha faltado voluntad para resolverla, señala Corcuera Cabezut.
A decir del exintegrante del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, el origen de la tragedia de las desapariciones en territorio mexicano data de 2006, luego del “espiral de violencia” que desató la “guerra contra el narcotráfico”, política de seguridad ejercida por Felipe Calderón a través del empleo de las Fuerzas Armadas.
Registro oficial podría ocultar cientos de desapariciones
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas no reflejaría la totalidad de las desapariciones que ocurren en el país. Las razones son diversas: no incluye a las personas que ya fueron localizadas; no da cuenta de los casos que carecen de denuncia ante la autoridad; respecto de los hechos que constan en el fuero federal, sólo contempla las averiguaciones previas iniciadas por la Procuraduría General de la República (PGR) entre 2014 y 2015.
Un ejercicio realizado por Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila permite entrever la ºde las desapariciones en México. De un total de 147 casos que tienen averiguación previa en la PGR, la organización civil encontró que tan sólo 23 constan en el Rnped. De acuerdo con este parámetro, en ese caso la base de datos oficial ocultó el 84 por ciento de los casos de desaparición.
A este subregistro habría que adherir los casos que no constan en los expedientes judiciales porque, como explica Corcuera Cabezut, los familiares o seres queridos de la persona desaparecida no siempre denuncian. Esto ocurre, precisa el experto, principalmente por temor o por el trato de “hostigamiento terrible” que reciben en su intento de exponer los hechos ante la autoridad ministerial.
Perseo Quiroz Rendón, director ejecutivo de Amnistía Internacional México, comenta que la base de datos gubernamental no es “muy confiable”, dada su falta de rigor técnico y su “rudimentaria metodología” de recopilación de información. Es así, asegura, que dicho registro no refleja el número real de desaparecidos a nivel nacional.
Derivado de un acuerdo de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, en 2011 el gobierno mexicano empezó a construir una base de datos de personas no localizadas basada en información de las procuradurías y fiscalías locales. Al 30 de noviembre de 2012, es decir, en vísperas del fin del sexenio de Felipe Calderón, ésta llegó a acumular un total de 26 mil 121 registros.
De acuerdo con información difundida por la PGR, la base de datos oficial sería depurada y actualizada por la administración de Enrique Peña Nieto a partir de la eliminación de los nombres de las personas ya localizadas y de la identificación de homonimias o registros duplicados. Es así que, a marzo del año en curso, constan en el registro gubernamental 25 mil 821 casos de personas no localizadas.
A principios de 2012 se expidió la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, la cual regula la operación, funcionamiento y administración del Rnped. La aplicación de la misma corresponde al Ejecutivo federal, a través del Secretariado Ejecutivo, quien tiene la obligación de publicar el registro actualizado en su página electrónica.
En febrero pasado, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU externó su preocupación por la falta de reglamentación de la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, y por el hecho de que el Rnped no diferencia entre las desapariciones perpetradas por particulares y las forzadas, es decir, aquellas que son obra de agentes del Estado o de personas o grupos que actúan con su autorización, apoyo o aquiescencia.
“Mientras toma nota de la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, al Comité le preocupa su falta de reglamentación, así como el hecho de que el registro no incluye información que permita determinar si la persona pudo haber sido sometida a desaparición forzada.”
Los expertos de la ONU recomiendan al Estado mexicano contar con un registro único de personas desaparecidas a nivel nacional que, como mínimo, refleje de forma exhaustiva y adecuada todos los casos de personas desaparecidas, al contemplar datos como sexo, edad, nacionalidad, así como lugar y fecha de desaparición; incorpore información que permita determinar si se trata de una desaparición forzada o de un hecho sin participación alguna de agentes estatales; permita generar datos estadísticos respecto de los casos de desaparición forzada aun cuando hayan sido esclarecidos; sea completado con base en criterios claros y homogéneos, y actualizado permanentemente.
Flor Goche, @flor_contra
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lilian- Moderador Global
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
lilian escribió:“Tragedia nacional”: 25 mil 821 personas desaparecidas en México
Hasta marzo de 2015, en el país se enlistaron oficialmente 25 mil 821 personas “no localizadas” en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, del Sistema Nacional de Seguridad Pública. De éstas, 10 mil 836 desaparecieron en lo que va del actual gobierno. El resto, es decir la mayoría, data de la administración de Felipe Calderón. Por su metodología, la base de datos gubernamental podría ocultar centenas de desapariciones, señalan organizaciones civiles. Esta realidad constituye “una verdadera tragedia nacional”, considera Santiago Corcuera, integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU
27 de abril de 2015
26. abril, 2015 Autor: Flor Goche / @flor_contra Portada
En agosto de 2014, el gobierno mexicano reconoció la existencia de 22 mil 611 personas “no localizadas”. Siete meses después, a marzo del año en curso, ya son 25 mil 821.
Más del 40 por ciento de las personas que a la fecha se encuentran en calidad de “no localizadas” (10 mil 836) desapareció en lo que va del actual gobierno: de enero de 2013 a marzo de 2015. Mientras que el 54 por ciento (13 mil 996) fue durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Se trata de personas que hasta el momento permanecen en calidad de desaparecidas, es decir, que no han sido encontradas vivas o muertas.
Estas cifras constan en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (Rnped), que se alimenta de las denuncias presentadas ante las agencias del Ministerio Público, tanto del fuero federal como del común. El instrumento de información del Sistema Nacional de Seguridad Pública contabiliza únicamente a las personas que aún no han sido localizadas.
El 72 por ciento de las personas que actualmente se encuentran desaparecidas (18 mil 536) son varones. En tanto, el 59 por ciento (15 mil 294) están en edad productiva, y el 25 por ciento (6 mil 467) son menores de 19 años. Estos indicativos sobre el perfil de las 25 mil 821 “no localizadas” se desprenden de la estadística oficial.
El Rnped permite, asimismo, ubicar las entidades con los más altos índices de desaparición. Se trata, en primer lugar, de Tamaulipas, con 5 mil 479 casos. Le siguen Jalisco, con 2 mil 248; Estado de México, con 2 mil 74; y Nuevo León, con 2 mil 21.
En febrero pasado, México fue examinado por el Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Como parte de sus observaciones finales, éste advirtió un contexto de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio mexicano, muchas de las cuales podrían calificarse como desapariciones forzadas.
“Una verdadera tragedia nacional”, así se refiere Santiago Corcuera Cabezut, integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, a la dimensión que ha alcanzado el fenómeno de la desaparición de personas en México.
En entrevista con Contralínea, y bajo la aclaración de que los comentarios que emite son a título personal, el maestro en derecho por la Universidad de Cambridge dice que, en aras de desarrollar las medidas adecuadas y efectivas para la erradicación de las desapariciones, el Estado mexicano debe reconocer la dimensión del problema, tal como se lo recomendó, en 2011, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU.
Sin embargo, a la fecha, el gobierno mexicano sigue sin reconocer la magnitud de la problemática en cuestión, además de que le ha faltado voluntad para resolverla, señala Corcuera Cabezut.
A decir del exintegrante del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, el origen de la tragedia de las desapariciones en territorio mexicano data de 2006, luego del “espiral de violencia” que desató la “guerra contra el narcotráfico”, política de seguridad ejercida por Felipe Calderón a través del empleo de las Fuerzas Armadas.
Registro oficial podría ocultar cientos de desapariciones
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas no reflejaría la totalidad de las desapariciones que ocurren en el país. Las razones son diversas: no incluye a las personas que ya fueron localizadas; no da cuenta de los casos que carecen de denuncia ante la autoridad; respecto de los hechos que constan en el fuero federal, sólo contempla las averiguaciones previas iniciadas por la Procuraduría General de la República (PGR) entre 2014 y 2015.
Un ejercicio realizado por Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila permite entrever la ºde las desapariciones en México. De un total de 147 casos que tienen averiguación previa en la PGR, la organización civil encontró que tan sólo 23 constan en el Rnped. De acuerdo con este parámetro, en ese caso la base de datos oficial ocultó el 84 por ciento de los casos de desaparición.
A este subregistro habría que adherir los casos que no constan en los expedientes judiciales porque, como explica Corcuera Cabezut, los familiares o seres queridos de la persona desaparecida no siempre denuncian. Esto ocurre, precisa el experto, principalmente por temor o por el trato de “hostigamiento terrible” que reciben en su intento de exponer los hechos ante la autoridad ministerial.
Perseo Quiroz Rendón, director ejecutivo de Amnistía Internacional México, comenta que la base de datos gubernamental no es “muy confiable”, dada su falta de rigor técnico y su “rudimentaria metodología” de recopilación de información. Es así, asegura, que dicho registro no refleja el número real de desaparecidos a nivel nacional.
Derivado de un acuerdo de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, en 2011 el gobierno mexicano empezó a construir una base de datos de personas no localizadas basada en información de las procuradurías y fiscalías locales. Al 30 de noviembre de 2012, es decir, en vísperas del fin del sexenio de Felipe Calderón, ésta llegó a acumular un total de 26 mil 121 registros.
De acuerdo con información difundida por la PGR, la base de datos oficial sería depurada y actualizada por la administración de Enrique Peña Nieto a partir de la eliminación de los nombres de las personas ya localizadas y de la identificación de homonimias o registros duplicados. Es así que, a marzo del año en curso, constan en el registro gubernamental 25 mil 821 casos de personas no localizadas.
A principios de 2012 se expidió la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, la cual regula la operación, funcionamiento y administración del Rnped. La aplicación de la misma corresponde al Ejecutivo federal, a través del Secretariado Ejecutivo, quien tiene la obligación de publicar el registro actualizado en su página electrónica.
En febrero pasado, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU externó su preocupación por la falta de reglamentación de la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, y por el hecho de que el Rnped no diferencia entre las desapariciones perpetradas por particulares y las forzadas, es decir, aquellas que son obra de agentes del Estado o de personas o grupos que actúan con su autorización, apoyo o aquiescencia.
“Mientras toma nota de la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, al Comité le preocupa su falta de reglamentación, así como el hecho de que el registro no incluye información que permita determinar si la persona pudo haber sido sometida a desaparición forzada.”
Los expertos de la ONU recomiendan al Estado mexicano contar con un registro único de personas desaparecidas a nivel nacional que, como mínimo, refleje de forma exhaustiva y adecuada todos los casos de personas desaparecidas, al contemplar datos como sexo, edad, nacionalidad, así como lugar y fecha de desaparición; incorpore información que permita determinar si se trata de una desaparición forzada o de un hecho sin participación alguna de agentes estatales; permita generar datos estadísticos respecto de los casos de desaparición forzada aun cuando hayan sido esclarecidos; sea completado con base en criterios claros y homogéneos, y actualizado permanentemente.
Flor Goche, @flor_contra
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¡POR DIOS...!
marinawais- Reportero total
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
Caos en México: El narco paraliza Guadalajara con 39 bloqueos, el derribo de un helicóptero y 7 muertos
Proceso
vie, 01 mayo 2015 20:21 UTC
© Twitter
Caos en Guadalajara: incendian vehículos, gasolinerías, bancos…
MÉXICO, DF, (apro).- El crimen organizado ofreció hoy una muestra de su poderío al paralizar la tercer plaza más importante del país, la ciudad de Guadalajara, Jalisco, con narcobloqueos en 39 puntos de la zona metropolitana y una veintena de municipios aledaños, enfrentamientos, incendios a gasolineras y bancos, entre otros establecimientos, y derribar un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con un saldo de siete muertos, 19 heridos y 17 detenidos.
La inusitada movilización de los grupos armado, que comenzó a las nueve de la mañana, se extendió incluso a los estados vecinos de Colima, Michoacán y Guanajuato, donde los sicarios también efectuaron narcobloqueos y provocaron incendios intermitentes.
© AP / Refugio Ruíz
Ante la magnitud de los acontecimientos, el presidente Enrique Peña Nieto ordenó a su gabinete de Seguridad reunirse de manera urgente. A su vez, el consulado de Estados Unidos en Guadalajara recomendó a sus ciudadanos permanecer en sus casas hasta nueva orden.
Por la noche, el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dio una rueda de prensa donde destacó la puesta en marcha de la Operación Jalisco, en la que participan elementos de Sedena, Semar, Cisen y Policía Federal (PF).
Rubido García resaltó que el operativo tiene como finalidad el reforzar la presencia federal para terminar con el crimen en la entidad.
Y por ello, aseguró, este viernes, cerca de las siete de la mañana, fuerzas federales que realizaban un reconocimiento aéreo ubicaron un convoy de vehículos que presuntamente trasladaba a un grupo delincuencial.
Los sicarios, al verse ubicados, abrieron fuego contra la aeronave en la que viajaban 11 militares, dos policías federales y cinco miembros de la tripulación.
En el incidente, confirmó Rubido, tres miembros del Ejército perdieron la vida "en el cumplimiento de su deber". También dijo que resultaron lesionados dos elementos y tres más no han sido localizados.
Además, dio a conocer que como reacción a la presencia de elementos federales, los integrantes del grupo delincuencial iniciaron acciones con la finalidad de frenarlos.
El funcionario indicó que se ubicaron 39 bloqueos, mismos que fueron retirados.
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Proceso
vie, 01 mayo 2015 20:21 UTC
Caos en Guadalajara: incendian vehículos, gasolinerías, bancos…
MÉXICO, DF, (apro).- El crimen organizado ofreció hoy una muestra de su poderío al paralizar la tercer plaza más importante del país, la ciudad de Guadalajara, Jalisco, con narcobloqueos en 39 puntos de la zona metropolitana y una veintena de municipios aledaños, enfrentamientos, incendios a gasolineras y bancos, entre otros establecimientos, y derribar un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con un saldo de siete muertos, 19 heridos y 17 detenidos.
La inusitada movilización de los grupos armado, que comenzó a las nueve de la mañana, se extendió incluso a los estados vecinos de Colima, Michoacán y Guanajuato, donde los sicarios también efectuaron narcobloqueos y provocaron incendios intermitentes.
© AP / Refugio Ruíz
Ante la magnitud de los acontecimientos, el presidente Enrique Peña Nieto ordenó a su gabinete de Seguridad reunirse de manera urgente. A su vez, el consulado de Estados Unidos en Guadalajara recomendó a sus ciudadanos permanecer en sus casas hasta nueva orden.
Por la noche, el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dio una rueda de prensa donde destacó la puesta en marcha de la Operación Jalisco, en la que participan elementos de Sedena, Semar, Cisen y Policía Federal (PF).
Rubido García resaltó que el operativo tiene como finalidad el reforzar la presencia federal para terminar con el crimen en la entidad.
Y por ello, aseguró, este viernes, cerca de las siete de la mañana, fuerzas federales que realizaban un reconocimiento aéreo ubicaron un convoy de vehículos que presuntamente trasladaba a un grupo delincuencial.
Los sicarios, al verse ubicados, abrieron fuego contra la aeronave en la que viajaban 11 militares, dos policías federales y cinco miembros de la tripulación.
En el incidente, confirmó Rubido, tres miembros del Ejército perdieron la vida "en el cumplimiento de su deber". También dijo que resultaron lesionados dos elementos y tres más no han sido localizados.
Además, dio a conocer que como reacción a la presencia de elementos federales, los integrantes del grupo delincuencial iniciaron acciones con la finalidad de frenarlos.
El funcionario indicó que se ubicaron 39 bloqueos, mismos que fueron retirados.
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lilian- Moderador Global
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
may042015
El Muro y la Grieta. Primer Apunte sobre el Método Zapatista. Palabras del SupGaleano en la Inauguración del Seminario “El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista”
El Muro y la Grieta.
Primer Apunte sobre el Método Zapatista.
Mayo 3 del 2015.
Buenas tardes, días, noches tengan quienes escuchan y quienes leen, sin importar sus calendarios y geografías.
Mi nombre es Galeano, Subcomandante Insurgente Galeano. Nací la madrugada del 25 de mayo del 2014, en colectivo y a pesar mío, y bueno, también a pesar de otros, otras y otroas. Como el resto de mis compañeras y compañeros zapatistas, me cubro el rostro cuando es necesario mostrarme, y me descubro para ocultarme. A pesar de no cumplir aún el año de vida, el mando me ha asignado el trabajo de posta, vigía o centinela en uno de los puestos de observación de esta tierra rebelde.
Como no estoy acostumbrado a hablar en público, y menos ante tantas y tan finas (já -perdón, debe ser el hipo del pánico de escena-), digo finas personas, les agradezco su comprensión para con mis balbuceos y mi reiterado trastabíllelo en el difícil y complicado arte de la palabra.
Tomé el nombre de Galeano del de un compañero zapatista, un maestro y organizador, indígena, que fue atacado, secuestrado, torturado y asesinado por paramilitares amparados en una supuesta organización social: la CIOAC-Histórica. La pesadilla que acabó con la vida del compañero maestro Galeano, inició la madrugada del 2 de mayo del 2014. Desde esa hora, nosotras, nosotros, zapatistas, iniciamos la reconstrucción de su vida.
Por esas fechas, la dirección colectiva del EZLN decidió dar muerte al personaje autodenominado SupMarcos, en aquel tiempo portavoz de los hombres, mujeres, niños y ancianos zapatistas. A partir de entonces, el cargo de vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional le corresponde al Subcomandante Insurgente Moisés. Por su voz hablamos, por sus ojos miramos, en sus pasos andamos, él somos.
Meses después de ese 2 de mayo, la noche se alargó en el México de abajo y le puso un nuevo nombre a la ya larga nominación del terror: “Ayotzinapa”. Como se ha dado una y otra vez en el mundo, una geografía de abajo era así señalada y nombrada por una tragedia planeada y ejecutada, es decir, por un crimen.
Ya hemos dicho, en voz del Subcomandante Insurgente Moisés, lo que para nosotros, nosotras, zapatistas, significó y significa Ayotzinapa. Con su venia y la de mis compañeras y compañeros jefas y jefes zapatistas retomo sus palabras.
Ayotzinapa es el dolor y la rabia, sí, pero no sólo eso. También y sobre todo, el terco empeño de los familiares y compañeros de los ausentes.
Algunas, algunos de estos familiares que no han dejado caer la memoria, nos dieron el honor de compartir junto nuestro y están aquí con nosotros en tierras zapatistas.
Escuchamos la palabra de Doña Hilda y Don Mario, madre y padre de César Manuel González Hernández, y tenemos la presencia y la palabra de Doña Bertha y Don Tomás, madre y padre de Julio César Ramírez Nava. Con ellas y ellos tenemos el reclamo por los 46 ausentes.
A Doña Bertha y a Don Tomás les pedimos que hagan llegar estas palabras a los demás familiares de los ausentes de Ayotzinapa. Porque ha sido su lucha lo que hemos tenido presente para arrancar este semillero.
Creo que más de una, uno, unoa, de la Sexta y del EZLN, coincidirán conmigo en que hubiéramos preferido que no estuvieran aquí como están. Quiero decir, que sí estuvieran, pero no como dolor y rabia, sino como abrazo compañero. Que no hubiera pasado nunca ese 26 de septiembre. Que el calendario hubiera echado una mano compañera y se hubiera saltado esa fecha, y que la geografía se hubiera extraviado y no hubiera anclado en Iguala, Guerrero, México.
Pero si después de esa noche de terror, la geografía se extendió y profundizó, alcanzando los rincones más apartados del planeta, y si el calendario sigue rendido ante esa fecha, ha sido por el empeño de ustedes, por la grandeza de su sencillez, por la incondicionalidad de su entrega.
No conocemos a sus hijos. Pero los conocemos a ustedes. Y no es otra nuestra intención que la de que la admiración y el respeto que les tenemos sea una certeza para ustedes, aún y en los momentos más solitarios y dolorosos a los que se enfrenten.
Es cierto, no podemos llenar calles y plazas en las grandes ciudades. Cada movilización, por pequeña que sea, representa para nuestras comunidades una merma importante en su economía, ya de por sí difícil, como la de millones de personas, y sostenida al límite por las rebeldía y resistencia de más de dos décadas. En nuestras comunidades digo, porque nuestros apoyos no son la suma de individualidades, sino que son acción colectiva, reflexionada y organizada. Son parte de nuestra lucha.
No podemos brillar en las redes sociales, ni hacer llegar sus palabras más allá de nuestros corazones. Tampoco podemos apoyarlos económicamente, aunque bien sabemos que estos meses de lucha les han golpeado en su salud y en sus condiciones de vida.
Ocurre también que nuestro ser rebelde y en resistencia las más de las veces es visto con resquemor y desconfianza. Movimientos y movilizaciones que en distintos rincones se levantan, prefieren que no hagamos explícita nuestra simpatía. Aún sensibles al “qué dirán” mediático, no quieren que su causa sea asociada de manera alguna a “los encapuchados de Chiapas”. Lo entendemos, no lo cuestionamos. Nuestro respeto a las rebeldías que pululan en el mundo incluye el respeto a sus valoraciones, a sus pasos, a sus decisiones. Respetamos sí, pero no ignoramos. Estamos pendientes de todas y cada una de las movilizaciones que enfrentan al Sistema. Tratamos de comprenderlas, es decir, de conocerlas. Sabedores somos que el respeto nace del conocimiento, y que el miedo y el odio, esas dos caras del desprecio, nacen no pocas veces de la ignorancia.
Aunque pequeña es nuestra lucha, algo hemos aprendido en estos años, décadas, siglos. Y esto queremos decirles:
No crean en quienes les dicen que la sensibilidad y la simpatía, el apoyo, se mide en calles abarrotadas, en plazas colmadas, en grandes templetes, en el número de cámaras, micrófonos, encabezados periodísticos, tendencias en redes sociales.
La inmensa mayoría en el mundo, no sólo en nuestro país, es como ustedes, hermanas y hermanos familiares de los ausentes de Ayozinapa. Personas que tienen que pelearle al día y a la noche un pedazo de vida. Gente que debe luchar para arrancarle a la realidad algo para sostenerse.
Cualquiera de abajo, hombre, mujer, otroa, que conozca la historia que les duele, simpatiza con su lucha en demanda de verdad y justicia. La comparte porque en sus palabras ven la repetición de sus historias, porque se reconocen en su dolor, porque se identifican con su rabia.
La mayoría no ha ido a marchar, no se ha manifestado, no ha creado temas en redes sociales, no ha roto cristales, no ha incendiado vehículos, no ha gritado consignas, no ha usurpado templetes, no les ha dicho que no están solas, solos.
No lo han hecho simple y sencillamente porque no han podido hacerlo.
Pero han escuchado y respetan su movimiento.
No desfallezcan.
No crean que porque quienes antes estuvieron a su lado se han ido, después de cobrar su parte o después de ver que no podrían cobrarla, su causa es menos dolorosa, menos noble, menos justa.
El camino que han llevado hasta ahora ha sido intenso, cierto. Pero ustedes saben que todavía falta mucho por andar.
¿Saben? Uno de los engaños de arriba es convencer a los de abajo de que lo que no se consigue rápido y fácil, no se consigue nunca. Convencernos de que las luchas largas y difíciles sólo cansan y nada logran. Trucan el calendario de abajo sobreponiéndole el calendario de arriba: elecciones, comparecencias, reuniones, citas con la historia, fechas conmemorativas que sólo ocultan el dolor y la rabia.
El Sistema no le teme a los estallidos, por muy masivos y luminosos que sean. Si un gobierno cae, hay en su alacena otros para reponer e imponer. Lo que lo aterroriza es la perseverancia de la rebeldía y la resistencia de abajo.
Porque abajo es otro el calendario. Es otro el paso. Es otra la historia. Es otro el dolor y otra la rabia.
Y ahora, al pasar de los días, este abajo disperso y plural que somos, ya no sólo está atento a su dolor y a su rabia. También estamos atentos a su persistencia, a su seguir, a su no rendirse.
Créanos. Su lucha no depende del número de manifestantes, del número de notas periodísticas, del número de menciones en redes sociales, del número de giras a las que los inviten.
Su lucha, nuestra lucha, las luchas de abajo en general, dependen de la resistencia. De no rendirse, de no venderse, de no claudicar.
Bueno, claro, eso según nosotras, nosotros, zapatistas. Habrá gente que les diga otras cosas. Les dirán que es más importante estar con ellos, ellas. Por ejemplo, que es más importante llamar a votar por tal o cual partido político porque así encontrarán a los ausentes. Y que si no llaman a votar por tal o cual partido no sólo habrán perdido LA oportunidad de recuperar a quienes les hacen falta, también serán cómplices de que el terror siga en nuestro país.
¿Ya ven cómo hay partidos políticos que se aprovechan de las necesidades materiales de la gente? ¿Que ofrecen despensas, útiles escolares, tarjetas, pases para el cine, cubetas, gorras, tortas y agua pintada en empaque tetra pack? Bueno, pues también hay quien se aprovecha de las necesidades sentimentales de la gente. La esperanza, amigos y enemigos, es la necesidad que mejor se cotiza allá arriba. La esperanza de que todo va a cambiar, de que ahora sí el bienestar, la democracia, la justicia, la libertad. La esperanza que los iluminados de arriba le arrebatan a los jodidos de abajo y luego se la venden. La esperanza en que la solución a las demandas está en el color de uno de los productos en la alacena del sistema.
Tal vez es gente que sabe más que nosotros, nosotras, zapatistas. Son sabios, sabias. Es más, cobran por saber. El conocimiento es su profesión, de eso viven… o con eso defraudan.
Ya ven que ellos saben más y, refiriéndose a nosotras, nosotros, dicen que estamos “perdidos allá, en las montañas, quién sabe dónde”, y dicen que llamamos a la abstención y que somos sectarios (tal vez porque, a diferencia de ellos, nosotros sí respetamos a nuestros muertos).
¡Ah! ¡Es tan cómodo decir y repetir ocurrencias y mentiras! Tan barato difamar y calumniar, y luego predicar la unidad, el enemigo principal, la infalibilidad del pastor, la incapacidad del rebaño.
Hace muchos años, las zapatistas, los zapatistas no hacíamos marchas, no gritábamos consignas, ni enarbolábamos pancartas, ni levantábamos los puños. Hasta que una vez marchamos. La fecha: el 12 de octubre de 1992, cuando allá arriba celebraban 500 años del “encuentro de dos mundos”. El lugar: San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. En vez de pancartas llevamos arcos y flechas, y un silencio sordo fue nuestra consigna.
Sin mucha bulla, la estatua del conquistador cayó. Si volvieron a levantarla no importa. Nunca podrán levantar de nuevo el miedo a lo que representaba.
Unos meses después, volvimos a las ciudades. Tampoco esa vez llevamos consignas ni pancartas, y no llevamos arcos y flechas. Esa madrugada olía a fuego y pólvora. y fueron nuestros rostros los levantados.
Meses después vinieron algunas, algunos de la ciudad. Nos contaron de las grandes marchas, de las consignas, de las pancartas, de los puños levantados. Claro, agregando siempre que si es que estos pobres inditos e inditas que somos, porque cuidaban la equidad de género, sobrevivíamos, era gracias a ellos y ellas, que en la ciudad habían detenido el genocidio de los primeros días de ese año de 1994. Las zapatistas, los zapatistas, no preguntamos si antes de 1994 no había genocidio, ni si ya se había detenido, ni si ésos de la ciudad estaban platicando algo ocurrido o estaban pasando la factura. Los zapatistas, las zapatistas entendimos que había otros modos de lucha.
Hicimos después nuestras marchas, nuestras consignas, nuestras pancartas y levantamos los puños. Desde entonces nuestras marchas son un pálido reflejo de aquella marcha que alumbró la madrugada del año 94. Nuestras consignas tienen la rima desordenada de las canciones en los campamentos guerrilleros de montaña. Nuestras pancartas son trabajosamente elaboradas por batallar para encontrar equivalentes a lo que en nuestras lenguas se describe en una palabra, y en otros idiomas se necesitan tres tomos de El Capital. Nuestros puños levantados más que retar, saludan. Como si al mañana se dirigieran y no al presente.
Pero algo no ha cambiado: siguen levantados nuestros rostros.
Años después, nuestros autodenominados acreedores de la ciudad nos exigieron que participáramos en las elecciones. No entendimos, porque nosotras, nosotros, nunca les exigimos que se alzaran en armas, ni que resistieran, ni que se rebelaran contra el mal gobierno, ni que honraran a sus muertos en la lucha. No les exigimos que se cubrieran el rostro, que se negaran el nombre, que abandonaran familia, profesión, amistades, nada. Pero los modernos conquistadores, vestidos de izquierda progresista, nos amenazaron: si no los seguíamos, nos dejarían solas, solos, y seríamos los culpables de que la derecha reaccionaria fuera gobierno. Les debíamos, dijeron, y presentaron la cuenta a pagar impresa en una boleta electoral.
Nosotras, nosotros, zapatistas, no entendimos. Nos alzamos para mandarnos nosotras mismas, nosotros mismos, no para que otro nos mandara. Se enojaron.
Tiempo después los de la ciudad siguen marchando, gritando consignas, levantando puños y pancartas, y ahora agregan tuits, hashtags, likes, trending topics, followers, en sus partidos políticos están los mismos que apenas ayer eran la derecha reaccionaria, en sus mesas se sientan juntos y departen los asesinos y los familiares de los asesinados, ríen y brindan juntos por la paga obtenida, se lamentan y lloran juntos por los puestos perdidos.
Mientras tanto las zapatistas, los zapatistas también marchamos a veces, gritamos consignas imposibles o callamos, en veces levantamos pancartas y puños, siempre la mirada. Decimos que no nos manifestamos para desafiar al tirano, sino para saludar a quien, en otras geografías y calendarios, lo enfrenta. Para desafiarlo, construimos. Para desafiarlo, creamos. Para desafiarlo, imaginamos. Para desafiarlo, crecemos y nos multiplicamos. Para desafiarlo, vivimos. Para desafiarlo, morimos. En lugar de tuits, hacemos escuelas y clínicas, en lugar de trending topics, fiestas para celebrar la vida derrotando a la muerte.
En la tierra de los acreedores de la ciudad sigue mandando el amo, con otro rostro, con otro nombre, con otro color.
En la tierra zapatista mandan los pueblos y el gobierno obedece.
Tal vez por eso es que los zapatistas, las zapatistas, no entendimos que teníamos que ser los seguidores, y los líderes de la ciudad los seguidos.
Y todavía no entendemos.
Pero puede ser que sí, que la verdad y la justicia que ustedes, nosotras y nosotros, todos, todas, todoas, buscamos, se consiga gracias a la dádiva de un líder rodeado de gente tan inteligente como él, un salvador, un amo, un jefe, un patrón, un pastor, un gobernante, y todo sólo con el mínimo esfuerzo de una boleta en una urna, con un tuit, con una presencia en la marcha, en el mitin, en la lista de afiliados… o callando frente a la farsa que simula interés patriótico donde sólo hay ansia de Poder.
Si sí o no, es lo que tal vez nos digan otros pensamientos en este semillero.
Lo que nosotras, nosotros, zapatistas, hemos aprendido es que no. Que de arriba sólo vienen la explotación, el robo, la represión, el desprecio. Es decir, de arriba, sólo llega el dolor.
Y de arriba les demandan, les exigen que los sigan. Que ustedes les deben el que se conociera mundialmente su dolor, que ustedes les deben las plazas colmadas, las calles llenas de color e ingenio. Que ustedes les deben por el trabajo de policía ciudadana que señaló, persiguió y satanizó a “anarco-inflitrados-fuchi-guácala”. Que ustedes les deben las manifestaciones bien portadas, las notas periodísticas, las fotos a colores, las reseñas favorables y las entrevistas.
Nosotros, nosotras, zapatistas, sólo decimos:
No teman quedarse solos de quienes nunca han estado en verdad con ustedes. Son ellas y ellos quienes no los merecen. Quienes llegan a su dolor como a un espectáculo ajeno, que gusta o que disgusta, pero del que nunca serán parte real.
No teman ser abandonados por quienes pretenden no acompañarlos y apoyarlos, sino administrarlos, domarlos, rendirlos, usarlos y, después, desecharlos.
Teman, sí, olvidar su causa, dejar caer su lucha.
Pero mientras se mantengan, mientras resistan, tendrán el respeto y la admiración de mucha gente en México y en el mundo.
Gente como la que está aquí hoy con nosotras, nosotros.
Como Adolfo Gilly.
Esto que ahora diré, no se iba a decir. ¿La razón? Que inicialmente tanto Adolfo Gilly como Pablo González Casanova habían dicho que tal vez no estarían presentes, ambos por problemas de salud. Pero aquí está Adolfo, y a él le pedimos ahora que le cuente luego a Don Pablo esta parte.
El finado supMarcos contaba que alguna vez alguien le cuestionó que el EZLN tuviera tantas atenciones para Don Luis Villoro, Don Pablo González Casanova y Don Adolfo Gilly. El argumento impugnador se basaba en las diferencias que, frente al zapatismo, estas tres personas mantenían, y en cambio, que no tuviera las mismas deferencias para intelectuales que eran cien por ciento zapatistas. Imagino que el Sup encendió la pipa y entonces explicó: “En primera, dijo, sus diferencias no son con lo que es el zapatismo, sino con las valoraciones, análisis o posiciones que el zapatismo asume frente a diversos asuntos. En segunda, prosiguió, yo en lo personal he visto a estas tres personas frente a mis compañeras y compañeros jefes. Acá han llegado intelectuales de gran prestigio y, bueno, algunos no tan prestigiados. Han llegado y han dicho su palabra. Pocos, muy pocos, han hablado con las comandantas y comandantes. Sólo frente a esas tres personas he visto a mis jefes y jefas hablar y escuchar de igual a igual, con confianza y camaradería mutuas. ¿Cómo lo hicieron? Bueno, pues habría que preguntarles a ellos. Lo que yo sé es que eso cuesta, que lograr la palabra y el oído de mis compañeras y compañeros jefes y jefas, en respeto y cariño, cuesta y mucho. La tercera es que, abundó el Sup, te equivocas al pensar que como zapatistas buscamos espejos, vítores y aplausos. Nosotros apreciamos y valoramos las diferencias en los pensamientos, claro, si son pensamientos críticos y articulados, y no esas chambonadas que ahora abundan en el progresismo ilustrado. Nosotros, nosotras, zapatistas, no valoramos de un pensamiento si coincide o no con el nuestro, sino si nos hace pensar o no, si nos provoca o no, pero sobre todo, si da cuenta cabal de la realidad. Estas tres personas han mantenido, cierto, posiciones diferentes y hasta contrarias a la nuestra frente a situaciones diversas.
Nunca, nunca han estado en contra nuestra. Y, a pesar de los vaivenes de la moda, han estado de nuestro lado.
Sus argumentos contrarios y, no pocas veces, contradictorios a los nuestros, no nos han convencido, cierto, pero nos han ayudado a entender que hay diversas posiciones y pensamientos diferentes, y que es la realidad la que sanciona, no un tribunal autoerigido sea en la academia, sea en la militancia. Provocar el pensamiento, la discusión, el debate es algo que nosotras, nosotros, zapatistas valoramos y mucho.
Por eso nuestra admiración al pensamiento anarquista. Es claro que no somos anarquistas, pero sus planteamientos son de los que provocan y alientan, los que hacen pensar. Y créeme que el pensamiento crítico ortodoxo, por llamarlo de alguna forma, tiene mucho que aprender en ese aspecto, pero no sólo en eso, del pensamiento anarquista. Por ponerte un ejemplo, la crítica al Estado como tal, es algo que en el pensamiento anarquista lleva ya mucho camino andado.
Pero volviendo a los 3 malditos, cuando cualquiera de ustedes, le dijo el Sup a quien demandaba una rectificación zapatista, pueda sentarse frente a cualquiera de mis compañeras y compañeros sin que ellas y ellos teman su burla, su veredicto, su condena; cuando logren que les hablen en igualdad y respeto; que los vean como compañeros y compañeras y no como jueces extraños; que los cariñen, como se dice acá; o cuando su pensamiento, coincidente o no con el nuestro, nos ayude a descubrir el funcionamiento de la Hidra; nos lleve a nuevas cuestiones; nos invite a nuevos caminos; nos haga pensar; o cuando puedan explicar o provocar el análisis de un aspecto concreto de la realidad; entonces y sólo entonces verán que tenemos para ustedes las mismas pocas atenciones que podamos brindarles. Mientras tanto, agregó el Supmarcos con ese humor ácido que lo caracterizaba, abandonen esos celos heteropatriarcales, mundialistas, reptilianos e iluminatis.
He recordado aquí esta anécdota que me fue referida por el SupMarcos, porque hace unos meses, cuando nos visitó una delegación de los familiares que luchan por la verdad y la justicia para Ayotzinapa, uno de los papás nos contó de una reunión que tuvieron con el mal gobierno. No recuerdo ahora si era la primera. Nos contó este Don Mario que los funcionarios llegaron con sus papeles y su burocracia, como si estuvieran atendiendo un cambio de placas y no un caso de desaparición forzada. Los familiares estaban temerosos y rabiosos y querían decir su palabra, pero el burócrata al frente alegaba que sólo podían hablar los que estaban apuntados y los intimidaba. Cuenta Don Mario que los acompañaba un hombre ya de edad, “de juicio” dirían las zapatistas, los zapatistas. Ese hombre, sin que nadie lo esperara, dio un manotazo en la mesa y alzó la voz exigiendo que se les diera la palabra a los familiares que quisieran hablar. Don Mario nos dijo, palabras más, palabras menos, “no tuvo miedo ese señor, y pues se nos quitó también a nosotros el miedo y hablamos, y desde entonces no paramos”. Ese hombre que, encendido de rabia, se plantó frente a la desidia gubernamental, pudo haber sido una mujer, o unoa otroa, y estoy seguro que cualquiera de ustedes, hubiera hecho lo mismo o algo parecido en esas circunstancias, pero llegó que le tocó ser a quien se llama Adolfo Gilly.
Compas familiares:
A eso nos referimos cuando les decimos que hay gente que está con ustedes sin verlos como una mercancía para comprar, vender, intercambiar o robar.
Y como él, hay otras, otros, otroas, que no golpean la mesa pues porque no la tienen enfrente, que si no, pues ahí lo vean.
Como zapatistas que somos, también hemos aprendido que nada de lo que merecemos y necesitamos se logra con facilidad ni rápido.
Porque la esperanza para el arriba es una mercancía, sí. Pero para el abajo es una lucha por una certeza: Vamos a conseguir lo que merecemos y necesitamos porque nos estamos organizando y estamos luchando para ello.
Nuestro destino no es la felicidad. Nuestro destino es luchar, luchar siempre, a todas horas, en todo momento, en todos los lugares. No importa que el viento no sea favorable. No importa que tengamos el aire y todo en contra. No importa que venga la tormenta.
Porque, créanlo o no, los pueblos originarios son especialistas en tormentas. Y ahí están, Y aquí estamos. Nosotros, nosotras nos llamamos zapatistas. Y desde hace más de 30 años pagamos el costo de así nombrarnos, en vida y en muerte.
Lo mucho que tenemos, es decir, nuestra supervivencia a pesar de todo y a pesar de todos los arriba que se han sucedido en calendarios y geografías, no se lo debemos a individualidades. Se lo debemos a nuestra lucha colectiva y organizada.
Si alguien pregunta a quién le deben los zapatistas, las zapatistas, su existencia, su resistencia, su rebeldía, su libertad, dirá verdad quien responda: “A NADIE”.
Porque así es como el colectivo anula la individualidad que suplanta e impone, simulando que representa y orienta.
Por eso les hemos dicho, familiares de la búsqueda de la verdad y la justicia, que cuando de su lado todos se vayan, quedaremos NADIE.
Una parte de ese NADIE, acaso la más pequeña, somos nosotras, nosotros, zapatistas. Pero hay más, mucho más.
NADIE es quien hace andar la rueda de la historia. Es NADIE quien trabaja la tierra, quien maneja las máquinas, quien construye, quien trabaja, quien lucha.
NADIE es quien sobrevive a la catástrofe.
Pero tal vez estemos equivocados, equivocadas, y el camino que les ofrecen sea el que vale realmente. Si así lo creen y así lo deciden, no esperen de acá un juicio condenatorio, ni repudios, ni desprecios. Igual tendrán nuestro cariño, nuestro respeto, nuestra admiración.
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Familiares de los Ausentes de Ayotzinapa:
Es tanto lo que no podemos hacer, lo que no podemos darles.
Pero en cambio tenemos una memoria forjada en siglos de silencio y abandono, en la soledad, en el lugar del agredido por colores distintos, por diferentes banderas, por lenguas diversas. Siempre por el sistema, el pinche sistema que es sobre nosotros, nosotras. El sistema que es a costa nuestra.
Y tal vez las memorias tercas no llenan plazas, ni ganan o compran puestos gubernamentales, ni toman palacios, ni queman vehículos, ni rompen vidrios, ni levantan monumentos en los museos efímeros de las redes sociales.
Las memorias porfiadas sólo no olvidan, y así luchan.
Las plazas y calles se vacían, los puestos y los gobiernos se terminan, los palacios se derrumban, los vehículos y los vidrios son remplazados, los museos se enmohecen, las redes sociales corren de un lado a otro demostrando que la frivolidad, como el capitalismo, puede ser masiva y simultánea.
Pero llegan momentos, compas familiares de los ausentes, en que la memoria es lo único que se tiene.
En esos momentos, sepan ustedes que nos tienen también a nosotras, nosotros, zapatistas del EZLN.
Porque debemos decirles que la tenaz memoria de los zapatistas, las zapatistas, es muy otra. Porque no sólo lleva el apunte de los dolores y las rabias pasadas, dibujando en el cuaderno los mapas de calendarios y geografías que han sido olvidados arriba.
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EL MURO Y LA GRIETA.
Como zapatistas que somos, nuestra memoria también se asoma a lo que viene. Señala fechas y lugares.
Si no hay un punto geográfico para ese mañana, empezamos a juntar ramitas, piedritas, jirones de ropa y carne, huesos y barro, e iniciamos la construcción de un islote, o más bien, de una barca plantada en medio del mañana, ahí donde ahora sólo se vislumbra una tormenta.
Y si no hay una hora, un día, una semana, un mes, un año en el calendario conocido, pues empezamos a reunir fracciones de segundos, minutos apenas, y los vamos colando por las grietas que abrimos en el muro de la historia.
Y si no hay grieta, bueno, pues a hacerla arañando, mordiendo, pateando, golpeando con manos y cabeza, con el cuerpo entero hasta conseguir hacerle a la historia esa herida que somos.
Y luego pasa que alguien camina cerca y nos ve, ve a la zapatista, el zapatista, duro que dale contra el muro.
Quien así pasa frente nuestro, a veces es quien cree que sabe. Se detiene un momento, mueve la cabeza con desaprobación, juzga y sentencia: “así nunca van a derribar el muro“.
Pero a veces, muy de cuando en cuando, pasa la otra, el otro, lo otroa. Se detiene, mira, entiende, se mira los pies, se mira las manos, los puños, los hombros, el cuerpo. Y elige. “Aquí está bueno“, podríamos escuchar si es que su silencio fuera audible, mientras marca una seña en el muro inmóvil. Y a darle.
Regresa quien cree que sabe, puesto que su camino es siempre de ida y vuelta, como pasando revista a sus súbditos. Ve ahora a lo otro en la misma necia tarea. Valora que ya hay suficientes para que le escuchen, le aplaudan, le aclamen, le voten, le sigan. Mucho habla, poco dice: “así nunca van a derribar ese muro, es indestructible, es eterno, es interminable” Cuando considera que es oportuno, concluye: “lo que deberían hacer es ver cómo administrar el muro, cambiar de guardia, intentar hacerlo un poco justo, amable. Yo les prometo ablandarlo. De todas formas, siempre estaremos de este lado, Si siguen así, sólo le están haciendo el juego a la actual administración, al gobierno, al Estado, al como se diga, no importa la diferencia porque el muro es el muro y siempre, ¿lo oyen?, siempre estará ahí“.
Tal vez se acerque alguien más. Observa en silencio y concluye: “en lugar de empeñarse contra el muro, deberían entender que el cambio está en uno mismo, una misma, sólo se necesita pensar positivamente, mire usted, qué casualidad, aquí tengo a la mano esta religión, moda, filosofía, coartada que le servirá. No importa si es vieja o nueva. Venga, sígame“.
Para esto, quienes están duro y dale contra el muro ya están mejor organizados, se hacen colectivos, equipos, se relevan, se turnan. Los hay equipos gordos, flacos, altos y chaparros; allá están los sucios, feos, malos y groseros; los hay cabezones, los hay patones, los hay con las manos endurecidas por el trabajo, los hay de quienes, sea mujeres, sea hombres, sea otroas, echan el hombro, el cuerpo, la vida.
Duro y dale con lo que pueden.
Hay quien con un libro, un pincel, una guitarra, una tornamesa, un verso, un azadón, un martillo, una varita mágica, un lapicero. Vaya, hasta hay quien golpea al muro con un “pas de chat“. Y bueno, pasa lo que pasa, Porque resulta que el baile se contagia. Y alguien trae una marimba, un teclado o un balón y entonces los turnos… bueno, ya se imaginarán ustedes.
Claro, el muro ni en cuenta. Sigue impávido, poderoso, inmutable, sordo, ciego.
Y aparecen los medios de comunicación de paga: toman fotos, videos, se entrevistan entre ellos mismos, consultan especialistas. La especialista tal-cual, cuya virtud es ser de otro país, declara, con mirada trascendente, que la composición molecular de la materia que le da al muro su corporeidad es tal que ni con una bomba atómica y que, por lo tanto, lo que hace el zapatismo es completamente improductivo y termina por ser cómplice del muro en sí (ya en off, la especialista le ha pedido a quien la entrevista que mencione su único libro, a ver si así se vende).
Sigue el desfile de especialistas. La conclusión es unánime: es un esfuerzo inútil, así nunca derribarán el muro. De pronto, los medios corren a entrevistar a quien ofrece una administración “más humana” del muro. El tumulto de cámaras y micrófonos produce un efecto curioso: quien no tiene argumentos ni seguidores, parece tener muchos de unos y otros. Gran y conmovedor discurso. Hay la nota. Se van los medios de comunicación de paga, porque nadie estaba poniendo atención a lo que decía el candidato, el líder o el sabio, sino a sus teléfonos que, obvio, son al menos más inteligentes que el entrevistado o entrevistada, y hay un terremoto aquí nomás, y al funcionario tal le encontraron que es corrupto, y james bond ha llegado al Zócalo, y la pelea del siglo ha atraído a millones, tal vez porque pensaron que era entre explotados y explotadores.
A la zapatista, el zapatista, nadie le pregunta. Si lo hicieran tal vez no respondería. O tal vez diría el por qué de su absurdo empeño: “acaso quiero derribar el muro, basta con hacerle una grieta”
No ha sido en libros escritos, sino en los que aún no se escriben pero ya son leídos por generaciones, que las zapatistas, los zapatistas han aprendido que si paras de arañar la grieta, ésta se cierra. El muro se resana a sí mismo. Por eso tienen que seguir sin descanso. No sólo para ensanchar la grieta, sobre todo para que no se cierre.
Sabe también la zapatista, el zapatista, que el muro muta en su apariencia. A veces es como un gran espejo que reproduce la imagen de destrucción y muerte, como si no fuera posible otra cosa. A veces el muro se pinta de agradable y en su superficie aparece un plácido paisaje. Otras veces es duro y gris, como para convencer de su impenetrable solidez. Las más de las veces el muro es una gran marquesina donde se repite “P-R-O-G-R-E-S-O”.
Pero el zapatista, la zapatista sabe que es mentira. Sabe que el muro no siempre estuvo ahí. Conoce cómo se levantó. Sabe de su funcionamiento. Conoce de sus engaños. Y sabe también cómo destruirlo.
No le preocupa la supuesta omnipotencia y eternidad del muro. Sabe que son falsas ambas.
Pero ahora lo importante es la grieta, que no se cierre, que se agrande.
Porque el zapatista, la zapatista, también sabe qué hay al otro lado del muro.
Si le preguntaran, respondería “nada“, pero sonreiría como si dijera “todo“.
En uno de los relevos, los Tercios Compas, que no son medios, ni libres, ni autónomos, ni alternativos, ni como se llamen, pero son compas, interrogan con severidad a quien golpea.
“Si dices que no hay nada del otro lado, ¿para qué quieres hacerle una grieta al muro?”
“Para mirar“, responde la zapatista, el zapatista, sin dejar de arañar.
“¿Y para qué quieres mirar?“, insisten los Tercios Compas que para entonces, como todos los medios se han ido, son los únicos que permanecen. Y para ratificarlo, llevan en la camisola la leyenda “Cuando los medios se van, quedan los tercios”. Y, claro, están un poco incómodos porque son los únicos que están preguntando en lugar de darle al muro con la cámara o con la grabadora o al-fin-supe-para-qué-carajos-sirve-este-pinche-tripie.
Los Tercios preguntan de nuevo, faltaba más. Aunque sea que llega en la cabeza, porque la grabadora ya fue, de la cámara mejor ni hablar, y el tripie ahí nomás se hizo ciempiés. Así que repite: “¿Y para qué quieres mirar?”
“Para imaginar todo lo que se podrá hacer mañana“, responde el zapatista, la zapatista.
Y cuando la zapatista, el zapatista dijo “mañana” bien pudo estarse refiriendo a un calendario perdido en un futuro por venir. Podrían ser milenios, siglos, decenios, lustros, años, meses, semanas, días… ¿o ya mañana?, ¿mañana? ¿mañana mañana? ¿Te cae? ¡No chingues si ni siquiera me he peinado!
Pero no todos, todas, pasaron de largo.
No todas, todos, pasaron y juzgaron absolviendo o condenando.
Hubo, hay pocos, muy pocos, tantos apenas que ni una mano agotan.
Estuvieron ahí, callados, mirando.
Ahí siguen.
Apenas de vez en cuando profieren un “mmh” que es muy semejante al que expresan los más antiguos de los pobladores en nuestras comunidades.
Contra lo que se pueda pensar, el “mmh” no significa desinterés o desapego. Tampoco desaprobación o acuerdo. Es más bien como un “aquí estoy, te escucho, te miro, continúa”.
Ya de edad son esos hombres y mujeres, “de juicio” dicen los compas cuando se refieren a la gente mayor, señalando que los calendarios deshojados en la lucha dan razón, saber y discreción.
Entre esos pocos, había uno, hay uno. En veces ese uno se suma a los partidos de fútbol que el comando anti muro organiza para seguir golpeando, aunque entonces sea un balón, y después le toque al teclado de la marimba.
Como de costumbre en esos partidos, nadie pregunta nombres. Uno o una o unoa no se llama juan, o juana o krishna, no. Es la posición que tienes la que te nombra. “¡Oyes portería! ¡Pásala volante! ¡Duro defensa! ¡Dale atacante! ¡Acá delantero!“, se escucha en la algarabía del potrero, con las vacas indignadas porque el ir y venir de los equipos les arruina la comida.
En una orilla, una niña inquieta hace por calzarse unas botas de hule que, se nota, le quedan grandes
“Y vos, ¿cómo te llamas?“, le pregunta el hombre a la niña.
“Yo defensa zapatista“, dice la niña y pone su mejor cara de “si no quieres morir, retírate”.
El hombre sonríe. No ríe abiertamente. Sólo sonríe.
La niña, es claro, está reclutando elementos para retar al que pierda.
Sí, porque acá, cuando el equipo gana, se va a darle al muro. Y el equipo que pierde sigue jugando, “hasta que aprenda”, dicen.
La niña tiene ya parte del equipo y le presume al hombre.
“Éste es delantero“, dice señalando a un chuchito de color indefinido por las costras de lodo y que mueve la cola entusiasmado. “Si corre, acaso para, se va y se va, hasta allá“, y la niña señala al horizonte que el muro oculta.
“Falta que no se le olvide el balón“, dice casi como pidiendo disculpas, “porque luego agarra camino para otro lado; la pelota para allá y el perrito delantero para el otro allá“.
“Este es portero o conserje también le dicen, creo“, dice ahora presentando a un viejo caballo viejo.
“Yo mi trabajo“, explica la niña, “es que no pase el balón, porque mírelo usted, es choco, le falta un su ojo, el derecho, por eso ya sólo mira abajo y a la izquierda y si el tiro viene por la derecha, pues nomás ni en cuenta“.
“Y bueno, ahorita no está todo el equipo. Falta el gato… bueno, más bien es perro. Muy otro el ése-como-se-llama, como que perro pero maúlla, como que gato pero ladra. Lo busqué en el libro de herbolaria cómo se llama un animalito así. No encontré. Dijo el Pedrito que dejó dicho el Sup que se llama gato-perro.
Pero no muy hay que creerle al Pedrito porque…” la niña voltea a uno y otro lado viendo que nadie esté cerca para escucharla, y le dice al hombre en secreto “ese Pedrito le va al América“, luego, ya más en confianza: “Su papá le va a las chivas y se embravece. Si pelean, su mamá los zapea a los dos y ya se están quietos, pero el Pedrito mucho alega, que la libertad según las zapatillas y no sé cuánto”
“Será zapatistas“, corrige el hombre. La niña ni en cuenta, el Pedrito se las debe y ha de pagar.
“Bueno, tú como te llames, el gato-perro ése, tú piensas en tu cabeza ¿será que sabe jugar?”
“Sabe“, se responde ella misma.
“Como el enemigo no lo ve si es perro o es gato, rápido se va por un lado y otro y ¡zás! ahí está el gol. El otro día casi ganamos, pero la pelota se fue pal monte y en eso llegó la hora del pozol y se suspendió el partido. Bueno, te digo tú, el ése gato-perro como-se-llame, sabe. Muy otro el gato-perro ése, tiene su ojo amarillo, así“.
El hombre ha quedado helado. La niña ha descrito un color con sus manitas. El hombre ha rodado mundos y penas, pero no había encontrado a alguien que describiera un color con un ademán. Pero la niña no está para impartir cursos de fenomenología del color, y sigue hablando.
“Pero no está ahorita, el gato-perro“, dice con pena, “creo que se fue de cura porque dicen quesque se fue a un seminario contra el pinche capitalismo cabezón. ¿Tú lo sabes cómo es su modo del pinche capitalismo cabezón? Bueno, mira, te lo voy a dar la plática política. Resulta que la pinche sistema no te muerde sólo de un lado sino que onde quiera te está chingando. Todo lo muerde la pinche sistema, todo se lo zampa y si ya se engordó mucho, pues lo gomita, y de vuelta con su tragadera. O sea que para que me entiendas el maldito capitalismo no tiene llenadero. Por eso yo le dije al gato-perro ése que para qué se va de cura a un seminario. Pero acaso obedece. ¿Usted cree que va a ser cura un gato-perro? No, ¿verdad?, ni por muchos goles, ni por mucho ojo amarillo. ¿Tú lo vas a dejar que te dé un casorio un gato-perro, manque tenga su ojo amarillo, ¿verdad que no? Por eso yo, cuando nos cásemos con mi marido nada de cura, sólo con el municipio autónomo y eso por el baile, que si no, ni eso. Nomás permisados para que no anden mal hablando. Solita yo y mi ése-como-se diga, y si no muy sirve el marido pues a volar cuervos que te sacarán los ojos. Así dice mi abuela, que ya está grande ya, pero bien que combatió el primero de enero de 1994. ¿No lo sabes qué pasó el primero de enero de 1994? Ah, pues luego te lo canto una canción que lo dice todo clarito. Ahorita no, porque de repente ya nos toca jugar y hay que estar listas. Pero para que no estés con pendiente te digo que ese día le dijimos a los pinches malditos malos gobiernos que ya estuvo bueno, que hasta aquí nomás, que ya basta de sus chingaderas. Y dice mi abuela que fue por las mujeres, que viera que por los pinches maridos, pues nada, que ahí estaríamos dando lástima, como los partidistas de por sí. Bueno, no lo tengo visto todavía quién para mi marido, porque luego son muy tarugos los hombres, vieras. Y ahora estoy todavía niña. Pero ya luego lo sé que mucho me van a mirar los pinches hombres, pero yo, seria, nada de que sí, nada de que no, nada de que no sé, o sea que me voy como quien dice a dar mi lugar y si el pinche marido se quiere pasar de rosca bueno, pues por eso estoy de defensa zapatista, ahí nomás le doy su zape y anda vete, que me respete como mujer zapatista que soy. Claro, no va a entender luego, así que varios zapes hasta que lo entienda la lucha de como mujeres que somos”
El hombre ha seguido atento toda la perorata de la niña. No así el perrito de las costras de lodo, que a saber dónde anda. Ni el caballo tuerto que mastica con parsimonia un plástico herencia del alumnado de la escuelita. Con todo, el hombre no se ha reído, apenas si ha alcanzado a parpadear al mismo ritmo de su sorpresa.
“Ya vamos a ser más“, anima la niña, “de repente dilata, pero sí vamos a ser más“.
El hombre tarda en comprender que ahora la niña se refiere a su equipo. ¿O no?
Pero la niña ahora estudia al hombre con mirada de cazatalentos, después de varios “mmh“, le suelta “Y vos, ¿cómo te llamas?“.
“¿Yo?” dijo el hombre sabiendo que la niña no pedía el árbol genealógico, ni el escudo heráldico, sino una posición.
Después de recorrer mentalmente sus opciones, el hombre responde: “yo me llamo recoge balones“.
La niña se queda callada, valorando la utilidad de esa posición.
Después de pensarlo un rato, le dice al hombre, no para consolarlo, sino para que se dé cuenta de lo importante:
“Recoge balones, no cualquiera, eh. Ahí tiene usted, si el balón se va para allá nomás, onde el acahual, olvídate, no hay quien quiera ir, porque está muy fiero ahí, mucha espina, mucha mostazilla, arañas, de repente hasta culebra. O de repente la pelota se va al arroyo y no fácil se pepena, porque el agua lo lleva, así que hay que correr para alcanzarlo, al balón. Así que recoge balones cuenta, vale pues. Sin recoge balones nomás no hay partido. Y si no hay partido, pues no hay fiesta, y si no hay fiesta pues no hay baile, y si no hay baile pues de balde me peino y de balde me pongo los prensapelos de colores, mira“, dice la niña y de su morraleta saca un montón de prendedores de muchos colores, tantos que ni los hay todavía.
“Recoge balones no cualquiera“, le repite la niña al hombre mientras lo abraza, no para consolarlo, sino para que entienda que todo lo que vale la pena se hace en equipo, en colectivo, cada quién su tarea.
“Yo sería, pero no. Mucho miedo me dan las arañas y las culebras. El otro día hasta soñé muy fiero por su culpa de una pinche culebra que topé en el potrero. Así nomás“, y extiende sus brazos tanto como puede.
El hombre sigue sonriendo.
El partido acaba, la niña no ha completado el equipo para retar y se ha quedado dormida en el suelo.
El hombre se levanta y le pone su chaqueta porque la tarde ya pardea y el fresco alivia la tierra. Tal vez hasta llueva.
Un miliciano está ahora regresando con las identificaciones que pidió la Junta de Buen Gobierno. El hombre espera su turno.
Por fin dicen su nombre y se acerca a recoger su pasaporte que tiene al frente un grabado que reza “República Oriental del Uruguay”. En su interior hay una foto de un varón con cara de “¿Qué diablos estoy haciendo aquí?” y a su lado se lee “Hughes Galeano, Eduardo Germán María”.
“Oiga“, le pregunta el miliciano, “¿usted se puso Galeano de nombre de lucha por el compa sargento Galeano?“.
“Sí, creo que sí“, responde el hombre mientras sostiene el pasaporte dudando.
“Ah“, dice el miliciano, “de por sí eso pensé“.
“Oiga y su tierra, ¿dónde mero queda?”
El hombre mira al miliciano zapatista, mira el muro, mira a la gente dale y duro a la grieta, mira a los niños jugando y bailando, mira a la niña tratando de hablar con el perrito, con el caballo choco y con un animalito que bien podría ser un gato, o un perro, y dice resignado: “también aquí“.
“Ah” dice el miliciano, “¿y usted a qué se dedica?”
“¿Yo?“, trata de responder el hombre mientras recoge su mochila.
Y de pronto, como si apenas acabara de entender todo, responde sonriendo “Yo soy recoge balones“.
El hombre ya está lejos y no alcanza a escuchar al miliciano zapatista que murmura con admiración: “Ah, recoge balones, no cualquiera“.
Ya en la formación, el miliciano le dice a otro: “Oí Galeano, que hoy conocí a un ciudadano que se puso tu nombre“.
El sargento Galeano sonríe, como de por sí, y replica “no hombre, ¿cómo crees?“.
“De por sí“, dice el miliciano, “de dónde si no va a sacar ese nombre el señor ése“.
“Ah“, dice el sargento de milicias y maestro de la escuelita Galeano, “¿y qué es lo que hace él?“, pregunta.
“Es recoge balones“, dice el miliciano y se va corriendo para alcanzar pozol.
El sargento de milicias Galeano, recoge su cuaderno de apuntes y lo guarda en su morraleta mientras dice entre dientes: “Recoge balones, como si fuera tan fácil. Si no cualquiera es recoge balones. Para ser recoge balones se necesita mucho corazón, como de ser de zapatista, y para ser de zapatista no cualquiera, aunque eso sí, luego hay alguien que no sabe que es de zapatista… hasta que sabe“.
-*-
Tal vez no me crean ustedes, pero esto que les cuento pasó hace apenas unos días, unas semanas, unos meses, unos años, unos siglos, cuando el sol de abril abofeteaba la tierra no para ofenderla, sino para que despertara.
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Hermanas y hermanos familiares de los Ausentes de Ayotzinapa:
Su lucha es ya una grieta en el muro del sistema. No dejen que se cierre Ayotzinapa. Por esa grieta respiran no sólo sus hijos, también las miles de desaparecidas y desaparecidos que faltan en el mundo.
Para que esa grieta no se cierre, para que esa grieta se ahonde y se ensanche, tendrán ustedes en nosotros, nosotras, zapatistas, una lucha común: la que transforme el dolor en rabia, la rabia en rebeldía, y la rebeldía en mañana.
SupGaleano.
México, mayo 3 del 2015.
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2 Comentarios »
Queridos hermanos zapatistas, todos, todas, y todoas:
Escribo para que sepan lo que dice mi corazón: los amo y los amaré siempre aunque nunca podré ser delantero, trasero y menos recogebolas porque no entiendo nada de futbol. Pero si mis sueños sirven para algo, en cada sueño trataré de arrancar un minúsculo granito de la grieta que ustedes arañan a mano desnuda en ese muro que nunca debió existir. Ojalá uno de estos días despierte de mis sueños y me encuentre con la sorpresa de que la grieta se abrió tan grande que hizo derrumbar esa vergonzosa pared. Ojalá sea pronto porque en la tercera edad no le queda a uno mucho tiempo para ver que sus sueños se hacen realidad. Sin embargo, creo que existen los milagros.
Bueno pues, si para el amor no hay imposibles, ahí les va el mío que es mucho por ustedes. Tal vez les sirva un poco para darles ánimo en eso de seguir arañando.
Con un pensamiento especial por todas las familias que lloran a sus muertos y desaparecidos.
Carmen.
Comentario de Carmen A. Coleman — mayo 5, 2015 @ 3:24 am
Hermanos/as/oas, compas queridos: Así es, dicen que la gota de agua, por su persistencia y tenacidad, horada la piedra. Como bien dicen lo/as zapatistas y, si me permiten el honor, voy a decir como “decimos” los y las zapatistas, la rebeldía y la lucha son un ejercicio de cotidianeidad, un partido de tiempo indefinido. Aveces, la pelota estará en nuestro campo, otras, la tendrá el adversario, pero unidos y organizados sabremos -o iremos aprendiendo- a hacer “jueguito” para que no nos saquen la pelota, somos muchos, y ni hablar del banco de suplentes…No tengo duda de que,hasta el muro más sólido y fuerte se agrieta (a veces sólo por un cambio de “temperatura”). Humildemente pienso que estamos librando esta guerra del olvido contra la memoria, nada más palpable que la desaparición forzada de los normalistas. El mal gobierno lucha por el olvido, ellos son el odio y la destrucción, nosotros luchamos por la memoria, somos el amor y la construcción. Que sigan con su odio, nosotros seguiremos con la digna rabia y con el amor. Un abrazo sobre mi corazón, desde el sur de nuestra América.
Comentario de Hilda Imas — mayo 5, 2015 @ 6:59 am
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El Muro y la Grieta. Primer Apunte sobre el Método Zapatista. Palabras del SupGaleano en la Inauguración del Seminario “El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista”
El Muro y la Grieta.
Primer Apunte sobre el Método Zapatista.
Mayo 3 del 2015.
Buenas tardes, días, noches tengan quienes escuchan y quienes leen, sin importar sus calendarios y geografías.
Mi nombre es Galeano, Subcomandante Insurgente Galeano. Nací la madrugada del 25 de mayo del 2014, en colectivo y a pesar mío, y bueno, también a pesar de otros, otras y otroas. Como el resto de mis compañeras y compañeros zapatistas, me cubro el rostro cuando es necesario mostrarme, y me descubro para ocultarme. A pesar de no cumplir aún el año de vida, el mando me ha asignado el trabajo de posta, vigía o centinela en uno de los puestos de observación de esta tierra rebelde.
Como no estoy acostumbrado a hablar en público, y menos ante tantas y tan finas (já -perdón, debe ser el hipo del pánico de escena-), digo finas personas, les agradezco su comprensión para con mis balbuceos y mi reiterado trastabíllelo en el difícil y complicado arte de la palabra.
Tomé el nombre de Galeano del de un compañero zapatista, un maestro y organizador, indígena, que fue atacado, secuestrado, torturado y asesinado por paramilitares amparados en una supuesta organización social: la CIOAC-Histórica. La pesadilla que acabó con la vida del compañero maestro Galeano, inició la madrugada del 2 de mayo del 2014. Desde esa hora, nosotras, nosotros, zapatistas, iniciamos la reconstrucción de su vida.
Por esas fechas, la dirección colectiva del EZLN decidió dar muerte al personaje autodenominado SupMarcos, en aquel tiempo portavoz de los hombres, mujeres, niños y ancianos zapatistas. A partir de entonces, el cargo de vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional le corresponde al Subcomandante Insurgente Moisés. Por su voz hablamos, por sus ojos miramos, en sus pasos andamos, él somos.
Meses después de ese 2 de mayo, la noche se alargó en el México de abajo y le puso un nuevo nombre a la ya larga nominación del terror: “Ayotzinapa”. Como se ha dado una y otra vez en el mundo, una geografía de abajo era así señalada y nombrada por una tragedia planeada y ejecutada, es decir, por un crimen.
Ya hemos dicho, en voz del Subcomandante Insurgente Moisés, lo que para nosotros, nosotras, zapatistas, significó y significa Ayotzinapa. Con su venia y la de mis compañeras y compañeros jefas y jefes zapatistas retomo sus palabras.
Ayotzinapa es el dolor y la rabia, sí, pero no sólo eso. También y sobre todo, el terco empeño de los familiares y compañeros de los ausentes.
Algunas, algunos de estos familiares que no han dejado caer la memoria, nos dieron el honor de compartir junto nuestro y están aquí con nosotros en tierras zapatistas.
Escuchamos la palabra de Doña Hilda y Don Mario, madre y padre de César Manuel González Hernández, y tenemos la presencia y la palabra de Doña Bertha y Don Tomás, madre y padre de Julio César Ramírez Nava. Con ellas y ellos tenemos el reclamo por los 46 ausentes.
A Doña Bertha y a Don Tomás les pedimos que hagan llegar estas palabras a los demás familiares de los ausentes de Ayotzinapa. Porque ha sido su lucha lo que hemos tenido presente para arrancar este semillero.
Creo que más de una, uno, unoa, de la Sexta y del EZLN, coincidirán conmigo en que hubiéramos preferido que no estuvieran aquí como están. Quiero decir, que sí estuvieran, pero no como dolor y rabia, sino como abrazo compañero. Que no hubiera pasado nunca ese 26 de septiembre. Que el calendario hubiera echado una mano compañera y se hubiera saltado esa fecha, y que la geografía se hubiera extraviado y no hubiera anclado en Iguala, Guerrero, México.
Pero si después de esa noche de terror, la geografía se extendió y profundizó, alcanzando los rincones más apartados del planeta, y si el calendario sigue rendido ante esa fecha, ha sido por el empeño de ustedes, por la grandeza de su sencillez, por la incondicionalidad de su entrega.
No conocemos a sus hijos. Pero los conocemos a ustedes. Y no es otra nuestra intención que la de que la admiración y el respeto que les tenemos sea una certeza para ustedes, aún y en los momentos más solitarios y dolorosos a los que se enfrenten.
Es cierto, no podemos llenar calles y plazas en las grandes ciudades. Cada movilización, por pequeña que sea, representa para nuestras comunidades una merma importante en su economía, ya de por sí difícil, como la de millones de personas, y sostenida al límite por las rebeldía y resistencia de más de dos décadas. En nuestras comunidades digo, porque nuestros apoyos no son la suma de individualidades, sino que son acción colectiva, reflexionada y organizada. Son parte de nuestra lucha.
No podemos brillar en las redes sociales, ni hacer llegar sus palabras más allá de nuestros corazones. Tampoco podemos apoyarlos económicamente, aunque bien sabemos que estos meses de lucha les han golpeado en su salud y en sus condiciones de vida.
Ocurre también que nuestro ser rebelde y en resistencia las más de las veces es visto con resquemor y desconfianza. Movimientos y movilizaciones que en distintos rincones se levantan, prefieren que no hagamos explícita nuestra simpatía. Aún sensibles al “qué dirán” mediático, no quieren que su causa sea asociada de manera alguna a “los encapuchados de Chiapas”. Lo entendemos, no lo cuestionamos. Nuestro respeto a las rebeldías que pululan en el mundo incluye el respeto a sus valoraciones, a sus pasos, a sus decisiones. Respetamos sí, pero no ignoramos. Estamos pendientes de todas y cada una de las movilizaciones que enfrentan al Sistema. Tratamos de comprenderlas, es decir, de conocerlas. Sabedores somos que el respeto nace del conocimiento, y que el miedo y el odio, esas dos caras del desprecio, nacen no pocas veces de la ignorancia.
Aunque pequeña es nuestra lucha, algo hemos aprendido en estos años, décadas, siglos. Y esto queremos decirles:
No crean en quienes les dicen que la sensibilidad y la simpatía, el apoyo, se mide en calles abarrotadas, en plazas colmadas, en grandes templetes, en el número de cámaras, micrófonos, encabezados periodísticos, tendencias en redes sociales.
La inmensa mayoría en el mundo, no sólo en nuestro país, es como ustedes, hermanas y hermanos familiares de los ausentes de Ayozinapa. Personas que tienen que pelearle al día y a la noche un pedazo de vida. Gente que debe luchar para arrancarle a la realidad algo para sostenerse.
Cualquiera de abajo, hombre, mujer, otroa, que conozca la historia que les duele, simpatiza con su lucha en demanda de verdad y justicia. La comparte porque en sus palabras ven la repetición de sus historias, porque se reconocen en su dolor, porque se identifican con su rabia.
La mayoría no ha ido a marchar, no se ha manifestado, no ha creado temas en redes sociales, no ha roto cristales, no ha incendiado vehículos, no ha gritado consignas, no ha usurpado templetes, no les ha dicho que no están solas, solos.
No lo han hecho simple y sencillamente porque no han podido hacerlo.
Pero han escuchado y respetan su movimiento.
No desfallezcan.
No crean que porque quienes antes estuvieron a su lado se han ido, después de cobrar su parte o después de ver que no podrían cobrarla, su causa es menos dolorosa, menos noble, menos justa.
El camino que han llevado hasta ahora ha sido intenso, cierto. Pero ustedes saben que todavía falta mucho por andar.
¿Saben? Uno de los engaños de arriba es convencer a los de abajo de que lo que no se consigue rápido y fácil, no se consigue nunca. Convencernos de que las luchas largas y difíciles sólo cansan y nada logran. Trucan el calendario de abajo sobreponiéndole el calendario de arriba: elecciones, comparecencias, reuniones, citas con la historia, fechas conmemorativas que sólo ocultan el dolor y la rabia.
El Sistema no le teme a los estallidos, por muy masivos y luminosos que sean. Si un gobierno cae, hay en su alacena otros para reponer e imponer. Lo que lo aterroriza es la perseverancia de la rebeldía y la resistencia de abajo.
Porque abajo es otro el calendario. Es otro el paso. Es otra la historia. Es otro el dolor y otra la rabia.
Y ahora, al pasar de los días, este abajo disperso y plural que somos, ya no sólo está atento a su dolor y a su rabia. También estamos atentos a su persistencia, a su seguir, a su no rendirse.
Créanos. Su lucha no depende del número de manifestantes, del número de notas periodísticas, del número de menciones en redes sociales, del número de giras a las que los inviten.
Su lucha, nuestra lucha, las luchas de abajo en general, dependen de la resistencia. De no rendirse, de no venderse, de no claudicar.
Bueno, claro, eso según nosotras, nosotros, zapatistas. Habrá gente que les diga otras cosas. Les dirán que es más importante estar con ellos, ellas. Por ejemplo, que es más importante llamar a votar por tal o cual partido político porque así encontrarán a los ausentes. Y que si no llaman a votar por tal o cual partido no sólo habrán perdido LA oportunidad de recuperar a quienes les hacen falta, también serán cómplices de que el terror siga en nuestro país.
¿Ya ven cómo hay partidos políticos que se aprovechan de las necesidades materiales de la gente? ¿Que ofrecen despensas, útiles escolares, tarjetas, pases para el cine, cubetas, gorras, tortas y agua pintada en empaque tetra pack? Bueno, pues también hay quien se aprovecha de las necesidades sentimentales de la gente. La esperanza, amigos y enemigos, es la necesidad que mejor se cotiza allá arriba. La esperanza de que todo va a cambiar, de que ahora sí el bienestar, la democracia, la justicia, la libertad. La esperanza que los iluminados de arriba le arrebatan a los jodidos de abajo y luego se la venden. La esperanza en que la solución a las demandas está en el color de uno de los productos en la alacena del sistema.
Tal vez es gente que sabe más que nosotros, nosotras, zapatistas. Son sabios, sabias. Es más, cobran por saber. El conocimiento es su profesión, de eso viven… o con eso defraudan.
Ya ven que ellos saben más y, refiriéndose a nosotras, nosotros, dicen que estamos “perdidos allá, en las montañas, quién sabe dónde”, y dicen que llamamos a la abstención y que somos sectarios (tal vez porque, a diferencia de ellos, nosotros sí respetamos a nuestros muertos).
¡Ah! ¡Es tan cómodo decir y repetir ocurrencias y mentiras! Tan barato difamar y calumniar, y luego predicar la unidad, el enemigo principal, la infalibilidad del pastor, la incapacidad del rebaño.
Hace muchos años, las zapatistas, los zapatistas no hacíamos marchas, no gritábamos consignas, ni enarbolábamos pancartas, ni levantábamos los puños. Hasta que una vez marchamos. La fecha: el 12 de octubre de 1992, cuando allá arriba celebraban 500 años del “encuentro de dos mundos”. El lugar: San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. En vez de pancartas llevamos arcos y flechas, y un silencio sordo fue nuestra consigna.
Sin mucha bulla, la estatua del conquistador cayó. Si volvieron a levantarla no importa. Nunca podrán levantar de nuevo el miedo a lo que representaba.
Unos meses después, volvimos a las ciudades. Tampoco esa vez llevamos consignas ni pancartas, y no llevamos arcos y flechas. Esa madrugada olía a fuego y pólvora. y fueron nuestros rostros los levantados.
Meses después vinieron algunas, algunos de la ciudad. Nos contaron de las grandes marchas, de las consignas, de las pancartas, de los puños levantados. Claro, agregando siempre que si es que estos pobres inditos e inditas que somos, porque cuidaban la equidad de género, sobrevivíamos, era gracias a ellos y ellas, que en la ciudad habían detenido el genocidio de los primeros días de ese año de 1994. Las zapatistas, los zapatistas, no preguntamos si antes de 1994 no había genocidio, ni si ya se había detenido, ni si ésos de la ciudad estaban platicando algo ocurrido o estaban pasando la factura. Los zapatistas, las zapatistas entendimos que había otros modos de lucha.
Hicimos después nuestras marchas, nuestras consignas, nuestras pancartas y levantamos los puños. Desde entonces nuestras marchas son un pálido reflejo de aquella marcha que alumbró la madrugada del año 94. Nuestras consignas tienen la rima desordenada de las canciones en los campamentos guerrilleros de montaña. Nuestras pancartas son trabajosamente elaboradas por batallar para encontrar equivalentes a lo que en nuestras lenguas se describe en una palabra, y en otros idiomas se necesitan tres tomos de El Capital. Nuestros puños levantados más que retar, saludan. Como si al mañana se dirigieran y no al presente.
Pero algo no ha cambiado: siguen levantados nuestros rostros.
Años después, nuestros autodenominados acreedores de la ciudad nos exigieron que participáramos en las elecciones. No entendimos, porque nosotras, nosotros, nunca les exigimos que se alzaran en armas, ni que resistieran, ni que se rebelaran contra el mal gobierno, ni que honraran a sus muertos en la lucha. No les exigimos que se cubrieran el rostro, que se negaran el nombre, que abandonaran familia, profesión, amistades, nada. Pero los modernos conquistadores, vestidos de izquierda progresista, nos amenazaron: si no los seguíamos, nos dejarían solas, solos, y seríamos los culpables de que la derecha reaccionaria fuera gobierno. Les debíamos, dijeron, y presentaron la cuenta a pagar impresa en una boleta electoral.
Nosotras, nosotros, zapatistas, no entendimos. Nos alzamos para mandarnos nosotras mismas, nosotros mismos, no para que otro nos mandara. Se enojaron.
Tiempo después los de la ciudad siguen marchando, gritando consignas, levantando puños y pancartas, y ahora agregan tuits, hashtags, likes, trending topics, followers, en sus partidos políticos están los mismos que apenas ayer eran la derecha reaccionaria, en sus mesas se sientan juntos y departen los asesinos y los familiares de los asesinados, ríen y brindan juntos por la paga obtenida, se lamentan y lloran juntos por los puestos perdidos.
Mientras tanto las zapatistas, los zapatistas también marchamos a veces, gritamos consignas imposibles o callamos, en veces levantamos pancartas y puños, siempre la mirada. Decimos que no nos manifestamos para desafiar al tirano, sino para saludar a quien, en otras geografías y calendarios, lo enfrenta. Para desafiarlo, construimos. Para desafiarlo, creamos. Para desafiarlo, imaginamos. Para desafiarlo, crecemos y nos multiplicamos. Para desafiarlo, vivimos. Para desafiarlo, morimos. En lugar de tuits, hacemos escuelas y clínicas, en lugar de trending topics, fiestas para celebrar la vida derrotando a la muerte.
En la tierra de los acreedores de la ciudad sigue mandando el amo, con otro rostro, con otro nombre, con otro color.
En la tierra zapatista mandan los pueblos y el gobierno obedece.
Tal vez por eso es que los zapatistas, las zapatistas, no entendimos que teníamos que ser los seguidores, y los líderes de la ciudad los seguidos.
Y todavía no entendemos.
Pero puede ser que sí, que la verdad y la justicia que ustedes, nosotras y nosotros, todos, todas, todoas, buscamos, se consiga gracias a la dádiva de un líder rodeado de gente tan inteligente como él, un salvador, un amo, un jefe, un patrón, un pastor, un gobernante, y todo sólo con el mínimo esfuerzo de una boleta en una urna, con un tuit, con una presencia en la marcha, en el mitin, en la lista de afiliados… o callando frente a la farsa que simula interés patriótico donde sólo hay ansia de Poder.
Si sí o no, es lo que tal vez nos digan otros pensamientos en este semillero.
Lo que nosotras, nosotros, zapatistas, hemos aprendido es que no. Que de arriba sólo vienen la explotación, el robo, la represión, el desprecio. Es decir, de arriba, sólo llega el dolor.
Y de arriba les demandan, les exigen que los sigan. Que ustedes les deben el que se conociera mundialmente su dolor, que ustedes les deben las plazas colmadas, las calles llenas de color e ingenio. Que ustedes les deben por el trabajo de policía ciudadana que señaló, persiguió y satanizó a “anarco-inflitrados-fuchi-guácala”. Que ustedes les deben las manifestaciones bien portadas, las notas periodísticas, las fotos a colores, las reseñas favorables y las entrevistas.
Nosotros, nosotras, zapatistas, sólo decimos:
No teman quedarse solos de quienes nunca han estado en verdad con ustedes. Son ellas y ellos quienes no los merecen. Quienes llegan a su dolor como a un espectáculo ajeno, que gusta o que disgusta, pero del que nunca serán parte real.
No teman ser abandonados por quienes pretenden no acompañarlos y apoyarlos, sino administrarlos, domarlos, rendirlos, usarlos y, después, desecharlos.
Teman, sí, olvidar su causa, dejar caer su lucha.
Pero mientras se mantengan, mientras resistan, tendrán el respeto y la admiración de mucha gente en México y en el mundo.
Gente como la que está aquí hoy con nosotras, nosotros.
Como Adolfo Gilly.
Esto que ahora diré, no se iba a decir. ¿La razón? Que inicialmente tanto Adolfo Gilly como Pablo González Casanova habían dicho que tal vez no estarían presentes, ambos por problemas de salud. Pero aquí está Adolfo, y a él le pedimos ahora que le cuente luego a Don Pablo esta parte.
El finado supMarcos contaba que alguna vez alguien le cuestionó que el EZLN tuviera tantas atenciones para Don Luis Villoro, Don Pablo González Casanova y Don Adolfo Gilly. El argumento impugnador se basaba en las diferencias que, frente al zapatismo, estas tres personas mantenían, y en cambio, que no tuviera las mismas deferencias para intelectuales que eran cien por ciento zapatistas. Imagino que el Sup encendió la pipa y entonces explicó: “En primera, dijo, sus diferencias no son con lo que es el zapatismo, sino con las valoraciones, análisis o posiciones que el zapatismo asume frente a diversos asuntos. En segunda, prosiguió, yo en lo personal he visto a estas tres personas frente a mis compañeras y compañeros jefes. Acá han llegado intelectuales de gran prestigio y, bueno, algunos no tan prestigiados. Han llegado y han dicho su palabra. Pocos, muy pocos, han hablado con las comandantas y comandantes. Sólo frente a esas tres personas he visto a mis jefes y jefas hablar y escuchar de igual a igual, con confianza y camaradería mutuas. ¿Cómo lo hicieron? Bueno, pues habría que preguntarles a ellos. Lo que yo sé es que eso cuesta, que lograr la palabra y el oído de mis compañeras y compañeros jefes y jefas, en respeto y cariño, cuesta y mucho. La tercera es que, abundó el Sup, te equivocas al pensar que como zapatistas buscamos espejos, vítores y aplausos. Nosotros apreciamos y valoramos las diferencias en los pensamientos, claro, si son pensamientos críticos y articulados, y no esas chambonadas que ahora abundan en el progresismo ilustrado. Nosotros, nosotras, zapatistas, no valoramos de un pensamiento si coincide o no con el nuestro, sino si nos hace pensar o no, si nos provoca o no, pero sobre todo, si da cuenta cabal de la realidad. Estas tres personas han mantenido, cierto, posiciones diferentes y hasta contrarias a la nuestra frente a situaciones diversas.
Nunca, nunca han estado en contra nuestra. Y, a pesar de los vaivenes de la moda, han estado de nuestro lado.
Sus argumentos contrarios y, no pocas veces, contradictorios a los nuestros, no nos han convencido, cierto, pero nos han ayudado a entender que hay diversas posiciones y pensamientos diferentes, y que es la realidad la que sanciona, no un tribunal autoerigido sea en la academia, sea en la militancia. Provocar el pensamiento, la discusión, el debate es algo que nosotras, nosotros, zapatistas valoramos y mucho.
Por eso nuestra admiración al pensamiento anarquista. Es claro que no somos anarquistas, pero sus planteamientos son de los que provocan y alientan, los que hacen pensar. Y créeme que el pensamiento crítico ortodoxo, por llamarlo de alguna forma, tiene mucho que aprender en ese aspecto, pero no sólo en eso, del pensamiento anarquista. Por ponerte un ejemplo, la crítica al Estado como tal, es algo que en el pensamiento anarquista lleva ya mucho camino andado.
Pero volviendo a los 3 malditos, cuando cualquiera de ustedes, le dijo el Sup a quien demandaba una rectificación zapatista, pueda sentarse frente a cualquiera de mis compañeras y compañeros sin que ellas y ellos teman su burla, su veredicto, su condena; cuando logren que les hablen en igualdad y respeto; que los vean como compañeros y compañeras y no como jueces extraños; que los cariñen, como se dice acá; o cuando su pensamiento, coincidente o no con el nuestro, nos ayude a descubrir el funcionamiento de la Hidra; nos lleve a nuevas cuestiones; nos invite a nuevos caminos; nos haga pensar; o cuando puedan explicar o provocar el análisis de un aspecto concreto de la realidad; entonces y sólo entonces verán que tenemos para ustedes las mismas pocas atenciones que podamos brindarles. Mientras tanto, agregó el Supmarcos con ese humor ácido que lo caracterizaba, abandonen esos celos heteropatriarcales, mundialistas, reptilianos e iluminatis.
He recordado aquí esta anécdota que me fue referida por el SupMarcos, porque hace unos meses, cuando nos visitó una delegación de los familiares que luchan por la verdad y la justicia para Ayotzinapa, uno de los papás nos contó de una reunión que tuvieron con el mal gobierno. No recuerdo ahora si era la primera. Nos contó este Don Mario que los funcionarios llegaron con sus papeles y su burocracia, como si estuvieran atendiendo un cambio de placas y no un caso de desaparición forzada. Los familiares estaban temerosos y rabiosos y querían decir su palabra, pero el burócrata al frente alegaba que sólo podían hablar los que estaban apuntados y los intimidaba. Cuenta Don Mario que los acompañaba un hombre ya de edad, “de juicio” dirían las zapatistas, los zapatistas. Ese hombre, sin que nadie lo esperara, dio un manotazo en la mesa y alzó la voz exigiendo que se les diera la palabra a los familiares que quisieran hablar. Don Mario nos dijo, palabras más, palabras menos, “no tuvo miedo ese señor, y pues se nos quitó también a nosotros el miedo y hablamos, y desde entonces no paramos”. Ese hombre que, encendido de rabia, se plantó frente a la desidia gubernamental, pudo haber sido una mujer, o unoa otroa, y estoy seguro que cualquiera de ustedes, hubiera hecho lo mismo o algo parecido en esas circunstancias, pero llegó que le tocó ser a quien se llama Adolfo Gilly.
Compas familiares:
A eso nos referimos cuando les decimos que hay gente que está con ustedes sin verlos como una mercancía para comprar, vender, intercambiar o robar.
Y como él, hay otras, otros, otroas, que no golpean la mesa pues porque no la tienen enfrente, que si no, pues ahí lo vean.
Como zapatistas que somos, también hemos aprendido que nada de lo que merecemos y necesitamos se logra con facilidad ni rápido.
Porque la esperanza para el arriba es una mercancía, sí. Pero para el abajo es una lucha por una certeza: Vamos a conseguir lo que merecemos y necesitamos porque nos estamos organizando y estamos luchando para ello.
Nuestro destino no es la felicidad. Nuestro destino es luchar, luchar siempre, a todas horas, en todo momento, en todos los lugares. No importa que el viento no sea favorable. No importa que tengamos el aire y todo en contra. No importa que venga la tormenta.
Porque, créanlo o no, los pueblos originarios son especialistas en tormentas. Y ahí están, Y aquí estamos. Nosotros, nosotras nos llamamos zapatistas. Y desde hace más de 30 años pagamos el costo de así nombrarnos, en vida y en muerte.
Lo mucho que tenemos, es decir, nuestra supervivencia a pesar de todo y a pesar de todos los arriba que se han sucedido en calendarios y geografías, no se lo debemos a individualidades. Se lo debemos a nuestra lucha colectiva y organizada.
Si alguien pregunta a quién le deben los zapatistas, las zapatistas, su existencia, su resistencia, su rebeldía, su libertad, dirá verdad quien responda: “A NADIE”.
Porque así es como el colectivo anula la individualidad que suplanta e impone, simulando que representa y orienta.
Por eso les hemos dicho, familiares de la búsqueda de la verdad y la justicia, que cuando de su lado todos se vayan, quedaremos NADIE.
Una parte de ese NADIE, acaso la más pequeña, somos nosotras, nosotros, zapatistas. Pero hay más, mucho más.
NADIE es quien hace andar la rueda de la historia. Es NADIE quien trabaja la tierra, quien maneja las máquinas, quien construye, quien trabaja, quien lucha.
NADIE es quien sobrevive a la catástrofe.
Pero tal vez estemos equivocados, equivocadas, y el camino que les ofrecen sea el que vale realmente. Si así lo creen y así lo deciden, no esperen de acá un juicio condenatorio, ni repudios, ni desprecios. Igual tendrán nuestro cariño, nuestro respeto, nuestra admiración.
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Familiares de los Ausentes de Ayotzinapa:
Es tanto lo que no podemos hacer, lo que no podemos darles.
Pero en cambio tenemos una memoria forjada en siglos de silencio y abandono, en la soledad, en el lugar del agredido por colores distintos, por diferentes banderas, por lenguas diversas. Siempre por el sistema, el pinche sistema que es sobre nosotros, nosotras. El sistema que es a costa nuestra.
Y tal vez las memorias tercas no llenan plazas, ni ganan o compran puestos gubernamentales, ni toman palacios, ni queman vehículos, ni rompen vidrios, ni levantan monumentos en los museos efímeros de las redes sociales.
Las memorias porfiadas sólo no olvidan, y así luchan.
Las plazas y calles se vacían, los puestos y los gobiernos se terminan, los palacios se derrumban, los vehículos y los vidrios son remplazados, los museos se enmohecen, las redes sociales corren de un lado a otro demostrando que la frivolidad, como el capitalismo, puede ser masiva y simultánea.
Pero llegan momentos, compas familiares de los ausentes, en que la memoria es lo único que se tiene.
En esos momentos, sepan ustedes que nos tienen también a nosotras, nosotros, zapatistas del EZLN.
Porque debemos decirles que la tenaz memoria de los zapatistas, las zapatistas, es muy otra. Porque no sólo lleva el apunte de los dolores y las rabias pasadas, dibujando en el cuaderno los mapas de calendarios y geografías que han sido olvidados arriba.
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EL MURO Y LA GRIETA.
Como zapatistas que somos, nuestra memoria también se asoma a lo que viene. Señala fechas y lugares.
Si no hay un punto geográfico para ese mañana, empezamos a juntar ramitas, piedritas, jirones de ropa y carne, huesos y barro, e iniciamos la construcción de un islote, o más bien, de una barca plantada en medio del mañana, ahí donde ahora sólo se vislumbra una tormenta.
Y si no hay una hora, un día, una semana, un mes, un año en el calendario conocido, pues empezamos a reunir fracciones de segundos, minutos apenas, y los vamos colando por las grietas que abrimos en el muro de la historia.
Y si no hay grieta, bueno, pues a hacerla arañando, mordiendo, pateando, golpeando con manos y cabeza, con el cuerpo entero hasta conseguir hacerle a la historia esa herida que somos.
Y luego pasa que alguien camina cerca y nos ve, ve a la zapatista, el zapatista, duro que dale contra el muro.
Quien así pasa frente nuestro, a veces es quien cree que sabe. Se detiene un momento, mueve la cabeza con desaprobación, juzga y sentencia: “así nunca van a derribar el muro“.
Pero a veces, muy de cuando en cuando, pasa la otra, el otro, lo otroa. Se detiene, mira, entiende, se mira los pies, se mira las manos, los puños, los hombros, el cuerpo. Y elige. “Aquí está bueno“, podríamos escuchar si es que su silencio fuera audible, mientras marca una seña en el muro inmóvil. Y a darle.
Regresa quien cree que sabe, puesto que su camino es siempre de ida y vuelta, como pasando revista a sus súbditos. Ve ahora a lo otro en la misma necia tarea. Valora que ya hay suficientes para que le escuchen, le aplaudan, le aclamen, le voten, le sigan. Mucho habla, poco dice: “así nunca van a derribar ese muro, es indestructible, es eterno, es interminable” Cuando considera que es oportuno, concluye: “lo que deberían hacer es ver cómo administrar el muro, cambiar de guardia, intentar hacerlo un poco justo, amable. Yo les prometo ablandarlo. De todas formas, siempre estaremos de este lado, Si siguen así, sólo le están haciendo el juego a la actual administración, al gobierno, al Estado, al como se diga, no importa la diferencia porque el muro es el muro y siempre, ¿lo oyen?, siempre estará ahí“.
Tal vez se acerque alguien más. Observa en silencio y concluye: “en lugar de empeñarse contra el muro, deberían entender que el cambio está en uno mismo, una misma, sólo se necesita pensar positivamente, mire usted, qué casualidad, aquí tengo a la mano esta religión, moda, filosofía, coartada que le servirá. No importa si es vieja o nueva. Venga, sígame“.
Para esto, quienes están duro y dale contra el muro ya están mejor organizados, se hacen colectivos, equipos, se relevan, se turnan. Los hay equipos gordos, flacos, altos y chaparros; allá están los sucios, feos, malos y groseros; los hay cabezones, los hay patones, los hay con las manos endurecidas por el trabajo, los hay de quienes, sea mujeres, sea hombres, sea otroas, echan el hombro, el cuerpo, la vida.
Duro y dale con lo que pueden.
Hay quien con un libro, un pincel, una guitarra, una tornamesa, un verso, un azadón, un martillo, una varita mágica, un lapicero. Vaya, hasta hay quien golpea al muro con un “pas de chat“. Y bueno, pasa lo que pasa, Porque resulta que el baile se contagia. Y alguien trae una marimba, un teclado o un balón y entonces los turnos… bueno, ya se imaginarán ustedes.
Claro, el muro ni en cuenta. Sigue impávido, poderoso, inmutable, sordo, ciego.
Y aparecen los medios de comunicación de paga: toman fotos, videos, se entrevistan entre ellos mismos, consultan especialistas. La especialista tal-cual, cuya virtud es ser de otro país, declara, con mirada trascendente, que la composición molecular de la materia que le da al muro su corporeidad es tal que ni con una bomba atómica y que, por lo tanto, lo que hace el zapatismo es completamente improductivo y termina por ser cómplice del muro en sí (ya en off, la especialista le ha pedido a quien la entrevista que mencione su único libro, a ver si así se vende).
Sigue el desfile de especialistas. La conclusión es unánime: es un esfuerzo inútil, así nunca derribarán el muro. De pronto, los medios corren a entrevistar a quien ofrece una administración “más humana” del muro. El tumulto de cámaras y micrófonos produce un efecto curioso: quien no tiene argumentos ni seguidores, parece tener muchos de unos y otros. Gran y conmovedor discurso. Hay la nota. Se van los medios de comunicación de paga, porque nadie estaba poniendo atención a lo que decía el candidato, el líder o el sabio, sino a sus teléfonos que, obvio, son al menos más inteligentes que el entrevistado o entrevistada, y hay un terremoto aquí nomás, y al funcionario tal le encontraron que es corrupto, y james bond ha llegado al Zócalo, y la pelea del siglo ha atraído a millones, tal vez porque pensaron que era entre explotados y explotadores.
A la zapatista, el zapatista, nadie le pregunta. Si lo hicieran tal vez no respondería. O tal vez diría el por qué de su absurdo empeño: “acaso quiero derribar el muro, basta con hacerle una grieta”
No ha sido en libros escritos, sino en los que aún no se escriben pero ya son leídos por generaciones, que las zapatistas, los zapatistas han aprendido que si paras de arañar la grieta, ésta se cierra. El muro se resana a sí mismo. Por eso tienen que seguir sin descanso. No sólo para ensanchar la grieta, sobre todo para que no se cierre.
Sabe también la zapatista, el zapatista, que el muro muta en su apariencia. A veces es como un gran espejo que reproduce la imagen de destrucción y muerte, como si no fuera posible otra cosa. A veces el muro se pinta de agradable y en su superficie aparece un plácido paisaje. Otras veces es duro y gris, como para convencer de su impenetrable solidez. Las más de las veces el muro es una gran marquesina donde se repite “P-R-O-G-R-E-S-O”.
Pero el zapatista, la zapatista sabe que es mentira. Sabe que el muro no siempre estuvo ahí. Conoce cómo se levantó. Sabe de su funcionamiento. Conoce de sus engaños. Y sabe también cómo destruirlo.
No le preocupa la supuesta omnipotencia y eternidad del muro. Sabe que son falsas ambas.
Pero ahora lo importante es la grieta, que no se cierre, que se agrande.
Porque el zapatista, la zapatista, también sabe qué hay al otro lado del muro.
Si le preguntaran, respondería “nada“, pero sonreiría como si dijera “todo“.
En uno de los relevos, los Tercios Compas, que no son medios, ni libres, ni autónomos, ni alternativos, ni como se llamen, pero son compas, interrogan con severidad a quien golpea.
“Si dices que no hay nada del otro lado, ¿para qué quieres hacerle una grieta al muro?”
“Para mirar“, responde la zapatista, el zapatista, sin dejar de arañar.
“¿Y para qué quieres mirar?“, insisten los Tercios Compas que para entonces, como todos los medios se han ido, son los únicos que permanecen. Y para ratificarlo, llevan en la camisola la leyenda “Cuando los medios se van, quedan los tercios”. Y, claro, están un poco incómodos porque son los únicos que están preguntando en lugar de darle al muro con la cámara o con la grabadora o al-fin-supe-para-qué-carajos-sirve-este-pinche-tripie.
Los Tercios preguntan de nuevo, faltaba más. Aunque sea que llega en la cabeza, porque la grabadora ya fue, de la cámara mejor ni hablar, y el tripie ahí nomás se hizo ciempiés. Así que repite: “¿Y para qué quieres mirar?”
“Para imaginar todo lo que se podrá hacer mañana“, responde el zapatista, la zapatista.
Y cuando la zapatista, el zapatista dijo “mañana” bien pudo estarse refiriendo a un calendario perdido en un futuro por venir. Podrían ser milenios, siglos, decenios, lustros, años, meses, semanas, días… ¿o ya mañana?, ¿mañana? ¿mañana mañana? ¿Te cae? ¡No chingues si ni siquiera me he peinado!
Pero no todos, todas, pasaron de largo.
No todas, todos, pasaron y juzgaron absolviendo o condenando.
Hubo, hay pocos, muy pocos, tantos apenas que ni una mano agotan.
Estuvieron ahí, callados, mirando.
Ahí siguen.
Apenas de vez en cuando profieren un “mmh” que es muy semejante al que expresan los más antiguos de los pobladores en nuestras comunidades.
Contra lo que se pueda pensar, el “mmh” no significa desinterés o desapego. Tampoco desaprobación o acuerdo. Es más bien como un “aquí estoy, te escucho, te miro, continúa”.
Ya de edad son esos hombres y mujeres, “de juicio” dicen los compas cuando se refieren a la gente mayor, señalando que los calendarios deshojados en la lucha dan razón, saber y discreción.
Entre esos pocos, había uno, hay uno. En veces ese uno se suma a los partidos de fútbol que el comando anti muro organiza para seguir golpeando, aunque entonces sea un balón, y después le toque al teclado de la marimba.
Como de costumbre en esos partidos, nadie pregunta nombres. Uno o una o unoa no se llama juan, o juana o krishna, no. Es la posición que tienes la que te nombra. “¡Oyes portería! ¡Pásala volante! ¡Duro defensa! ¡Dale atacante! ¡Acá delantero!“, se escucha en la algarabía del potrero, con las vacas indignadas porque el ir y venir de los equipos les arruina la comida.
En una orilla, una niña inquieta hace por calzarse unas botas de hule que, se nota, le quedan grandes
“Y vos, ¿cómo te llamas?“, le pregunta el hombre a la niña.
“Yo defensa zapatista“, dice la niña y pone su mejor cara de “si no quieres morir, retírate”.
El hombre sonríe. No ríe abiertamente. Sólo sonríe.
La niña, es claro, está reclutando elementos para retar al que pierda.
Sí, porque acá, cuando el equipo gana, se va a darle al muro. Y el equipo que pierde sigue jugando, “hasta que aprenda”, dicen.
La niña tiene ya parte del equipo y le presume al hombre.
“Éste es delantero“, dice señalando a un chuchito de color indefinido por las costras de lodo y que mueve la cola entusiasmado. “Si corre, acaso para, se va y se va, hasta allá“, y la niña señala al horizonte que el muro oculta.
“Falta que no se le olvide el balón“, dice casi como pidiendo disculpas, “porque luego agarra camino para otro lado; la pelota para allá y el perrito delantero para el otro allá“.
“Este es portero o conserje también le dicen, creo“, dice ahora presentando a un viejo caballo viejo.
“Yo mi trabajo“, explica la niña, “es que no pase el balón, porque mírelo usted, es choco, le falta un su ojo, el derecho, por eso ya sólo mira abajo y a la izquierda y si el tiro viene por la derecha, pues nomás ni en cuenta“.
“Y bueno, ahorita no está todo el equipo. Falta el gato… bueno, más bien es perro. Muy otro el ése-como-se-llama, como que perro pero maúlla, como que gato pero ladra. Lo busqué en el libro de herbolaria cómo se llama un animalito así. No encontré. Dijo el Pedrito que dejó dicho el Sup que se llama gato-perro.
Pero no muy hay que creerle al Pedrito porque…” la niña voltea a uno y otro lado viendo que nadie esté cerca para escucharla, y le dice al hombre en secreto “ese Pedrito le va al América“, luego, ya más en confianza: “Su papá le va a las chivas y se embravece. Si pelean, su mamá los zapea a los dos y ya se están quietos, pero el Pedrito mucho alega, que la libertad según las zapatillas y no sé cuánto”
“Será zapatistas“, corrige el hombre. La niña ni en cuenta, el Pedrito se las debe y ha de pagar.
“Bueno, tú como te llames, el gato-perro ése, tú piensas en tu cabeza ¿será que sabe jugar?”
“Sabe“, se responde ella misma.
“Como el enemigo no lo ve si es perro o es gato, rápido se va por un lado y otro y ¡zás! ahí está el gol. El otro día casi ganamos, pero la pelota se fue pal monte y en eso llegó la hora del pozol y se suspendió el partido. Bueno, te digo tú, el ése gato-perro como-se-llame, sabe. Muy otro el gato-perro ése, tiene su ojo amarillo, así“.
El hombre ha quedado helado. La niña ha descrito un color con sus manitas. El hombre ha rodado mundos y penas, pero no había encontrado a alguien que describiera un color con un ademán. Pero la niña no está para impartir cursos de fenomenología del color, y sigue hablando.
“Pero no está ahorita, el gato-perro“, dice con pena, “creo que se fue de cura porque dicen quesque se fue a un seminario contra el pinche capitalismo cabezón. ¿Tú lo sabes cómo es su modo del pinche capitalismo cabezón? Bueno, mira, te lo voy a dar la plática política. Resulta que la pinche sistema no te muerde sólo de un lado sino que onde quiera te está chingando. Todo lo muerde la pinche sistema, todo se lo zampa y si ya se engordó mucho, pues lo gomita, y de vuelta con su tragadera. O sea que para que me entiendas el maldito capitalismo no tiene llenadero. Por eso yo le dije al gato-perro ése que para qué se va de cura a un seminario. Pero acaso obedece. ¿Usted cree que va a ser cura un gato-perro? No, ¿verdad?, ni por muchos goles, ni por mucho ojo amarillo. ¿Tú lo vas a dejar que te dé un casorio un gato-perro, manque tenga su ojo amarillo, ¿verdad que no? Por eso yo, cuando nos cásemos con mi marido nada de cura, sólo con el municipio autónomo y eso por el baile, que si no, ni eso. Nomás permisados para que no anden mal hablando. Solita yo y mi ése-como-se diga, y si no muy sirve el marido pues a volar cuervos que te sacarán los ojos. Así dice mi abuela, que ya está grande ya, pero bien que combatió el primero de enero de 1994. ¿No lo sabes qué pasó el primero de enero de 1994? Ah, pues luego te lo canto una canción que lo dice todo clarito. Ahorita no, porque de repente ya nos toca jugar y hay que estar listas. Pero para que no estés con pendiente te digo que ese día le dijimos a los pinches malditos malos gobiernos que ya estuvo bueno, que hasta aquí nomás, que ya basta de sus chingaderas. Y dice mi abuela que fue por las mujeres, que viera que por los pinches maridos, pues nada, que ahí estaríamos dando lástima, como los partidistas de por sí. Bueno, no lo tengo visto todavía quién para mi marido, porque luego son muy tarugos los hombres, vieras. Y ahora estoy todavía niña. Pero ya luego lo sé que mucho me van a mirar los pinches hombres, pero yo, seria, nada de que sí, nada de que no, nada de que no sé, o sea que me voy como quien dice a dar mi lugar y si el pinche marido se quiere pasar de rosca bueno, pues por eso estoy de defensa zapatista, ahí nomás le doy su zape y anda vete, que me respete como mujer zapatista que soy. Claro, no va a entender luego, así que varios zapes hasta que lo entienda la lucha de como mujeres que somos”
El hombre ha seguido atento toda la perorata de la niña. No así el perrito de las costras de lodo, que a saber dónde anda. Ni el caballo tuerto que mastica con parsimonia un plástico herencia del alumnado de la escuelita. Con todo, el hombre no se ha reído, apenas si ha alcanzado a parpadear al mismo ritmo de su sorpresa.
“Ya vamos a ser más“, anima la niña, “de repente dilata, pero sí vamos a ser más“.
El hombre tarda en comprender que ahora la niña se refiere a su equipo. ¿O no?
Pero la niña ahora estudia al hombre con mirada de cazatalentos, después de varios “mmh“, le suelta “Y vos, ¿cómo te llamas?“.
“¿Yo?” dijo el hombre sabiendo que la niña no pedía el árbol genealógico, ni el escudo heráldico, sino una posición.
Después de recorrer mentalmente sus opciones, el hombre responde: “yo me llamo recoge balones“.
La niña se queda callada, valorando la utilidad de esa posición.
Después de pensarlo un rato, le dice al hombre, no para consolarlo, sino para que se dé cuenta de lo importante:
“Recoge balones, no cualquiera, eh. Ahí tiene usted, si el balón se va para allá nomás, onde el acahual, olvídate, no hay quien quiera ir, porque está muy fiero ahí, mucha espina, mucha mostazilla, arañas, de repente hasta culebra. O de repente la pelota se va al arroyo y no fácil se pepena, porque el agua lo lleva, así que hay que correr para alcanzarlo, al balón. Así que recoge balones cuenta, vale pues. Sin recoge balones nomás no hay partido. Y si no hay partido, pues no hay fiesta, y si no hay fiesta pues no hay baile, y si no hay baile pues de balde me peino y de balde me pongo los prensapelos de colores, mira“, dice la niña y de su morraleta saca un montón de prendedores de muchos colores, tantos que ni los hay todavía.
“Recoge balones no cualquiera“, le repite la niña al hombre mientras lo abraza, no para consolarlo, sino para que entienda que todo lo que vale la pena se hace en equipo, en colectivo, cada quién su tarea.
“Yo sería, pero no. Mucho miedo me dan las arañas y las culebras. El otro día hasta soñé muy fiero por su culpa de una pinche culebra que topé en el potrero. Así nomás“, y extiende sus brazos tanto como puede.
El hombre sigue sonriendo.
El partido acaba, la niña no ha completado el equipo para retar y se ha quedado dormida en el suelo.
El hombre se levanta y le pone su chaqueta porque la tarde ya pardea y el fresco alivia la tierra. Tal vez hasta llueva.
Un miliciano está ahora regresando con las identificaciones que pidió la Junta de Buen Gobierno. El hombre espera su turno.
Por fin dicen su nombre y se acerca a recoger su pasaporte que tiene al frente un grabado que reza “República Oriental del Uruguay”. En su interior hay una foto de un varón con cara de “¿Qué diablos estoy haciendo aquí?” y a su lado se lee “Hughes Galeano, Eduardo Germán María”.
“Oiga“, le pregunta el miliciano, “¿usted se puso Galeano de nombre de lucha por el compa sargento Galeano?“.
“Sí, creo que sí“, responde el hombre mientras sostiene el pasaporte dudando.
“Ah“, dice el miliciano, “de por sí eso pensé“.
“Oiga y su tierra, ¿dónde mero queda?”
El hombre mira al miliciano zapatista, mira el muro, mira a la gente dale y duro a la grieta, mira a los niños jugando y bailando, mira a la niña tratando de hablar con el perrito, con el caballo choco y con un animalito que bien podría ser un gato, o un perro, y dice resignado: “también aquí“.
“Ah” dice el miliciano, “¿y usted a qué se dedica?”
“¿Yo?“, trata de responder el hombre mientras recoge su mochila.
Y de pronto, como si apenas acabara de entender todo, responde sonriendo “Yo soy recoge balones“.
El hombre ya está lejos y no alcanza a escuchar al miliciano zapatista que murmura con admiración: “Ah, recoge balones, no cualquiera“.
Ya en la formación, el miliciano le dice a otro: “Oí Galeano, que hoy conocí a un ciudadano que se puso tu nombre“.
El sargento Galeano sonríe, como de por sí, y replica “no hombre, ¿cómo crees?“.
“De por sí“, dice el miliciano, “de dónde si no va a sacar ese nombre el señor ése“.
“Ah“, dice el sargento de milicias y maestro de la escuelita Galeano, “¿y qué es lo que hace él?“, pregunta.
“Es recoge balones“, dice el miliciano y se va corriendo para alcanzar pozol.
El sargento de milicias Galeano, recoge su cuaderno de apuntes y lo guarda en su morraleta mientras dice entre dientes: “Recoge balones, como si fuera tan fácil. Si no cualquiera es recoge balones. Para ser recoge balones se necesita mucho corazón, como de ser de zapatista, y para ser de zapatista no cualquiera, aunque eso sí, luego hay alguien que no sabe que es de zapatista… hasta que sabe“.
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Tal vez no me crean ustedes, pero esto que les cuento pasó hace apenas unos días, unas semanas, unos meses, unos años, unos siglos, cuando el sol de abril abofeteaba la tierra no para ofenderla, sino para que despertara.
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Hermanas y hermanos familiares de los Ausentes de Ayotzinapa:
Su lucha es ya una grieta en el muro del sistema. No dejen que se cierre Ayotzinapa. Por esa grieta respiran no sólo sus hijos, también las miles de desaparecidas y desaparecidos que faltan en el mundo.
Para que esa grieta no se cierre, para que esa grieta se ahonde y se ensanche, tendrán ustedes en nosotros, nosotras, zapatistas, una lucha común: la que transforme el dolor en rabia, la rabia en rebeldía, y la rebeldía en mañana.
SupGaleano.
México, mayo 3 del 2015.
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2 Comentarios »
Queridos hermanos zapatistas, todos, todas, y todoas:
Escribo para que sepan lo que dice mi corazón: los amo y los amaré siempre aunque nunca podré ser delantero, trasero y menos recogebolas porque no entiendo nada de futbol. Pero si mis sueños sirven para algo, en cada sueño trataré de arrancar un minúsculo granito de la grieta que ustedes arañan a mano desnuda en ese muro que nunca debió existir. Ojalá uno de estos días despierte de mis sueños y me encuentre con la sorpresa de que la grieta se abrió tan grande que hizo derrumbar esa vergonzosa pared. Ojalá sea pronto porque en la tercera edad no le queda a uno mucho tiempo para ver que sus sueños se hacen realidad. Sin embargo, creo que existen los milagros.
Bueno pues, si para el amor no hay imposibles, ahí les va el mío que es mucho por ustedes. Tal vez les sirva un poco para darles ánimo en eso de seguir arañando.
Con un pensamiento especial por todas las familias que lloran a sus muertos y desaparecidos.
Carmen.
Comentario de Carmen A. Coleman — mayo 5, 2015 @ 3:24 am
Hermanos/as/oas, compas queridos: Así es, dicen que la gota de agua, por su persistencia y tenacidad, horada la piedra. Como bien dicen lo/as zapatistas y, si me permiten el honor, voy a decir como “decimos” los y las zapatistas, la rebeldía y la lucha son un ejercicio de cotidianeidad, un partido de tiempo indefinido. Aveces, la pelota estará en nuestro campo, otras, la tendrá el adversario, pero unidos y organizados sabremos -o iremos aprendiendo- a hacer “jueguito” para que no nos saquen la pelota, somos muchos, y ni hablar del banco de suplentes…No tengo duda de que,hasta el muro más sólido y fuerte se agrieta (a veces sólo por un cambio de “temperatura”). Humildemente pienso que estamos librando esta guerra del olvido contra la memoria, nada más palpable que la desaparición forzada de los normalistas. El mal gobierno lucha por el olvido, ellos son el odio y la destrucción, nosotros luchamos por la memoria, somos el amor y la construcción. Que sigan con su odio, nosotros seguiremos con la digna rabia y con el amor. Un abrazo sobre mi corazón, desde el sur de nuestra América.
Comentario de Hilda Imas — mayo 5, 2015 @ 6:59 am
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lilian- Moderador Global
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
Así actúa la Policía en la República “democratica” de México, y nadie dice nada, no es Venezuela
may 8
Publicado por CienciayEspiritu
La Agencia de Noticias Guerrero difundió un video donde se ve el momento en que policías estatales atacan un autobús donde viajaban estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
El sábado por la tarde se registró un enfrentamiento entre losuniformados con los normalistas de Ayotzinapa en la carretera Plan de Liebres- Zumpango a la altura de Tierras Prietas, Chilpancingo.
Según reportes de medios locales, al rededor del medio día, agentes policíacos marcaron el alto a un autobús donde viajaban a los estudiantes, pero el camión no se detuvo por lo que los policías se interpusieron en el camino, y provocó el enfrentamiento.
Fuente: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
lilian- Moderador Global
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
lilian escribió:
Así actúa la Policía en la República “democratica” de México, y nadie dice nada, no es Venezuela
may 8
Publicado por CienciayEspiritu
La Agencia de Noticias Guerrero difundió un video donde se ve el momento en que policías estatales atacan un autobús donde viajaban estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
El sábado por la tarde se registró un enfrentamiento entre losuniformados con los normalistas de Ayotzinapa en la carretera Plan de Liebres- Zumpango a la altura de Tierras Prietas, Chilpancingo.
Según reportes de medios locales, al rededor del medio día, agentes policíacos marcaron el alto a un autobús donde viajaban a los estudiantes, pero el camión no se detuvo por lo que los policías se interpusieron en el camino, y provocó el enfrentamiento.
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¡Desgraciados...! no serán los de Venezuela pero su comportamiento se parece.
Que carrizo esta pasando en el mundo, es una locura total.
marinawais- Reportero total
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
Violentos enfrentamientos a 8 meses de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa (VIDEO)
mayo 28, 2015
Los manifestantes que marcharon por las calles de la capital mexicana ocho meses después de la desaparición de los 43 normalistas para exigir justicia y el regreso de los estudiantes lanzaron cócteles molotov a los agentes de la Policía y quemaron carteles electorales.
La jornada de protesta que ha tenido lugar este martes en Ciudad de México ha acabado con violencia: varios agentes de Policía fueron atacados por los manifestantes con cócteles molotov, informa Telemundo 47. En total cuatro marchas organizadas por los padres de los normalistas desaparecidos partieron desde diferentes lugares de la capital y confluyeron en el Zócalo, el centro de la ciudad.
Asimismo, los manifestantes quemaron carteles relacionados con las elecciones que se celebrarán en México el mes que viene.
“Se cumplen exactamente ocho meses desde que se llevaron a nuestros hijos y seguimos en la lucha. Luchando sin parar. No estamos cansados y sí con muchas ganas de encontrarlos”, ha asegurado Epifanio Álvarez, padre de Jorge Álvarez, estudiante que junto con otros 42 normalistas de Ayotzinapa desapareció el pasado 26 de septiembre en el estado de Guerrero.
RT en Español
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mayo 28, 2015
Los manifestantes que marcharon por las calles de la capital mexicana ocho meses después de la desaparición de los 43 normalistas para exigir justicia y el regreso de los estudiantes lanzaron cócteles molotov a los agentes de la Policía y quemaron carteles electorales.
La jornada de protesta que ha tenido lugar este martes en Ciudad de México ha acabado con violencia: varios agentes de Policía fueron atacados por los manifestantes con cócteles molotov, informa Telemundo 47. En total cuatro marchas organizadas por los padres de los normalistas desaparecidos partieron desde diferentes lugares de la capital y confluyeron en el Zócalo, el centro de la ciudad.
Asimismo, los manifestantes quemaron carteles relacionados con las elecciones que se celebrarán en México el mes que viene.
“Se cumplen exactamente ocho meses desde que se llevaron a nuestros hijos y seguimos en la lucha. Luchando sin parar. No estamos cansados y sí con muchas ganas de encontrarlos”, ha asegurado Epifanio Álvarez, padre de Jorge Álvarez, estudiante que junto con otros 42 normalistas de Ayotzinapa desapareció el pasado 26 de septiembre en el estado de Guerrero.
RT en Español
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lilian- Moderador Global
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
lilian escribió: Violentos enfrentamientos a 8 meses de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa (VIDEO)
mayo 28, 2015
Los manifestantes que marcharon por las calles de la capital mexicana ocho meses después de la desaparición de los 43 normalistas para exigir justicia y el regreso de los estudiantes lanzaron cócteles molotov a los agentes de la Policía y quemaron carteles electorales.
La jornada de protesta que ha tenido lugar este martes en Ciudad de México ha acabado con violencia: varios agentes de Policía fueron atacados por los manifestantes con cócteles molotov, informa Telemundo 47. En total cuatro marchas organizadas por los padres de los normalistas desaparecidos partieron desde diferentes lugares de la capital y confluyeron en el Zócalo, el centro de la ciudad.
Asimismo, los manifestantes quemaron carteles relacionados con las elecciones que se celebrarán en México el mes que viene.
“Se cumplen exactamente ocho meses desde que se llevaron a nuestros hijos y seguimos en la lucha. Luchando sin parar. No estamos cansados y sí con muchas ganas de encontrarlos”, ha asegurado Epifanio Álvarez, padre de Jorge Álvarez, estudiante que junto con otros 42 normalistas de Ayotzinapa desapareció el pasado 26 de septiembre en el estado de Guerrero.
RT en Español
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Esos padres tienen todo el derecho de saber que paso con sus hijos, ya yo estoy creyendo que la desaparición a nivel mundial de jovenes, en especial en América Latina es por los de ISIS, guerrilla, hizbola, etc, mercenarios pues, para entrenarlos, esto TIENE QUE PARA Y YA.
Señor Dios en ti confiamos ayúdanos a desenmascarar ya y para siempre los culpables de tantos desaparecidos y que lo paguen, Amen
marinawais- Reportero total
Re: Mexico esta clamando por justicia!!!!!
La Violencia de los cárteles mexicanos
Publicado por: Rodrigo Sánchez Granillo 19 horas ago
El pasado primero de mayo, el grupo criminal Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) puso en crisis de seguridad a 19 municipios de Jalisco, además de derribar un helicóptero del ejército mexicano y poner barricadas incendiarias.
Fuente Revista Proceso
La creación del Cártel de Jalisco Nueva Generación nace ante la invasión del cártel de Los Zetas en el estado de Michoacán, Jalisco y Veracruz, sin embargo, es en los estados de Jalisco y Michoacán en los cuales son estratégicos para ciertas organizaciones criminales que predominan en esa región y por la rapidez de acabar con los adversarios y la operación de Los Zetas en la cuestión del tráfico de drogas y sus demás delitos. Además se crea ante la detención y fragmentación del cártel de los Valencia, oriundos del estado de Michoacán y que tenían preponderancia en ese estado, que a la postre con la reestructuración del cártel de Sinaloa, el cártel de Jalisco se convierte en el brazo armado del grupo de Sinaloa.
En diversos videos subidos a las redes sociales, el cártel difundió su creación y plantear su objetivo, desterrar a Los Zetas del territorio Jalisciense, a pesar de su presentación como un grupo de salvación y con apariencia paramilitar o guerrillera, refrenda que sus actividades delictivas no van a dañar a la población civil y que tampoco sus actividades y objetivos van contra el gobierno en cualquiera de sus tres niveles, sin embargo, la realidad es distinta, ya que con los hechos perpetrados el primero de mayo, demostraron que con el terror se somete a la sociedad y pone en jaque la actuación de las autoridades.
Al paso del tiempo desde su creación, el cártel de Jalisco no ha tenido una actividad delictiva que llenen las primeras planas de los diarios nacionales y locales, al contrario sus actividades han sido de bajo perfil y sin dar a conocer a sus principales líderes o cabecillas, de lo que sí se sabe es que parte de las cabecillas de la organización son Nemesio Oseguera Cervantes alias “El Mencho” y un grupo de hermanos apodados como “Los Cuinis”, antes de encabezar dicho cártel, se sabe por datos del gobierno federal que en su momento pertenecieron al cártel de los Valencia o también conocidos como cártel del Milenio, que dominaban el estado de Michoacán.
En los videos que subieron a las plataformas digitales, el CJNG se muestra como un grupo paramilitar o guerrillero y fuertemente armado, comparado al de Los Zetas tienen una estructura similar y con gran poder de fuego, que la demostración fue el derribar un helicóptero artillado del Ejército Mexicano con tropa de élite a bordo, con esto podemos decir que tienen la misma estructura que sus antagónicos, la diferencia es que éste cártel ha ido más lejos al agredir con artillería a los castrenses.
Fuente Sin embargo.com
Si hacemos la otra comparación el cártel de Los Zetas tiene una organización estructurada por desertores de las diversas agrupaciones de las fuerzas armadas de México, de la policía federal, local, municipal y hasta ministerial. Sus actividades violentas se desarrollan bajo la lógica de una guerra asimétrica o guerra de guerrillas; fundada la organización por ordenes de Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo, nace ante la necesidad del capo de tener una guardia o grupo de escoltas fuertemente armados y entrenados, con el fin de ser protegido y al ser atacado desplegaran una fuerza lo más eficaz y sanguinaria posible, sin embargo, la organización desplazó a los demás grupos de sicarios que los jefes de plaza del cártel del Golfo dominaba en el estado de Tamaulipas y estaban a cargo del trabajo sucio del grupo. El líder y fundador de Los Zetas fue un ex militar de un agrupamiento de elite del Ejército Mexicano del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), su segundo al mando del grupo fue un ex militar del agrupamiento de caballería motorizada, ambos líderes fueron abatidos por las fuerzas del orden, sin embargo estos jefes y los demás desertores castrenses tienen la mejor capacitación bélica, y lo han demostrado en sus actividades delictivas y en los enfrentamientos con los militares y federales.
Ante la detención de varios líderes del cártel de los Zetas, el grupo se ha vuelto acéfala, se ha replegado y a dar una reestructuración en sus filas para que vuelva a resurgir con nuevas cabezas, no obstante, ha empezado a surgir el cártel del golfo y empezar a dominar nuevamente Tamaulipas, situación que podría desplazar a su rival debilitado y en cierta medida a obligarlos a desaparecer.
La misma situación de debilitamiento está sucediendo con los Caballeros Templarios en la zona de Michoacán, que ante la detención de “La Tuta” líder del cártel, el CJNG tiene una ventaja sobre el estado, apoderarse y ser el nuevo dominante de la región, acrecentar el poder y expansión del grupo.
Por parte del CJNG, se espera que de señales de sus operaciones y posiblemente una nueva guerra con sus rivales y con el gobierno en caso de intentar nuevas acciones por detener a los cabecillas, esperando también acciones más violentas contra el ejército, la marina y la policía federal al mismo grado que lo sucedido con el helicóptero derribado, a que me refiero, a que el cártel haga uso de artillería contra aeronaves o vehículos terrestres.
Como lo refiere el artículo de Musa al-Garbhi en el portal de noticias Al Jazeera, publicado el 20 de octubre de 2014 con el título: Mexican drug cartels are worse than ISIL, explica que la comparación entre los cárteles mexicanos y el Estado Islámico, resulta que los cárteles han sido más sanguinarios que los terroristas de oriente, el articulista explica que, los asesinatos que ha cometido el hampa contra civiles son de 16 mil en un lapso de 2006 al 2012 y más en 60 mil heridos, además de que los delitos que comente ISIS o mejor dicho el Estado Islámico son los mismos que cometen los cárteles, por ejemplo el asesinato de periodistas, reclutamiento de niños yihadistas y su contraparte niños sicarios, trata de personas, esclavitud, asesinatos de ciudadanos estadounidenses, entre otras atrocidades.
La diferencia es la cantidad y la brutalidad con la que cometen los delitos los propios narcotraficantes y los terroristas, hay que añadir que las políticas de seguridad de los Estados Unidos es la abolición del terrorismo y de sus exponentes, en cambio los que han dado golpes certeros contra la seguridad del país vecino del norte son las familias del crimen organizado, a continuación pongo un fragmento del artículo:
“A recent United Nations report estimated nearly 9,000 civilians have been killed and 17,386 wounded in Iraq in 2014, more than half since ISIL fighters seized large parts on northern Iraq in June. It is likely that the group is responsible another several thousand deaths in Syria. To be sure, these numbers are staggering. But in 2013 drug cartels murdered more than 16,000 people in Mexico alone, and another 60,000 from 2006 to 2012 — a rate of more than one killing every half hour for the last seven years. What is worse, these are estimates from the Mexican government, which is known to deflate the actual death toll by about 50 percent.”
Los hechos acontecidos el primero de mayo, el CJNG colocó barricadas en 19 municipios del estado de Jalisco, además de un enfrentamiento con los elementos del ejército, acción que por cierto derivo en la caída de un aeronave militar, estas acciones son a causa del operativo Jalisco que llevó a cabo el general encargado de la seguridad y de la zona militar de la región de ese estado. El operativo fue con la intención de detener al líder Nemesio Oseguera alias el Mencho, sin embargo, dicho despliegue de seguridad no fue exitoso, ahora varios operativos, tampoco han tenido logros, por ejemplo, el operativo conjunto Michoacán que tenía como objetivo detener a alcaldes de los municipios de Michoacán, culminó de forma aparatosa, ya que las autoridades federales no recabaron pruebas suficientes para llevar ante la justicia a los ediles michoacanos, ya que la autoridad federal sospechaba de que esos políticos tenían fuertes nexos con gente del crimen organizado.
Lo que próximamente puede ocurrir son más enfrentamientos entre el cártel y las autoridades, teniendo resultados delicados, hay que agregar que en esos enfrentamientos se pueda apreciar la utilización de artillería y acciones de corte terrorista contra la sociedad y la autoridad.
Bibliografía consultada.
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“La humillación militar” revista Proceso, No. 2010, Mayo, 2015.
Váldes, Castellanos Guillermo. “El nacimiento de un ejército criminal”, revista Nexos, 1 de septiembre de 2013.
Acerca de Rodrigo Sánchez Granillo
Rodrigo Sánchez Granillo Licenciado en sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco, generación 2009-2013. Consejero editorial y columnista de opinión y de investigación para el periódico electrónico: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] abril 2012 a la fecha, cubriendo los temas: sistema legislativo, partidos políticos, seguridad nacional y pública y gobierno. Ex asesor parlamentario en la Cámara de Senadores 2013. Ex asistente de investigación en materia de seguridad humana, en el departamento de Derecho en UAM, unidad Azcapotzalco 2012-2013. Diplomado en Etnografía Política en 2012 y participación en la cobertura de los cierres de campaña presidenciales en el mismo año, especialmente en la cobertura periodística para tiempouam y al mismo tiempo para el diplomado.
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Publicado por: Rodrigo Sánchez Granillo 19 horas ago
El pasado primero de mayo, el grupo criminal Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) puso en crisis de seguridad a 19 municipios de Jalisco, además de derribar un helicóptero del ejército mexicano y poner barricadas incendiarias.
Fuente Revista Proceso
La creación del Cártel de Jalisco Nueva Generación nace ante la invasión del cártel de Los Zetas en el estado de Michoacán, Jalisco y Veracruz, sin embargo, es en los estados de Jalisco y Michoacán en los cuales son estratégicos para ciertas organizaciones criminales que predominan en esa región y por la rapidez de acabar con los adversarios y la operación de Los Zetas en la cuestión del tráfico de drogas y sus demás delitos. Además se crea ante la detención y fragmentación del cártel de los Valencia, oriundos del estado de Michoacán y que tenían preponderancia en ese estado, que a la postre con la reestructuración del cártel de Sinaloa, el cártel de Jalisco se convierte en el brazo armado del grupo de Sinaloa.
En diversos videos subidos a las redes sociales, el cártel difundió su creación y plantear su objetivo, desterrar a Los Zetas del territorio Jalisciense, a pesar de su presentación como un grupo de salvación y con apariencia paramilitar o guerrillera, refrenda que sus actividades delictivas no van a dañar a la población civil y que tampoco sus actividades y objetivos van contra el gobierno en cualquiera de sus tres niveles, sin embargo, la realidad es distinta, ya que con los hechos perpetrados el primero de mayo, demostraron que con el terror se somete a la sociedad y pone en jaque la actuación de las autoridades.
Al paso del tiempo desde su creación, el cártel de Jalisco no ha tenido una actividad delictiva que llenen las primeras planas de los diarios nacionales y locales, al contrario sus actividades han sido de bajo perfil y sin dar a conocer a sus principales líderes o cabecillas, de lo que sí se sabe es que parte de las cabecillas de la organización son Nemesio Oseguera Cervantes alias “El Mencho” y un grupo de hermanos apodados como “Los Cuinis”, antes de encabezar dicho cártel, se sabe por datos del gobierno federal que en su momento pertenecieron al cártel de los Valencia o también conocidos como cártel del Milenio, que dominaban el estado de Michoacán.
En los videos que subieron a las plataformas digitales, el CJNG se muestra como un grupo paramilitar o guerrillero y fuertemente armado, comparado al de Los Zetas tienen una estructura similar y con gran poder de fuego, que la demostración fue el derribar un helicóptero artillado del Ejército Mexicano con tropa de élite a bordo, con esto podemos decir que tienen la misma estructura que sus antagónicos, la diferencia es que éste cártel ha ido más lejos al agredir con artillería a los castrenses.
Fuente Sin embargo.com
Si hacemos la otra comparación el cártel de Los Zetas tiene una organización estructurada por desertores de las diversas agrupaciones de las fuerzas armadas de México, de la policía federal, local, municipal y hasta ministerial. Sus actividades violentas se desarrollan bajo la lógica de una guerra asimétrica o guerra de guerrillas; fundada la organización por ordenes de Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo, nace ante la necesidad del capo de tener una guardia o grupo de escoltas fuertemente armados y entrenados, con el fin de ser protegido y al ser atacado desplegaran una fuerza lo más eficaz y sanguinaria posible, sin embargo, la organización desplazó a los demás grupos de sicarios que los jefes de plaza del cártel del Golfo dominaba en el estado de Tamaulipas y estaban a cargo del trabajo sucio del grupo. El líder y fundador de Los Zetas fue un ex militar de un agrupamiento de elite del Ejército Mexicano del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), su segundo al mando del grupo fue un ex militar del agrupamiento de caballería motorizada, ambos líderes fueron abatidos por las fuerzas del orden, sin embargo estos jefes y los demás desertores castrenses tienen la mejor capacitación bélica, y lo han demostrado en sus actividades delictivas y en los enfrentamientos con los militares y federales.
Ante la detención de varios líderes del cártel de los Zetas, el grupo se ha vuelto acéfala, se ha replegado y a dar una reestructuración en sus filas para que vuelva a resurgir con nuevas cabezas, no obstante, ha empezado a surgir el cártel del golfo y empezar a dominar nuevamente Tamaulipas, situación que podría desplazar a su rival debilitado y en cierta medida a obligarlos a desaparecer.
La misma situación de debilitamiento está sucediendo con los Caballeros Templarios en la zona de Michoacán, que ante la detención de “La Tuta” líder del cártel, el CJNG tiene una ventaja sobre el estado, apoderarse y ser el nuevo dominante de la región, acrecentar el poder y expansión del grupo.
Por parte del CJNG, se espera que de señales de sus operaciones y posiblemente una nueva guerra con sus rivales y con el gobierno en caso de intentar nuevas acciones por detener a los cabecillas, esperando también acciones más violentas contra el ejército, la marina y la policía federal al mismo grado que lo sucedido con el helicóptero derribado, a que me refiero, a que el cártel haga uso de artillería contra aeronaves o vehículos terrestres.
Como lo refiere el artículo de Musa al-Garbhi en el portal de noticias Al Jazeera, publicado el 20 de octubre de 2014 con el título: Mexican drug cartels are worse than ISIL, explica que la comparación entre los cárteles mexicanos y el Estado Islámico, resulta que los cárteles han sido más sanguinarios que los terroristas de oriente, el articulista explica que, los asesinatos que ha cometido el hampa contra civiles son de 16 mil en un lapso de 2006 al 2012 y más en 60 mil heridos, además de que los delitos que comente ISIS o mejor dicho el Estado Islámico son los mismos que cometen los cárteles, por ejemplo el asesinato de periodistas, reclutamiento de niños yihadistas y su contraparte niños sicarios, trata de personas, esclavitud, asesinatos de ciudadanos estadounidenses, entre otras atrocidades.
La diferencia es la cantidad y la brutalidad con la que cometen los delitos los propios narcotraficantes y los terroristas, hay que añadir que las políticas de seguridad de los Estados Unidos es la abolición del terrorismo y de sus exponentes, en cambio los que han dado golpes certeros contra la seguridad del país vecino del norte son las familias del crimen organizado, a continuación pongo un fragmento del artículo:
“A recent United Nations report estimated nearly 9,000 civilians have been killed and 17,386 wounded in Iraq in 2014, more than half since ISIL fighters seized large parts on northern Iraq in June. It is likely that the group is responsible another several thousand deaths in Syria. To be sure, these numbers are staggering. But in 2013 drug cartels murdered more than 16,000 people in Mexico alone, and another 60,000 from 2006 to 2012 — a rate of more than one killing every half hour for the last seven years. What is worse, these are estimates from the Mexican government, which is known to deflate the actual death toll by about 50 percent.”
Los hechos acontecidos el primero de mayo, el CJNG colocó barricadas en 19 municipios del estado de Jalisco, además de un enfrentamiento con los elementos del ejército, acción que por cierto derivo en la caída de un aeronave militar, estas acciones son a causa del operativo Jalisco que llevó a cabo el general encargado de la seguridad y de la zona militar de la región de ese estado. El operativo fue con la intención de detener al líder Nemesio Oseguera alias el Mencho, sin embargo, dicho despliegue de seguridad no fue exitoso, ahora varios operativos, tampoco han tenido logros, por ejemplo, el operativo conjunto Michoacán que tenía como objetivo detener a alcaldes de los municipios de Michoacán, culminó de forma aparatosa, ya que las autoridades federales no recabaron pruebas suficientes para llevar ante la justicia a los ediles michoacanos, ya que la autoridad federal sospechaba de que esos políticos tenían fuertes nexos con gente del crimen organizado.
Lo que próximamente puede ocurrir son más enfrentamientos entre el cártel y las autoridades, teniendo resultados delicados, hay que agregar que en esos enfrentamientos se pueda apreciar la utilización de artillería y acciones de corte terrorista contra la sociedad y la autoridad.
Bibliografía consultada.
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“La humillación militar” revista Proceso, No. 2010, Mayo, 2015.
Váldes, Castellanos Guillermo. “El nacimiento de un ejército criminal”, revista Nexos, 1 de septiembre de 2013.
Acerca de Rodrigo Sánchez Granillo
Rodrigo Sánchez Granillo Licenciado en sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco, generación 2009-2013. Consejero editorial y columnista de opinión y de investigación para el periódico electrónico: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] abril 2012 a la fecha, cubriendo los temas: sistema legislativo, partidos políticos, seguridad nacional y pública y gobierno. Ex asesor parlamentario en la Cámara de Senadores 2013. Ex asistente de investigación en materia de seguridad humana, en el departamento de Derecho en UAM, unidad Azcapotzalco 2012-2013. Diplomado en Etnografía Política en 2012 y participación en la cobertura de los cierres de campaña presidenciales en el mismo año, especialmente en la cobertura periodística para tiempouam y al mismo tiempo para el diplomado.
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lilian- Moderador Global
Sinembargo
“México se ha convertido en una trampa mortal para los inmigrantes”: AI; exige investigar ataques
junio 17, 2015
Foto: EFE
El viernes, hombres con pistolas, escopetas y machetes atacaron a un grupo de unos cien inmigrantes centroamericanos que viajaban en un tren de mercancías cerca de la localidad de Las Choapas. Foto: EFE
Londres, 18 jun (EFE).- La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) pidió hoy a las autoridades de México que investiguen el “escandaloso aumento” de los ataques contra inmigrantes indocumentados por parte de bandas organizadas.
Según AI, cerca de 220 inmigrantes que se dirigían hacia la frontera con Estados Unidos, entre ellos diversos menores, fueron atacados por grupos armados en dos incidentes separados en las últimas semanas que dejaron “diversos muertos”, si bien la cifra está todavía por determinar.
“México se ha convertido en una trampa mortal para los inmigrantes, en la que bandas criminales acechan en cada esquina para tratar de atacarles por unos cuantos dólares”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de la organización.
“Muchos inmigrantes han muerto y desaparecido cuando trataban de llegar a Estados Unidos en los últimos años. La cuestión es cuántas vidas más tendrán que perderse antes de que las autoridades despierten y tomen medidas”, afirmó Guevara-Rosas en un comunicado emitido desde la sede en Londres de la organización.
El viernes, hombres con pistolas, escopetas y machetes atacaron a un grupo de unos cien inmigrantes centroamericanos que viajaban en un tren de mercancías cerca de la localidad de Las Choapas, en el sur del país.
El grupo armado les pidió dinero antes de atacarles, según Amnistía Internacional, que aseguró que “tan solo 44 personas, incluidos cinco niños, pudieron escapar y llegar al pueblo”.
En otro incidente, el 2 de junio, hombres vestidos con uniformes militares atacaron a otro grupo de 120 inmigrantes centroamericanos en el estado de Sonora, al norte del país.
Según los testimonios recogidos por Amnistía, los hombres se acercaron al grupo y “dispararon de forma indiscriminada”.
“Al menos trece de ellos escaparon del ataque”, informó la organización humanitaria, que alerta de que decenas de inmigrantes involucrados en ambos incidentes continúan desaparecidos, lo que “hace temer por su vida y su seguridad”.
Las investigaciones oficiales “no han aportado detalles sobre los responsables” ni sobre “el destino de los supervivientes”, muchos de los cuales “están todavía perdidos en el desierto o pueden haber sido raptados por bandas criminales”, advirtió AI. EFE
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junio 17, 2015
Foto: EFE
El viernes, hombres con pistolas, escopetas y machetes atacaron a un grupo de unos cien inmigrantes centroamericanos que viajaban en un tren de mercancías cerca de la localidad de Las Choapas. Foto: EFE
Londres, 18 jun (EFE).- La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) pidió hoy a las autoridades de México que investiguen el “escandaloso aumento” de los ataques contra inmigrantes indocumentados por parte de bandas organizadas.
Según AI, cerca de 220 inmigrantes que se dirigían hacia la frontera con Estados Unidos, entre ellos diversos menores, fueron atacados por grupos armados en dos incidentes separados en las últimas semanas que dejaron “diversos muertos”, si bien la cifra está todavía por determinar.
“México se ha convertido en una trampa mortal para los inmigrantes, en la que bandas criminales acechan en cada esquina para tratar de atacarles por unos cuantos dólares”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de la organización.
“Muchos inmigrantes han muerto y desaparecido cuando trataban de llegar a Estados Unidos en los últimos años. La cuestión es cuántas vidas más tendrán que perderse antes de que las autoridades despierten y tomen medidas”, afirmó Guevara-Rosas en un comunicado emitido desde la sede en Londres de la organización.
El viernes, hombres con pistolas, escopetas y machetes atacaron a un grupo de unos cien inmigrantes centroamericanos que viajaban en un tren de mercancías cerca de la localidad de Las Choapas, en el sur del país.
El grupo armado les pidió dinero antes de atacarles, según Amnistía Internacional, que aseguró que “tan solo 44 personas, incluidos cinco niños, pudieron escapar y llegar al pueblo”.
En otro incidente, el 2 de junio, hombres vestidos con uniformes militares atacaron a otro grupo de 120 inmigrantes centroamericanos en el estado de Sonora, al norte del país.
Según los testimonios recogidos por Amnistía, los hombres se acercaron al grupo y “dispararon de forma indiscriminada”.
“Al menos trece de ellos escaparon del ataque”, informó la organización humanitaria, que alerta de que decenas de inmigrantes involucrados en ambos incidentes continúan desaparecidos, lo que “hace temer por su vida y su seguridad”.
Las investigaciones oficiales “no han aportado detalles sobre los responsables” ni sobre “el destino de los supervivientes”, muchos de los cuales “están todavía perdidos en el desierto o pueden haber sido raptados por bandas criminales”, advirtió AI. EFE
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