Nueva Delhi busca soluciones para desprenderse de su basura y hedores

Estimados colegas para su conocimiento:

Tratar la ingente cantidad de desperdicios, las aguas contaminadas o los malos olores es todavía uno de los grandes desafíos de Nueva Delhi, donde las autoridades intentan aplicar nuevos sistemas de eliminación de desperdicios.

En la metrópolis india, más de 100.000 personas se dedican a diario a recoger unas 7.500 toneladas de basura, la mayoría de ellos pobladores con pocos recursos y escasa formación que viven en condiciones de vida precaria.

Pero su labor, realizada según conocimientos tradicionales, dista mucho de ser suficiente, y en la gran mayoría de los barrios delhíes es habitual la presencia de basuras, aguas contaminadas, malos olores, y, en general, unas condiciones sanitarias deficientes.

"La ciudad, salvo algunos barrios ricos, está sucia. Los gobiernos municipales deben cuidar todos los lugares por igual, debe existir un equilibrio entre las diferentes zonas de la ciudad", dijo a Efe Royender Lal, empleado doméstico en un barrio adinerado.

En los últimos años, las autoridades de la capital india se han impuesto el objetivo de privatizar la recogida de basuras para, según señaló el departamento de salud capitalino, "proveer a la población de un espacio limpio, higiénico y sin enfermedades".

Ese intento se basa en la construcción de fábricas de generación de energía a través de la incineración de basura, con plantas como Timparpur-Okhla o Gazipur, situadas junto a basureros en los que se concentran las principales comunidades de recolectores de basura.

"Durante los últimos años el Gobierno se ha centrado en el sector privado. Busca generar energía a través de la quema de basura y así matar dos pájaros de un tiro", explicó a Efe Seth Schindler, activista estadounidense de la ONG india Chindal.

Para Schindler, sin embargo, ese intento esconde graves prejuicios para el medioambiente, porque lo recogedores manuales, al revés que las plantas energéticas, priorizan el reciclaje sobre la quema de desechos y así recibir más dinero por su tarea.

Chindal trata de buscar mejoras medioambientales en las ciudades, además de intentar aplicar las condiciones laborales de los recolectores de basura, en situación problemática porque estas empresas se proveerán de los basureros donde antes acudían.

"Aquí vivimos unas 700-800 personas y en cuanto la planta (de generación de energía) empiece a funcionar, esta gente morirá de hambre, va a estar en una situación muy mala", afirmó a Efe Dipankar, recolector de basura en Okhla, al sur de Nueva Delhi.

Según datos manejados por Chindal, los recolectores de basura de Nueva Delhi fueron los primeros en iniciar el reciclaje de materiales, algo que supuso reducir la emisión a la atmósfera de 962.133 toneladas de gases invernaderos.

Y, afirman sus responsables, los nuevos sistemas tendrán un coste medioambiental: el sector informal recogía y reciclaba entre el 50% y un 60% de la basura que genera la ciudad, mientras que las compañías privadas sólo reciclan el 20% de la basura que recogen.

Las metrópolis indias están experimentado un rápido crecimiento en las últimas décadas, lo que ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades locales a la hora de intentar procesar la enorme cantidad de desperdicios que se generan.

En Nueva Delhi, en particular, las evidentes insuficiencias de la actividad de recogida contrasta con los intentos de sus autoridades por vender la ciudad al exterior como una "capital verde", en vista de la extensa superficie arbolada con la que cuenta la ciudad.

La tarea de recogida de basura ha seguido hasta ahora una estructura gremial y casi de casta, algo común en un país donde muchos trabajos están relacionados con la lengua que se habla, la religión o la casta.

Por eso, para muchos de estos trabajadores, seguir reciclando basura resulta mucho más sencillo que pensar en un reciclaje profesional.

"¿Por qué no trabajo en una fábrica? Porque dicen que los recogedores de basura somos ladrones y no nos dan trabajo. Además tampoco sé hacer nada para poder trabajar en una", dijo a Efe Bisbas Kumar, un recolector de vidrio que gana menos de 2,3 euros al día.

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