Sexto sentido animal, superior a las tecnologías para prevenir el peligro

Sexto sentido animal, superior a las tecnologías para prevenir el peligro

 
Mario D. Camarillo Cortés | Mundo | Fecha: 2015-05-17 | Hora de creación: 21:39:41 | Ultima modificación: 21:39:41




A pesar del avance de la tecnología, con equipos de última generación que pueden detectar el arribo de terremotos en unos 60 segundos, así como la velocidad con la que se acercan tornados a poblaciones e incluso predecir erupciones volcánicas después de semanas de estudio, estas medidas desarrolladas por el hombre no son comparables con el sexto sentido de las distintas especies animales, que con días de anticipación, al presentir las amenazas naturales, suelen ponerse a salvo y librar el peligro, acciones que científicos aún investigan y no han logrado descifrar para poder aplicarlas en objetivos de prevención en zonas de riesgo.
Desde que el sismógrafo o detector de terremotos fue inventado en 1842 por el físico francés James David Forbes, muchos cambios con lo último de la tecnología han buscado su perfeccionamiento, con el objetivo de anticipar las llegadas de movimientos de tierra, aunque esto sea solo por decenas de segundos.
Así como existen programas de detección de sismos, también hay para captar avalanchas, huracanes, tsunamis, tornados y erupciones volcánicas, echando mano de observaciones con satélites, sismógrafos, explosiones solares, cambios electromagnéticos de la atmósfera, entre otros.
A pesar de todos los avances que la ciencia ha aportado para prevenir tragedias por causa de fenómenos naturales, el sexto sentido de los animales supera en mucho a las medidas preventivas humanas.
De acuerdo con el geólogo cuántico japonés, Motoji Ikeya, de las Universidades de Stuttgart y Osaka, y uno de los investigadores más reconocidos sobre terremotos, los animales suelen detectar con tiempo un sismo u otro fenómeno natural al percibir el campo geomagnético de la Tierra, percibiendo cualquier cambio en forma inmediata. Esta capacidad sensorial les permite seguir sus rutas de navegación y migración desde su nacimiento y ponerse a salvo ante cualquier peligro derivado de fenómenos naturales.
TRAGEDIAS. De acuerdo con crónicas antiguas, el historiador griego Diodoro registró en sus escritos un éxodo masivo de ratas, víboras, comadrejas, perros y lombrices en la ciudad de Hélice, dos días antes del terremoto que destruyó la región en el año 383 a.C.
Bitácoras recuperadas de barcos que estaban cerca de las costas indonesias, hace 132 años, el 27 de agosto de 1883, reportaron la que es considerada la erupción volcánica más devastadora de todos los tiempos, la del Krakatoa (pequeña isla al este de Java), cuyo estallido arrasó con 163 pueblos y mató a más de 36 mil personas. Relatos de tripulantes de esas embarcaciones que aseguran enfrentaron olas de más de 20 metros de altura, narraron que días antes de la erupción observaron en el mar decenas de animales mamíferos nadando en grupos y aves que se alejaban de las islas Lang, Panjang y Verlaten. Asimismo, grupos de delfines saltaban en grupos y se alejaban de esa parte del océano. Cuarenta y ocho horas después del estallido, en el mar flotaban cadáveres de personas, pero ninguno de animales. Incluso pescadores sobrevivientes señalaron que sus redes días antes de la tragedia estaban vacías, pues parecía que los peces habían desaparecido.
En 1902. En la isla francesa de Martinica en 1902, los animales llegaron a la playa y se lanzaron al agua mar adentro para salvarse. Entre el 2 y 8 de mayo se registró una erupción del volcán “Pelé”, que prácticamente destruyó la ciudad de St. Pierre, lo que dejó 30 mil fallecidos. La mayoría de los animales fueron encontrados a salvo en islas cercanas.
El 25 de junio de 1966, habitantes de Parkfield, California, alertaron a la policía sobre una invasión de víboras de cascabel en calles y viviendas. Asimismo, perros aullaron de manera incesante varios días y no dejaban de ladrar a sus dueños. La respuesta llegó el 27 de junio, cuando la región fue sacudida por un terremoto.
En 1971, el 8 de febrero, decenas de patrullas de San Fernando, California, recorrieron las calles de la ciudad al recibir denuncias de perros ladrando y aullando sin cesar por varias horas, así como la aparición de decenas de roedores que corrían por banquetas y avenidas. El 8 de febrero de ese año, un sismo cimbró la ciudad desatando el pánico.
INÉDITO. Un hecho hasta ahora inédito que permitió salvar miles de vidas horas antes de un terremoto fue lo ocurrido en China, luego de que la prensa reportó el 3 de febrero de 1975 avisos de alerta para desalojar a los habitantes de la ciudad de Haicheng, en el noreste del país, ante el “posible” arribo de un sismo.
La advertencia se emitió luego de que se reportara, en pleno invierno, la presencia de serpientes emergiendo de su hibernación y avanzar hacia otras zonas, atravesando calles de la ciudad, pese a lo bajo de las temperaturas. Asimismo, gatos, perros, cabras y caballos abandonaron hogares de sus dueños con muchas horas antes de los lugareños. El 4 de febrero un terremoto de 7.3 grados Richter azotó la ciudad, devastándola, pero sin víctimas.
En 1944 en Friburgo de Brisgovia, Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial, residentes de un asilo de ancianos fueron presa de una gran excitación, luego de que patos en el estanque del lugar no dejaban de graznar inquietos. Temiendo que fuera algún tipo de presagio, los ancianos bajaron al refugio antiaéreo. Apenas lo hicieron empezaron a escuchar las sirenas y poco después estallaron las primeras bombas. Hubo más de tres mil muertos. Una bomba destruyó la residencia, los ancianos se salvaron y los patos que los alertaron estaban muertos.
En 1999, el 22 de febrero, decenas de pequeños antílopes huyeron de las montañas hacia los valles, en la zona de Tirol, Austria. El día 23 una avalancha arrasó con la aldea de Galtur, lo que dejó 31 muertos.
En 2004, el 26 de diciembre, elefantes que transportaban turistas de la playa de Lak comenzaron a emitir un sonido desesperado, a los pocos minutos iniciaron una angustiosa carrera rumbo a las colinas. Horas más tarde se registró un terremoto y posterior tsunami que no alcanzó la colina donde se habían refugiado los paquidermos y sus pasajeros.
En abril de 2014, unos 80 tornados golpearon el centro y sur de Estados Unidos, lo que cobró 35 vidas, esto, a pesar de que los servicios meteorológicos y las autoridades alertaron cuando comenzaban a surgir estos fenómenos. Mientras personal de auxilio ponía en alerta a la población, miles de aves, entre ellas la especie chipe de alas doradas, ya había abandonado con varios días de anticipación las zonas que serían devastadas, según reportes de grupos medioambientalistas y de conservación de la fauna silvestre.
SISTEMA. En China, especialistas han observado en zoológicos que días antes de un temblor u otro fenómeno natural, los mamíferos no entran en sus corrales, los reptiles salen de sus escondrijos en las rocas o buscan ocultarse en lagunas, los osos pandas gritan y se sujetan la cabeza cuando perciben alguna inusual variación ambiental y las aves vuelan en círculos en sus jaulas en busca de salida.
A partir de estos comportamientos los zoólogos de la Universidad de Pekín desarrollaron un sistema de alarma sustentado en la observación intensa de los animales y que parece ser eficaz para prevenir catástrofes. Gobiernos de países del sudeste asiático se han sumado para crear un sistema de alerta temprana de terremotos y tsunamis en la que utilizarán tanto la última tecnología disponible, como el primitivo sistema de alerta de los animales.

http://www.cronica.com.mx/notas/2015/898940.html