Ignacio Ramonet: “América Latina le está indicando el camino a Europa”
MUNDOALERTA . LAS NOTICIAS MAS DESTACADAS DEL MUNDO :: NOTICIAS DESTACADAS DEL MUNDO ACTUAL :: NOTICIAS DESTACADAS DEL MUNDO ACTUAL II - Guerras, Política, Militarísmo, Economía, Salud
Página 1 de 1.
Ignacio Ramonet: “América Latina le está indicando el camino a Europa”
Ignacio Ramonet: “América Latina le está indicando el camino a Europa”
Ignacio Ramonet es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos
tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo,
especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación,
sagaz periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por
extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión
necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con
él sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos
sociales, Europa y el porvenir.
¿Asistimos a un renacimiento de los movimientos de protesta ciudadana?
Desde que estalló la actual crisis financiero-económica, en 2008,
estamos asistiendo a una multiplicación de los movimientos de protesta
ciudadana. En primer lugar, en los países más afectados (Irlanda,
Grecia, Portugal, España), los ciudadanos –cívicamente– apostaron por
apoyar, con sus votos, a la oposición, pensando que esta aportaría un
cambio de política tendente a menos austeridad y menos ajuste. Pero
cuando todos estos países cambiaron de Gobierno, pasando de la izquierda
o centro-izquierda a la derecha o centro-derecha, la estupefacción fue
completa, ya que los nuevos Gobiernos conservadores radicalizaron aún
más las políticas restrictivas y exigieron más sacrificios, más sangre y
más lágrimas a los ciudadanos.
Ahí es cuando empiezan las protestas. Sobre todo porque los
ciudadanos tienen ante sus ojos los ejemplos de dos protestas con éxito:
la del pueblo unido en Islandia y la de los contestatarios que tumban
las dictaduras en Túnez y Egipto. Además, destaca el hecho de que las
redes sociales están facilitando formas de la organización espontánea de
las masas sin necesidad de líder, de organización política, ni de
programa. Todo está listo entonces para que surjan, en mayo de 2011, los
indignados españoles, y que su ejemplo se imite de un modo u otro en
toda la Europa del sur.
¿Por qué los partidos políticos de la izquierda son mal comprendidos por estos movimientos?
Porque lo que los medios califican de “partidos políticos de la
izquierda” tienen, en opinión de esos movimientos y de las mayorías
exasperadas, muy poco de izquierda. No hay que olvidar, además, que
estos partidos están comprometidos con esta misma política conservadora
que ellos fueron los primeros en aplicar, sin anestesia. Recuérdese lo
que ocurrió en España cuando, de pronto, en mayo de 2011, Rodríguez
Zapatero, sin avisar ni explicar, decidió aplicar un brutal plan de
ajuste ultraliberal que era exactamente lo contrario del ADN del
socialismo.
¿Cuál fue el pecado original de Mayo del 68? ¿Son los
movimientos de hoy hijos tardíos del 68? ¿Cree que pueden realmente
construir contrapoder político, alternativa real de Gobierno, o son más
bien movimientos emocionales?
No se pueden comparar las dos épocas. Mayo del 68 era una crisis
contra un país en expansión (nacimiento de la sociedad de consumo,
crecimiento alto, pleno empleo), que seguía siendo profundamente
conservador y hasta arcaico en materia de costumbres. Hoy sabemos que
fue menos una crisis política que una crisis cultural. El movimiento del
15M, sin embargo, es el reflejo del derrumbe general de todas las
instituciones (Corona, justicia, Gobierno, oposición, Iglesia,
autonomías…).
En ese sentido, es lo más positivo que ha ocurrido en la política
española desde el final del franquismo. Lo más fresco e innovador.
Aunque no se ha traducido en movimiento político con perspectivas de
conquistar el poder, revela un sentimiento profundo de hartura de la
sociedad española golpeada por la crisis y por las brutales medidas de
austeridad del Gobierno de Mariano Rajoy.
Se podría decir que los movimientos de protesta son una buena noticia
ya que demuestran que las sociedades europeas, y en particular su
juventud tan castigada por la crisis social, está expresando su
descontento general hacia la situación que se está viviendo y hacia el
tipo de solución neoliberal que los Gobiernos y la Unión Europea están
aplicando contra la crisis. Es más, estos movimientos rechazan la
adopción de medidas de austeridad extremadamente serias, de ajuste
económico, en una Europa del sur donde más del 20% de los jóvenes
menores de treinta años se encuentra en paro. Curiosamente, esta
juventud se expresa de una manera pacífica, no violenta, inspirándose en
varios movimientos generales.
¿Qué otros efectos está produciendo esta crisis en Europa?
La crisis se está traduciendo también en un aumento del miedo y del
resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre.
Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser
la pérdida del empleo, los choques tecnológicos, las biotecnologías,
las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada. Todo ello es un
desafío para las democracias, porque ese “terror difuso” se transforma a
veces en odio y repudio. En varios países europeos, ese odio se dirige
hoy contra el extranjero, el inmigrante, el diferente, los otros
(musulmanes, gitanos, subsaharianos, sin papeles…) y crecen los partidos
xenófobos, racistas y de extrema derecha.
¿Son los movimientos sociales y políticos actuales,
culminando en el 15M, capaces superar a los partidos políticos
tradicionales de la izquierda?
No sabemos hacer política sin partidos políticos. Lo que reclaman los
contestatarios, los indignados en casi toda Europa del sur, es cambiar
las reglas del juego: desmontar el truco. Nuevas reglas supondrían, por
ejemplo en España, una nueva Constitución como reclama un número cada
vez mayor de ciudadanos. Una Constitución que dé más poder a los
ciudadanos, que garantice más justicia social y que sancione a los
responsables del actual naufragio.
Un naufragio que no puede sorprender a nadie. El escándalo de las
hipotecas basura era sabido por todos. Igual que el exceso de liquidez
orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de
la vivienda. Nadie se inmutaba, porque el crimen beneficiaba a muchos. Y
se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban
todo. En la historia larga de la economía, el Estado ha sido siempre un
actor central. Solo desde hace treinta años –o sea, nada en una historia
de siglos–, el mercado ha querido expulsar al Estado del campo de la
economía.
Hay que volver al sentido común, a un keynesianismo razonable: tanto
Estado como sea necesario y tanto mercado como sea indispensable. La
prueba evidente del fracaso del sistema neoliberal actual son los
ajustes y rescates que demuestran que los mercados no son capaces de
regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad.
Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los
beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace ahora pagar a los
pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les
amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, ¡con empobrecerlos aún más!
¿Se producirá un incendio social? No es imposible.
Las repercusiones sociales del cataclismo económico son de una
brutalidad inédita: 23 millones de parados en la Unión Europea y más de
80 millones de pobres. Los jóvenes aparecen como las víctimas
principales. Por eso, de Madrid a Londres y Atenas, de Nicosia a Roma,
una ola de indignación levanta a la juventud. Añádase, además, que en la
actualidad, las clases medias también están asustadas porque el modelo
neoliberal de crecimiento las está abandonando al borde del camino. En
España, una parte se unió a los jóvenes para rechazar el integrismo
ultraliberal de la Unión Europea y del Gobierno. “No nos representan”,
dijeron todos los indignados.
¿Cómo ve Europa y el proyecto común europeo dominado, estos años, por Alemania y su política de austeridad?
El curso de la globalización parece como suspendido. Se habla cada
vez más de desglobalización, de descrecimiento. El péndulo había ido
demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora podría ir en la
dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la política y el
mundo. Todas las sociedades del sur de Europa se han vuelto furiosamente
anti alemanas puesto que Alemania, sin que nadie le haya otorgado ese
derecho, se ha erigido en jefe –autoproclamado – de la Unión Europea
enarbolando un programa de sadismo económico. Europa es ahora, para
millones de ciudadanos, sinónimo de castigo y sufrimiento: una utopía
negativa.
¿Hay alternativas frente al abandono del campo de batalla de la socialdemocracia tradicional?
La socialdemocracia ha fracasado porque ella misma ha participado en
la liquidación del Estado de bienestar, que era su principal conquista y
su gran seña de identidad. De ahí el desarraigo de muchos ciudadanos
que pasan de la política absteniéndose, limitándose a protestar o
votando por Beppe Grillo (que es una manera de preferir un payaso
auténtico en lugar de sus hipócritas copias). Otros han decidido votar a
la extrema derecha, que sube espectacularmente en todas partes, o en
menor grado, optar por la izquierda de la izquierda que encarna hoy el
único discurso progresista audible.
Así estaban también en América Latina hace poco más de un decenio,
cuando las protestas derrocaban Gobiernos democráticamente elegidos (en
Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú…), que aplicaban con saña los ajustes
dictados por el FMI. Hasta que los movimientos sociales de protesta
convergieron con una generación de nuevos líderes políticos (Chávez,
Morales, Correa, Kirchner, Lula, Lugo…) que canalizaron la poderosa
energía transformadora y la condujeron a votar en las urnas programas de
refundación política (constituyente), de reconquista económica
(nacionalizaciones, keynesianismo) y de regeneración social. En ese
sentido, se observa cómo a una Europa desorientada y grogui, América
Latina le está indicando el camino.
El Diario
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Viernes, abril 19, 2013, 11:00
- Autores
- 4 comentarios
Ignacio Ramonet es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos
tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo,
especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación,
sagaz periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por
extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión
necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con
él sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos
sociales, Europa y el porvenir.
¿Asistimos a un renacimiento de los movimientos de protesta ciudadana?
Desde que estalló la actual crisis financiero-económica, en 2008,
estamos asistiendo a una multiplicación de los movimientos de protesta
ciudadana. En primer lugar, en los países más afectados (Irlanda,
Grecia, Portugal, España), los ciudadanos –cívicamente– apostaron por
apoyar, con sus votos, a la oposición, pensando que esta aportaría un
cambio de política tendente a menos austeridad y menos ajuste. Pero
cuando todos estos países cambiaron de Gobierno, pasando de la izquierda
o centro-izquierda a la derecha o centro-derecha, la estupefacción fue
completa, ya que los nuevos Gobiernos conservadores radicalizaron aún
más las políticas restrictivas y exigieron más sacrificios, más sangre y
más lágrimas a los ciudadanos.
Ahí es cuando empiezan las protestas. Sobre todo porque los
ciudadanos tienen ante sus ojos los ejemplos de dos protestas con éxito:
la del pueblo unido en Islandia y la de los contestatarios que tumban
las dictaduras en Túnez y Egipto. Además, destaca el hecho de que las
redes sociales están facilitando formas de la organización espontánea de
las masas sin necesidad de líder, de organización política, ni de
programa. Todo está listo entonces para que surjan, en mayo de 2011, los
indignados españoles, y que su ejemplo se imite de un modo u otro en
toda la Europa del sur.
¿Por qué los partidos políticos de la izquierda son mal comprendidos por estos movimientos?
Porque lo que los medios califican de “partidos políticos de la
izquierda” tienen, en opinión de esos movimientos y de las mayorías
exasperadas, muy poco de izquierda. No hay que olvidar, además, que
estos partidos están comprometidos con esta misma política conservadora
que ellos fueron los primeros en aplicar, sin anestesia. Recuérdese lo
que ocurrió en España cuando, de pronto, en mayo de 2011, Rodríguez
Zapatero, sin avisar ni explicar, decidió aplicar un brutal plan de
ajuste ultraliberal que era exactamente lo contrario del ADN del
socialismo.
¿Cuál fue el pecado original de Mayo del 68? ¿Son los
movimientos de hoy hijos tardíos del 68? ¿Cree que pueden realmente
construir contrapoder político, alternativa real de Gobierno, o son más
bien movimientos emocionales?
No se pueden comparar las dos épocas. Mayo del 68 era una crisis
contra un país en expansión (nacimiento de la sociedad de consumo,
crecimiento alto, pleno empleo), que seguía siendo profundamente
conservador y hasta arcaico en materia de costumbres. Hoy sabemos que
fue menos una crisis política que una crisis cultural. El movimiento del
15M, sin embargo, es el reflejo del derrumbe general de todas las
instituciones (Corona, justicia, Gobierno, oposición, Iglesia,
autonomías…).
En ese sentido, es lo más positivo que ha ocurrido en la política
española desde el final del franquismo. Lo más fresco e innovador.
Aunque no se ha traducido en movimiento político con perspectivas de
conquistar el poder, revela un sentimiento profundo de hartura de la
sociedad española golpeada por la crisis y por las brutales medidas de
austeridad del Gobierno de Mariano Rajoy.
Se podría decir que los movimientos de protesta son una buena noticia
ya que demuestran que las sociedades europeas, y en particular su
juventud tan castigada por la crisis social, está expresando su
descontento general hacia la situación que se está viviendo y hacia el
tipo de solución neoliberal que los Gobiernos y la Unión Europea están
aplicando contra la crisis. Es más, estos movimientos rechazan la
adopción de medidas de austeridad extremadamente serias, de ajuste
económico, en una Europa del sur donde más del 20% de los jóvenes
menores de treinta años se encuentra en paro. Curiosamente, esta
juventud se expresa de una manera pacífica, no violenta, inspirándose en
varios movimientos generales.
¿Qué otros efectos está produciendo esta crisis en Europa?
La crisis se está traduciendo también en un aumento del miedo y del
resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre.
Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser
la pérdida del empleo, los choques tecnológicos, las biotecnologías,
las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada. Todo ello es un
desafío para las democracias, porque ese “terror difuso” se transforma a
veces en odio y repudio. En varios países europeos, ese odio se dirige
hoy contra el extranjero, el inmigrante, el diferente, los otros
(musulmanes, gitanos, subsaharianos, sin papeles…) y crecen los partidos
xenófobos, racistas y de extrema derecha.
¿Son los movimientos sociales y políticos actuales,
culminando en el 15M, capaces superar a los partidos políticos
tradicionales de la izquierda?
No sabemos hacer política sin partidos políticos. Lo que reclaman los
contestatarios, los indignados en casi toda Europa del sur, es cambiar
las reglas del juego: desmontar el truco. Nuevas reglas supondrían, por
ejemplo en España, una nueva Constitución como reclama un número cada
vez mayor de ciudadanos. Una Constitución que dé más poder a los
ciudadanos, que garantice más justicia social y que sancione a los
responsables del actual naufragio.
Un naufragio que no puede sorprender a nadie. El escándalo de las
hipotecas basura era sabido por todos. Igual que el exceso de liquidez
orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de
la vivienda. Nadie se inmutaba, porque el crimen beneficiaba a muchos. Y
se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban
todo. En la historia larga de la economía, el Estado ha sido siempre un
actor central. Solo desde hace treinta años –o sea, nada en una historia
de siglos–, el mercado ha querido expulsar al Estado del campo de la
economía.
Hay que volver al sentido común, a un keynesianismo razonable: tanto
Estado como sea necesario y tanto mercado como sea indispensable. La
prueba evidente del fracaso del sistema neoliberal actual son los
ajustes y rescates que demuestran que los mercados no son capaces de
regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad.
Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los
beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace ahora pagar a los
pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les
amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, ¡con empobrecerlos aún más!
¿Se producirá un incendio social? No es imposible.
Las repercusiones sociales del cataclismo económico son de una
brutalidad inédita: 23 millones de parados en la Unión Europea y más de
80 millones de pobres. Los jóvenes aparecen como las víctimas
principales. Por eso, de Madrid a Londres y Atenas, de Nicosia a Roma,
una ola de indignación levanta a la juventud. Añádase, además, que en la
actualidad, las clases medias también están asustadas porque el modelo
neoliberal de crecimiento las está abandonando al borde del camino. En
España, una parte se unió a los jóvenes para rechazar el integrismo
ultraliberal de la Unión Europea y del Gobierno. “No nos representan”,
dijeron todos los indignados.
¿Cómo ve Europa y el proyecto común europeo dominado, estos años, por Alemania y su política de austeridad?
El curso de la globalización parece como suspendido. Se habla cada
vez más de desglobalización, de descrecimiento. El péndulo había ido
demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora podría ir en la
dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la política y el
mundo. Todas las sociedades del sur de Europa se han vuelto furiosamente
anti alemanas puesto que Alemania, sin que nadie le haya otorgado ese
derecho, se ha erigido en jefe –autoproclamado – de la Unión Europea
enarbolando un programa de sadismo económico. Europa es ahora, para
millones de ciudadanos, sinónimo de castigo y sufrimiento: una utopía
negativa.
¿Hay alternativas frente al abandono del campo de batalla de la socialdemocracia tradicional?
La socialdemocracia ha fracasado porque ella misma ha participado en
la liquidación del Estado de bienestar, que era su principal conquista y
su gran seña de identidad. De ahí el desarraigo de muchos ciudadanos
que pasan de la política absteniéndose, limitándose a protestar o
votando por Beppe Grillo (que es una manera de preferir un payaso
auténtico en lugar de sus hipócritas copias). Otros han decidido votar a
la extrema derecha, que sube espectacularmente en todas partes, o en
menor grado, optar por la izquierda de la izquierda que encarna hoy el
único discurso progresista audible.
Así estaban también en América Latina hace poco más de un decenio,
cuando las protestas derrocaban Gobiernos democráticamente elegidos (en
Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú…), que aplicaban con saña los ajustes
dictados por el FMI. Hasta que los movimientos sociales de protesta
convergieron con una generación de nuevos líderes políticos (Chávez,
Morales, Correa, Kirchner, Lula, Lugo…) que canalizaron la poderosa
energía transformadora y la condujeron a votar en las urnas programas de
refundación política (constituyente), de reconquista económica
(nacionalizaciones, keynesianismo) y de regeneración social. En ese
sentido, se observa cómo a una Europa desorientada y grogui, América
Latina le está indicando el camino.
El Diario
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
lilian- Moderador Global
Temas similares
» Foro Internacional por la Emancipacion y la Igualdad. Buenos Aires, Marzo 2015 (America Latina. Estados Unidos y Europa) Material de estudio.
» America Latina
» Así será 2013 Ignacio Ramonet
» IGNACIO RAMONET / El mundo en 2030
» Lo que Wikileaks vuelve a contar de América Latina
» America Latina
» Así será 2013 Ignacio Ramonet
» IGNACIO RAMONET / El mundo en 2030
» Lo que Wikileaks vuelve a contar de América Latina
MUNDOALERTA . LAS NOTICIAS MAS DESTACADAS DEL MUNDO :: NOTICIAS DESTACADAS DEL MUNDO ACTUAL :: NOTICIAS DESTACADAS DEL MUNDO ACTUAL II - Guerras, Política, Militarísmo, Economía, Salud
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.