El lenguaje de los dioses

El lenguaje de los dioses

por Laura Knight-Jadczyk

Aquí debo decir una advertencia: El falso conocimiento es peor que la ausencia de conocimiento. ¿Por qué?

Verán, el proceso de la Búsqueda del Santo Grial es similar a la función de destilar la Piedra Filosofal. Fulcanelli escribe:

“…Los dobles sentidos y los juegos de palabras asociados o no con el acertijo, fueron utilizados por los iniciados como subterfugios en sus conversaciones. En los trabajos acromáticos se empleaban anagramas para disimular la identidad del autor o para disimular el título, escondiendo del lego la directriz conceptual del trabajo.

Este es el caso particular de un pequeño y bastante curioso libro, tan astutamente encriptado que es imposible saber cuál es el tema del que trata. Se le atribuye a Tiphaigne de la Roche, y lleva el inusual título de Amilec ou la graine d´hommes, que corresponde a una serie de anagramas y doble sentidos: se debe leer en su lugar Alcimie ou la creme deum (Alquimia o la crema de Aum). Los neófitos aprenderán que se trata de un auténtico tratado alquímico, ya que en el siglo XIII la palabra alquimia se solía escribir como alkimie, alkemie o alkmmie, siendo el objetivo de (la) ciencia… la extracción del espíritu encerrado dentro de la materia prima, una virgen filosófica, que lleva el mismo signo que la Virgen Celestial, el monograma AUM; y que, finalmente, esta extracción debe ser realizada mediante el empleo de un proceso análogo al que nos permite separar la crema de la leche (…). Retirando el velo tendido sobre el título uno debe percatarse de lo sugestivo que este último resulta ser, ya que anuncia la revelación del proceso secreto para obtener la crema a partir de la leche de la Virgen, que muy pocos investigadores han sido lo suficientemente afortunados como para llegar a conocer.”

Lo que revela esta discusión bastante complicada es la crucial necesidad de discernir entre la que se debe “aceptar” como una pieza legítima del rompecabezas y aquellas que se deben rechazar, y cómo esto a su vez determina si se está consiguiendo “separar la crema de la leche”.

Si uno acepta leche en lugar de crema, el proceso está condenado a fracasar desde el principio.

Voy a explicar esto en términos de fisiología para que pueda ser entendido por cualquier persona
moderna.

Lo primero que debe considerar el buscador es la naturaleza de su ser. Desde el principio debe ser capaz de entender que la máxima hermética de “como es arriba, así es abajo” tiene una aplicación específica y directa en su vida física. De la misma forma que una persona nace con ciertos potenciales característicos, talentos y ventajas (o carencia de las mismas), que puede o no desarrollar en el curso de su existencia, así también nace con un potencial general para el desarrollo espiritual o esotérico. En otras palabras, la consciencia encarna de manera natural en una estructura física que no solamente es adecuada a sus necesidades sino también a sus potenciales. Permítanme detallar algunos ejemplos para esclarecer lo que estoy diciendo.

Hace algunos años leí un artículo acerca de un estudio sobre la enfermedad del Alzheimer en el cual un grupo de monjas se ofreció voluntariamente y en participación vitalicia, incluyendo el legado de sus propios cerebros después de la muerte para ser sometidos a análisis. ¿Qué pudieron encontrar los investigadores?

Encontraron que un buen número de estos individuos que tenían cerebros especialmente propensos a manifestar el Alzheimer, nunca exhibieron el menor síntoma de la enfermedad durante sus vidas. ¿Por qué? Porque se trataba de personas educadas, con vidas activas no sólo física sino mentalmente, que miraban muy poca televisión, y estaban constantemente involucradas en la realización de objetivos educacionales que expandían su base de conocimientos en forma constante y hasta edades avanzadas. En otras palabras, nunca dejaron de pensar, aprender y trabajar con sus mentes!

Igualmente interesante resultó otro estudio relacionado con el Alzheimer que demostró que las personas con una baja densidad de contenido en el uso del lenguaje son más propensas a manifestar los síntomas tempranos. Las personas que habían utilizado sus mentes muy poco, que consecuentemente no tenían particular inclinación hacia “pensamientos profundos”, que eran de carácter más bien superficial y habían vivido vidas basadas exclusivamente en la “fe”, tenían más posibilidades de desarrollar Alzheimer. De manera que, si el aprendizaje, el ejercicio de la mente, la manipulación de conceptos difíciles, la continua expansión del conocimiento y de la perceptibilidad, podían tener efectos como este, cabía inferir que también serían capaces de alterar el balance químico de las hormonas y de los neurotransmisores provocando la activación o desactivación de genes.

A menudo se ha mencionado que sólo el 2% de nuestro ADN está involucrado en la síntesis de las proteínas que conforman nuestro cuerpo, mientras que al restante 98% usualmente se le llama ADN “basura”. Existen varias teorías que tratan de explicar esto, incluyendo la teoría del “Gen Egoísta” que postula que los seres humanos no son más que estructuras creadas por el ADN para la propagación del ADN.

También se señala que solamente utilizamos el 5% de nuestro cerebro, y varias teorías tratan de explicar esto. Quisiera sugerir que hay una relación entre los dos hechos.

Durante mis más de 30 años de investigación de lo paranormal, de los fenómenos psíquicos y “Forteanos” (por Charles Fort, gran cronista y estudioso de hechos “inexplicables”), y del funcionamiento de la mente, a menudo he notado extrañas relaciones de causa y efecto. Una de ellas es la relación entre los casos de fenómenos psíquicos y cierta predisposición genética. Una y otra vez encontramos que las personas que manifiestan “extraños poderes” comentan cosas como: Ah, sí, heredé el poder de visión de mi abuela, madre, tío…”, etc.

Por otro lado está la curiosa conexión entre los fenómenos psíquicos y el sistema endocrino.

Muchos estudios serios acerca de los fenómenos tipo “poltergeist” señalan que en la mayoría de los casos (si no en todos) se manifiestan en presencia de un adolescente o de una mujer en estado sexualmente “fluctuante”, incluyendo a aquellas que están en alguna de las etapas de la menopausia.

El siguiente hecho curioso es la profusión de reportes de inicio de fenómenos psíquicos después de un trauma severo en la cabeza o una fuerte descarga eléctrica.

También es de resaltar la forma en que, luego de ejecutar ciertas prácticas extáticas que se ha demostrado tienen un efecto sobre la corriente eléctrica y el balance químico del cuerpo, los yoghis, santos y practicantes de varios cultos a la Naturaleza, son capaces de levitar, efectuar curaciones, realizar la bilocación, manifestar apariciones que otros pueden ver, incrementar la temperatura corporal, bajar el ritmo cardíaco, ralentizar o inclusive detener las funciones autonómicas, etc., etc.

Tanto las hormonas como la corriente eléctrica del cuerpo pueden alterar el ADN al afectar el grado de permeabilidad de las membranas de las células nerviosas o alterar el balance y composición de los neurotransmisores; ello trae como consecuencia directa la “activación o desactivación” del ADN.

Una cosa me resulta clara después de todos estos años de estudio: los fenómenos psíquicos (trátese de curaciones, manifestación de materia, bilocación, o cualquier otro) prácticamente NO guardan relación alguna con el grado de espiritualidad de la persona. Encontré el caso de un linaje familiar con la capacidad de “detener el flujo de la sangre” con la sola imposición de la mano, y la casi totalidad de los miembros eran alcohólicos, promiscuos, abusivos con sus cónyuges o hijos, y en general lo que podría considerarse como éticamente deficientes. Con todo, ciertos miembros del linaje manifestaban este curioso “poder” y a menudo eran requeridos por vecinos y amigos para salvar vidas… aún si debían ser arrastrados fuera de un bar en pleno estupor alcohólico!

Así que tenemos una curiosa serie de factores a considerar y que señalan que el ADN es bastante más interesante de lo que nos imaginábamos. Por un lado tenemos “poderes” susceptibles de ser transmitidos en forma natural, y por otro, individuos que se ocupan de actividades que pueden redundar en cambios temporales o permanentes en su fisiología cuyo resultado aparente es la manifestación de fenómenos psíquicos.

Todo esto indica que posiblemente el ADN es una interfase entre los mundos etéreo y físico, y nos sugiere que la clave de la percepción reside en descubrir las maneras de revertir el efecto de los “genes supresores” mediante la producción de ciertas sustancias químicas o energías del cuerpo. ¿Qué podemos pensar de todo esto?

Todo parece indicar que tenemos esa enorme cantidad de ADN cuya función nadie conoce y que responde en forma sorprendente a ciertas actividades. En otras palabras, tenemos potenciales escondidos dentro de nuestro ser, y es justamente el proceso de la Búsqueda el que los desata, dependiendo de la estrategia que favorezcamos: la de la “fe”, o la que Fulcanelli llama “pensar con un martillo”. Este es el proceso de separar la crema de la leche, el proceso de “liberar la luz de la oscuridad”. Y justo en este punto es donde el asunto puede volverse engañoso.