China podría convertirse en la nueva Grecia
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China podría convertirse en la nueva Grecia
Atención a esta noticia.....
Cinco factores que demuestran que China podría convertirse en la nueva Grecia
¿Es China la nueva Grecia? Si a comienzos de semana escuchábamos como el Fondo Monetario Internacional llamaba la atención al gobierno chino sobre los peligros de su sistema financiero, un vídeo que recoge un discurso elaborado por Larry Lang pone en evidencia la economía del gigante asiático. La grabación que puede encontrarse en YouTube y que pertenece a una charla fechada el pasado 22 de octubre a la que no tuvo acceso la prensa, recoge declaraciones polémicas de este profesor de Finanzas, quien reconoce que cada provincia china es "una Grecia en potencia".
Lang habló libremente a los allí presentes puesto que la conferencia había prohibido el acceso de cámaras y grabadoras, algo que, evidentemente no ocurrió. En la grabación puede escucharse al profesor hacer un análisis sincero de la economía china, además de poner en evidencia la censura que pesa sobre los intelectuales y figuras públicas en China. "Lo que voy a decir es verdad. Sin embargo, bajo este sistema, no se nos permite decir la verdad ", señala en unas declaraciones publicadas en EEUU por el diario The Epoch Times.
Así, Lang desarrolló en cinco puntos las razones que demuestran que el hermetismo que demuestra el gobierno chino corresponde a una completa falta de salud financiera que podría acabar por conducir al país a una quiebra.
En primer lugar, la deuda del régimen, se sitúa en estos momentos en unos 36 billones de yuanes (es decir 5,68 billones de dólares). Este cálculo se obtiene mediante la suma de la deuda del gobierno chino local (entre 16 billones y 19,5 billones de yuanes, o entre 2,5 y 3 billones de dólares), y la deuda de las empresas estatales (alrededor de otros 16 billones de dólares). Con la presión de tener que costear un interés de dos billones de dólares por año, Lang señaló que la situación económica de Pekín podría complicarse rápidamente.
Su segundo punto señala una completa falta de veracidad en la inflación que sufre el país asiático. Según explicó la tasa de inflación oficial que maneja el gobierno, alrededor de un 6,2%, es una completa farsa ya que, en realidad, dicha cifra ascendería hasta el 16 por ciento, en estos momentos.
Exceso de capacidad en la economía
En tercer lugar, existe un grave exceso de capacidad en la economía, donde el consumo privado comprende sólo el 30 por ciento de la actividad económica. Lang dijo que a comienzos del pasado mes de julio, el índice de gerentes de compra cayó a un nuevo mínimo de 50,7 puntos. Desde su punto de vista, ese es un indicador que demuestra que la economía china se encuentra en recesión.
Por otro lado, y como cuarto punto, Lang indicó que el crecimiento del 9% del PIB publicado oficialmente por el régimen chino está fabricado. Según los datos de Lang, el PIB de China ha disminuido un 10%. En este sentido, explicó que las cifras oficiales son fruto del dramático aumento en la construcción de infraestructuras, incluyendo también el desarrollo inmobiliario, los ferrocarriles y las carreteras, factores que representaron hasta un 70% del PIB en 2010.
En quinto y último lugar, Lang puso de manifiesto que los impuestos son demasiado altos. El año pasado, los impuestos sobre las empresas chinas (incluyendo los impuestos directos e indirectos) eran un 70% de los ingresos. La tasa individual de impuestos se sitúa en el 81,6%, dijo el profesor.
Con estos factores sobre la mesa, una vez que el "tsunami económico" en China comience su efecto dominó, el gobierno perderá totalmente su credibilidad y el país correría el riesgo de convertirse en el país más pobre del mundo.
La idea barajada por Lang también está respaldada por otros expertos, según recoge el Epoch Times. El profesor Frank Xie de la Universidad de Carolina del Sur reconoció que la idea de que China quiebre carrota no es descabellada ya que los grandes proyectos de construcción han ayudado a inflar su PIB . "A simple vista la cifra de crecimiento es buena, pero la inflación es aún mayor. Así que, en realidad, la economía china se encuentra en recesión".
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Cinco factores que demuestran que China podría convertirse en la nueva Grecia
¿Es China la nueva Grecia? Si a comienzos de semana escuchábamos como el Fondo Monetario Internacional llamaba la atención al gobierno chino sobre los peligros de su sistema financiero, un vídeo que recoge un discurso elaborado por Larry Lang pone en evidencia la economía del gigante asiático. La grabación que puede encontrarse en YouTube y que pertenece a una charla fechada el pasado 22 de octubre a la que no tuvo acceso la prensa, recoge declaraciones polémicas de este profesor de Finanzas, quien reconoce que cada provincia china es "una Grecia en potencia".
Lang habló libremente a los allí presentes puesto que la conferencia había prohibido el acceso de cámaras y grabadoras, algo que, evidentemente no ocurrió. En la grabación puede escucharse al profesor hacer un análisis sincero de la economía china, además de poner en evidencia la censura que pesa sobre los intelectuales y figuras públicas en China. "Lo que voy a decir es verdad. Sin embargo, bajo este sistema, no se nos permite decir la verdad ", señala en unas declaraciones publicadas en EEUU por el diario The Epoch Times.
Así, Lang desarrolló en cinco puntos las razones que demuestran que el hermetismo que demuestra el gobierno chino corresponde a una completa falta de salud financiera que podría acabar por conducir al país a una quiebra.
En primer lugar, la deuda del régimen, se sitúa en estos momentos en unos 36 billones de yuanes (es decir 5,68 billones de dólares). Este cálculo se obtiene mediante la suma de la deuda del gobierno chino local (entre 16 billones y 19,5 billones de yuanes, o entre 2,5 y 3 billones de dólares), y la deuda de las empresas estatales (alrededor de otros 16 billones de dólares). Con la presión de tener que costear un interés de dos billones de dólares por año, Lang señaló que la situación económica de Pekín podría complicarse rápidamente.
Su segundo punto señala una completa falta de veracidad en la inflación que sufre el país asiático. Según explicó la tasa de inflación oficial que maneja el gobierno, alrededor de un 6,2%, es una completa farsa ya que, en realidad, dicha cifra ascendería hasta el 16 por ciento, en estos momentos.
Exceso de capacidad en la economía
En tercer lugar, existe un grave exceso de capacidad en la economía, donde el consumo privado comprende sólo el 30 por ciento de la actividad económica. Lang dijo que a comienzos del pasado mes de julio, el índice de gerentes de compra cayó a un nuevo mínimo de 50,7 puntos. Desde su punto de vista, ese es un indicador que demuestra que la economía china se encuentra en recesión.
Por otro lado, y como cuarto punto, Lang indicó que el crecimiento del 9% del PIB publicado oficialmente por el régimen chino está fabricado. Según los datos de Lang, el PIB de China ha disminuido un 10%. En este sentido, explicó que las cifras oficiales son fruto del dramático aumento en la construcción de infraestructuras, incluyendo también el desarrollo inmobiliario, los ferrocarriles y las carreteras, factores que representaron hasta un 70% del PIB en 2010.
En quinto y último lugar, Lang puso de manifiesto que los impuestos son demasiado altos. El año pasado, los impuestos sobre las empresas chinas (incluyendo los impuestos directos e indirectos) eran un 70% de los ingresos. La tasa individual de impuestos se sitúa en el 81,6%, dijo el profesor.
Con estos factores sobre la mesa, una vez que el "tsunami económico" en China comience su efecto dominó, el gobierno perderá totalmente su credibilidad y el país correría el riesgo de convertirse en el país más pobre del mundo.
La idea barajada por Lang también está respaldada por otros expertos, según recoge el Epoch Times. El profesor Frank Xie de la Universidad de Carolina del Sur reconoció que la idea de que China quiebre carrota no es descabellada ya que los grandes proyectos de construcción han ayudado a inflar su PIB . "A simple vista la cifra de crecimiento es buena, pero la inflación es aún mayor. Así que, en realidad, la economía china se encuentra en recesión".
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jcarlos- Buen usuario
Re: China podría convertirse en la nueva Grecia
¡Hola!:
Con toda la prudencia que me otorga mi ignorancia, no creo que China se aproxime ni de lejos a la situación que vive Grecia. Lo que sucede es que han recibido la visita del FMI en plan de recogida de fondos, ellos no han colaborado y el resto es lo que hay, una campaña de descrédito... El siguiente artículo habla de la situación actual de China:
miércoles 16 de noviembre de 2011
La cooperación entre Rusia y China
Nuevo enfoque geoestratégico que pone fin al poder de Occidente
Rusia
está a punto de dar un giro de gran calado a su política exterior. La
esquizofrenia en que ha vivido durante el mandato de su actual
presidente, Dmitri Medvédev, está tocando a su fin (1). Medvédev había
venido impulsando un notable giro pro estadounidense y pro occidental a
la política exterior en temas como el programa nuclear de Irán, la OTAN o
Libia (justificó los bombardeos) para, supuestamente, impulsar la
modernización del país. El primer ministro Vladimir Putin entendía justo
lo contrario.
El
primer ministro Vladimir Putin entendía que sólo una Rusia con pleno
control de los recursos energéticos (uno de sus principales rubros de
exportación), así como la recuperación del terreno con los antiguos
aliados en la época de la Unión Soviética, mantendrá al país plenamente
independiente y con voz en el ámbito geopolítico al tiempo que
conseguirá el montante económico suficiente para impulsar la
modernización. En el caso de Libia, Putin criticó con dureza a la OTAN
por sobrepasar los aspectos recogidos en la Resolución de la ONU
respecto al embargo aéreo y los bombardeos contra la población civil.
La
batalla entre ambos, que para algunos como el Partido Comunista de
Rusia no es más que una moneda de dos caras, se ha decantado a favor del
segundo. A pesar de pertenecer al mismo partido, Rusia Unida, Medvédev y
Putin mantenían una sorda pugna por la nominación a la presidencia en
las elecciones de la primavera de 2012 que se ha resuelto con el menor
de los males: el intercambio de cargos. ¿Qué les ha llevado a esta
ecléctica postura? El triunfo del Partido Republicano de EEUU en las
elecciones de noviembre de 2010. Una de las primeras iniciativas tomadas
por los republicanos, que dominan el Congreso estadounidense, fue
paralizar la ratificación del nuevo tratado START de control de las
armas nucleares estratégicas. Otra, de no menor calado, la aceleración
de la estrategia militarista significada por el llamado “escudo
antimisiles” que se ubicará en países fronterizos con Rusia y que éste
país ve como una amenaza directa.
Medvédev
llevaba a gala que había “arrancado” a Obama la necesidad de
“consensuar” con Rusia el proyecto de defensa antimisiles. Pero la
realidad es que EEUU no consensua este tema con nadie, simplemente
impone. Este asunto, muy delicado en Rusia, ha ido mermando las
posibilidades de Medvédev y reforzando Putin, que siempre había
manifestado que tenía que existir una garantía expresa por parte de EEUU
de que el citado proyecto no iba dirigido contra Rusia. Un año después,
el tiempo da la razón a Putin al constatarse esta realidad. El ministro
de Asuntos Exteriores ruso ha calificado la actitud de EEUU de
“insincera” al negarse a dar garantías jurídicas sobre que dicho escudo
no apuntará a Rusia (2).
Por
lo tanto, las posturas de Putin sobre política exterior salen
notablemente reforzadas mientras Medvédev se hunde en el ostracismo
aunque vaya a ser el nuevo primer ministro. Si durante la presidencia de
éste ha habido dos actores claros y muchas veces contrapuestos, él y
Putin, durante la venidera presidencia de Putin sólo habrá una voz en
política exterior. Y esa voz cada vez estará más alejada de Occidente,
olvidándose de los coqueteos de Medvédev con la OTAN, por lo que
volveremos a ver campañas políticas y mediáticas contra Putin como las
que se lanzaron durante su anterior etapa como presidente
(envenenamiento de espías, asesinato de periodistas, encarcelamiento de
oligarcas aliados de Occidente, etc). Además, el intercambio de puestos
–“enroque”, según los analistas rusos- refuerza a Rusia Unida de cara a
las elecciones de 2012 puesto que da una imagen de unidad en unos
momentos en los que era más evidente que nunca las dos posturas que
mantenían ambos dirigentes, polarizando a la opinión pública y abriendo
espacios cada vez mayores a la oposición de izquierdas. No en vano, cada
vez un mayor segmento de la población rusa manifiesta su añoranza
respecto a la URSS y nada más y nada menos que un 25% del electorado de
Rusia Unida se mostraba dubitativo ante la decisión de volver a votar a
esta formación.
El acercamiento a China y el fin del dólar
Putin
actúa ya, de hecho, como presidente. Dando un giro de 180 grados
respecto a la relación anterior con China se pasa ahora de enemigo a
aliado y se plantea una relación estratégica entre los dos países como
forma de crear un contrapoder efectivo, tanto político como económico y
militar, a Occidente.
Nada
más haberse hecho el anuncio de que Putin sería el candidato a
presidente, es decir, el sucesor de Medvédev, realizó su primer viaje al
exterior. Destino: Beijing. Un viaje, del 9 al 12 de octubre, al que en
Occidente no se dio la importancia que tiene. Tal vez en la convicción
que aquello que no se publica, no existe. Pero ese viaje era crucial por
tres cuestiones: la primera, porque dejaba bien claro que el papel de
Rusia en política exterior ya no tenía en cuenta a Occidente; la
segunda, porque se planteaba una cooperación energética de gran calado
muy alejada de la moribunda Europa -Rusia es el mayor productor mundial
de energía, China el mayor consumidor-; la tercera, porque dicha visita
se producía la misma semana en que ambos países habían vetado la
resolución que Occidente había presentado en la ONU contra Siria. Una
muy rara asociación entre Rusia y China puesto que en contadas ocasiones
ha coincidido el veto común sobre alguna cuestión.
Rusia
y China nunca han tenido una coincidencia de intereses en Oriente,
Próximo o Lejano, y su veto conjunto anuncia que van a tener un papel
mucho más protagonista en esas áreas a partir de ahora. Dejan muy
patente que no habrá otra Libia y eso supone un enfrentamiento directo
con EEUU y la UE y un anuncio muy a tener en cuenta: rusos y chinos han
dicho basta a la prepotencia occidental.
La
candidatura de Putin a la presidencia ha sido acogida por China con
toda clase de bendiciones. “Su vuelta [a la presidencia] es digna de ser
bienvenida por todo el mundo, porque las políticas interna y exterior
de Rusia tendrán mayor estabilidad y previsibilidad, lo cual es
beneficioso para la estabilidad de las relaciones internacionales,
especialmente para el desarrollo de las relaciones bilaterales con
China”, dice Wang Haiyun, vicepresidente del Instituto de Historia de
las Relaciones Chino-Rusas (3).
En
este caso el académico fue mucho más discreto que los políticos. El
presidente chino, Hu Jintao, dijo que se iniciaba una era de “relación
estratégica integral”. Putin, por su parte, fue mucho más agresivo: “La
relación entre los dos países no encontrará problemas en ninguna esfera.
(…) Hay que terminar con la parasitaria dominación del dólar” (4).
Putin
puede ser cualquier cosa, pero no un tonto. La referencia al dólar la
hizo en un momento clave puesto que tres días antes de su visita a
Beijing el Senado de EEUU había amenazado a China con una guerra
comercial si no reevaluaba su moneda para favorecer el comercio mundial
–es decir, el de EEUU- dado que para los estadounidenses está
infravalorada y eso favorece las exportaciones chinas. En estos momentos
es China quien tiene un superávit comercial con EEUU de 273.000
millones de dólares y no al revés. El fin de la “era americana” está
mucho más cerca de lo que se cree.
Aunque
los chinos no son tan agresivos y tienen como premisa salvaguardar las
relaciones con EEUU, la nueva relación con Rusia es equivalente a una
situación de “ganar-ganar”. La visita de Putin terminó con la firma de
16 acuerdos económicos y comerciales por valor de más de 6.000 millones
de euros, la inversión china de 1.100 millones de euros en un complejo
industrial de fundición de aluminio en Siberia y la creación de un fondo
común de inversiones de otros 1.000 millones de euros. Rusia, por su
parte, va a surtir de petróleo a China a través del oleoducto
Skovorodino-Daqing. Hasta ahora la presencia rusa en China era “lenta y
limitada”, por lo que el salto que se da es espectacular sobre todo
cuando entra en escena la joya de la corona rusa: Gazprom, el primer
exportador de gas natural del mundo. China refuerza su talón de Aquiles,
el suministro energético, y afianza su protagonismo mundial.
El
comercio entre los dos países fue en 2010 de 54.000 millones de euros y
en virtud del nuevo acuerdo se espera llegar a los 65.000 millones de
euros en 2011, estipulándose en 95.000 millones para el año 2015 y en
200.000 millones para el 2020. Es decir, cuando Putin acceda a la
presidencia en 2012 todo su mandato va a estar centrado en este objetivo
y Europa y EEUU quedarán relegadas en la estrategia rusa puesto que los
aliados occidentales han hecho todo lo posible por dificultar los
acuerdos de suministro de gas ruso a Europa (recuérdese el conflicto con
Ucrania por el gas). Además, rusos y chinos han estipulado que ese
intercambio comercial no tiene por qué estar basado en el dólar.
Los
chinos dejan a los nuevos socios el enfrentamiento con Occidente y
ellos se benefician de todo. Salvo que EEUU dé el paso que quieren los
republicanos en la guerra comercial. Entonces China tendrá que actuar y
por eso en EEUU existe un lobby al revés: las principales
multinacionales con intereses en China están presionando al Senado para
que no se apruebe una ley que será muy peligrosa para sus intereses, lo
que heriría aún más la economía estadounidense.
El nuevo bloque político-militar: la Unión Euroasiática
La
nueva relación estratégica entre Rusia y China tiene también como
objetivo la creación de un bloque político, económico y militar que
sirva de contrapeso a EEUU y la UE, la denominada Unión Euroasiática. Es
un viejo sueño ruso que plantea la creación de un nuevo polo que haga
frente a Occidente. En el lenguaje diplomático ruso, dicha Unión
Euroasiática debe convertirse en “un puente efectivo entre Europa y la
dinámica región de Asia-Pacífico”. Por eso, reactivan los ejercicios
militares conjuntos, su papel en el eje BRICS y se da un nuevo aire a la
decaída Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS).
De
la OCS forman parte Rusia, China, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y
Uzbekistán y a sus reuniones acuden como invitados Irán, que ha
solicitado su adhesión plena, Pakistán e India, que no puede quedarse al
margen del nuevo orden regional y mundial aunque coquetea tanto con
EEUU como con la OTAN (Rusia y China no van a dar ningún paso con India
hasta estar seguros que este país no es el caballo de Troya de EEUU en
la Unión Euroasiática). Lo mismo pasa con Turquía, miembro de la OTAN,
que ha solicitado ser considerado “socio de diálogo” de la OCS.
Afganistán, Sri Lanka y Mongolia han pedido recientemente ser admitidos
en calidad de observadores.
En
los últimos dos años la OCS ha sido mantenida casi en hibernación y
China había acusado a Rusia de “privar de seriedad” a la OCS por el
acercamiento a la OTAN que impulsó Medvédev. Sin embargo, el pasado mes
de julio celebró una reunión crucial en Kazajstán. Para sorpresa de casi
todos, lo que se discutió fue no sólo el reforzamiento de la
cooperación militar sino la adopción de una nueva moneda global y la
creación de un banco de desarrollo. ¿Por qué es importante esta
revitalización de la OCS? Pues porque estamos hablando de una alianza
que engloba a países que cuentan con casi la mitad de la población
mundial.
Lo
que hay en marcha es una OCS que combina aspectos de una alianza
militar como la OTAN con las ventajas económicas de una unión entre
países como la UE o la UNASUR, solo que con mucha más población y en
constante crecimiento. El proceso se está acelerando y ya se está
preparando una nueva reunión, esta vez el San Petersburgo, en la que se
va a discutir “el fortalecimiento de la cooperación entre los Estados
miembros de la OCS en diversos ámbitos, entre ellos la agricultura, la
economía y el comercio, las finanzas, la tecnología y la energía, entre
otros” (5). Incluso el FMI y el BM se ven amenazados con la posible
instauración de una nueva moneda para las transacciones financieras de
estos países. Esta es la razón por la que desde el verano EEUU ha
decidido re-enfocar su presencia en Asia y agitar viejos conflictos como
el que enfrenta a Vietnam con China a propósito del Mar Meridional de
China. El propósito es dificultar al máximo esta integración que puede
llegar a dominar rutas estratégicas y desarrollar unas nuevas relaciones
políticas, económicas y militares sin la interferencia occidental y,
sobre todo, de EEUU.
Los
chinos saben que una de sus debilidades estratégicas, la energía, está
asegurada con la nueva relación estratégica con Rusia. La otra es su
dependencia de las importaciones y exportaciones vía marítima. Por eso
está construyendo portaaviones y por eso está reforzando su poder
militar y sus alianzas en este campo. Si durante el 90 aniversario de la
constitución del Partido Comunista de China se anunció que se estaban
buscando emplazamientos para una base naval (6), la primera fuera del
territorio chino, ahora ya se ratifica que ha llegado a un acuerdo con
Sri Lanka para que la marina de guerra china pueda utilizar el puerto de
Hambantuta, uno de los más grandes de esa zona. No debería sorprender,
por lo tanto, que Sri Lanka haya pedido ser aceptado en la OCS en
calidad de observador.
La
alianza estratégica entre Rusia y China se ha fortalecido a raíz de la
agresión a Libia. Ambos países fueron cogidos por sorpresa por la
decisión de la Liga Árabe, patrocinada e impulsada por Arabia Saudita, y
tuvieron una reacción dubitativa que les llevó a abstenerse en la ONU.
Pero el contraataque ha sido fulgurante y así lo han puesto de
manifiesto tanto con el veto a la resolución sobre Siria como con esta
alianza geopolítica. Para Rusia y China la agresión a Libia fue la
constatación que las palabras de cambio de Obama al inicio de su mandato
no eran más que una táctica y un ejercicio de relaciones públicas que
estaba muy lejos de un compromiso serio por la paz o el respeto al
derecho internacional. Rusos y chinos son cada vez más conscientes de
ello y actúan en consecuencia. Máxime cuando el Secretario de Defensa de
EEUU, Leon Panetta, no se recata en afirmar que una alianza militar
entre Rusia y China supondría “una amenaza para la seguridad nacional de
EEUU y para el mundo entero” (7).
Vivimos
unos momentos en los que la intensidad de los cambios geopolíticos está
al mismo nivel que hace 20 años, con la desaparición de la URSS y el
comienzo del mundo unipolar bajo el pomposo nombre de Nuevo Orden
Mundial. Ese mundo está desmoronándose. Como se ha dicho antes, el fin
de la “era americana” está llegando a su fin. Como una fiera cuando está
herida, el imperialismo se vuelve más peligroso y hay un país, Irán,
que puede convertirse en la piedra de toque para desbaratar la nueva
estrategia ruso-china de Unión Euroasiática en mayor medida que las
escaramuzas del Mar Meridional de China. La renovación de las amenazas
contra el país persa por su programa nuclear van en esa dirección, poner
en un aprieto internacional a dos de sus principales socios económicos y
valedores políticos.
Ya
lo dijo hace dos décadas Brezinski, ex Consejero de Seguridad Nacional
durante la presidencia de Carter: “la primacía global de EEUU depende
directamente de la duración y eficacia de su preponderancia en el
continente euroasiático”.
Fuente: Alberto Cruz, “La deriva pro occidental de Rusia en el enfrentamiento Medvedev-Putin” [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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A mí me parece interesante y muy acertado, como siempre el tiempo dirá...
Un Saludo
Con toda la prudencia que me otorga mi ignorancia, no creo que China se aproxime ni de lejos a la situación que vive Grecia. Lo que sucede es que han recibido la visita del FMI en plan de recogida de fondos, ellos no han colaborado y el resto es lo que hay, una campaña de descrédito... El siguiente artículo habla de la situación actual de China:
miércoles 16 de noviembre de 2011
La cooperación entre Rusia y China
Nuevo enfoque geoestratégico que pone fin al poder de Occidente
Rusia
está a punto de dar un giro de gran calado a su política exterior. La
esquizofrenia en que ha vivido durante el mandato de su actual
presidente, Dmitri Medvédev, está tocando a su fin (1). Medvédev había
venido impulsando un notable giro pro estadounidense y pro occidental a
la política exterior en temas como el programa nuclear de Irán, la OTAN o
Libia (justificó los bombardeos) para, supuestamente, impulsar la
modernización del país. El primer ministro Vladimir Putin entendía justo
lo contrario.
El
primer ministro Vladimir Putin entendía que sólo una Rusia con pleno
control de los recursos energéticos (uno de sus principales rubros de
exportación), así como la recuperación del terreno con los antiguos
aliados en la época de la Unión Soviética, mantendrá al país plenamente
independiente y con voz en el ámbito geopolítico al tiempo que
conseguirá el montante económico suficiente para impulsar la
modernización. En el caso de Libia, Putin criticó con dureza a la OTAN
por sobrepasar los aspectos recogidos en la Resolución de la ONU
respecto al embargo aéreo y los bombardeos contra la población civil.
La
batalla entre ambos, que para algunos como el Partido Comunista de
Rusia no es más que una moneda de dos caras, se ha decantado a favor del
segundo. A pesar de pertenecer al mismo partido, Rusia Unida, Medvédev y
Putin mantenían una sorda pugna por la nominación a la presidencia en
las elecciones de la primavera de 2012 que se ha resuelto con el menor
de los males: el intercambio de cargos. ¿Qué les ha llevado a esta
ecléctica postura? El triunfo del Partido Republicano de EEUU en las
elecciones de noviembre de 2010. Una de las primeras iniciativas tomadas
por los republicanos, que dominan el Congreso estadounidense, fue
paralizar la ratificación del nuevo tratado START de control de las
armas nucleares estratégicas. Otra, de no menor calado, la aceleración
de la estrategia militarista significada por el llamado “escudo
antimisiles” que se ubicará en países fronterizos con Rusia y que éste
país ve como una amenaza directa.
Medvédev
llevaba a gala que había “arrancado” a Obama la necesidad de
“consensuar” con Rusia el proyecto de defensa antimisiles. Pero la
realidad es que EEUU no consensua este tema con nadie, simplemente
impone. Este asunto, muy delicado en Rusia, ha ido mermando las
posibilidades de Medvédev y reforzando Putin, que siempre había
manifestado que tenía que existir una garantía expresa por parte de EEUU
de que el citado proyecto no iba dirigido contra Rusia. Un año después,
el tiempo da la razón a Putin al constatarse esta realidad. El ministro
de Asuntos Exteriores ruso ha calificado la actitud de EEUU de
“insincera” al negarse a dar garantías jurídicas sobre que dicho escudo
no apuntará a Rusia (2).
Por
lo tanto, las posturas de Putin sobre política exterior salen
notablemente reforzadas mientras Medvédev se hunde en el ostracismo
aunque vaya a ser el nuevo primer ministro. Si durante la presidencia de
éste ha habido dos actores claros y muchas veces contrapuestos, él y
Putin, durante la venidera presidencia de Putin sólo habrá una voz en
política exterior. Y esa voz cada vez estará más alejada de Occidente,
olvidándose de los coqueteos de Medvédev con la OTAN, por lo que
volveremos a ver campañas políticas y mediáticas contra Putin como las
que se lanzaron durante su anterior etapa como presidente
(envenenamiento de espías, asesinato de periodistas, encarcelamiento de
oligarcas aliados de Occidente, etc). Además, el intercambio de puestos
–“enroque”, según los analistas rusos- refuerza a Rusia Unida de cara a
las elecciones de 2012 puesto que da una imagen de unidad en unos
momentos en los que era más evidente que nunca las dos posturas que
mantenían ambos dirigentes, polarizando a la opinión pública y abriendo
espacios cada vez mayores a la oposición de izquierdas. No en vano, cada
vez un mayor segmento de la población rusa manifiesta su añoranza
respecto a la URSS y nada más y nada menos que un 25% del electorado de
Rusia Unida se mostraba dubitativo ante la decisión de volver a votar a
esta formación.
El acercamiento a China y el fin del dólar
Putin
actúa ya, de hecho, como presidente. Dando un giro de 180 grados
respecto a la relación anterior con China se pasa ahora de enemigo a
aliado y se plantea una relación estratégica entre los dos países como
forma de crear un contrapoder efectivo, tanto político como económico y
militar, a Occidente.
Nada
más haberse hecho el anuncio de que Putin sería el candidato a
presidente, es decir, el sucesor de Medvédev, realizó su primer viaje al
exterior. Destino: Beijing. Un viaje, del 9 al 12 de octubre, al que en
Occidente no se dio la importancia que tiene. Tal vez en la convicción
que aquello que no se publica, no existe. Pero ese viaje era crucial por
tres cuestiones: la primera, porque dejaba bien claro que el papel de
Rusia en política exterior ya no tenía en cuenta a Occidente; la
segunda, porque se planteaba una cooperación energética de gran calado
muy alejada de la moribunda Europa -Rusia es el mayor productor mundial
de energía, China el mayor consumidor-; la tercera, porque dicha visita
se producía la misma semana en que ambos países habían vetado la
resolución que Occidente había presentado en la ONU contra Siria. Una
muy rara asociación entre Rusia y China puesto que en contadas ocasiones
ha coincidido el veto común sobre alguna cuestión.
Rusia
y China nunca han tenido una coincidencia de intereses en Oriente,
Próximo o Lejano, y su veto conjunto anuncia que van a tener un papel
mucho más protagonista en esas áreas a partir de ahora. Dejan muy
patente que no habrá otra Libia y eso supone un enfrentamiento directo
con EEUU y la UE y un anuncio muy a tener en cuenta: rusos y chinos han
dicho basta a la prepotencia occidental.
La
candidatura de Putin a la presidencia ha sido acogida por China con
toda clase de bendiciones. “Su vuelta [a la presidencia] es digna de ser
bienvenida por todo el mundo, porque las políticas interna y exterior
de Rusia tendrán mayor estabilidad y previsibilidad, lo cual es
beneficioso para la estabilidad de las relaciones internacionales,
especialmente para el desarrollo de las relaciones bilaterales con
China”, dice Wang Haiyun, vicepresidente del Instituto de Historia de
las Relaciones Chino-Rusas (3).
En
este caso el académico fue mucho más discreto que los políticos. El
presidente chino, Hu Jintao, dijo que se iniciaba una era de “relación
estratégica integral”. Putin, por su parte, fue mucho más agresivo: “La
relación entre los dos países no encontrará problemas en ninguna esfera.
(…) Hay que terminar con la parasitaria dominación del dólar” (4).
Putin
puede ser cualquier cosa, pero no un tonto. La referencia al dólar la
hizo en un momento clave puesto que tres días antes de su visita a
Beijing el Senado de EEUU había amenazado a China con una guerra
comercial si no reevaluaba su moneda para favorecer el comercio mundial
–es decir, el de EEUU- dado que para los estadounidenses está
infravalorada y eso favorece las exportaciones chinas. En estos momentos
es China quien tiene un superávit comercial con EEUU de 273.000
millones de dólares y no al revés. El fin de la “era americana” está
mucho más cerca de lo que se cree.
Aunque
los chinos no son tan agresivos y tienen como premisa salvaguardar las
relaciones con EEUU, la nueva relación con Rusia es equivalente a una
situación de “ganar-ganar”. La visita de Putin terminó con la firma de
16 acuerdos económicos y comerciales por valor de más de 6.000 millones
de euros, la inversión china de 1.100 millones de euros en un complejo
industrial de fundición de aluminio en Siberia y la creación de un fondo
común de inversiones de otros 1.000 millones de euros. Rusia, por su
parte, va a surtir de petróleo a China a través del oleoducto
Skovorodino-Daqing. Hasta ahora la presencia rusa en China era “lenta y
limitada”, por lo que el salto que se da es espectacular sobre todo
cuando entra en escena la joya de la corona rusa: Gazprom, el primer
exportador de gas natural del mundo. China refuerza su talón de Aquiles,
el suministro energético, y afianza su protagonismo mundial.
El
comercio entre los dos países fue en 2010 de 54.000 millones de euros y
en virtud del nuevo acuerdo se espera llegar a los 65.000 millones de
euros en 2011, estipulándose en 95.000 millones para el año 2015 y en
200.000 millones para el 2020. Es decir, cuando Putin acceda a la
presidencia en 2012 todo su mandato va a estar centrado en este objetivo
y Europa y EEUU quedarán relegadas en la estrategia rusa puesto que los
aliados occidentales han hecho todo lo posible por dificultar los
acuerdos de suministro de gas ruso a Europa (recuérdese el conflicto con
Ucrania por el gas). Además, rusos y chinos han estipulado que ese
intercambio comercial no tiene por qué estar basado en el dólar.
Los
chinos dejan a los nuevos socios el enfrentamiento con Occidente y
ellos se benefician de todo. Salvo que EEUU dé el paso que quieren los
republicanos en la guerra comercial. Entonces China tendrá que actuar y
por eso en EEUU existe un lobby al revés: las principales
multinacionales con intereses en China están presionando al Senado para
que no se apruebe una ley que será muy peligrosa para sus intereses, lo
que heriría aún más la economía estadounidense.
El nuevo bloque político-militar: la Unión Euroasiática
La
nueva relación estratégica entre Rusia y China tiene también como
objetivo la creación de un bloque político, económico y militar que
sirva de contrapeso a EEUU y la UE, la denominada Unión Euroasiática. Es
un viejo sueño ruso que plantea la creación de un nuevo polo que haga
frente a Occidente. En el lenguaje diplomático ruso, dicha Unión
Euroasiática debe convertirse en “un puente efectivo entre Europa y la
dinámica región de Asia-Pacífico”. Por eso, reactivan los ejercicios
militares conjuntos, su papel en el eje BRICS y se da un nuevo aire a la
decaída Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS).
De
la OCS forman parte Rusia, China, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y
Uzbekistán y a sus reuniones acuden como invitados Irán, que ha
solicitado su adhesión plena, Pakistán e India, que no puede quedarse al
margen del nuevo orden regional y mundial aunque coquetea tanto con
EEUU como con la OTAN (Rusia y China no van a dar ningún paso con India
hasta estar seguros que este país no es el caballo de Troya de EEUU en
la Unión Euroasiática). Lo mismo pasa con Turquía, miembro de la OTAN,
que ha solicitado ser considerado “socio de diálogo” de la OCS.
Afganistán, Sri Lanka y Mongolia han pedido recientemente ser admitidos
en calidad de observadores.
En
los últimos dos años la OCS ha sido mantenida casi en hibernación y
China había acusado a Rusia de “privar de seriedad” a la OCS por el
acercamiento a la OTAN que impulsó Medvédev. Sin embargo, el pasado mes
de julio celebró una reunión crucial en Kazajstán. Para sorpresa de casi
todos, lo que se discutió fue no sólo el reforzamiento de la
cooperación militar sino la adopción de una nueva moneda global y la
creación de un banco de desarrollo. ¿Por qué es importante esta
revitalización de la OCS? Pues porque estamos hablando de una alianza
que engloba a países que cuentan con casi la mitad de la población
mundial.
Lo
que hay en marcha es una OCS que combina aspectos de una alianza
militar como la OTAN con las ventajas económicas de una unión entre
países como la UE o la UNASUR, solo que con mucha más población y en
constante crecimiento. El proceso se está acelerando y ya se está
preparando una nueva reunión, esta vez el San Petersburgo, en la que se
va a discutir “el fortalecimiento de la cooperación entre los Estados
miembros de la OCS en diversos ámbitos, entre ellos la agricultura, la
economía y el comercio, las finanzas, la tecnología y la energía, entre
otros” (5). Incluso el FMI y el BM se ven amenazados con la posible
instauración de una nueva moneda para las transacciones financieras de
estos países. Esta es la razón por la que desde el verano EEUU ha
decidido re-enfocar su presencia en Asia y agitar viejos conflictos como
el que enfrenta a Vietnam con China a propósito del Mar Meridional de
China. El propósito es dificultar al máximo esta integración que puede
llegar a dominar rutas estratégicas y desarrollar unas nuevas relaciones
políticas, económicas y militares sin la interferencia occidental y,
sobre todo, de EEUU.
Los
chinos saben que una de sus debilidades estratégicas, la energía, está
asegurada con la nueva relación estratégica con Rusia. La otra es su
dependencia de las importaciones y exportaciones vía marítima. Por eso
está construyendo portaaviones y por eso está reforzando su poder
militar y sus alianzas en este campo. Si durante el 90 aniversario de la
constitución del Partido Comunista de China se anunció que se estaban
buscando emplazamientos para una base naval (6), la primera fuera del
territorio chino, ahora ya se ratifica que ha llegado a un acuerdo con
Sri Lanka para que la marina de guerra china pueda utilizar el puerto de
Hambantuta, uno de los más grandes de esa zona. No debería sorprender,
por lo tanto, que Sri Lanka haya pedido ser aceptado en la OCS en
calidad de observador.
La
alianza estratégica entre Rusia y China se ha fortalecido a raíz de la
agresión a Libia. Ambos países fueron cogidos por sorpresa por la
decisión de la Liga Árabe, patrocinada e impulsada por Arabia Saudita, y
tuvieron una reacción dubitativa que les llevó a abstenerse en la ONU.
Pero el contraataque ha sido fulgurante y así lo han puesto de
manifiesto tanto con el veto a la resolución sobre Siria como con esta
alianza geopolítica. Para Rusia y China la agresión a Libia fue la
constatación que las palabras de cambio de Obama al inicio de su mandato
no eran más que una táctica y un ejercicio de relaciones públicas que
estaba muy lejos de un compromiso serio por la paz o el respeto al
derecho internacional. Rusos y chinos son cada vez más conscientes de
ello y actúan en consecuencia. Máxime cuando el Secretario de Defensa de
EEUU, Leon Panetta, no se recata en afirmar que una alianza militar
entre Rusia y China supondría “una amenaza para la seguridad nacional de
EEUU y para el mundo entero” (7).
Vivimos
unos momentos en los que la intensidad de los cambios geopolíticos está
al mismo nivel que hace 20 años, con la desaparición de la URSS y el
comienzo del mundo unipolar bajo el pomposo nombre de Nuevo Orden
Mundial. Ese mundo está desmoronándose. Como se ha dicho antes, el fin
de la “era americana” está llegando a su fin. Como una fiera cuando está
herida, el imperialismo se vuelve más peligroso y hay un país, Irán,
que puede convertirse en la piedra de toque para desbaratar la nueva
estrategia ruso-china de Unión Euroasiática en mayor medida que las
escaramuzas del Mar Meridional de China. La renovación de las amenazas
contra el país persa por su programa nuclear van en esa dirección, poner
en un aprieto internacional a dos de sus principales socios económicos y
valedores políticos.
Ya
lo dijo hace dos décadas Brezinski, ex Consejero de Seguridad Nacional
durante la presidencia de Carter: “la primacía global de EEUU depende
directamente de la duración y eficacia de su preponderancia en el
continente euroasiático”.
Fuente: Alberto Cruz, “La deriva pro occidental de Rusia en el enfrentamiento Medvedev-Putin” [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
A mí me parece interesante y muy acertado, como siempre el tiempo dirá...
Un Saludo
lascalizas- Usuario habitual
Re: China podría convertirse en la nueva Grecia
No se, yo la verdad es que tampoco se cierto si es tan igual a grecia como dicen. pero el hecho de que el FMI haya dado un toque de atención a China ya indica que no es buena señal, y de ser cierto lo de este chino cuyo nombre desconozco, podría ser un desastre.
Tiempo al tiempo.
Tiempo al tiempo.
jcarlos- Buen usuario
Re: China podría convertirse en la nueva Grecia
Por supuesto, esperemos que no esté tan mal..., pero yo creo que al FMI en este momento, le falta dinero y le sobra credibilidad, no sé por qué le damos tanta importancia, en realidad es una institución que jamás arreglo nada, los paises que tuvieron algo que ver con ella quedaron hartos y arruinados, en mi opinión se comporta como un valedor de los intereses Estadounidenses, pero no es garantía de nada... y tampoco debe tener una credibilidad que no merece, pues si hubiera servido para algo como institución de regulación financiera, papel que pretende, ningún País hubiera llegado a una situación de Crisis como la que padecemos ahora, o como la que padeció en su día Argentina. Y nunca hubiera podido existir un sistema Ponzi como el de Lehman Brothers...
De todos modos se trata de debatir a partir de la información y es lo que hacemos.
Un Saludo
De todos modos se trata de debatir a partir de la información y es lo que hacemos.
Un Saludo
lascalizas- Usuario habitual
Re: China podría convertirse en la nueva Grecia
lascalizas escribió:Por supuesto, esperemos que no esté tan mal..., pero yo creo que al FMI en este momento, le falta dinero y le sobra credibilidad, no sé por qué le damos tanta importancia, en realidad es una institución que jamás arreglo nada, los paises que tuvieron algo que ver con ella quedaron hartos y arruinados, en mi opinión se comporta como un valedor de los intereses Estadounidenses, pero no es garantía de nada... y tampoco debe tener una credibilidad que no merece, pues si hubiera servido para algo como institución de regulación financiera, papel que pretende, ningún País hubiera llegado a una situación de Crisis como la que padecemos ahora, o como la que padeció en su día Argentina. Y nunca hubiera podido existir un sistema Ponzi como el de Lehman Brothers...
De todos modos se trata de debatir a partir de la información y es lo que hacemos.
Un Saludo
Claro jeje, lo que mola es debatir XD además estoy de acuerdo con ese párrafo que acabas de poner.
jcarlos- Buen usuario
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