CHERNOBYL - La noche del fin del mundo
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stelaplateada
pstimolo
Mundoalerta
tao2012
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Re: CHERNOBYL - La noche del fin del mundo
Alerta Atómica - Atomic Alert (Elementary Version, 1951) [Varias calidades]
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Esta espantosa película muestrea el procedimiento de la defensa civil en caso de ataques nucleares, como objetivo estaba dirigido a a estudiantes de la escuela primaria durante la guerra fria.
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Namasté!!!
P.D.: TRIGUEIRINHO: Luz sobre la Tierra
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tao2012- Usuario destacado
Re: CHERNOBYL - La noche del fin del mundo
Chernobil La Tragedia oculta... El Pueblo Fantasma
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Bueno esto es un documental obviamente basado en la vida real en la cual muesra la tragedia mas grande en la historia de la humanidad y la mas significativa, que hasta el dia de hoy nos afecta, pero nadie lo sabe...
link: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Chernobil es la ciudad donde se produjo la tragedia nuclear ,mas grande de la historia, que por poco destruye al mundo, ahora la ciudad por causa de la radiacion no se puede habitar durante 24.000 años ahora existe un nucleo radiactivo en chernobil que amenaza con destruir la tierra y los paises acargo se hacen los desentendidos , ve con paciencia y mucha atencion todo el documental quedaras mas que impactado, y somprendido con lo que la burocracia y la estupides de algunos puede hacer que miles de vidas se pierda en un instante y se sigan perdiendo....
Acá esta el link para descargar el video, clave: admin
peso 800 mb
idioma:Español
Categoria: Documental
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Namasté!!!
P.D.: EL COMANDO ASHTAR: El Rescate de la Tierra (al completo)
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tao2012- Usuario destacado
Milenio 3 - El Terremoto de Japón 2011
Milenio 3 - El Terremoto de Japón 2011
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En Milenio 3 ya se ha tratado el tema, podéis descargar el programa desde el siguiente enlace:
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Y el especial en Video de La Noche del Fin del Mundo, en el siguiente:
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No he escuchado el programa, lo comentó porque es bueno tener más informaciones que la de Milenio 3, sin desmecerla para nada sino todo lo contrario, pero cuantas más opiniones mejor.
Namasté!!!
P.D.: Karma animal, Karma planetario
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tao2012- Usuario destacado
Atrapados en CHERNOBYL (Peli para descargar)
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Película compartiéndose ahora mismo por E-Mule, link aquí:
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REDES DE SERVICIO: En la puerta de casa (DVDRip)
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tao2013- Reportero total
Re: CHERNOBYL - La noche del fin del mundo
No hay que olvidar que Chernobyl ("Ajenjo" en ucraniano) AÚN no ha dicho su última palabra.
Lo digo porque como sigue "de actualidad" lo ocurrido en Fukushima, Japón, todas las miradas están allí:
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...teniendo a esta otra Central Nuclear a sus espaldas, por haberse originado la catástrofe en el pasado, aunque amenaza también con quedarnos sin futuro, a menos que aumenten las voces de rechazo en el mundo & recibamos más asistencia de los Hermanos Mayores del Cosmos.
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Namasté!!!
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tao2013- Reportero total
Re: CHERNOBYL - La noche del fin del mundo
Central Nuclear de Chernóbil 25 años después Documental completo Español
Publicado el 29/08/2013
El 26 de abril de 1986, el cuarto reactor de la Central Nuclear de Chernóbil explotó a la 01:23 a.m. hora local. Básicamente se estaba experimentando con el reactor para comprobar si la energía de las turbinas podía generar suficiente electricidad para las bombas de refrigeración en caso de fallo (hasta que arrancaran los generadores diésel). Pero una sucesión de errores provocó una enorme subida de potencia y una gran explosión que dejó al descubierto el núcleo del reactor, con lo cual se emitió una gigantesca nube radiactiva hacia toda Europa. Todos los residentes permanentes de la ciudad y los que vivían en la zona de exclusión fueron evacuados debido a que los niveles de radiación sobrepasaron todos los estándares de seguridad.3 El accidente era hasta entonces el único de la historia que había alcanzado el nivel 7 de la escala INES. Sin embargo, el 11 de marzo del 2011 el gobierno japonés elevó a ese mismo grado el nivel de alerta por el accidente de la planta nuclear de Fukushima, tras el terremoto y el maremoto acaecidos exactamente un mes antes en ese país.
El 26 de abril de 1986, el cuarto reactor de la Central Nuclear de Chernóbil explotó a la 01:23 a.m. hora local. Básicamente se estaba experimentando con el reactor para comprobar si la energía de las turbinas podía generar suficiente electricidad para las bombas de refrigeración en caso de fallo (hasta que arrancaran los generadores diésel). Pero una sucesión de errores provocó una enorme subida de potencia y una gran explosión que dejó al descubierto el núcleo del reactor, con lo cual se emitió una gigantesca nube radiactiva hacia toda Europa. Todos los residentes permanentes de la ciudad y los que vivían en la zona de exclusión fueron evacuados debido a que los niveles de radiación sobrepasaron todos los estándares de seguridad.3 El accidente era hasta entonces el único de la historia que había alcanzado el nivel 7 de la escala INES. Sin embargo, el 11 de marzo del 2011 el gobierno japonés elevó a ese mismo grado el nivel de alerta por el accidente de la planta nuclear de Fukushima, tras el terremoto y el maremoto acaecidos exactamente un mes antes en ese país.
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FEDERACIÓN HUMANITARIA INTERNACIONAL - Redes de Luz
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tao2013- Reportero total
Nunca más: LA PESADILLA DE CHERNOBYL
Nunca más: La Pesadilla de Chernobyl
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El accidente de Chernobil ha sido el más grave de toda la historia nuclear. Ha mostrado en toda su crudeza los efectos que el movimiento ecologista predecía que tendría un accidente nuclear. Los augurios más pesimistas se han quedado pequeños.
Los efectos del accidente no se conocen a ciencia cierta y todavía hay discusión sobre sus costes económicos y sobre el impacto sobre la salud de las personas y sobre el medio ambiente. La industria nuclear y los organismos nacionales e internacionales que impulsan la energía nuclear siguen empeñados en minimizar esta enorme catástrofe.
La nuclear de Chernobil
La central nuclear de Chernobil se terminó de construir en diciembre de 1983 y está formada por cuatro reactores de 1000 MW de potencia cada uno. El reactor número 4 fue el tristemente famoso por el accidente que ocurrió el 26 de abril de 1986.
En estos momentos existen en los países del Este 15 reactores como el de Chernobil, del tipo BRMK. Estos reactores usan el agua como refrigerante y el grafito como moderador. El hecho de que el refrigerante y el moderador sean distintos entraña un peligro en sí mismo. El moderador de neutrones sirve para convertir los neutrones rápidos producidos en las reacciones de fisión en neutrones térmicos, que son los que más fácilmente absorbe el U-235 para seguir produciendo fisiones. Por tanto, el papel del moderador es aumentar la cantidad de neutrones que son capaces de producir nuevas fisiones. Si por alguna causa el refrigerante dejara de fluir a través del núcleo, la reacción continuaría a ritmo óptimo, puesto que el moderador sigue actuando. El efecto que produce la ausencia de refrigerante es bien conocido: la temperatura del núcleo aumenta, y se puede modificar la geometría, aumentando el ritmo de la reacción, llegándose al final a la fusión del núcleo y al tipo de accidente más grave que puede ocurrir en una central nuclear. Es por este efecto que este tipo de centrales funcionan mal a baja potencia y tienen tendencia a aumentar la potencia producida.
Otro problema de diseño que se le achaca a este tipo de reactores es el tiempo que tardan en bajar las barras de control, unos 20 segundos, mientras que en las centrales occidentales es de un segundo.
La central de Chernobil se ponía como ejemplo de seguridad: H. Born de la eléctrica alemana Vereignigte Elektrizittswerke (VEW) publicó en la revista Atomwirschaft Atomtechnik, en diciembre de 1983 que “el sistema es extremadamente seguro y fiable. La planta nuclear está dotada con tres sistemas de seguridad paralelos y totalmente independientes, capaces de soportar tornados, terremotos y accidentes de aviones”; B. Semonov, director del Departamento de Seguridad de la OIEA, escribió en el Boletín de la OIEA publicado en junio de 1983 que “un accidente serio con pérdida de refrigerante es prácticamente imposible en las centrales del tipo BRMK”. Sin embargo, después del accidente, los representantes de la industria nuclear occidental se apresuraron a decir que estas centrales son en realidad poco seguras, por ejemplo que “la construcción era sumamente simple” (D. van Bekkum, del Instituto de Radio Biología de Holanda).
Se le achacó también la falta de contención como una diferencia fundamental con las centrales occidentales. Hoy está claro que las contenciones de las centrales occidentales no soportarían una explosión de la potencia que se produjo en Chernobil. Un estudio sistemático de las contenciones occidentales, realizado por la NRC (Nuclear Regulatory Comission, el órgano regulador de la seguridad nuclear en EE. UU.), arrojó problemas de diseño en el venteo de las contenciones del tipo Mark I y Mark III de los reactores de agua en ebullición de General Electric. Estos problemas se encontraron en Cofrentes (Valencia) y Garoña (Burgos) y sólo fueron reparados el año 1992.
El accidente
Aquel lunes 28 de abril de 1986 todos los duendes parecían estar reunidos en la central nuclear sueca de Forsmark. Los sucesos inexplicables se repetían sin cesar.
Todo comenzó cuando a la entrada del turno de mañana uno de los trabajadores apoyó, como hacía todos los días, los pies en el detector de radiactividad de la central e hizo saltar la alarma. Se pensó en un primer momento en que el operario había estadoo trabajando negligentemente en alguna zona contaminada, pero después se descartó ya que su jornada comenzaba justo entonces. Cuando, como medida cautelar, se hicieron medidas de radiactividad de la ropa de los trabajadores se vio con sorpresa que todos contenían niveles radiactivos entre 5 y 15 veces superiores a los normales. Mientras tanto en la sala de control de la central todos los parámetros de funcionamiento se mantenían normales y no había ninguna indicación de que algo funcionara mal en la planta. Pese a ello el inspector de seguridad mandó detener la central temiendo que estuviera produciendo alguna fuga radiactiva sin registrar y notificó el suceso a la Agencia Sueca de Seguridad Nuclear (SKI). La respuesta de este organismo les llenó aún de más perplejidad. Todas las centrales suecas y finlandesas estaban registrando valores anormalmente altos de radiactividad desde la noche anterior. La primera hipótesis que se apuntó fue que los sovieticos habían realizado en secreto la explosión de algún arma nuclear acabando con la moratoria unilateral decretada sobre este tipo de ensayos.
Pero hubo que descartarlo. Los sismógrafos no habían detectado ningún movimiento anormal y el análisis del aire anunciaba la presencia de isótopos de cobalto, yodo y cesio que no se encuentran en las armas y si en las centrales nucleares: se había producido un accidente en alguna central nuclear. Cuando se realizó un análisis meteorológico retrospectivo para ver de donde podía provenir la nube radiactiva se vió que casi con total seguridad venía de alguna de las centrales soviéticas instaladas en Ucrania. ¡La radiactividad había volado casi 2.000 km antes de ser detectada!
A primera hora de la tarde las principales agencias de noticias se hacían eco del sorprendente suceso. Cuando el teletipo cayó en manos del responsable de prensa del Consejo de Seguridad Nuclear español este no pudo evitar una carcajada. Para él, que anteriormente había sido propagandista de las bondades de la energía nuclear, la noticia de que se detectaban niveles muy altos de radiactividad en Suecia como consecuencia de un accidente nuclear ocurrido en la URSS solo podía ser una de tantas informaciones confusas y malintencionadas de algún periodista que no sabía realmente de que hablaba. Cuando comentó el hecho con sus compañeros, la carcajada se repitió. Era bien conocido y comprobado que la nube radiactiva de un accidente nuclear se extinguiría en 100 o a lo sumo 200 km. Sólo había que esperar la rectificación y la versión oficial de las autoridades suecas.
Pero evidentemente la rectificación no llegó. Antes al contrario en el programa de noticias soviético “Uremya” (El tiempo) el presentador leía, a las 21:02 h., esta lacónica comunicación oficial:”Ha ocurrido un accidente en la planta de energía de Chernobil y uno de los reactores resultó dañado. Están tomándose medidas para eliminar las consecuencias del accidente. Se está asistiendo a las personas afectadas. Se ha designado una comisión del gobierno”.
El origen del suceso que conmocionó al mundo entero hay que buscarlo en la noche del 25 al 26 de abril de 1.986. Entonces y con motivo de una revisión ordinaria de mantenimiento, los técnicos pretendieron realizar una experiencia, en el cuarto grupo de la central nuclear, que tenía como objeto comprobar cuanto tiempo podía generar electricidad una turbina a la que se hubiese cortado la afluencia de vapor.
Para ello los técnicos bajaron la potencia del reactor. Dicha bajada de potencia conlleva la posibilidad de que los sistemas automáticos de protección del reactor entraran en funcionamiento y detuvieran la experiencia por lo que los operarios de la planta desconectaron sistemas vitales de seguridad. En medio de la experiencia se produjo una súbita elevación de potencia que provocó fragmentación del combustible, una generación masiva de vapor y la reacción del agua de refrigeración con el zirconio de las vainas de combustible produciendo un gas muy inflamable: el hidrógeno. Los gases formados rompieron por presión las estructuras tanto interiores como exteriores del reactor y propiciaron la fuga de hidrógeno que dos o tres segundos despues provocó una tremenda explosión al reaccionar con el oxígeno. Los sistemas de contención y el techo del reactor saltaron en pedazos, encontrándose fuera del edificio bloques y fragmentos de grafito y de combustible. A consecuencia de la explosión murieron dos trabajadores que se encontraban próximos al lugar de los hechos. Para colmo de males, las pilas de grafito empezaron a arder (se calcula que llegó a hacerlo el 10%) amenazando con propagar a los restantes reactores nucleares de la planta, derritiendo parte del núcleo y dispersando las partículas radiactivas existentes en él.
Un minuto después de iniciarse el incendio la alarma sonó en el cuartel de bomberos que estaban de retén en la unidad número dos. Se enfundaron sus trajes y se dirigieron al grupo siniestrado. El espectáculo que presenciaron resultó dantesco. La instalación estaba envuelta en llamas gigantescas. Se inició así una lucha heroica que había de prolongarse durante tres o cuatro días para apagar el incendio y evitar que el fuego se propagara hasta la unidad tres de la central nuclear. Según comentó después “Pravda” “La lucha contra el infierno resultó titánica. Los bomberos se hundieron con las botas en el asfalto de la central, que se había vuelto una masa movediza. Algunos permanecieron durante horas sobre el techo de la central intentando detener el fuego que ya había llegado al techo del reactor número tres. Sometidos al calor, al humo asfixiante y a las altas dosis radiactivas aguantaron más allá del heroísmo e impidieron que la tragedia adquiera proporciones mucho mayores. Su valor va a costarles la vida a los aguerridos bomberos”. No hay nada de exagerado en este relato. Como todo el mundo ha reconocido después, el arrojo de los bomberos y algunos técnicos de la central nuclear en los primeros días que siguieron al accidente impidió que la tragedia fuera aún mucho mayor.
Ellos son la gran mayoría de los algo más de 300 afectados agudos por la radiactividad, 32 murieron antes de finalizar 1.986. Los “luchadores” de Chernobil demostraron el mismo valor sin límites, suicida, que sus antecesores habían tenido en la lucha contra Hitler en los mismos pantanos de Ucrania en 1.941. El mundo entero tiene con ellos una deuda de gratitud.
Las tareas más urgentes que tuvieron que afrontar las autoridades responsables de la crisis eran tres: atajar el incendio que dispersaba más y más materiales radiactivos y amenazaba con llegar a otros reactores, evitar que el núcleo fundido entrara en contacto con aguas subterráneas y multiplicara por diez la dimensión de la tragedia y atajar en lo posible la contaminación de las aguas de bebida.
Para apagar el incendio no era posible repetir la experiencia del grafito de Windscale (Gran Bretaña) en 1957. No podía disponerse de las ingentes cantidades de agua que entonces se usaron. Una cantidad menor de ella sólo hubiera contribuido a empeorar la situación al reaccionar el grafito al rojo y producir hidrógeno que podía provocar nuevas explosiones. Así que se recurrió a una solución imaginativa. Se preparó para ello una mezcla de 40 Tm de Carburo de Boro, 800 de Dolomita, 1800 de arena y arcilla y 2400 de Plomo. La función del Carburo de Boro era absorber neutrones y detener la reacción nuclear en cadena; la Dolomita permitía una adecuada disipación del calor y generaba Dióxido de Carbono en caso de descomponerse que ayudaba a apagar el fuego; la arena y la arcilla retenían los aerosoles y contribuían a la detención del incendio; finalmente el Plomo fundiría absorbiendo el calor y una vez fundido taponaría fisuras para evitar la emisión de sustancias radiactivas y reducía la radiación directa. Estas sustancias se arrojaban desde helicópteros que, desafiando al fuego, a la falta de visibilidad provocada por el humo y la radiactividad, sobrevolaban la planta. Esta tarea se desarrolló entre los días 27 de abril y 10 de mayo siendo más intensa en los primeros cinco días.
Si no se arrojó más cantidad de sustancias para apagar el fuego fue porque se temía que el peso junto con el calor del núcleo rompiera la losa sobre la que estaba el reactor y se contaminaran las aguas subterráneas. Para ello fue preciso eliminar el agua de la piscina que había debajo del reactor y cavar un túnel de 135 metros de largo a 5.4 metros de profundidad. Este túnel una vez llenado de cemento encerraría todo el reactor evitando que la radiactividad usara esa vía de escape. En un principio los técnicos dispusieron equipos refrigerantes para aliviar el calor del núcleo. Esta urgente obra se realizó por primera vez en la historia con 400 trabajadores en turnos de tres horas para evitar sufrir daños irreparables. ¡Habían evitado que se produjese el síndrome de China!
En la tarea de atajar la contaminación ayudó mucho la suerte. No llovió hasta el 20 de mayo. Para esa fecha se habían construido 7.5 km de diques en las riberas del río Pripiat con la ayuda de bulldozers y se cubrieron de polietileno. Con ello se evitó que las aguas del Pripiat que abastecían a Kiev, con más de 3.000.000 de habitantes, se contaminaran gravísimamente.
Otro de los grandes problemas a que tuvieron que enfrentarse las autoridades soviéticas fue la evacuación de las poblaciones directamente afectadas por el accidente. Después del cúmulo de inexactitudes y errores que se publicaron sobre el hecho hoy tenemos una idea bastante exacta de lo ocurrido.
Parece ser que el mismo día 26 fueron evacuadas las personas que Vivian en la residencia para operarios a 1,6 km de la central. Unas mil familias fueron evacuadas usando medios locales de transporte a través de un portón tendido sobre el rio Pripiat para huir de la zona más contaminada sin atravesar la pluma radiactiva. Al mismo tiempo en Kiev y los alrededores se requisaron 1.100 autobuses conducidos en parte por voluntarios. Esto permitió que 36 horas después del accidente fueran evacuadas cincuenta mil personas que Vivian en un área de 30 kilómetros en torno a la central. El núcleo principal era la ciudad satélite de Pripiat con unos veinticinco mil habitantes que se evacuó en tres horas. Muchos de ellos fueron desalojados de sus casas en contra de su voluntad y el ejército hubo de emplearse con contundencia. Los animales domésticos y de labranza fueron sacrificados. Se formaron caravanas de más de 30 km de longitud.
Finalmente fue desalojada la ciudad de Chernobil, con algo más de 40.000 habitantes, que se encontraba en el límite de los 30 km. Este desalojo se produjo seis días después del accidente y se tardó más de tres días. Esta ha sido la principal crítica que se ha vertido sobre las autoridades soviéticas: la demora en evacuar Chernobil. Para atender a estas personas se contó con unos 1300 médicos y dosimetristas y 300 ambulancias para desplazar a los irradiados al hospital.
La situación
La situación actual de la seguridad de la planta es simplemente inadmisible y suscita serias preocupaciones. Por un lado la seguridad de los reactores tipo BRMK, como el de Chernobil, está seriamente en cuestión, incluso por los organismos más pro-nucleares. Por otro lado el estado del sarcófago de hormigón que aísla el núcleo del medio ambiente es catastrófico. Piénsese que se construyó con enorme precipitación y en un ambiente extremadamente radiactivo. En su estado actual permite la filtración de grandes cantidades de agua al núcleo del reactor, lo cual hace que se pueda modificar la geometría del combustible que todavía se guarda en su interior, con el consiguiente riesgo de que se reinicie la reacción nuclear. Por otro lado la construcción podría derrumbarse, permitiendo nuevos escapes radiactivos al medio ambiente y, lo que sería más grave, podría afectar en su derrumbe a uno de los dos grupos en funcionamiento, con lo que se podría originar un gravísimo accidente y repetirse así la pesadilla de 1986.
Un informe de un grupo de científicos pertenecientes a seis compañías de tres países, ponía de manifiesto lo peligroso que resulta mantener los dos reactores restantes en funcionamiento. Este informe se centraba, sobre todo, en la debilidad estructural del llamado Bloque B, edifico adyacente del reactor número 2 y del número 4, que sufrió el accidente. El bloque B podría derrumbarse de un momento a otro, puesto que sufrió los efectos del accidente del reactor 4, y afectar a importantes equipos del reactor número dos, provocando un grave escape radiactivo al medio ambiente. Este informe ponía de manifiesto que los residuos radiactivos esparcidos por la zona son diez veces más que los calculados tras el accidente: En total unos 700.000 m3 de escombros radiactivos (unas seis veces la capacidad del cementerio de El Cabril en Córdoba), más unas 200 toneladas de combustible gastado que será tóxico durante cientos de miles de años. Además, el informe llama dramáticamente a la construcción de un segundo sarcófago que recubra al primero, que ya se encuentra seriamente dañado y permite la fuga de radiactividad y las filtraciones de agua.
Además existen en un radio de 30 km en torno a Chernobil unos 800 almacenes de residuos radiactivos, que se han venido recogiendo en las labores de descontaminación. Estos almacenes están mal controlados y vigilados. Se sabe que las medidas de seguridad y de aislamiento de muchos de ellos son más que precarias, debido a la celeridad y a las penosas circunstancias en que fueron construídos.
El coste total hasta la fecha, sin incluir los futuros casos de cáncer y malformaciones congénitas, ni los daños irreparables al medio ambiente que se han producido, se han estimado por una fuente independiente en unos 38 billones de pesetas. Este coste tiene en cuenta el tratamiento médico (2,6 billones); la limpieza de las zonas afectadas, los movimientos de población, evacuaciones y realojos (otros 2,6 billones) y la descontaminación (33 billones, todavía por invertir). Estos costes son del mismo orden de magnitud que los presupuestos del Estado español. Podemos entonces deducir lo que supondría una catástrofe de similares características en alguna de las centrales españolas para la economía de nuestro estado.
Las cifras oficiales del gobierno ucraniano cifraban en más de 100.000 las víctimas mortales que se habían producido hasta la fecha, sin embargo la conferencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada en marzo de 1995 en Ginebra, desecha estas cifras. En la actualidad hay un consenso en situar la cifra de muertos entre 8.000 y 10.000 personas.
La OMS distingue tres áreas de trabajo para mitigar, en lo posible, los efectos del accidente:
1) Problemas sicológicos por el cambio de vida y el temor a las consecuencias de la radiación (neuralgias, trastornos intestinales, insomnio, pérdida de concentración, alcoholismo y estrés).
2) Cánceres infantiles de tiroides (especialmente en los niños que tenían menos de 5 años en el momento del accidente), que se han revelado como uno de los efectos más claros, más dolorosos y más violentos.
3) Los cánceres futuros en niños y adultos y las enfermedades debidas a radiactividad (aumento de leucemias, cánceres de pecho y vejiga y enfermedades del riñón). Se estima que unas 500.000 personas podrían verse afectadas por cánceres de diferentes tipos en los próximos diez años.
En la región de Gomel (Bielorrusia) los cánceres de tiroides en niños de menos de 15 años se han multiplicado por 100 a partir de 1991 hasta marzo de 1995. Los informes para Rusia y Ucrania son todavía incompletos pero muestran que el índice de cánceres de tiroides en niños de menos de 15 se ha multiplicado por un factor que va de 10 a 60, dependiendo de la proximidad a Chernobil de las zonas estudiadas. Por otra parte, el número de leucemias infantiles en la zona de Chernobil fue 3 veces el normal en 1986, 8 veces en 1990 y 5 veces en 1993.
El estado de salud de los “liquidadores” (las personas que han trabajado en la descontaminación) muestra también los terribles efectos de la radiación. El número de tumores que han aparecido en este colectivo se ha multiplicado por 2,6. Y en el grupo de grado 1 (los más expuestos a las radiaciones) se ha multiplicado hasta por 5,7 veces. Los grupos más jóvenes (los que cuentan en la actualidad con edades entre 40 y 49 años) parecen ser los más susceptibles a sufrir enfermedades.
Las enfermedades originadas por la radiactividad han sufrido un incremento notable en todos los grupos de edad, especialmente en los varones entre 18 y 39 años, en concreto han aumentado un factor entre 2,4 y 4,3 veces la incidencia de 1988. Las más frecuentes han sido las enfermedades de los sistemas nervioso y circulatorio.
En las mujeres, sin embargo, han aumentado los tumores y las enfermedades digestivas y respiratorias. Los niños de las zonas contaminadas sufren graves inmunodeficiencias y sufren enfermedades respiratorias entre 8 y 9 veces al año, además de daños en los sistemas endocrino y circulatorio.
Situación radiológica de las zonas afectadas
Los niveles de radiación en la zona de Chernobil son enormes. Se han registrado mutaciones en algunos animales como vacas y ratones de campo. En el caso de estos últimos se han encontrado cambios en el ADN que habrían tardado unos 10 millones de años en producirse de forma natural. El material genético de un ratón normal se diferencia del de estos ratones mutantes más que del de las ratas. Para evaluar la importancia de este hecho hay que tener en cuenta que los ratones y las ratas divergieron en la evolución hace unos 15 millones de años.
Las zonas de exclusión y control, situadas respectivamente en un radio de 30 y 120 km en torno a la central, se han revelado insuficientes al encontrarse concentraciones de radioisótopos superiores a las previstas fuera de las antedichas zonas.
Las áreas contaminadas con más radiación de 5 Ci de Cs137 son 1.347.000 Ha en Bielorrusia, 377.500 Ha en Ucrania y 725.000 Ha en Rusia. Bielorrusia llevó la peor parte, pues se depositaron en ella las dos terceras partes de los radionucleidos liberados en la explosión, debido a que el viento soplaba hacia el Norte. El 23 % del territorio de Bielorrusia, en el que viven 2,105.400 personas, 400.000 de las cuales son niños, está contaminado con más de 1Ci/km2. Unas 100.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus viviendas.
En Ucrania se depositaron entre el 25 y el 30 % de los radioisótopos liberados en la explosión. En particular se calcula que el territorio ucraniano recibió entre 230 y 280 miles de Ci de Cs137. De la zona de 30 km en torno a la central se tuvo que evacuar a unas 130.000 personas.
El número de ciudadanos considerados oficialmente como víctimas asciende a 3,014.263 personas. Entre ellas se encuentran 356.617 de los llamados “liquidadores” y 870.128 niños. En la actualidad todavía viven en zonas contaminadas 2,405.006 personas, de las que 541,226 eran niños.
En la zona de exclusión total viven todavía 682 personas; 19.465 personas, de las cuales 3.429 son niños, viven todavía en zonas que han sido evacuadas; 653.723 personas, entre las que hay 158.008 niños, viven todavía en la zona de evacuación voluntaria y 1,731.136 personas, de las que 379.789 son niños, viven en zonas de radiación intensa sometidas a control radiológico.
La gente, en general, ha sufrido mucho no sólo por las consecuencias del accidente en sí, sino también por el proceso de control radiológico, descontaminación y evacuación, que les ha obligado a abandonar sus casas y sus formas de vida. En algunos lugares, por ejemplo, el tiempo de permanencia a la intemperie está limitado. Las personas que viven en zonas contaminadas deben someterse a controles médicos periódicos.
El próximo cierre
El gobierno de Kiev usa Chernobil como moneda de cambio en sus negociaciones con los siete países más industrializados. Al fin, en abril de 1994, el gobierno ucraniano se comprometió al cierre antes del año 2000, ante las presiones del G-7, que acordaron el cierre en la reunión que se celebró en Nápoles (Italia). Las negociaciones entre estos sietes Estados y Ucrania se convirtió, en realidad, en un regateo en que el gobierno de Kiev intentaba conseguir más dinero y el G-7 intentaba que el cierre de Chernobil saliera lo más barato posible: Una vez más la energía nuclear permite a los gobiernos jugar con la seguridad de las personas y el medio ambiente como moneda de cambio.
El coste del cierre estimado por Kiev era de 4600 millones de dólares, que incluiría la recolocación de los 5500 trabajadores que todavía trabajan en la planta. Sin embargo el G-7, tras su reunión de Halifax (Canadá), ha conseguido firmar un acuerdo en que se compromete a pagar 500 millones de dólares a cambio de que el cierre se produzca en una fecha indeterminada antes del año 2000.
Conclusión: no se ha aprendido la lección
Cuando se cumple el aniversario del accidente de Chernobil, la central continúa siendo una gravísima amenaza para toda Europa puesto que todavía continúa en funcionamiento jugando con la seguridad de millones de personas. La energía nuclear tiene poco más de 50 años, pero el precio a pagar por las ventajas obtenidas de ésta energía en este corto espacio de tiempo en la historia de la humanidad es inmenso. El accidente de Chernobil es el más grave pero no es el único. La historia nuclear está salpicada de catástrofes: Sosnovi Bor, Harrisburg, Windscale,… y Vandellós son sólo alguno de los tristemente famosos lugares azotados por accidentes nucleares de más o menos importancia.
Está además el problema de los residuos de alta actividad, que serán peligrosos durante más de cien mil años. ¡Cien mil años a cambio de cincuenta de obtener energía! Las generaciones futuras nos recordarán con tristeza y quizá con rencor por ser tan egoístas que les hemos dejado el terrible legado de los residuos. Y todo para obtener una energía eléctrica que podría obtenerse por medios más limpios.
Una muestra de buen sentido, de respeto hacia las generaciones presentes y futuras y al medio ambiente sería el cierre inmediato de todas las centrales nucleares. Luchemos para que la humanidad supere esta breve aunque grave mancha en su historia que es la era nuclear.
Fuente: Ecologistas en acción [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Los efectos del accidente no se conocen a ciencia cierta y todavía hay discusión sobre sus costes económicos y sobre el impacto sobre la salud de las personas y sobre el medio ambiente. La industria nuclear y los organismos nacionales e internacionales que impulsan la energía nuclear siguen empeñados en minimizar esta enorme catástrofe.
La nuclear de Chernobil
La central nuclear de Chernobil se terminó de construir en diciembre de 1983 y está formada por cuatro reactores de 1000 MW de potencia cada uno. El reactor número 4 fue el tristemente famoso por el accidente que ocurrió el 26 de abril de 1986.
En estos momentos existen en los países del Este 15 reactores como el de Chernobil, del tipo BRMK. Estos reactores usan el agua como refrigerante y el grafito como moderador. El hecho de que el refrigerante y el moderador sean distintos entraña un peligro en sí mismo. El moderador de neutrones sirve para convertir los neutrones rápidos producidos en las reacciones de fisión en neutrones térmicos, que son los que más fácilmente absorbe el U-235 para seguir produciendo fisiones. Por tanto, el papel del moderador es aumentar la cantidad de neutrones que son capaces de producir nuevas fisiones. Si por alguna causa el refrigerante dejara de fluir a través del núcleo, la reacción continuaría a ritmo óptimo, puesto que el moderador sigue actuando. El efecto que produce la ausencia de refrigerante es bien conocido: la temperatura del núcleo aumenta, y se puede modificar la geometría, aumentando el ritmo de la reacción, llegándose al final a la fusión del núcleo y al tipo de accidente más grave que puede ocurrir en una central nuclear. Es por este efecto que este tipo de centrales funcionan mal a baja potencia y tienen tendencia a aumentar la potencia producida.
Otro problema de diseño que se le achaca a este tipo de reactores es el tiempo que tardan en bajar las barras de control, unos 20 segundos, mientras que en las centrales occidentales es de un segundo.
La central de Chernobil se ponía como ejemplo de seguridad: H. Born de la eléctrica alemana Vereignigte Elektrizittswerke (VEW) publicó en la revista Atomwirschaft Atomtechnik, en diciembre de 1983 que “el sistema es extremadamente seguro y fiable. La planta nuclear está dotada con tres sistemas de seguridad paralelos y totalmente independientes, capaces de soportar tornados, terremotos y accidentes de aviones”; B. Semonov, director del Departamento de Seguridad de la OIEA, escribió en el Boletín de la OIEA publicado en junio de 1983 que “un accidente serio con pérdida de refrigerante es prácticamente imposible en las centrales del tipo BRMK”. Sin embargo, después del accidente, los representantes de la industria nuclear occidental se apresuraron a decir que estas centrales son en realidad poco seguras, por ejemplo que “la construcción era sumamente simple” (D. van Bekkum, del Instituto de Radio Biología de Holanda).
Se le achacó también la falta de contención como una diferencia fundamental con las centrales occidentales. Hoy está claro que las contenciones de las centrales occidentales no soportarían una explosión de la potencia que se produjo en Chernobil. Un estudio sistemático de las contenciones occidentales, realizado por la NRC (Nuclear Regulatory Comission, el órgano regulador de la seguridad nuclear en EE. UU.), arrojó problemas de diseño en el venteo de las contenciones del tipo Mark I y Mark III de los reactores de agua en ebullición de General Electric. Estos problemas se encontraron en Cofrentes (Valencia) y Garoña (Burgos) y sólo fueron reparados el año 1992.
El accidente
Aquel lunes 28 de abril de 1986 todos los duendes parecían estar reunidos en la central nuclear sueca de Forsmark. Los sucesos inexplicables se repetían sin cesar.
Todo comenzó cuando a la entrada del turno de mañana uno de los trabajadores apoyó, como hacía todos los días, los pies en el detector de radiactividad de la central e hizo saltar la alarma. Se pensó en un primer momento en que el operario había estadoo trabajando negligentemente en alguna zona contaminada, pero después se descartó ya que su jornada comenzaba justo entonces. Cuando, como medida cautelar, se hicieron medidas de radiactividad de la ropa de los trabajadores se vio con sorpresa que todos contenían niveles radiactivos entre 5 y 15 veces superiores a los normales. Mientras tanto en la sala de control de la central todos los parámetros de funcionamiento se mantenían normales y no había ninguna indicación de que algo funcionara mal en la planta. Pese a ello el inspector de seguridad mandó detener la central temiendo que estuviera produciendo alguna fuga radiactiva sin registrar y notificó el suceso a la Agencia Sueca de Seguridad Nuclear (SKI). La respuesta de este organismo les llenó aún de más perplejidad. Todas las centrales suecas y finlandesas estaban registrando valores anormalmente altos de radiactividad desde la noche anterior. La primera hipótesis que se apuntó fue que los sovieticos habían realizado en secreto la explosión de algún arma nuclear acabando con la moratoria unilateral decretada sobre este tipo de ensayos.
Pero hubo que descartarlo. Los sismógrafos no habían detectado ningún movimiento anormal y el análisis del aire anunciaba la presencia de isótopos de cobalto, yodo y cesio que no se encuentran en las armas y si en las centrales nucleares: se había producido un accidente en alguna central nuclear. Cuando se realizó un análisis meteorológico retrospectivo para ver de donde podía provenir la nube radiactiva se vió que casi con total seguridad venía de alguna de las centrales soviéticas instaladas en Ucrania. ¡La radiactividad había volado casi 2.000 km antes de ser detectada!
A primera hora de la tarde las principales agencias de noticias se hacían eco del sorprendente suceso. Cuando el teletipo cayó en manos del responsable de prensa del Consejo de Seguridad Nuclear español este no pudo evitar una carcajada. Para él, que anteriormente había sido propagandista de las bondades de la energía nuclear, la noticia de que se detectaban niveles muy altos de radiactividad en Suecia como consecuencia de un accidente nuclear ocurrido en la URSS solo podía ser una de tantas informaciones confusas y malintencionadas de algún periodista que no sabía realmente de que hablaba. Cuando comentó el hecho con sus compañeros, la carcajada se repitió. Era bien conocido y comprobado que la nube radiactiva de un accidente nuclear se extinguiría en 100 o a lo sumo 200 km. Sólo había que esperar la rectificación y la versión oficial de las autoridades suecas.
Pero evidentemente la rectificación no llegó. Antes al contrario en el programa de noticias soviético “Uremya” (El tiempo) el presentador leía, a las 21:02 h., esta lacónica comunicación oficial:”Ha ocurrido un accidente en la planta de energía de Chernobil y uno de los reactores resultó dañado. Están tomándose medidas para eliminar las consecuencias del accidente. Se está asistiendo a las personas afectadas. Se ha designado una comisión del gobierno”.
El origen del suceso que conmocionó al mundo entero hay que buscarlo en la noche del 25 al 26 de abril de 1.986. Entonces y con motivo de una revisión ordinaria de mantenimiento, los técnicos pretendieron realizar una experiencia, en el cuarto grupo de la central nuclear, que tenía como objeto comprobar cuanto tiempo podía generar electricidad una turbina a la que se hubiese cortado la afluencia de vapor.
Para ello los técnicos bajaron la potencia del reactor. Dicha bajada de potencia conlleva la posibilidad de que los sistemas automáticos de protección del reactor entraran en funcionamiento y detuvieran la experiencia por lo que los operarios de la planta desconectaron sistemas vitales de seguridad. En medio de la experiencia se produjo una súbita elevación de potencia que provocó fragmentación del combustible, una generación masiva de vapor y la reacción del agua de refrigeración con el zirconio de las vainas de combustible produciendo un gas muy inflamable: el hidrógeno. Los gases formados rompieron por presión las estructuras tanto interiores como exteriores del reactor y propiciaron la fuga de hidrógeno que dos o tres segundos despues provocó una tremenda explosión al reaccionar con el oxígeno. Los sistemas de contención y el techo del reactor saltaron en pedazos, encontrándose fuera del edificio bloques y fragmentos de grafito y de combustible. A consecuencia de la explosión murieron dos trabajadores que se encontraban próximos al lugar de los hechos. Para colmo de males, las pilas de grafito empezaron a arder (se calcula que llegó a hacerlo el 10%) amenazando con propagar a los restantes reactores nucleares de la planta, derritiendo parte del núcleo y dispersando las partículas radiactivas existentes en él.
Un minuto después de iniciarse el incendio la alarma sonó en el cuartel de bomberos que estaban de retén en la unidad número dos. Se enfundaron sus trajes y se dirigieron al grupo siniestrado. El espectáculo que presenciaron resultó dantesco. La instalación estaba envuelta en llamas gigantescas. Se inició así una lucha heroica que había de prolongarse durante tres o cuatro días para apagar el incendio y evitar que el fuego se propagara hasta la unidad tres de la central nuclear. Según comentó después “Pravda” “La lucha contra el infierno resultó titánica. Los bomberos se hundieron con las botas en el asfalto de la central, que se había vuelto una masa movediza. Algunos permanecieron durante horas sobre el techo de la central intentando detener el fuego que ya había llegado al techo del reactor número tres. Sometidos al calor, al humo asfixiante y a las altas dosis radiactivas aguantaron más allá del heroísmo e impidieron que la tragedia adquiera proporciones mucho mayores. Su valor va a costarles la vida a los aguerridos bomberos”. No hay nada de exagerado en este relato. Como todo el mundo ha reconocido después, el arrojo de los bomberos y algunos técnicos de la central nuclear en los primeros días que siguieron al accidente impidió que la tragedia fuera aún mucho mayor.
Ellos son la gran mayoría de los algo más de 300 afectados agudos por la radiactividad, 32 murieron antes de finalizar 1.986. Los “luchadores” de Chernobil demostraron el mismo valor sin límites, suicida, que sus antecesores habían tenido en la lucha contra Hitler en los mismos pantanos de Ucrania en 1.941. El mundo entero tiene con ellos una deuda de gratitud.
Las tareas más urgentes que tuvieron que afrontar las autoridades responsables de la crisis eran tres: atajar el incendio que dispersaba más y más materiales radiactivos y amenazaba con llegar a otros reactores, evitar que el núcleo fundido entrara en contacto con aguas subterráneas y multiplicara por diez la dimensión de la tragedia y atajar en lo posible la contaminación de las aguas de bebida.
Para apagar el incendio no era posible repetir la experiencia del grafito de Windscale (Gran Bretaña) en 1957. No podía disponerse de las ingentes cantidades de agua que entonces se usaron. Una cantidad menor de ella sólo hubiera contribuido a empeorar la situación al reaccionar el grafito al rojo y producir hidrógeno que podía provocar nuevas explosiones. Así que se recurrió a una solución imaginativa. Se preparó para ello una mezcla de 40 Tm de Carburo de Boro, 800 de Dolomita, 1800 de arena y arcilla y 2400 de Plomo. La función del Carburo de Boro era absorber neutrones y detener la reacción nuclear en cadena; la Dolomita permitía una adecuada disipación del calor y generaba Dióxido de Carbono en caso de descomponerse que ayudaba a apagar el fuego; la arena y la arcilla retenían los aerosoles y contribuían a la detención del incendio; finalmente el Plomo fundiría absorbiendo el calor y una vez fundido taponaría fisuras para evitar la emisión de sustancias radiactivas y reducía la radiación directa. Estas sustancias se arrojaban desde helicópteros que, desafiando al fuego, a la falta de visibilidad provocada por el humo y la radiactividad, sobrevolaban la planta. Esta tarea se desarrolló entre los días 27 de abril y 10 de mayo siendo más intensa en los primeros cinco días.
Si no se arrojó más cantidad de sustancias para apagar el fuego fue porque se temía que el peso junto con el calor del núcleo rompiera la losa sobre la que estaba el reactor y se contaminaran las aguas subterráneas. Para ello fue preciso eliminar el agua de la piscina que había debajo del reactor y cavar un túnel de 135 metros de largo a 5.4 metros de profundidad. Este túnel una vez llenado de cemento encerraría todo el reactor evitando que la radiactividad usara esa vía de escape. En un principio los técnicos dispusieron equipos refrigerantes para aliviar el calor del núcleo. Esta urgente obra se realizó por primera vez en la historia con 400 trabajadores en turnos de tres horas para evitar sufrir daños irreparables. ¡Habían evitado que se produjese el síndrome de China!
En la tarea de atajar la contaminación ayudó mucho la suerte. No llovió hasta el 20 de mayo. Para esa fecha se habían construido 7.5 km de diques en las riberas del río Pripiat con la ayuda de bulldozers y se cubrieron de polietileno. Con ello se evitó que las aguas del Pripiat que abastecían a Kiev, con más de 3.000.000 de habitantes, se contaminaran gravísimamente.
Otro de los grandes problemas a que tuvieron que enfrentarse las autoridades soviéticas fue la evacuación de las poblaciones directamente afectadas por el accidente. Después del cúmulo de inexactitudes y errores que se publicaron sobre el hecho hoy tenemos una idea bastante exacta de lo ocurrido.
Parece ser que el mismo día 26 fueron evacuadas las personas que Vivian en la residencia para operarios a 1,6 km de la central. Unas mil familias fueron evacuadas usando medios locales de transporte a través de un portón tendido sobre el rio Pripiat para huir de la zona más contaminada sin atravesar la pluma radiactiva. Al mismo tiempo en Kiev y los alrededores se requisaron 1.100 autobuses conducidos en parte por voluntarios. Esto permitió que 36 horas después del accidente fueran evacuadas cincuenta mil personas que Vivian en un área de 30 kilómetros en torno a la central. El núcleo principal era la ciudad satélite de Pripiat con unos veinticinco mil habitantes que se evacuó en tres horas. Muchos de ellos fueron desalojados de sus casas en contra de su voluntad y el ejército hubo de emplearse con contundencia. Los animales domésticos y de labranza fueron sacrificados. Se formaron caravanas de más de 30 km de longitud.
Finalmente fue desalojada la ciudad de Chernobil, con algo más de 40.000 habitantes, que se encontraba en el límite de los 30 km. Este desalojo se produjo seis días después del accidente y se tardó más de tres días. Esta ha sido la principal crítica que se ha vertido sobre las autoridades soviéticas: la demora en evacuar Chernobil. Para atender a estas personas se contó con unos 1300 médicos y dosimetristas y 300 ambulancias para desplazar a los irradiados al hospital.
La situación
La situación actual de la seguridad de la planta es simplemente inadmisible y suscita serias preocupaciones. Por un lado la seguridad de los reactores tipo BRMK, como el de Chernobil, está seriamente en cuestión, incluso por los organismos más pro-nucleares. Por otro lado el estado del sarcófago de hormigón que aísla el núcleo del medio ambiente es catastrófico. Piénsese que se construyó con enorme precipitación y en un ambiente extremadamente radiactivo. En su estado actual permite la filtración de grandes cantidades de agua al núcleo del reactor, lo cual hace que se pueda modificar la geometría del combustible que todavía se guarda en su interior, con el consiguiente riesgo de que se reinicie la reacción nuclear. Por otro lado la construcción podría derrumbarse, permitiendo nuevos escapes radiactivos al medio ambiente y, lo que sería más grave, podría afectar en su derrumbe a uno de los dos grupos en funcionamiento, con lo que se podría originar un gravísimo accidente y repetirse así la pesadilla de 1986.
Un informe de un grupo de científicos pertenecientes a seis compañías de tres países, ponía de manifiesto lo peligroso que resulta mantener los dos reactores restantes en funcionamiento. Este informe se centraba, sobre todo, en la debilidad estructural del llamado Bloque B, edifico adyacente del reactor número 2 y del número 4, que sufrió el accidente. El bloque B podría derrumbarse de un momento a otro, puesto que sufrió los efectos del accidente del reactor 4, y afectar a importantes equipos del reactor número dos, provocando un grave escape radiactivo al medio ambiente. Este informe ponía de manifiesto que los residuos radiactivos esparcidos por la zona son diez veces más que los calculados tras el accidente: En total unos 700.000 m3 de escombros radiactivos (unas seis veces la capacidad del cementerio de El Cabril en Córdoba), más unas 200 toneladas de combustible gastado que será tóxico durante cientos de miles de años. Además, el informe llama dramáticamente a la construcción de un segundo sarcófago que recubra al primero, que ya se encuentra seriamente dañado y permite la fuga de radiactividad y las filtraciones de agua.
Además existen en un radio de 30 km en torno a Chernobil unos 800 almacenes de residuos radiactivos, que se han venido recogiendo en las labores de descontaminación. Estos almacenes están mal controlados y vigilados. Se sabe que las medidas de seguridad y de aislamiento de muchos de ellos son más que precarias, debido a la celeridad y a las penosas circunstancias en que fueron construídos.
El coste total hasta la fecha, sin incluir los futuros casos de cáncer y malformaciones congénitas, ni los daños irreparables al medio ambiente que se han producido, se han estimado por una fuente independiente en unos 38 billones de pesetas. Este coste tiene en cuenta el tratamiento médico (2,6 billones); la limpieza de las zonas afectadas, los movimientos de población, evacuaciones y realojos (otros 2,6 billones) y la descontaminación (33 billones, todavía por invertir). Estos costes son del mismo orden de magnitud que los presupuestos del Estado español. Podemos entonces deducir lo que supondría una catástrofe de similares características en alguna de las centrales españolas para la economía de nuestro estado.
Las cifras oficiales del gobierno ucraniano cifraban en más de 100.000 las víctimas mortales que se habían producido hasta la fecha, sin embargo la conferencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada en marzo de 1995 en Ginebra, desecha estas cifras. En la actualidad hay un consenso en situar la cifra de muertos entre 8.000 y 10.000 personas.
La OMS distingue tres áreas de trabajo para mitigar, en lo posible, los efectos del accidente:
1) Problemas sicológicos por el cambio de vida y el temor a las consecuencias de la radiación (neuralgias, trastornos intestinales, insomnio, pérdida de concentración, alcoholismo y estrés).
2) Cánceres infantiles de tiroides (especialmente en los niños que tenían menos de 5 años en el momento del accidente), que se han revelado como uno de los efectos más claros, más dolorosos y más violentos.
3) Los cánceres futuros en niños y adultos y las enfermedades debidas a radiactividad (aumento de leucemias, cánceres de pecho y vejiga y enfermedades del riñón). Se estima que unas 500.000 personas podrían verse afectadas por cánceres de diferentes tipos en los próximos diez años.
En la región de Gomel (Bielorrusia) los cánceres de tiroides en niños de menos de 15 años se han multiplicado por 100 a partir de 1991 hasta marzo de 1995. Los informes para Rusia y Ucrania son todavía incompletos pero muestran que el índice de cánceres de tiroides en niños de menos de 15 se ha multiplicado por un factor que va de 10 a 60, dependiendo de la proximidad a Chernobil de las zonas estudiadas. Por otra parte, el número de leucemias infantiles en la zona de Chernobil fue 3 veces el normal en 1986, 8 veces en 1990 y 5 veces en 1993.
El estado de salud de los “liquidadores” (las personas que han trabajado en la descontaminación) muestra también los terribles efectos de la radiación. El número de tumores que han aparecido en este colectivo se ha multiplicado por 2,6. Y en el grupo de grado 1 (los más expuestos a las radiaciones) se ha multiplicado hasta por 5,7 veces. Los grupos más jóvenes (los que cuentan en la actualidad con edades entre 40 y 49 años) parecen ser los más susceptibles a sufrir enfermedades.
Las enfermedades originadas por la radiactividad han sufrido un incremento notable en todos los grupos de edad, especialmente en los varones entre 18 y 39 años, en concreto han aumentado un factor entre 2,4 y 4,3 veces la incidencia de 1988. Las más frecuentes han sido las enfermedades de los sistemas nervioso y circulatorio.
En las mujeres, sin embargo, han aumentado los tumores y las enfermedades digestivas y respiratorias. Los niños de las zonas contaminadas sufren graves inmunodeficiencias y sufren enfermedades respiratorias entre 8 y 9 veces al año, además de daños en los sistemas endocrino y circulatorio.
Situación radiológica de las zonas afectadas
Los niveles de radiación en la zona de Chernobil son enormes. Se han registrado mutaciones en algunos animales como vacas y ratones de campo. En el caso de estos últimos se han encontrado cambios en el ADN que habrían tardado unos 10 millones de años en producirse de forma natural. El material genético de un ratón normal se diferencia del de estos ratones mutantes más que del de las ratas. Para evaluar la importancia de este hecho hay que tener en cuenta que los ratones y las ratas divergieron en la evolución hace unos 15 millones de años.
Las zonas de exclusión y control, situadas respectivamente en un radio de 30 y 120 km en torno a la central, se han revelado insuficientes al encontrarse concentraciones de radioisótopos superiores a las previstas fuera de las antedichas zonas.
Las áreas contaminadas con más radiación de 5 Ci de Cs137 son 1.347.000 Ha en Bielorrusia, 377.500 Ha en Ucrania y 725.000 Ha en Rusia. Bielorrusia llevó la peor parte, pues se depositaron en ella las dos terceras partes de los radionucleidos liberados en la explosión, debido a que el viento soplaba hacia el Norte. El 23 % del territorio de Bielorrusia, en el que viven 2,105.400 personas, 400.000 de las cuales son niños, está contaminado con más de 1Ci/km2. Unas 100.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus viviendas.
En Ucrania se depositaron entre el 25 y el 30 % de los radioisótopos liberados en la explosión. En particular se calcula que el territorio ucraniano recibió entre 230 y 280 miles de Ci de Cs137. De la zona de 30 km en torno a la central se tuvo que evacuar a unas 130.000 personas.
El número de ciudadanos considerados oficialmente como víctimas asciende a 3,014.263 personas. Entre ellas se encuentran 356.617 de los llamados “liquidadores” y 870.128 niños. En la actualidad todavía viven en zonas contaminadas 2,405.006 personas, de las que 541,226 eran niños.
En la zona de exclusión total viven todavía 682 personas; 19.465 personas, de las cuales 3.429 son niños, viven todavía en zonas que han sido evacuadas; 653.723 personas, entre las que hay 158.008 niños, viven todavía en la zona de evacuación voluntaria y 1,731.136 personas, de las que 379.789 son niños, viven en zonas de radiación intensa sometidas a control radiológico.
La gente, en general, ha sufrido mucho no sólo por las consecuencias del accidente en sí, sino también por el proceso de control radiológico, descontaminación y evacuación, que les ha obligado a abandonar sus casas y sus formas de vida. En algunos lugares, por ejemplo, el tiempo de permanencia a la intemperie está limitado. Las personas que viven en zonas contaminadas deben someterse a controles médicos periódicos.
El próximo cierre
El gobierno de Kiev usa Chernobil como moneda de cambio en sus negociaciones con los siete países más industrializados. Al fin, en abril de 1994, el gobierno ucraniano se comprometió al cierre antes del año 2000, ante las presiones del G-7, que acordaron el cierre en la reunión que se celebró en Nápoles (Italia). Las negociaciones entre estos sietes Estados y Ucrania se convirtió, en realidad, en un regateo en que el gobierno de Kiev intentaba conseguir más dinero y el G-7 intentaba que el cierre de Chernobil saliera lo más barato posible: Una vez más la energía nuclear permite a los gobiernos jugar con la seguridad de las personas y el medio ambiente como moneda de cambio.
El coste del cierre estimado por Kiev era de 4600 millones de dólares, que incluiría la recolocación de los 5500 trabajadores que todavía trabajan en la planta. Sin embargo el G-7, tras su reunión de Halifax (Canadá), ha conseguido firmar un acuerdo en que se compromete a pagar 500 millones de dólares a cambio de que el cierre se produzca en una fecha indeterminada antes del año 2000.
Conclusión: no se ha aprendido la lección
Cuando se cumple el aniversario del accidente de Chernobil, la central continúa siendo una gravísima amenaza para toda Europa puesto que todavía continúa en funcionamiento jugando con la seguridad de millones de personas. La energía nuclear tiene poco más de 50 años, pero el precio a pagar por las ventajas obtenidas de ésta energía en este corto espacio de tiempo en la historia de la humanidad es inmenso. El accidente de Chernobil es el más grave pero no es el único. La historia nuclear está salpicada de catástrofes: Sosnovi Bor, Harrisburg, Windscale,… y Vandellós son sólo alguno de los tristemente famosos lugares azotados por accidentes nucleares de más o menos importancia.
Está además el problema de los residuos de alta actividad, que serán peligrosos durante más de cien mil años. ¡Cien mil años a cambio de cincuenta de obtener energía! Las generaciones futuras nos recordarán con tristeza y quizá con rencor por ser tan egoístas que les hemos dejado el terrible legado de los residuos. Y todo para obtener una energía eléctrica que podría obtenerse por medios más limpios.
Una muestra de buen sentido, de respeto hacia las generaciones presentes y futuras y al medio ambiente sería el cierre inmediato de todas las centrales nucleares. Luchemos para que la humanidad supere esta breve aunque grave mancha en su historia que es la era nuclear.
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tao2013- Reportero total
Accidente en central nuclear de Ucrania: 03/12/2014
LO QUE NO DICE LA PRENSA ESCRITA ES QUE YA HAY 6 AFECTADOS
El accidente en una central nuclear de Ucrania no supone «ninguna amenaza»
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ABC
Día 03/12/2014 - 12.48h
El ministro de Energía ucraniano asegura que la planta volverá a funcionar con normalidad el 5 de diciembre
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ABC
Día 03/12/2014 - 12.48h
El ministro de Energía ucraniano asegura que la planta volverá a funcionar con normalidad el 5 de diciembre
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"El ministro ucraniano de Energía, Volodymyr Demchyshyn, ha asegurado este miércoles que se ha producido un accidente en la planta nuclear de Zaporizhzhya, en el sureste de Ucrania, pero que no supone un peligro y que volverá a su funcionamiento normal el 5 de diciembre. «No hay amenaza... no hay problemas con los reactores», aseguró Demchyshyn, que matizó que el accidente afectó al sistema de producción de energía.
En Viena, la Agencia Internacional de la Energía Atómica no ha hecho ningún comentario inmediato al reporte. Bajo un convenio internacional, adoptado tras el accidente de Chernóbil en 1986, un país debe notificarles cualquier accidente nuclear que pueda afectar a otros países."
En Viena, la Agencia Internacional de la Energía Atómica no ha hecho ningún comentario inmediato al reporte. Bajo un convenio internacional, adoptado tras el accidente de Chernóbil en 1986, un país debe notificarles cualquier accidente nuclear que pueda afectar a otros países."
Una central nuclear ucraniana sufre una avería
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EFE
03 de diciembre de 2014 13:56
Según el ministro de Energía, no hay riesgo de fuga de radiación
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EFE
03 de diciembre de 2014 13:56
Según el ministro de Energía, no hay riesgo de fuga de radiación
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"La central nuclear ucraniana de Zaparozhie sufrió una avería el pasado 28 de noviembre. Según el ministro de Energía, Vladímir Demchísin, no hay riesgo de fuga de radiación. «No hay ninguna amenaza. La avería tuvo lugar en el tercer bloque de la planta atómica de Zaparozhie en el sistema de distribución de electricidad. De ninguna manera está relacionado con la generación de electricidad ni con el reactor nuclear», dijo el ministro en conferencia de prensa, según medios locales.
Agregó que el accidente se debió a un cortocircuito y que en estos momentos «se están haciendo todos los esfuerzos para restablecer la avería en ese sector»."
Agregó que el accidente se debió a un cortocircuito y que en estos momentos «se están haciendo todos los esfuerzos para restablecer la avería en ese sector»."
Avería "sin riesgos" en una central nuclear ucranaiana, la mayor de Europa
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"Las autoridades de Ucrania han informado este miércoles del problema registrado el pasado viernes en la planta de Zaparozhie, en el sureste del país. Aseguran que no hay riesgo de fuga radiactiva."
Namasté!!!
Techo se derrumba en la planta nuclear de Chernobyl: Ucrania (16/02/2013)
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Techo se derrumba en la planta nuclear de Chernobyl: Ucrania (16/02/2013)
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Por esto Vladimir Putin quiere hacerse de Ucrania, porque Ucrania no tiene suficiente capacidad para actualizar la infraestructura de sus centrales nucleares, mientras que Rusia sí y tiene ese polvorín al lado.
¿La salvación vendrá de Rusia?
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LA 4ª DIMENSIÓN: Chatarra Nuclear sobre nuestras cabezas
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LA 4ª DIMENSIÓN: Chatarra Nuclear sobre nuestras cabezas
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tao2013- Reportero total
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