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Del estado del periodismo en Buenos Aires, Argentina...

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Del estado del periodismo en Buenos Aires, Argentina... Empty Del estado del periodismo en Buenos Aires, Argentina...

Mensaje por lilian Mar Jun 11, 2013 5:23 am

Periodismo



Una realidad social, gremial, política y cultural al servicio de los trabajadores de prensa
La UTPBA en Celeste y Blanco



(Por Juan Chaneton)
Editor de http://www.nos-comunicamos.com.ar/

Del estado del periodismo en Buenos Aires, Argentina... 01_294

Que al fin y al cabo, son los colores de la patria; y que patria y
democracia ya nunca más serán un acervo lingüístico que, por
derrelicción de la izquierda, se lo apropió la derecha. Los que
queremos escapar del horizonte de suceso que nos traga hacia el agujero
negro de la desesperanza, somos los mismos que ansiamos cruzar el límite
del poniente, ese coto sagrado del sol, para remontarnos hacia las
cumbres luminosas de una sociedad vacía ya, por fin, de lucro, de
precio, de dolor, de indiferencia.

Estuvimos juntos, el último dos de junio, en nuestro amado conurbano
proletario y popular. Estuvimos allí, ese dos de junio, los trabajadores
de prensa que rendimos tributo a la inteligencia, a la valentía y a la
esperanza, y es sólo ello lo que nos incita a la reflexión y lo que
mantiene viva una poética de la militancia.

Nos debemos a nosotros mismos y a los compañeros de este continente
en lucha una respuesta acerca de cómo se ejerce el periodismo en la
Argentina y cuál es la realidad de la lucha sindical de los trabajadores
de prensa en este rincón del sur sudamericano; y la memoria y el
presente se hacen hipérbole en aquellos y en estos nombres, en aquellos y
en estos fuegos, y en el ayer y en el hoy hipostasiados y devenidos una
sola carne y una sola sangre, que no divinas, por cierto, más bien
humanas, demasiado humanas, como humanos son los compañeros que lucharon
y los que luchan hoy para que, algún día, ejercer el periodismo en la
Argentina sea, a un tiempo, un acto puro y genuino de verdad escrita
estampada como un beso en la mejilla, y de creación estética renuente a
dar la espalda a la poesía y, en suma, un acto de amor a la humanidad
como decía el Che que era la política, un acto de amor, eso dijo una vez
en carta a Quijano, aquel director egregio de la mítica revista Marcha,
la uruguaya y sudamericana Marcha.

Los compañeros que habitan otras geografías de esta pampa bárbara y
de esta selva virgen que es Latinoamérica saben que el 7 de junio es el
día del periodista en la Argentina. Y para ellos, para los colegas y
para los pueblos del continente, narramos hoy esta breve historia, que
nada tiene de relato banal ansioso de nostalgia y sí mucho, en cambio,
de fresco impresionista ahíto de luz y de color y pleno de episodios
varios y diversos pero unidos por un común contenido de lucha
inclaudicable por los derechos del pueblo al que pertenecemos los
trabajadores de prensa de este país.

Acabamos de iniciar la semana del periodista en la Argentina. Y en
particular en Buenos Aires, su capital, en sus barrios y en ese
magnífico y vital semillero de medios de comunicación que es el
conurbano bonaerense, no la iniciamos de cualquier modo. Lejos de una
rutinaria convocatoria de circunstancias, más de 2000 compañeros,
comunicadores sociales, se erigieron en sujetos activos de un encuentro
que, por la masividad que alcanzó y por la diversa y plural presencia de
medios y protagonistas, dio cuenta de la extendida y sana diversidad
de la UTPBA y de la mirada estratégica y continental de sus políticas.

Vivió este cronista, -hay que decirlo- sentidos y pulsiones de ánimo
agitado aquel domingo reciente, cuando la algarabía de ese par de miles
de compañeros se imponía a todos como única razón y como certeza
contundente de que el futuro es nuestro. ¿Incidieron alguna vez los
dioses en los asuntos humanos? ¿Habría amor sin Venus y guerra sin
Marte? Sin esa militancia que el dos de junio anegó un territorio vasto,
¿habría UTPBA y unidad continental de los periodistas en lucha contra
la dictadura hegemónica de los medios? Sin esa UTPBA convocante, ¿habría
militancia? ¿Se buscan uno al otro y no existirían el uno sin el otro?
¿UTPBA y militancia son una y misma cosa? Y el frío de la tarde devino,
en ese instante, impotente ardid de la naturaleza frente a tanto fuego
juvenil extendido sobre las corolas y el rocío.

Estuvieron todos. Compañeras/os de medios grandes y pequeños, prensa
escrita, de radio y de televisión, trabajadores de prensa "on line",
medios digitales, agencias de noticias nacionales e internacionales,
cooperativas, organizaciones sociales y gremiales, universidades,
periodistas de la colectividad LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y
personas Transgénero). Todo ello conformó, el 2 de junio pasado, en el
inicio de la Semana del Periodismo, un mundo polícromo y
-simultáneamente- encuadrado en políticas de lucha por las condiciones
salariales y laborales de los trabajadores de prensa y de defensa de un
concepto de periodismo-comunicación que encuentra su seña de identidad
más específica en la armónica amalgama de información, cultura, arte y
política. Es una buena síntesis de qué es la UTPBA hoy, y una mejor
respuesta a la pregunta que alberga como núcleo el porqué de la
mayoritaria, renovada y persistente opción por la lista Celeste y Blanca
que hacen los trabajadores de prensa; lista que, con la conducción de
la compañera periodista, docente y estudiosa de la problemática de la
comunicación, Lidia Fagale, no es una mera herramienta electoral sino
que constituye una verdadera apuesta al porvenir de los trabajadores de
prensa.

En todos estos años, la UTPBA ha devenido escuela profesional y
fuente de principios muy aptos para abrirse paso en la militante
profesión de informar. La UTPBA no ha renunciado a una concepción de la
comunicación: autoconstruirse como herramienta fundamental al servicio
del cambio político, social y cultural de nuestros países, en una línea
antiimperialista, soberanista, popular y anticapitalista.

La verdad a la que aspiramos es la que denuncia la explotación y la
injusticia, y esa verdad constituye la única objetividad posible y
deseable. En ese marco, la democracia sindical y la permanente consulta a
los compañeros trabajadores se erigen en metodología orientadora de
políticas sindicales que apuntan a nuevas construcciones y a nuevas
acumulaciones.
La UTPBA concibe la lucha sindical como una lucha eminentemente política
y la política tiene -hoy con más evidencia que nunca- dimensión
continental. La UTPBA es animadora, en un pie de igualdad con
organizaciones hermanas de Sudamérica, de la Federación Latinoamericana
de Periodistas (FELAP) que conduce el compañero periodista Juan Carlos
Camaño.

La FELAP nuclea a los periodistas antiimperialistas del continente. Y
a los principios arriba enunciados como acervo programático de la Unión
de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, suma la denuncia permanente
de las políticas injerencistas de los Estados Unidos, el monopolio de la
información que ejerce esa potencia a través de una red comunicacional
que controla sin escrúpulos y sin ningún apego a la democracia, y las
permanentes violaciones a la libertad de expresión en que incurre el
imperio para preparar, subrepticiamente, sus políticas criminales y
guerreristas en todo el mundo. La FELAP y la UTPBA miran lejos.

Pero esta UTPBA que acaba de convocar a más de 2000 trabajadores de
prensa y que se apresta a enfrentar nuevos desafíos y a ganar batallas
futuras, no es la obra de ningún taumaturgo, aunque, a veces, lo
parezca. Nació de la lucha. Y de una lucha en la que la vida era el
primer activo que el pueblo argentino estaba poniendo en juego. La UTPBA
es hija orgullosa de los combates que libró la militancia del gremio
contra la intervención que había dispuesto el terrorismo de Estado en
nuestras organizaciones. En esa lucha -que reputamos arriesgada mas no
heroica- participaron muchos compañeros que hoy son conducción del
sindicato y, justo es decirlo, lo hicieron junto a otros compañeros de
otras agrupaciones.

A la verdad, verdad. La calumnia deberá quedar para los que
enajenaron su futuro en las oscuras cuevas en que aprendieron sus
códigos y descollaron en el arte de poner la mentira al servicio de sus
pobres causas.

Esta UTPBA que conmemora otro Día del Periodista en la calle y en la
lucha, tiene historia. La primera asamblea general de la Unión de
Trabajadores de Prensa de Buenos Aires tuvo lugar el 22 de julio de 1986
y el mero dato estadístico se va para no volver ya que huele un poco a
pura burocracia eso de andar recopilando citas, nombres, fechas y
demás. Pero se va para no volver –decimos- como dato nudo, duro,
desvaído y sin encanto alguno; en tanto se queda entre nosotros como
símbolo, como signo y arabesco, como espíritu de una época y como ritual
caro a una cultura de sector, de grupo o –dicho con más propiedad- de
clase, la clase de los trabajadores, en este caso, de los trabajadores
de prensa, que no son sólo los periodistas sino también los
colaboradores, los que coordinan un cierre, los correctores y muchos
más.

Pero, como decimos, a esa UTPBA se llegó al cabo de un largo y
doloroso proceso. Hubo que batirse. Hubo que dar una batalla política.
Se dio. Y se ganó. Esta UTPBA de hoy es testimonio, es símbolo, es
prueba, es presente de lucha al servicio de los trabajadores de prensa
con un pasado no diremos heroico -ya que no lo fue; no había espacio
para el heroísmo entonces, ni vocación para arder en las llamas de la
inquisición militar-, pero sí fue, aquel pasado, esforzado y de mucho
sacrificio.

Y la UTPBA no bajó los brazos; supo convocar el Primer Congreso
Mundial de la Comunicación; luego vino el segundo impulsados, ambos,
por un trabajo profesional impecable y eficaz de su Observatorio de
Medios.

Y la UTPBA construyó su Centro de Salud en el mismo espacio físico
donde funcionó la derecha-dictadura, esa que supo entregar al enemigo
que usurpaba el gobierno listas de compañeros que hoy están
desaparecidos. Se trata de la misma Obra Social que hoy exige que el
Estado y las empresas le paguen lo que le deben, que es mucho, y que es
dinero de los trabajadores y que no debe ser ninguna "caja" sino que
tiene que cumplir los fines que una ética elemental y las leyes de este
país obligan a cumplir: servir para que los compañeros que padecen
enfermedades graves puedan seguir viviendo. De eso se trata, ni más ni
menos.

La UTPBA impidió la derogación del Estatuto del Periodista
enfrentando la represión y tomando los principales medios, cuando en los
infames años '90, en pleno apogeo menemista, el despido y la
precarización constituían el fatídico designio neoliberal que, dicho sea
de paso, pugna por regresar, y que si no lo ha podido hacer es porque
ha encontrado un obstáculo insalvable en un nuevo modelo de gestión que,
desde 2003 en adelante, se lo impide.

A la UTPBA, a esa organización gremial que nunca claudicó en sus
principios, que jamás renegó de sus políticas, que en modo alguno
vació su ideología, y que nunca tuvo fecha fija para abjurar de sus
convicciones, le asesinaron dos compañeros en plena etapa democrática:
Mario Bonino y José Luis Cabezas. Y aun así, contra el viento de la
injuria y la amenaza, la UTPBA no dejó conflicto gremial por atender.

Esa Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires estaba en los dos
mil comunicadores -el 2 de junio de este 2013- y en varios otros miles
que no saben de pasividad y que defenderán a su organización. Y lo
harán por sentido de pertenencia, sin divisiones generacionales y, sobre
todo, por conciencia de clase devenida militancia cotidiana.

Cerramos estas líneas con las que hemos intentado una breve pincelada
informativa y, a un tiempo, trascender las fronteras nacionales,
señalando el hecho de que la UTPBA, junto a los compañeros elegidos en
asambleas democráticas por empresa, se halla negociando en paritarias el
salario y las condiciones de trabajo de los compañeros de prensa. No
claudicaremos en esa lucha, por supuesto. Sólo queremos dejarle la
última palabra a nuestra compañera secretaria general quien,
refiriéndose a esas negociaciones, supo manifestar alguna vez:

"... la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), más
allá de las prácticas no discriminatorias y de inclusión que ha
fomentado a lo largo de los años, protegiendo los derechos de las
trabajadoras mujeres y de aquellxs que lo hacen desde distintas
identidades sexuales, ha considerado pertinente incluir la perspectiva
de género en la discusión paritaria actual, porque si bien se trata de
contemplar los derechos salariales y condiciones de trabajo del conjunto
de los trabajadores y trabajadoras de prensa, estas nuevas y renovadas
formas de exclusión persisten, a veces, en formas más visibles y en
otras no tanto.

"Nuestro gremio de prensa refleja los avances y retrocesos del
conjunto social y es tarea nuestra reforzar las políticas laborales y
culturales que pulvericen, de una vez por todas, estas formas de
discriminación que limitan el acceso pleno a derechos laborales y, por
ende, a la calidad de vida de decenas de compañeras y compañeros.

“Hay mucho por recorrer y no debe quedar apenas, esta iniciativa,
como una propuesta “de moda”. Nuestras afiliadas y afiliados merecen
ser nombrados en cada discusión donde se juega la vida misma" (Lidia
Irma Fagale, Secretaria General de UTPBA; del Dossier de Género
“Avances y retrocesos, ambivalencias y confirmaciones”).

La UTPBA es un proyecto político, social y cultural, ya lo hemos
dicho; y la reciente cita lo confirma. La UTPBA tiene un pasado concreto
y tangible y un presente de lucha sin concesiones ni claudicaciones
frente a las patronales, frente a las burocracias sindicales y frente al
Estado. Esa triple autonomía da fundamento al clasismo como núcleo duro
de su ideología. En ese camino estamos y en él continuaremos abriendo
picadas en la enmarañada selva en la que reptan los enemigos de clase.

Es una forma de concebir la lucha. Es, también, el único homenaje
posible ante aquello que no admite el olvido: nuestros 30.000
desaparecidos; nuestros más de cien hermanos trabajadores de prensa
desaparecidos.

7/6/2013
lilian
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