La nueva versión de posesión infernal
MUNDOALERTA . LAS NOTICIAS MAS DESTACADAS DEL MUNDO :: Otras noticias y otros temas, NO relaccionadas con la temática del foro :: General :: Cine Radio televisión y música
Página 1 de 1.
La nueva versión de posesión infernal
Sam Raimi es la marca que vende el producto. Punto. Porque esta Posesión infernal del siglo XXI poco o nada tiene que ver con el ejercicio cafre, gamberro y paródico que montó el director de la reciente Oz, allá por 1981, y que le ha servido al uruguayo Fede Álvarez para darse a conocer en Hollywood. Es el problema de los remakes: si calcas el original, te llaman imitador barato; y si te desvías demasiado, la referencia pierde su sentido. Desprovista, pues, de coartadas creíbles y personalidad propia, qué ofrece la nueva Evil Dead. Cabe en una línea: argumento de saldo, personajes planos y una apuesta decidida por el gore de multisalas, ese que corta el plano antes de ver el hueso colgando. Se ve la sangre pero no su origen.
No se trata de ponerse exquisito con un film que "sólo" pretende dar miedo y satisfacer el morbo de los espectadores más retorcidos, algo por otra parte realmente difícil de lograr si tenemos en cuenta el grado de violencia y horror que ha alcanzado el género en sus mutaciones más explícitas, sino de exigirle unos mínimos a un producto que demasiado a menudo trata al espectador como si fuera lelo. El director reúne a sus criaturas, un puñado de amigos de la infancia con los bolsillos llenos de piques y reproches, en una cabaña en el bosque donde habita el Mal.
El pretexto del viaje da el tono de la historia: pretenden curar de su adicción a las drogas a la hermana de uno de ellos. Da igual que una de las chicas sea enfermera o que la casa fuera una Arcadia de juventud para los antiguos colegas. Huele a excusa de mercadillo que deja muy clara la intención del director: sólo importa la sangre. ¿Personajes? ¿Guion? ¿Relaciones dramáticas? ¿Qué es eso?
Pasado (o sufrido) el primer tercio de metraje, trufado de diálogos a cual más espeluznante y bobo, la cinta entra de lleno en el que se supone es su punto fuerte: las mutilaciones y el espanto sobrenatural. Tampoco funciona. Si a estas alturas un realizador recurre a efectos de sonido y reflejos en espejos para anunciar el susto de turno, una de dos: o ha visto poco cine de género y cada recurso de manual le parece un descubrimiento, o piensa que el público es idiota y va a gritar de horror con cualquiera de sus ocurrencias.
Sin tensión ni angustia narrativa que valga, Fede Álvarez se agarra al gore más previsible para tratar de convertir su ópera prima en un filme más transgresor y epatante de lo que realmente es. Amputaciones, desmembramientos, decapitaciones, cortes en el cuello, rajas en la lengua, hachazos, palos, pistolas de clavos y, finalmente, una motosierra (guiño a la herramienta de trabajo de Bruce "Ash" Campbell en el original). La apuesta por el chorrazo, ya sea en forma de vómito o lesión vascular, sube y sube tanto, que acaba por neutralizar su supuesto efecto estremecedor. A la hora de contemplar actos bárbaros y salvajes, uno ya está curado de espanto y dibuja una sonrisa en el semblante. Hasta la casquería necesita una justificación.
Los tres giros de guion finales, tan predecibles como gratuitos, estiran un chicle que quizás nunca debió salir de su envoltorio. La escena de la "resurrección" es un chiste malo que termina por inclinar el film hacia la comedia involuntaria, y el doble clímax con la mala perra del demonio no encaja dramática ni formalmente con lo visto anteriormente; parece un parche filmado por otro director para llegar a los 90 minutos, cobrar el cheque y salir corriendo. No es lo mismo apartar la mirada a causa de un suceso que provoca miedo que hacerlo porque algo es desagradable o simplemente asqueroso. Y Posesión infernal, por desgracia, es sólo otra peli más de sustos desagradables y asquerosos. Raimi triunfó porque se lo tomó a cachondeo. La gravedad de Álvarez es estomagante.
Esta es la versión de 1981. Una de mis preferidas de todas las peliculas de miedo que he visto
No se trata de ponerse exquisito con un film que "sólo" pretende dar miedo y satisfacer el morbo de los espectadores más retorcidos, algo por otra parte realmente difícil de lograr si tenemos en cuenta el grado de violencia y horror que ha alcanzado el género en sus mutaciones más explícitas, sino de exigirle unos mínimos a un producto que demasiado a menudo trata al espectador como si fuera lelo. El director reúne a sus criaturas, un puñado de amigos de la infancia con los bolsillos llenos de piques y reproches, en una cabaña en el bosque donde habita el Mal.
El pretexto del viaje da el tono de la historia: pretenden curar de su adicción a las drogas a la hermana de uno de ellos. Da igual que una de las chicas sea enfermera o que la casa fuera una Arcadia de juventud para los antiguos colegas. Huele a excusa de mercadillo que deja muy clara la intención del director: sólo importa la sangre. ¿Personajes? ¿Guion? ¿Relaciones dramáticas? ¿Qué es eso?
Pasado (o sufrido) el primer tercio de metraje, trufado de diálogos a cual más espeluznante y bobo, la cinta entra de lleno en el que se supone es su punto fuerte: las mutilaciones y el espanto sobrenatural. Tampoco funciona. Si a estas alturas un realizador recurre a efectos de sonido y reflejos en espejos para anunciar el susto de turno, una de dos: o ha visto poco cine de género y cada recurso de manual le parece un descubrimiento, o piensa que el público es idiota y va a gritar de horror con cualquiera de sus ocurrencias.
Sin tensión ni angustia narrativa que valga, Fede Álvarez se agarra al gore más previsible para tratar de convertir su ópera prima en un filme más transgresor y epatante de lo que realmente es. Amputaciones, desmembramientos, decapitaciones, cortes en el cuello, rajas en la lengua, hachazos, palos, pistolas de clavos y, finalmente, una motosierra (guiño a la herramienta de trabajo de Bruce "Ash" Campbell en el original). La apuesta por el chorrazo, ya sea en forma de vómito o lesión vascular, sube y sube tanto, que acaba por neutralizar su supuesto efecto estremecedor. A la hora de contemplar actos bárbaros y salvajes, uno ya está curado de espanto y dibuja una sonrisa en el semblante. Hasta la casquería necesita una justificación.
Los tres giros de guion finales, tan predecibles como gratuitos, estiran un chicle que quizás nunca debió salir de su envoltorio. La escena de la "resurrección" es un chiste malo que termina por inclinar el film hacia la comedia involuntaria, y el doble clímax con la mala perra del demonio no encaja dramática ni formalmente con lo visto anteriormente; parece un parche filmado por otro director para llegar a los 90 minutos, cobrar el cheque y salir corriendo. No es lo mismo apartar la mirada a causa de un suceso que provoca miedo que hacerlo porque algo es desagradable o simplemente asqueroso. Y Posesión infernal, por desgracia, es sólo otra peli más de sustos desagradables y asquerosos. Raimi triunfó porque se lo tomó a cachondeo. La gravedad de Álvarez es estomagante.
Esta es la versión de 1981. Una de mis preferidas de todas las peliculas de miedo que he visto
Mundoalerta- Admin
Temas similares
» EE. UU. tranquiliza a sus ciudadanos: no habrá una invasión de zombis inminente
» El Camino a Mano Izquierda
» En Venus no se ve el cielo: Descubrimientos de la sonda europea que ve al planeta infernal
» Expertos estadounidenses auguran un “terremoto infernal” para California
» Calor infernal: la Tierra a punto de batir el récord de temperatura más elevada
» El Camino a Mano Izquierda
» En Venus no se ve el cielo: Descubrimientos de la sonda europea que ve al planeta infernal
» Expertos estadounidenses auguran un “terremoto infernal” para California
» Calor infernal: la Tierra a punto de batir el récord de temperatura más elevada
MUNDOALERTA . LAS NOTICIAS MAS DESTACADAS DEL MUNDO :: Otras noticias y otros temas, NO relaccionadas con la temática del foro :: General :: Cine Radio televisión y música
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.