Seguimiento y monitoreo de la actividad solar

Según el documento, para finales del presente siglo la temperatura en el Ártico
puede aumentar en siete grados, ocasionado el derretimiento de los
hielos, el aumento del nivel de las aguas en el océano mundial y la
inundación de islas y los territorios costeros de muchos Estados. Pero,
no solo el diluvio amenaza a la humanidad: los cambios climáticos
influirán el aumento de las catástrofes ecológicas, industriales y
naturales.
Vale recordar que no es el primer año que los especialistas siembran el
pavor anunciando consecuencias catastróficas debido al cambio
climático. Pero, desgraciadamente, una parte de esos pronósticos tiende a
materializarse. Porque cada vez son más frecuentes los fenómenos
naturales anómalos, afirma el coordinador del programa Clima y energía, de la Fundación Mundial de la Naturaleza Alexéi Kokorin:
—El ministerio de Situaciones de Emergencia y carteras análogas de otros
países asustan todo el tiempo. Pero, el que la temperatura va a aumentar
hacia fines de siglo en siete grados en el Ártico, este es un
pronóstico medio, sopesado. Allí se registrarán cambios climáticos tanto
por la temperatura media como por otros parámetros, que serán más
pronunciados que en los trópicos. Y en general, el problema de la
elevación de la temperatura se registrará en inverno. Pareciera que, no
es tanta la diferencia entre cuarenta y cinco y treinta grados bajo
cero. Pero, la cuestión no está en la temperatura, sino en la cantidad
de fenómenos meteorológicos anómalos.
Está claro que, los Estados insulares tendrán que esperar las consecuencias
de la elevación del nivel del agua en el Océano mundial. Sin embargo,
nadie está salvaguardado de las anomalías de la naturaleza. Y los
científicos han comenzado ya a conjeturar que, su frecuencia irá
creciendo más acusadamente, a medida del distanciamiento de la línea
ecuatorial hacia los polos. Y ello significa que en Rusia tales
anomalías irán aumentando. Pero resulta demasiado prematuro afirmar que,
el mundo, y por ende Rusia, quedarán al borde de la supervivencia,
estima Elena Volosiuk, especialista del centro Fobos:
—Todo esto no es tan horrible. En particular, si hablamos de la presente
primavera, el dilatado invierno en Rusia entraña complicaciones de la
situación solo desde el punto de vista de las riadas de la estación.
Ellas pueden ser intensas y de muy corto plazo, con todas las
consecuencias del caso.
El desequilibrio del clima y la elevación de la temperatura conllevan no
solo el incremento de la cantidad de anomalías naturales. Cambian las
áreas de residencia de la flora y de la fauna, afirma Alexéi Kokorin,
especialista de la Fundación Mundial de la Naturaleza de Rusia:
—No cabe pensar que llegarán hasta nosotros los leones del África. No
sucederá nada similar. Llegará sí la garrapata encefálica, que ahora
pasa mejor el invierno. O el escarabajo-carcoma. En nuestro país se
tornan cada vez estos asoladores de bosques. Tomemos la misma chirivía, a
la que estamos ya acostumbrados en Moscú y que ahora se está
desplazando a Carelia y a la provincia de Murmansk. La situación con el
escarabajo en la provincia de Moscú es, en general, deplorable. Según
algunos cálculos, la mayor parte de sus bosques están ya condenados.
Pero, los problemas se esperan no solo en Tierra, sino también en el agua,
indica Viacheslav Dubynin, profesor de la Facultad de Biología de la
Universidad Lomonósov, de Moscú:
—Los problemas están surgiendo también con la fauna marina, con las medusas
que llegan al norte desde el sur en busca del plantón. Surgen por
consiguiente problemas con la alimentación para los peces, se extinguen
las especies nativas, las que son suplantadas por las especies
advenedizas meridionales.
Uno de los últimos ejemplos preocupantes que han puesto en alerta a los
científicos, fue la pesca, en el mar Adriático, de un pez de los más
venenosos del mundo, el fugu. Y es que se trata de un pez propio de las aguas cálidas del Pacífico. Pues bien, el pez fugu contiene una dosis letal de tetrodotoxina. Digamos que el veneno solo de un pez fugu es suficiente para ocasionar la muerte de cincuenta personas.