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Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida

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DientedeDragon
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Mensaje por Mundoalerta Mar Nov 27, 2012 7:12 pm

Una colonia de microbios sobrevive aislada desde
hace más de 2.800 años en aguas con altas concentraciones de sal, sin
luz ni oxígeno. Podría dar pistas sobre la vida extraterrestre


Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Lake-vida--644x362


Donde hay agua, hay vida. Sí, aunque sea un agua con grandes concentraciones de sal a 19 metros por debajo del hielo de la Antártida, en la oscuridad total y con temperaturas que alcanzan los -13,5ºC.
Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Desert (DRI) de
Nevada (EE.UU.) ha descubierto que en este lugar imposible curiosamente
llamado lago «Vida» -así, en español, y ubicado al este del continente helado- una colonia de microbios que, estiman, ha permanecido aislada durante más de 2.800 años. La investigación, que podría dar algunas claves sobre la vida en otros planetas, ha sido publicada en la revista «Proceedings» de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.


Según Nathaniel Ostrom y su equipo, estos microbios
viven en una salmuera (agua cargada de sal) con más de un 20% de
salinidad, que además tienen alta concentración de amoniaco, nitrógeno, azufre y óxido nitroso sobresaturado.
De hecho, en el lago Vida registraron el óxido nitroso sobresaturado
más alto encontrado hasta ahora en un ambiente acuático natural. «Es un ambiente extremo.
El lago de hielo más grueso en el planeta, el más helado, y el más
estable en ambientes gélidos de la Tierra», ha señalado Ostrom.

«El descubrimiento de este ecosistema nos da idea de otros
sistemas aislados y congelados en la Tierra. Pero también nos
proporciona un modelo potencial sobre la vida en otros planetas helados
que poseen depósitos salinos y océanos debajo de la superficie, como la luna de Júpiter, Europa», ha explicado el investigador.

Sin oxígeno o luz solar


En la superficie terrestre, el agua hace fluir la vida y
las plantas usan la fotosíntesis para fabricar energía. Sin embargo,
esto cambia completamente cuando se habla de la vida en el fonde del
océano, por ejemplo. En estas zonas,que están fuera del alcance de los
rayos solares, es la energía química liberada por procesos hidrotermales
la que sostiene la vida.

La vida en el lago «Vida» carece de oxígeno y de luz solar. La concentración de hidrógeno gaseoso y el nitrato, nitrito y el óxido nitroso proveen la energía química de este sistema. Los científicos especulan que las reacciones químicas entre la salmuera anóxica y las rocas se convierten en la fuente de energía que alimenta el metabolismo microbiano.

Los especialistas consideran que este proceso proporciona nueva información
sobre cómo se pudo haber desarrollado la vida en la Tierra, y en
función de este conocimiento, cómo se establecería la vida en otros
cuerpos planetarios.


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Mensaje por Bartolo Miér Nov 28, 2012 3:36 am

Estas sí que son noticias sorprendentes!!!

Esto va a "abrir" la mente de muchos de que la vida se extiende más allá de lo poco que conocemos en este maravilloso Universo
Bartolo
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Mensaje por DientedeDragon Miér Nov 28, 2012 1:33 pm

Me late que los de la NASA van a concatenar este descubrimiento sorprendente y maravilloso, con su "gran descubrimiento que cambiará los libros de historia" que dará a conocer en breve respecto de los "increíbles" hallazgos de la sonda "Curiosity" en Marte!

¡La media "novedad"! Si es así, ¡que basura!, mejor se callan y no dicen nada! silent
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Mensaje por Linx Miér Nov 28, 2012 10:31 pm

Es una noticia esperanzadora sin lugar a dudas. Aunque no olvidemos que para alcanzar condiciones similares de temperatura es requisito indispensable que debajo de las gruesas capas del satélite Europa exista una fuente de calor como la actividad volcánica. De otro modo las condiciones no serían ni por asomo comparables. Habrá que esperar una misión, se baraja alguna en la década de los 20...
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Mensaje por Bartolo Jue Nov 29, 2012 9:43 am

Linx escribió:Es una noticia esperanzadora sin lugar a dudas. Aunque no olvidemos que para alcanzar condiciones similares de temperatura es requisito indispensable que debajo de las gruesas capas del satélite Europa exista una fuente de calor como la actividad volcánica. De otro modo las condiciones no serían ni por asomo comparables. Habrá que esperar una misión, se baraja alguna en la década de los 20...
Cierto Linx!!!
Además tenemos también la Luna TITAN con similares condiciones... Llegar y estudiar esos 'mundos' sería otro gran logro...
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Mensaje por Linx Jue Nov 29, 2012 9:55 pm

Bartolo escribió:
Cierto Linx!!!
Además tenemos también la Luna TITAN con similares condiciones... Llegar y estudiar esos 'mundos' sería otro gran logro...

Lo de Titán es un caso alucinante!! Tiene una atmósfera muy especial. Ojalá podamos explorarlo en condiciones!
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Mensaje por tao2013 Dom Dic 02, 2012 12:36 am

Admin escribió:Una colonia de microbios sobrevive aislada desde
hace más de 2.800 años en aguas con altas concentraciones de sal, sin
luz ni oxígeno. Podría dar pistas sobre la vida extraterrestre

Esto se parece al argumento de la 1ª peli de EXPEDIENTE-X: ¿Casualidad... o algo más?

Namasté!!! Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Superman
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Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:18 pm


Los virus son los agentes más activos de la diversificación de la vida




Nuevas investigaciones revelan que originaron las mutaciones adaptativas y la especialización







Los virus pueden ser parásitos con tal capacidad de simbiosis que
acaban formando parte del ADN de sus huéspedes, ya sean éstos
microorganismos como las bacterias u organismos superiores. Esta
invasión ha sido la causa de una gran parte de las mutaciones
adaptativas producidas en los últimos 500 millones de años, como, por
ejemplo, la de la aparición de la placenta, indispensable para la
reproducción de los mamíferos modernos. Las últimas investigaciones
relativas a los virus restan además importancia a la competición entre
los genes como motor de la evolución. Por Jean-Paul Baquiast.














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De un tiempo a esta parte, los biólogos han lanzado nuevas
hipótesis relativas a la importancia de los virus en la evolución. Por
un lado, un número creciente de virólogos han resaltado no sólo la
increíble cantidad de virus presentes en la Tierra, sino también el
papel increíblemente activo de los virus en la evolución, en el pasado y
en el presente.



Por otro lado, los virus son bien conocidos por su responsabilidad
en la propagación de enfermedades a menudo mortales, contra las que
existen pocas vacunas. Se conocen también sus modos de reproducción y de
transmisión, por intrusión en las células y apropiación de sus
mecanismos bioquímicos.



En este sentido, los virus son considerados como parásitos que
dependen enteramente de sus huéspedes para su propia supervivencia.



Pero el carácter singular del mundo de los virus, o de la virosfera, es cada vez más objeto de numerosas investigaciones.



Los virus se encuentran en todos los medios terrestres existentes,
desde glaciares y desiertos hasta cuevas profundas. De hecho, donde
quiera que haya una vida celular cualquiera, allí abundan los virus.



Información genética arcaica



Además, se estima que son 10 millones de veces más numerosos de lo
que se creía hace algunas décadas. Un milímetro del agua de un lago
puede contener más de 200 millones de virus, por ejemplo. Los virus
bacteriófagos, que infectan a las bacterias, podrían alcanzar de hecho,
colocados longitudinalmente, la distancia de 100 millones de años luz.



Por si todo esto fuera poco, la diversidad vírica es considerable:
se piensa que existen 100 millones de tipos diferentes de virus. Sus
formas son múltiples. Algunos, por ejemplo, son muy grandes, como en el
caso del Mimivirus descubierto por un equipo europeo, y cuyas partículas maduras miden 400 nanómetros.



Los virus conservan su información genética aprovechando una gran
variedad de ADN y de ARN. Pero lo más sorprendente es que, cuanto más se
estudian sus genomas, se encuentran más nuevos genes no identificados
con anterioridad. El biólogo Luis Villareal, director del Center for Virus Research
de la Universidad de California, calcula que los genes nuevos, aquéllos
cuya función es desconocida, representan un 80% del número de genes
virales identificados.



Todo esto hace suponer que su material genético no está
constituido por pequeñas porciones de ADN extraído del ADN de sus
huéspedes, sino que parece asociado a formas de vida primitivas
anteriores a las bacterias, es decir, arcaicas.



Mundialización vírica



El estudio de la evolución genética de un gran número de
bacteriófagos ha demostrado que éstos no pueden ser conectados a
ancestros comunes. Cada virus bateriológico o fag parece disponer de una
muestra de fragmentos de ADN aparentemente tomados y reunidos al azar.



En el interior de un mismo huésped, los genomas de todos los virus
que en él se encuentran parecen mezclarse entre ellos, de manera
permanente. Pero este supermercado de genes virales no funciona
solamente en el interior de un huésped único. Se manifiesta en otra
escala, la de la Tierra entera, en el seno de medios muy diversos.



Los virus inventaron la mundialización mucho antes de que nosotros
la conociéramos. Las nuevas secuencias de ADN se extienden por todo el
globo muy deprisa, considerando la rapidez de las mutaciones, la
variedad de las recombinaciones, y la cantidad ingente de especies
virales en contacto.



Los bacteriólogos hablan de redes bacterianas para explicar la
omnipresencia y las virulencias súbitas de las especies de bacterias.
Pero este término resultaría aún más apropiado para la descripción del
mundo de los virus. El hecho de que éstos puedan difundirse tan
fácilmente se debe a una propiedad que, de hecho, comparten con las
bacterias.



Simbiosis versus agresión



Los virus no matan sistemáticamente a sus huéspedes, que son
organismos multicelulares o bacterias. Cierto es que los hay que, como
el virus de la fiebre del Ébola, provocan enfermedades mortales
condenándose ellos mismos a una vida difícil, e incluso a la
desaparición. Pero la mayoría de los virus han preferido la simbiosis a
la agresión. Así, se integran en la maquinaria celular de sus huéspedes,
en la se convierten en pasajeros simbióticos permanentes.



En el caso de las bacterias, estos virus son denominados “profags
" (genoma de fag insertado como parte de la estructura lineal del ADN
de una bacteria), y parece que componen el 20% de los genomas de estos
microorganismos.



Además, en los genomas de las bacterias se ha identificado
alrededor de un 10% de genes que no se parecen a nada conocido. Son los
llamados ORFans. El profesor Patrick Forterre, de la Université Paris-Sud 11, especialista en bacterias extremófilas, calcula que el 90% de estos ORFans son de origen vírico.
















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Virus infectando una célula.






ADN de origen vírico en humanos



Pero las bacterias no son las únicas que han integrado virus
antiguos. Las eucariotas, o células con núcleo celular, se encuentran en
todos los animales superiores, entre ellos los humanos, y también están
dotadas de ADN cargado de restos de antiguas infecciones virales.



Se ha descubierto, por ejemplo, que los retrovirus, que son virus contagiosos no permanentes y los ERV
o retrovirus endógenos están en nuestro ADN. Investigaciones llevadas a
cabo desde el año 2000 han ido revelando que el 8% del ADN humano está
formado por ERV.



Forterre señala que los genomas de especies superiores sufren una
lluvia continua de genes víricos cuya función no es fácilmente
reconocible. Algunos que no sirven para nada son eliminados, pero parece
que la mayoría de ellos quedan en reserva para hacer frente a fuerzas
evolutivas aún no afrontadas por la célula, desde el funcionamiento del
sistema inmunitario.



Este mecanismo, practicado en el nivel de las bacterias patógenas,
podría generar las epidemias más mortales y difíciles de combatir.
Pero, a la inversa, los órganos infectados pueden, gracias a sus
profags, adaptarse más rápidamente y mejor a estos cambios.



Virus y especiación



Se cree, por ejemplo, que la placenta indispensable para la
reproducción de los mamíferos modernos apareció gracias a la acción de
un gen llamado syncitin proveniente de un ERV. De hecho, una gran parte
de las mutaciones adaptativas producidas en los últimos 500 millones de
años podrían deberse a la acción de los virus y los ERV.



Estos últimos parecen implicados masivamente en el funcionamiento
de las redes de regulación de la expresión genética. Se sabe que hay
diferencias en la expresión de los genes que provocan las divergencias
en la especiación responsable de la aparición de especies nuevas, a
partir de troncos comunes.



Los trabajos de Patrick Forterre y su equipo se han centrado en
comparar los procesos bioquímicos de la replicación del ADN en el seno
de tres familias: bacterias, archaea (organismos unicelulares) y
eucariotos. Estas tras familias no son consideradas hoy procedentes de
un tronco evolutivo común. La hipótesis es que podrían ser las
supervivientes de formas primitivas muy diversas pobladoras de la
biosfera primitiva.



Patrick Forterre ha demostrado que la vida naciente fue el
resultado de un intenso periodo de experimentación bioquímica al azar,
con numerosos fallos y éxitos que resultaron en formas cada vez más
complejas. De estas múltiples formas de los sistemas vivos que
aparecieron a continuación, sólo han sobrevivido las tres familias
mencionadas.



La importancia de los virus en la evolución



Dado que los virus, tanto en aquella época como ahora, eran mucho
más abundantes que las células, fueron los agentes más activos y
eficaces de la diversificación de la vida y de sus extensiones
geográficas. Fueron asimismo responsables de lazos evolutivos
determinantes, como el paso del mundo del ARN al del ADN, y también de
la invención del núcleo celular.



Estas investigaciones restan en parte importancia a la competición
entre genes (genes egoístas) como motor de la evolución, presentada por
Richard Dawkins.
O, al menos, la sustituyen. Por otro lado, la idea que encanta a los
genetistas de que los genomas de todas las especies podrían derivar de
una fuente común única debería, también, ser sensiblemente matizada.



Nosotros añadiremos por nuestra parte dos cosas. Por un lado, las
investigaciones sobre los virus arcaicos iluminan, de una manera
interesante, las hipótesis relativas a las formas de vida rudimentarias
existentes en la Tierra antes de la aparición de la vida. Los virus
primitivos podrían ser los descendientes lejanos de moléculas
bioquímicas replicantes.



Por otro lado, en lo que respecta a la exploración de medios
prebióticos, como aquéllos que pudiera haber en Marte, no se debería
pensar solamente en buscar bacterias, sino también virus, seguramente
patógenos para los humanos.





Jean-Paul Baquiast es el editor de la revista electrónica francesa Automates Intelligents, donde se publicó originalmente este artículo, que reproducimos con autorización. Traducción del francés: Yaiza Martínez.

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Última edición por Nostromo el Dom Dic 02, 2012 6:25 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:20 pm

La Rápida Coevolución Bacterias-Virus: Repercusiones Sobre la Estructura de las Comunidades Microbianas del Suelo





Publicado por Juan José Ibáñez el 20 octubre, 2011

Comentarios (3)



La noticia que vamos a comentar hoy me parece francamente interesante.
Más aún, por haber sido llevada a cabo con la participación de algún
colega de mi institución, será un placer comentarla. Existen cuatro aspectos dignos de mención: (i)
la interacción entre bacteriófagos y bacterias determina la estructura
de las comunidades microbianas del suelo conforme a una vía evolutiva
muy rápida; (ii) los
patrones que se detectan en los estudios de laboratorio no reflejan (al
menos frecuentemente, si tenemos en cuenta también otros estudios) lo
que realmente acaece en la naturaleza; (iii)
el ecosistema suelo se adapta rápidamente cuando se utiliza como
vertedero de fármacos y agroquímicos, siendo una eficiente fábrica de
microbios multiresistentes, que a la postre amenazan la salud pública y (iv) en
la dinámica y estructura de los ecosistemas (al menos en el suelo), el
tiempo evolutivo interacciona con el tiempo ecológico. Este último punto
se me antoja muy interesante desde la perspectiva de la teoría
ecológica, por lo que lo analizaremos debidamente en otro post.


Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Bacteriofago-atacando-a-e-coli-fuente-edtotal-com

Bacteriófago atacando a E. Coli Fuente: 3Ddtotal forums


Obviamente el título de la nota de prensa resulta trivial y espurio. Las bacterias y sus depredadores-infecciosos (virus bacteriófagos) coevolucionan,
en el sentido de que son especies que interactúan estrechamente entre
sí. Tal hecho es lógico y ocurre como norma en la mayoría de los
elementos que conforman la cadena trófica
. Lo que ocurre es que el ciclo vital de las bacterias y fagos es extremadamente breve si lo comparamos con los de animales más complejos y de mayor tamaño, por lo que numerosas generaciones suceden en plazos breves (a escala humana). De este modo,
las mutaciones ocurren con suma rapidez. Así lo que podríamos
considerar como tiempo ecológico para los animales complejos solapa con
evolutivo en tal microcosmos microbiano. Sin embargo, tal hecho implica
que en un ecosistema complejo ambos “tiempos” condicionan la estructura
de los ecosistemas
.




Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Bacteriophage-atacando-a-bacteria-fuente-scientific-images

Bacteriofago atacando y replicándose en bacterias Fuente Scientific Images Anna Tanczos
Otro hecho digno de resultar estriba en que, conforme a los estudios de estos colegas, uno puede extraer conclusiones equivocadas cuando se intenta aislar un proceso o mecanismo en condiciones aisladas de laboratorio. Personalmente es algo que consideraba como una obviedad, aunque no ocurre así en la literatura científica. Expongamos un ejemplo que no será del gusto de muchos biólogos y biomédicos, pero que no puedo ni debo pasar por alto.

Muchas
de las noticias que podéis leer en la prensa sobre “presuntos” avances
en la investigación biomédica son llevados a cabo en condiciones de
laboratorio
, como placas petri, etc. Estos ensayos, a la
postre (o saltándose el primer paso), son testados de nuevo en
condiciones controladas, apelando al uso de cobayas u otras especies que
resultan cómodas a la hora de ser manipuladas. El último paso suele el
de los casos control con seres humanos. Si todo lo que se suele alegar,
según las publicaciones llevadas a cabo en condiciones controladas,
resultara ser efectivo en el mundo real, la práctica médica actual,
(lucha contra las enfermedades infecciosas o no, etc.) habría alcanzado
cotas de desarrollo inimaginables. Empero lógicamente todos sabemos que
la mayor parte de aquellas promesas “de bata blanca y tubo de ensayo” se diluyen hasta desaparecer en el baúl de los recuerdos. No voy a entrar aquí si tales experimentaciones son necesarias o no (a menudo así). Ahora bien, lo
que me preocupa es que se publiciten tanto, que al final los ciudadanos
consideren que los estudios realizados en humanos versus cobayas o
ratones atesoran un calado similar
. Defiendo que las
noticias de la prensa general deberían basarse en las investigaciones
que ya han pasado las pruebas de los casos control, dejando a la
literatura especializada lo testado en el laboratorio
.
No se trata de censurar, si no de no confundir al ciudadano. Este último
suele encontrarse muy poco interesado por lo que quizás (…), tal vez,
(…), algún día (…), pueda ayudar a mejorar su salud (o la de sus
bisnietos), pero sí en los
productos que ya han pasado los “debidos” controles como para entrar en
el canal de su comercialización, es decir cuando nuestras autoridades
reconocen sus bondades
(aunque no es infrecuente que
también yerren). De hecho a la larga, la cruda realidad también termina
constatando que muchos de estos productos no son tan beneficiosos como
se esperaba, o su publicidad exhibía (y a veces casos peores). Pero
este es otro tema muy espinoso, debido a la más que frecuente falta de
rigor de las empresas multinacionales y sus científicos sicarios, como
hemos mencionado en post precedentes.

Juan José Ibáñez

Las bacterias y sus virus coevolucionan en su entorno natural

Una investigación llevada a cabo por un investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con la Universidad de Oxford ha demostrado que en condiciones naturales las bacterias y sus virus, los bacteriófagos, experimentan una coevolución antagonista en términos de resistencia e infectividad.

FUENTE | CSIC – mi+d; 11/04/2011

Los
mecanismos mediante los que las bacterias se defienden frente al ataque
de los fagos evolucionan de una forma recíproca y continua a la lucha
de estos virus por infectar dichas bacterias en el suelo
.

Los resultados del estudio, que aparece publicado en el último número de la revista Science, sugieren que la rápida
coevolución y la alta especialización entre los genotipos de bacterias y
fagos en suelo determinan la estructura, la dinámica y la función de
las comunidades microbianas naturales
.

“La importancia de nuestros resultados reside en que la
evolución entre huéspedes y parásitos, es decir bacterias y fagos,
siempre había sido deducida a partir de patrones de adaptación local.
Nunca hasta ahora se había observado de forma directa
la variación genética que puede existir entre huéspedes y parásitos en ambientes naturales“, explica el investigador del CSIC Pedro Gómez, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura.

IMPLICACIONES EN EL CAMPO DE LA SALUD

Según los investigadores responsables del estudio, en el que también ha participado Angus Buckling, la
coevolución entre las bacterias y sus virus tiene importantes
implicaciones en ecología evolutiva, agricultura y salud humana y del
ganado. “Este fenómeno es crítico para el origen y el mantenimiento de
la biodiversidad en la naturaleza
. Además de que puede alterar las dinámicas poblacionales dentro de las comunidades”, comenta Gómez.

Por otra parte la
coevolución entre estos dos tipos de organismos provoca “elevadas tasas
de mutación en bacterias, característica asociada con infecciones
clínicas, resistencia a antibióticos y nuevos genotipos de patógenos que
superan el sistema inmune o la resistencia genética establecida en
cultivos”, añade el investigador. “El conocimiento de cómo los fagos
pueden inducir cambios ecológicos y evolutivos en las bacterias en
ambientes naturales
abrirá la puerta hacia el uso
terapéutico de estos virus como ‘antibióticos evolucionados’ en
contextos clínicos y agrícolas, lo que podría tener una gran relevancia
en la patología en general y podría garantizar una extensa investigación
en el futuro”, concluye Gómez.

Pedro Gómez, Angus Buckling. Bacteria‐phage antagonistic coevolution in Soil. Science. DOI: 10.1126/science.1200660

Abstract Del Trabajo de Science

Bacteria-Phage Antagonistic Coevolution in Soil; Pedro Gómez1,2 and Angus Buckling1,3

1Department of Zoology, University of Oxford, Oxford OX1 3PS,
UK; 2Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CEBAS-CSIC), Murcia (Espinardo)
30100, Spain; 3 Biosciences, University of Exeter, Penryn TR10 9EZ,
UK. *To whom correspondence should be addressed. E-mail: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Abstract

Bacteria
and their viruses (phages) undergo rapid coevolution in test tubes, but
the relevance to natural environments is unclear. By using
a “mark-recapture” approach, we showed rapid coevolution of bacteria and phages in a soil community. Unlike
coevolution in vitro, which is characterized by increases in
infectivity and resistance through time (arms race dynamics),
coevolution in soil resulted in hosts more resistant
to their contemporary than past and future parasites (fluctuating selection dynamics). Fluctuating selection dynamics, which can potentially continue indefinitely, can be explained by fitness costs constraining the evolution of high levels of resistance in soil. These results suggest
that rapid coevolution between bacteria and phage is likely to play a
key role in structuring natural microbial communities
.

Traducción libre del Resumen

Las bacterias y sus virus
(bacteriófagos) co-evolucionan rápidamente en tubos de ensayo
(condiciones de laboratorio). Sin embargo no se sabe mucho acerca de
cómo evolucionan en la naturaleza. Mediante el procedimiento
“marca-recaptura” detectamos una coevolución muy rápida de bacterias y
fagos en una comunidad microbiana del suelo. A diferencia de coevolución
in vitro, caracterizada por un aumento de la infectividad y la
resistencia a lo largo del tiempo (dinámica carrera de armamentos), la
coevolución bajo las condiciones naturales del suelo tuvieron como
resultado hospedadores más resistentes huéspedes presentes, pasados,
futuros y (selección dinámica fluctuante). Esta última, a demás de
poder “potencialmente” continuar indefinidamente, puede explicarse por
los costes de ajustes (fitness) limitando la evolución hacia altos
niveles de resistencia en el suelo. Estos resultados sugieren que la
rápida coevolución entre bacterias y fagos es probable que desempeñe un
papel clave en la estructuración de las comunidades microbianas
naturales.

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Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Empty Re: Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida

Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:22 pm


Somos una comunidad andante de bacterias





11/22/2011 01:04:00 p.m.
Ebimed
No comments




Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Bacterias%252520olfato_thumb%25255B2%25255D
La
idea puede parecer extraña. Después de todo, estamos acostumbrados a
pensar en las bacterias, esos invisibles, microscópicos vecinos con
quienes compartimos el planeta, como fuente sólo de enfermedades o de
descomposición de los alimentos. O, en todo caso, como el último eslabón
en el ciclo natural por el que la materia orgánica de los cadáveres
regresa a formar parte del suelo.



Pero las bacterias son mucho más antiguas que nosotros. Estuvieron aquí
en un principio, cuando no había ningún otro ser vivo sobre el entonces
joven planeta. Sin duda los primeros organismos eran primitivas
bacterias, con células de tipo procarionte: simples, sin un núcleo
definido por una membrana, con su material genético en contacto directo
con el citoplasma. En el origen fueron las bacterias... o sus ancestros.

Y es que, a su vez, las bacterias son nuestros ancestros. De
nosotros los eucariontes, plantas, animales, hongos y ese quinto reino
en que se agrupa a los organismos que no caben en los otros cuatro: los
protistas.

La historia es simple. A lo largo de años, siglos, milenios y millones
de años, las bacterias han venido creciendo, dividiéndose y
multiplicándose. En este proceso también han cambiado. Evolución
significa cambio. El azar de la mutación y el rigor de la supervivencia
las han obligado a adaptarse a los ambientes más variados.

En algún momento de esta larga historia evolutiva, la competencia dejó
de ser el único recurso, y la colaboración entró en escena. Quizá fue un
accidente, quizá un intento fallido de conquista; lo cierto es que hoy
las células eucariontes tienen en su interior lo que parecen ser
antiguas bacterias. Entraron, se adaptaron y se quedaron a vivir ahí
dentro, en lo más íntimo de nuestro ser. Hoy son los cloroplastos que
permiten a las plantas fabricar sus alimentos con la energía solar y las
mitocondrias que nos permiten a todos los eucariontes oxidar esos
alimentos con ayuda del oxígeno. No podemos vivir sin nuestras
bacterias.

¿Y cuál era esa antigua célula que fue colonizada por ellas? Quizá se
haya tratado de una clase distinta de organismo, también procarionte,
del tipo de las antes llamadas arqueobacterias y hoy clasificadas en su
propio reino: el de los arquea. Un arquea pareceuna bacteria, pero evolutivamente es más similar a los eucariontes.

De modo que bacterias y arquea, ambos procariontes, colaborando en una
complicada simbiosis, dieron origen a las células eucariontes. Quizá,
entonces, puede decirse que todos somos bacterias: nuestros ancestros
eran células procariontes.
En todo caso, somos bacterias muy evolucionadas.

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Somos una comunidad andante de bacterias
Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Bacterias+3


Stephen Jay Gould dice en su libro La grandeza de la vida: la expansión de la excelencia de Platón a Darwin que,
en realidad, los animales considerados más complejos hemos llegado tan
tarde a la existencia comparados con las bacterias que, en lugar de
reino animal, deberíamos hablar del reino de las bacterias. El lo dice,
no sé si en serio o en broma, pero en realidad nosotros todavía
tenemos que demostrar que existimos, vamos, que somos algo en
comparación con ellas. Estaban aquí miles de millones de años antes que
nosotros, fueron las precursoras de la vida y de nosotros mismos. El
hecho de que sean microscópicas, invisibles para nosotros, no puede
hacernos ignorar que su existencia se prolonga desde hace 3.850
millones de años, mientras que la de nuestra especie, sólo 200.000
años. Una magnitud que no resiste la comparación, sobre todo si,
además, pensamos que forman parte de nosotros, que nos constituyen
esencialmente. «Somos la última gota de la última ola del inmenso
océano cósmico», solía repetir Gould.

Tanto
es así, que la mejor manera de definir a los humanos es recordar que
somos comunidades andantes de bacterias. Fue un momento crucial de la
historia de la vida cuando, hace aproximadamente 2.500 millones de
años, las bacterias se unieron entre sí para formar células complejas y
esas cé lulas complejas formaron parte de nosotros. «Estamos hechos de
bacterias unidas las unas a las otras».

BACTERIAS SOMOS Y EN BACTERIAS NOS...

¿Será
verdad que en mi boca hay más bacterias que habitantes en Nueva York? A
Betsy D. Dyer, profesora de Biología del Wheaton College de
Massachusetts, no le cabe la menor duda y afirma que «sobre la Tierra
existen más bacterias que cualquier otro tipo de organismo, realizando
funciones muy diversas».

Desde
el punto de vista estético no resulta particularmente estimulante
considerarse un conglomerado de bacterias. Sin embargo sí resulta
fascinante desde la perspectiva científica. ¿Somos realmente bacterias,
grupos de bacterias? Betsy Dyer lo expresa de una forma muy gráfica:
«Sí, somos comunidades andantes de bacterias en el mismo sentido en el
que los pájaros son una comunidad de bacterias voladoras, ya que
nosotros mismos estamos hechos de esas bacterias simbióticas originales
que se unieron».

Dyer califica de crucial este momento, hace 2.500 millones de años, en el que, según la teoría endosimbiótica popularizada
por Lynn Margulis, las bacterias se unieron para formar células. ¿Cómo
pudo ocurrir? ¿Por qué? Una de las hipótesis más interesantes que se
barajan ahora mismo acerca de cómo sucedió es que la temperatura de la
Tierra era todavía muy elevada. La actividad tectónica era enorme:
volcanes y fuentes de agua caliente configuraban un impresionante
escenario.

«Las
primeras bacterias fueron bacterias de fuentes de agua caliente y, si
en la actualidad quisiéramos tener una idea de cómo era aquella primera
bacteria de las fuentes termales, podemos ir de vacaciones a Hot
Springs, en Arkansas, y conocer un ambiente similar».

Un
ambiente que entonces, hace aproximadamente 4.000 millones de años,
era el único existente, y que hoy «sobrevive» en algunos lugares del
planeta. Esto me hace pensar en la posibilidad de realizar una especie
de arqueología bacteriana, de buscar los orígenes de la vida observando
los restos de comunidades de bacterias. Posibilidad que se amplía
según Betsy Dyer, puesto que además «las bacterias llevan consigo, en
su secuencia de ADN, su historia. Y mucho de lo que hemos logrado
entender sobre su evolución está contenido en su información genética».

Hace
muchos años que el hombre busca entre los fósiles las huellas de su
pasado más remoto, pero hasta hace muy poco no se había planteado la
posibilidad de rastrear entre los restos arqueológicos de los
microorganismos y poder así retroceder en el tiempo miles de millones
de años hasta casi tocar los orígenes de la vida.

Es
esta una arqueología en la que el tamaño del objeto de estudio está
alrededor de las milésimas de milímetro, lo que dificulta enormemente
el estudio de los restos fósiles en su hábitat natural. La microscopía
electrónica de barrido por dispersión hace posible que, sin romper la
configuración original del objeto se pueda acceder no sólo a las formas
externas, sino también a la composición de sus elementos internos;
pero aun así, y en el mejor de los casos, ¿cómo saber que lo que
estamos observando son realmente las huellas de un ser vivo y no
simples restos minerales?

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Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Empty Re: Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida

Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:28 pm

Nuestra bacteria interior




Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Pathogens

En general, los humanos pensamos que pertenecemos a una especie (Homo sapiens)
y que por tanto, nuestro cuerpo está formado exclusivamente por células
humanas. Ocurre que esta idea, sin ser totalmente falsa, tampoco es
totalmente cierta.

En realidad, sería mejor que nos visualizásemos como un pequeño
ecosistema andante, ya que los microorganismos son habitantes
inevitables en nuestro intestino, boca, piel, estómago y (si aplica)
vagina. Desde el punto de vista numérico, alrededor del 90% de las
células que acarreamos son bacterias; las células humanas están en
franca minoría en nuestro organismo.

Lo más importante, es que nuestros microbios no son un mero
accidente, ni un resultado indeseable de la falta de higiene. Son parte
de nosotros. Y tratar de librarnos de ellos no sólo es imposible sino
también una mala idea.

La vieja idea “nosotros somos buenos y ellos malos” nos ha
llevado a pelear contra las bacterias (con éxito variable) usando
antibióticos, vacunas, jabón y todo tipo de desinfectantes. De nuevo, no
digo que la idea no tenga una buena parte de razón, aunque me temo que
la hemos llevado demasiado lejos. Pero permítanme que desarrolle este
tema con algunos datos.

En la última década han surgido nuevas y poderosas técnicas para
estudiar la diversidad microbiana. Así se ha visto que el número de
especies bacterianas que llevamos encima es muy superior al que se
pensaba. En nuestro sistema digestivo se han encontrado 395 tipos de
bacteria (dos tercios de los cuales eran totalmente desconocidos). En
conjunto, estos microorganismos aportan una ingente información
genética. Los productos de estos genes parecen tener un papel
fundamental en los procesos digestivos, ya que nos ayudan a romper las
moléculas d elos alimentos, a asimilarlos y nos aportan vitaminas.

El tipo de bacterias que albergamos tiene consecuencias sobre la
salud. Por ejemplo, la tendencia a la obesidad está relacionada con el
tipo de bacterias intestinales (más info). Asímismo, el grupo de Jeffrey Gordon
ha encontrado que ratones “axénicos” (desprovistos de microorganismos)
mejoran en su desarrollo cuando se les proporciona bacterias.

Por otra parte, el sistema inmunológico necesita interaccionar con
los microorganismos para su correcto funcionamiento. Un exceso de
higiene se ha relacionado con el aumento de las enfermedades alérgicas
en las ultimas décadas. Análogamente, se ha visto que una bacteria
abundante en el intestino, Faecalibacterium prausnitzii tiene actividad anti-inflamatoria y parece proteger frente a la enfermedad de Crohn.

Tal vez el caso más dramático es el de Helicobacter pylorii.
En los años ochenta se descubrió que este microorganismo era el agente
causal de las úlceras pécticas y de muchos casos de cáncer de estómago,
pero recientemente se ha descubierto que su total ausencia del estómago
también tiene efectos negativos bastante serios (más info). De modo que su estatus ha pasado de villano al un viejo amigo con un lado oscuro.

Al conjunto de microorganismos que habitan en nuetro cuerpo se conoce como microbioma,
un concepto inexistente hace 10 años, pero que hoy es objeto de
muchísima investigación. Es seguro que el microbioma juega un papel
fundamental en la salud y enfermedad de los humanos. Tal vez en una
fecha no demasiado lejana seamos capaces de modificarlo en nuestro
beneficio y en vez de tratar de evitar a las bacterias a toda costa,
intentemos interaccionar con microbios que no nos hagan daño.

Para eso todavía tendremos que aprender unas cuantas cosas de nuestra bacteria interior.


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Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:29 pm

Pirámides microscópicas, celdas para capturar células

Por Antonio Rentero, el 26 de noviembre 2012 a las 20:12

Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Pir%C3%A1mide-celda-celular

No estás contemplando una obra de arte contemporáneo ni el laberinto interior de una pirámide egipcia. Se trata de una celda para atrapar células. Es el método ideado para capturarlas y poder estudiarlas en un contexto tridimensional en lugar de en las dos dimensiones habituales con las que suele trabajarse con ellas en las clásicas placas de Petri.



Los investigadores de la Universidad de Twente en Holanda han desarrollado estas microscópicas jaulas compuestas de silicona y nitritos, y con el tamaño justo para contener células individualmente.

Su peculiar forma permite contener las células en su interior sin alterarlas al mismo tiempo que permite que puedan continuar interactuando con su entorno más cercano
al no estar completamente aisladas. De esta forma las células se
mantienen bajo control, continúan con su actividad funcional (aunque sea
de forma limitada) y permiten un estudio nunca antes imaginado.

Estamos ante el primer paso para un futuro Zoológico Celular. Por favor, no alimenten a las mitocondrias. ─[New Scientist]


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Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:32 pm



Somos ecosistemas La idea de
tener un parásito en nuestro cuerpo nos horroriza y, sin embargo, hay
cantidad de seres vivos que nos habitan, incluso nos ayudan










Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida 7207565-228x600x80








  • Antibióticos en el sistema


MAURICIO-JOSÉ SCHWARZ
El piojo, la pulga, los hongos y,
por supuesto, las abundantísimas infecciones ocasionadas por bacterias,
protozoarios e virus conforman una enorme proporción de las enfermedades
que pueden afectarnos. Pero hay otros muchos seres que viven en
nosotros y de los que habitualmente no somos conscientes. Quizá, en gran
medida, porque la sola idea de albergar diversos seres vivos es difícil
de tolerar para muchas personas.
Afortunadamente, es imposible
deshacernos de la enorme cantidad de seres vivos que viven en nosotros y
sobre nosotros. Han sido siempre parte de nuestra vida y la de nuestros
antepasados, y muchas de las especies que nos habitan no sólo no nos
causan daños, sino que tienen una relación mutualista con nosotros,
realizando tareas benéficas y con frecuencia fundamentales para nuestra
vida.
Y si pretendemos tener una mayor consciencia ecológica, es
oportuno asumir también que somos un entorno ecológico, con nichos de
gran diversidad que atraen a habitantes variados y que nos acompañan
desde el nacimiento en nuestra piel, en nuestro tracto respiratorio y en
el tracto digestivo. Son parte de lo que somos.
Los seres vivos
más conocidos que viven en nosotros, y que nos parecen los menos
amenazantes, son las numerosas bacterias y otros microorganismos que
conforman nuestra 'flora intestinal', esencial para la vida aunque, si
sale del entorno donde nos resulta útil, se pueden volver patógenas. En
casos de ruptura de nuestros órganos, por ejemplo, esas mismas bacterias
causan la infección de la cavidad abdominal llamada peritonitis.
Los
participantes más conocidos de la flora intestinal, debido a la
publicidad a veces exagerada de ciertos productos, son los del genus
Bifidobacterium, unas bacterias que viven sin necesidad de oxígeno y que
ayudan a la digestión, colaboran con el sistema inmunitario y fermentan
ciertos carbohidratos. Estas bacterias conviven en nuestro tracto
intestinal (y en la vagina), con los lactobacilos, que convierten la
lactosa y otras azúcares en ácido láctico, provocando en su entorno
niveles de acidez que impiden la proliferación de otras bacterias
dañinas.
Nuestro intestino es hogar de otros lactobacilos, así
como de bacterias del genus Streptococcus. Aunque solemos identificar a
estas últimas, los estreptococos, como patógenos causantes de
enfermedades como la neumonía, la meningitis, las caries y la fiebre
reumática, hay variedades inocuas que viven en nuestra boca, piel,
intestinos y tracto respiratorio superior. Algunas especies, por cierto,
son indispensables para la producción del queso emmental.
La digestión
Es
en el intestino grueso donde encontramos una verdadera selva rica en
vida formada por bacterias de más de 700 especies en números
elevadísimos. Estos seres hacen de nuestro intestino grueso un enorme
recipiente de fermentación donde digieren ciertos componentes de los que
no se puede hacer cargo nuestra digestión, como la fibra alimenticia,
que convierten en ácidos grasos que sí puede absorber el intestino y
producen parte de las vitaminas que necesitamos, como la K y la B12 y
producen algunos anticuerpos.
Si el intestino grueso es el
Amazonas, nuestra boca es un océano vibrante lleno de vida. Se calcula
que en cada mililitro de saliva se pueden encontrar hasta mil millones
de bacterias diversas, parte de un ecosistema altamente complejo de más
de 800 especies de bacterias, algunas de las cuales viven sólo en
ciertas zonas de nuestra boca, como la superficie de los dientes o entre
ellos, donde hay poco oxígeno (formando la placa dental que puede
conducir a la caries).
Y queda además la compleja orografía de
nuestra piel, con bacterias que buscan lugares húmedos y oscuros, como
los sobacos, las ingles y los pies con zapatos, sobreviviendo y
reproduciéndose alegremente, sin siquiera enterarse de que provocan
olores que los seres humanos hallamos ofensivos y contra los cuales se
han montado industrias enteras, como las de los desodorantes, así como
prácticas higiénicas.
Los ácaros
Los ácaros son parientes de
las garrapatas y ambos pertenecen a la clase Arachnida, que comparten
con todas las arañas y escorpiones. De hecho, los ácaros son uno de los
grupos más exitosos de invertebrados, ocupando numerosos hábitats
aprovechando su arma fundamental: su tamaño microscópico. Se han
identificado más de 48.000 especies, algunas de los cuales son parásitos
de plantas, animales y hongos, mientras que otras son unos muy
conocidos en nuestras casas: los ácaros del polvo. Viven en nuestros
muebles y se alimentan principalmente de las escamas de piel que vamos
dejando caer todos los días y que forman buena parte del polvo
doméstico. Generalmente inofensivos, pueden provocar en algunas personas
reacciones alérgicas.
Pero hay otras dos especies de ácaros que
viven no sólo con nosotros, sino en nosotros, especialmente en nuestros
rostros. Uno es Demodex folliculorum, que vive, como su nombre lo
indica, en los folículos pilosos de las pestañas, cejas y pelos de la
nariz de la gran mayoría de las personas. Este ácaro, del que se han
llegado a observar hasta 25 en un solo folículo piloso, se alimenta de
piel, hormonas y el sebo que produce nuestra piel. El otro habitante
arácnido más común de nuestro rostro es Demodex brevis, pariente del
anterior, que vive preferentemente en las glándulas sebáceas.
Al
mirarnos al espejo estamos viendo un mundo de vida, aunque sea
microscópica, un universo apasionante de ácaros, hongos, virus y
bacterias que, en lugar de provocarnos rechazo o asco, deberían servir
como un constante recordatorio de la enorme capacidad de la vida de
manifestarse y florecer donde quiera que haya un nicho habitable. En el
complejo engranaje del equilibrio ecológico, no somos simples
individuos, participamos como ecosistemas.


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Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 6:37 pm








Panspermia: ¿Somos todos extraterrestres?










Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida 1236701081359_f¿Lo somos? Bueno, de hecho tu y yo nacimos en este planeta, en la Tierra, así que poco probable es que seamos directamente extraterrestres (excepto que este blog esté siendo leído por alguna civilización extraterrestre, en cuyo caso
si lo eres). Al hacer esa pregunta no me refiero específicamente a la
raza humana, pero ¿qué tal nuestros ancestros? Tal como fue planteado
por Charles Darwin en su teoría de la evolución por selección natural,
todas las especies de animales que coexisten en la actualidad
descienden de especies primitivas anteriores, y a su vez, todas las
especies primitivas deben tener un único ancestro común. Todos
los seres vivos de este planeta, desde bacterias y organismos
unicelulares, hasta las plantas, animales, mamíferos y el ser humano,
compartimos un único ancestro común del que todos descendemos.


La pregunta que esta situación nos plantea es: ¿de dónde surgió este
ancestro común que todos compartimos? Es una de las preguntas aún no
contestadas por la ciencia y una situación que aún no hemos podido
recrear completamente en nuestros laboratorios. ¿Cómo
es que la materia inorgánica e inerte se convirtió, de un momento a
otro, en materia orgánica, viva, con capacidad de reproducirse a sí
misma, adecuándose y condicionándose de acuerdo al entorno?
Es
obvio pensar que este fue un proceso sumamente complejo, no cabe duda
que debieron darse interacciones muy complicadas entre moléculas de
diferentes compuestos químicos (como carbono, oxigeno, nitrógeno e hidrogeno) y diferentes fuentes de energía (como radiación solar, fuertes mareas oceánicas y descargas eléctricas provenientes de rayos).

Las teorías son muchas y cada una de ellas suscita aún más preguntas.
¿Es la vida un evento insólito y azaroso que se dio por pura casualidad
en nuestro planeta? ¿O es la vida algo muy común en el Universo, y allí
donde se encuentren presentes los componentes básicos mencionados, allí
seguro se generará la vida? Y la que me propongo a analizar en este
artículo es una de las teorías más interesantes que se han propuesto
sobre el surgimiento de la vida en nuestro planeta: la Teoría de la Panspermia.


Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Panspermia
¿Recuerdan el ancestro común a todos los seres vivos que mencioné
algunos párrafos atrás? Bueno, lo que la Teoría de la Panspermia nos
propone es que dicho organismo ancestro no surgió de manera natural en
nuestro planeta, sino que llegó desde el espacio exterior. Suena a ciencia ficción ¿no? Pues todo lo contrario, es una de las teorías científicas más serias y firmes planteadas por la astrobiología para explicar el desarrollo de la vida en nuestro planeta.

Dentro de la Teoría de la Panspermia encontramos dos vertientes hipotéticas principales, que explicaré de la manera más sencilla posible a continuación:

  • La primera de estas hipótesis nos dice que la materia orgánica necesaria para la formación de la vida llegó desde el espacio,
    los cometas que tienen agua en forma de hielo pudieron ser la fuente, o
    tal vez diversos meteoritos o asteroides al caer pudieron traerla, pero la vida surgió aquí en la Tierra.
    Según esta hipótesis la materia prima es importada desde afuera, pero
    el surgimiento de la vida a partir de dicha materia es local; la vida se
    generó en la Tierra.


  • La segunda hipótesis nos dice que no solo vino de afuera la materia orgánica con capacidad para crear vida, sino que la vida misma pudo haber venido del espacio,
    en forma de bacterias u organismos simples ya desarrollados, que
    solamente tuvieron que adaptarse al medio terrestre y reproducirse.
Una de las vertientes más controvertida de la Teoría de la
Panspermia nos plantea un hipotético pasado en el planeta Marte, donde
la vida era abundante y fértil, tiempos en los cuales aún no se había
desarrollado la vida en nuestro planeta. Entonces algún objeto del
espacio, como un cometa o asteroide de gran tamaño, colisionó con la
superficie marciana, expulsando hacia el espacio múltiples fragmentos de
rocas y piedras que transportaran consigo bacterias u organismos
simples capaces de sobrevivir al vacío del espacio. Luego, dichos
fragmentos pudieron haber colisionado con nuestro planeta, y a partir de
las bacterias que estos transportaban la vida germinó en la Tierra. Si
esta teoría fuera cierta, entonces todos nosotros seriamos descendientes de marcianos.

Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Meteorito
Lo primero que parecería ir en contra con la Teoría de la Panspermia es
preguntarse cómo algún organismo, sea simple o complejo, puede
sobrevivir en las condiciones extremas del espacio, o a las condiciones
aún más extremas que se dan cuando un cometa, asteroide o meteorito
colisiona con la superficie de nuestro planeta. Sin embargo se han
encontrado algunas especies de bacterias, denominadas extremófilas, que son capaces de soportar condiciones de radiación, temperatura y presión extremas.
Por ejemplo, se han descubierto estas clases de bacterias en cercanías a
volcanes y chimeneas oceánicas, donde las temperaturas son muy
elevadas; y en el margen opuesto, se han descubierto en las
profundidades de los hielos polares, prosperando y desarrollándose en un
estado de congelamiento casi completo.

Pero más allá de las pruebas a favor o en contra, ¿cuál es el problema principal de esta teoría? El problema principal es que no
resuelve ni explica la pregunta fundamental acerca de cómo surgió la
vida, sino que traslada ese surgimiento a un lugar diferente
.
Entonces nos preguntaríamos: ¿cómo surgió por primera vez esa vida, que
luego llegó a nuestro planeta a través de cometas y asteroides? Y la
respuesta sigue siendo la misma: no lo sabemos.
Tenemos algunas teorías e ideas muy firmes acerca de cómo un organismo
muy simple, como una bacteria, tras miles de millones de años de
evolución, logra diversificarse, evolucionar y convertirse en lo que hoy
somos nosotros. Pero no tenemos ni idea de cómo un compuesto químico
inorgánico logra, en primer lugar, transformarse en ese organismo vivo
simple. Podríamos decir que hemos logrado determinar cómo pasamos de uno
a millones, pero aun no conseguimos explicar cómo pasamos de cero a
uno.

Hallan vida a -13,5 grados bajo el hielo de un lago de la antártida Evouni
Aun así, la Teoría de la Panspermia no solamente es sumamente
interesante y abre nuestra imaginación a niveles nunca antes pensados,
sino que también nos plantea una serie de cuestiones filosóficas acerca
de nuestra propia especie. Que bello golpe al ego del ser humano, que
siempre nos ha llevado a creernos dueños totales y absolutos de este
planeta, si lográsemos probar que en realidad ni
siquiera surgimos en éste como formas de vida, sino que somos
simplemente visitantes del espacio que llegamos desde afuera y
alquilamos este planeta cuando aún se encontraba desolado.
O por
ejemplo, podríamos pensar que en algún lugar remoto de la galaxia
existía hace miles de millones de años un planeta con una civilización
tan avanzada como lo somos nosotros ahora, luego por una colisión con un
cometa algunas bacterias de dicho planeta “emigraron”, y tras viajar
cientos de miles de años a través del cosmos, vinieron a toparse con el
joven planeta Tierra, donde cayeron, emergieron, se reprodujeron,
evolucionaron y llegaron a convertirse en el ser humano. Piénsenlo, en
ese hipotético caso, en nuestro pasado más remoto fuimos sólo las simples bacterias de una civilización avanzada.

Las especulaciones, conjeturas, hipótesis y preguntas que se derivan de
la Teoría de la Panspermia son muchísimas; si dejamos volar nuestra
imaginación no encontraremos límite alguno. Pero creo que principalmente
debemos acudir a ella con dos objetivos muy concretos: un objetivo científico, que nos ayude a comprender de donde surgió la vida, cómo surgió y que tan común es su presencia en el Universo; y un objetivo filosófico,
que nos haga vernos de una forma diferente como especie habitante de
este planeta, con el objetivo de empezar a tratar con el respeto que se
merece a nuestro ecosistema y al resto de la especies que coexisten con
nosotros.

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Mensaje por Nostromo Dom Dic 02, 2012 7:52 pm

Cuando el humano, sepa con certeza, que es en realidad... y donde esta metido.... sera como la decepcion de aberiguar la realidad de los reyes magos pero un poquito..... mas dramatica...
El dejarse llevar por la ignorancia de los ineptos dominadores, radica en parte del presidio en este mundo, ellos son los que repiten curso una y otra vez... por eso estan donde estan, no quieren irse de aqui, pues este es su campo de cultivo donde disfrutan con la materia...
huyen de la muerte pues les encanta la immortalidad carnal... donde dan rienda suelta a sus mas bajos instintos, en su doble juego de matar para no morir...

Somos demasiado pequeños para ver cosas grandes y demasiado grandes para ver cosas pequeñas
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