SISMOS PERÚ

Los peruanos no podemos tener un sueño profundo. La experiencia avisa que en cualquier momento la tierra puede temblar. Nuestro territorio está ubicado sobre el encuentro de dos placas tectónicas subterráneas: la de Nazca y la Sudamericana, que cada año se mueven entre ocho a diez centímetros. Este choque genera los grandes sismos o terremotos.

La observación de los sismos más importantes durante siglos, da autoridad a los especialistas para asegurar que en el Perú se vienen más sismos de gran intensidad. Sobre todo en las zonas de silencio sísmico, donde según la experiencia, cada cien años se producen seísmos devastadores, aunque con la naturaleza nada es predecible.

En el sur hay dos zonas de silencio sísmico. La primera está situada entre Lomas y Atico, en Arequipa, en un área de 80 kilómetros. La segunda se asienta entre Ilo y Antofagasta (Chile). Son 650 kilómetros. Aquí el último gran evento sísmico se registró en mayo de 1877, con epicentro en Iquique.

En estos dos lugares hay una alta probabilidad de que ocurra un terremoto. Por eso, las autoridades de Defensa Civil piden estar preparados porque las consecuencias pueden ser funestas.

El sismólogo arequipeño, Víctor Aguilar, explica que si ocurriera un sismo de más de 8 grados entre Ilo o Tacna (al sur del país) en Arequipa se percibiría también con una intensidad de VII grados en la escala de Mercalli. Ante un gran sismo, es una regla la ocurrencia de un tsunami, por eso el experto advierte a la población costera tomar sus previsiones.

El sismólogo Víctor Aguilar, quien trabaja en el Instituto Geofísico del Perú, precisó que en Arequipa en la última semana se han producido entre 2 y 4 sismos diarios, todos de baja intensidad, una cantidad menor a lo acostumbrado. Por lo general, apuntó, en la ciudad las máquinas registraban entre 8 y 12 sismos. No todos pueden ser percibidos por la población.

Esto significa que la tierra está acumulando energía y por ello se deduce que vendría un temblor fuerte. Mientras más tiempo pase en escasos y leves temblores, el sismo que viene será más intenso.

Los otros dos silencios sísmicos están en el norte y centro del país. La primera zona está entre Piura, Lambayeque y La Libertad. Aquí el último seísmo se registró en 1970, en la provincia de Sullana.

La siguiente está en la costa central del país (Áncash, Lima y la zona norte de Ica). Aquí, aunque parezca inverosímil, no hay un gran sismo hace 266 años. El Instituto Geofísico del Perú (IGP) considera que este tiempo es un “silencio sísmico prolongado”, aquí el sismo será muy violento.

Precisamente, con la finalidad que la población esté preparada para saber cómo actuar ante un sismo, las autoridades organizan simulacros de sismo. Ayer se realizó el III Simulacro Nacional de Sismo y Tsunami a nivel nacional.

En el sur la población participó del ejercicio de prevención. En Arequipa, trabajadores públicos, privados, transeúntes y conductores se sumaron a la actividad. Se estima que en la Ciudad Blanca, de haber un sismo, habrían 122 fallecidos y mil 150 heridos.

En Cusco, se calcula que el Centro Histórico quedaría muy dañado. 633 personas morirían. Además, habría mil 158 heridos, lo que provocaría que los hospitales Antonio Lorena y Regional colapsen.

Ante los reiterados movimientos del llamado Anillo de Fuego del Pacífico, el riesgo de terremoto sobre la costa americana del Océano Pacífico resulta un peligro latente. En Perú el colegio de arquitectos de la capital, Lima, aconseja una inversión de la ciudad en bunkers subterráneos para almacenar comida y agua para un eventual mega terremoto. En Chile sigue la preocupación por las alertas sísmicas que desató un enjambre de movimientos telúricos antes del fin de semana.

El Colegio de Arquitectos de la capital peruana pidió hoy construir almacenes subterráneos de alimentos, agua y medicinas, frente a un altamente probable terremoto de gran intensidad.

El decano del colegio, José Arispe, planteó que los depósitos se ubiquen en los 13 grandes parques zonales recreativos existentes en la ciudad, en medio de reiteradas advertencias a la población para que tome precauciones ante un posible terremoto devastador.

En declaraciones a la prensa estatal, Arispe dijo que hay que emular a los ancestros incas de los peruanos, que tenían una red de tambos, es decir depósitos de granos para épocas de sequía, que a la vez eran refugios en casos de desastres naturales.

Señaló que los depósitos subterráneos deben ser incluidos en un plan de mejoramiento de los parques zonales, con una inversión municipal de 355 millones de nuevos soles (más de US$ 136 millones).