LOS DISTINTOS NIVELES DEL MUNDO ASTRAL (II)

por cilonar35 Lun Jul 09, 2012 5:19 pm

Cuando una persona muere
físicamente inmediatamente pasa por una especie de túnel, al final del cual hay
luz. Avanza hacia la luz y esa energía provoca que se dispare el mecanismo de
revisión acelerada de la última vida para que se produzca el trasvase de
información al archivo akhásico personal. Una vez «volcada» la información
y después de haber saludado a los familiares y amigos que ya se encuentran en
ese plano, se entra en el periodo de turbación provocado, precisamente, por el
vaciamiento de la información, la cual se intenta recuperar estando en contacto
con los vivos, pero como no es posible casi nunca ese contacto, la mente se
confunde y la persona no sabe dónde se encuentra ni lo que pasa.

Digamos
que lo del túnel y la luz es efímero como la puerta de entrada al cine, que ves
la luz, ves más o menos gente, pero te tropiezas con la butaca, con el
acomodador y pisas a los otros. Una vez que te has hecho a esa luz, lo cual
depende de tu capacidad visual (nivel de consciencia), entonces quieres
enterarte de qué va la película (metafóricamente hablando).

En
cuanto a las experiencias de comunicación entre los dos planos, el de los vivos
y el de los desencarnados, existe una banda o tierra de nadie entre los
físicamente vivos y los que ya no lo están que eventualmente se traspasa y es
precisamente el limbo. Es decir, los desencarnados que aún se creen vivos están
ahí y, a veces, interfieren en el mundo físico, pero si interfieren demasiado
aparece la niebla o la oscuridad.

Normalmente,
sólo se comunican con el plano físico los que están en el limbo, aunque a veces
lo hacen también espíritus evolucionados si tienen que ayudar en algún tema o
transmitir algún conocimiento.

Por
ejemplo, las comunicaciones que se producen en los experimentos de
transcomunicación que llevan a cabo algunos investigadores son fundamentalmente
“límbicas”, pero no es descartable alguna manifestación de espíritus
evolucionados, aunque éstos prefieren utilizar la telepatía o la mediumnidad,
que no es otra cosa que sintonización a nivel mental y astral, nunca
incorporación o posesión.

Igualmente,
se han captado emisiones de otros planos a través de aparatos de televisión y
que son experiencias reales de comunicación entre los dos planos.

Desde
la antigüedad los seres humanos han intentado establecer comunicación más allá
de la muerte, como el oráculo de los muertos en la antigua Grecia.

La
mayoría de las veces lo que se consigue es una captación mental,
exclusivamente. Suelen ser manifestaciones psicológicas de los que experimentan
sin que exista realmente una comunicación con el ser fallecido. Lo que sí es
cierto es que en un estado alterado de consciencia se puede acceder a la «tierra de nadie» y allí se puede
uno encontrar con gente conocida o porque esté aún allí o porque vengan a ese
lugar para comunicarse con sus seres queridos.

No
obstante, he de decir que todas estas técnicas deben utilizarse con ética y
respeto porque al insistir en ellas puede prolongar el periodo de turbación del
desencarnado.

A
veces, el recién fallecido no reconoce que ya no forma parte del plano físico y piensa que está en un sueño.
Se ve a sí mismo como vivo, oye, piensa y siente igual que antes, sin embargo,
se da cuenta de que no le hacen caso, de ahí su turbación y se le produce una
especie de esquizofrenia.

Por
otra parte, algunas personas, incluso niños, son capaces de recordar vivencias
de su reencarnación anterior. Acceden, de pronto, a esa información y, por
alguna razón (generalmente su estado evolutivo), la integra en sus recuerdos.
Los seres humanos del nivel 4.4 según la escala evolutiva recuerdan alguna vida
anterior. Así que es posible que algunos 4.3 puedan conseguirlo. Igualmente se
puede acceder a recuerdos de vidas pasadas a través de técnicas de
sofronización e incluso a través de sueños o de forma espontánea.

Finalmente,
deciros que cuando un ser encarna viene con un programa de vida en el que está
marcado el tiempo que necesita para conseguir los objetivos que se ha
planteado. Ese periodo de tiempo queda impreso en el código genético y si no lo
consigue en ese tiempo, a veces se puede prolongar, dependiendo del tipo de
vida que se ha llevado, aunque no será más de 4 ó 5 años.